Capítulo 22: A nombre de Stella

KATIA VEGA

Llegué a la habitación arrastrando los pies y con los tacones en la mano. Por un momento me había olvidado de que ya no era completamente mía. Marcos estaba desabotonándose los puños de la camisa en completo silencio. ¿Aún podía regresar a la habitación de Emilia y dormir con ella? 

Cuando estaba a punto de retroceder, él me vio por el rabillo del ojo. —¿Esperarás en la puerta hasta que te dé permiso de pasar? —preguntó divertido. 

Suspiré apesadumbrada y entré en completo silencio. Dejé los zapatos al pie de la cama y comencé a tomar cosas del clóset. Estaba dispuesta a cambiarme en el baño, cuando me quitó la pijama de las manos. 

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