Capítulo 28: Amor de hermanos

KATIA VEGA

—¿Por qué no decirme su nombre ahora? —preguntó Arturo decepcionado y queriendo mantener una sonrisa.

—Porque… si no es tu hija, no quiero que cometas un error o te deprimas… ¿entiendes?

—Kat, debes de decirme quien es… Por algo crees que puede ser ella. Por favor, no me dejes así, mujer… dime —insistió con ojos angustiosos, brillando por la desesperación.

—No hasta que te hagas la prueba… Esa es mi condición.

—¡Kat!

—¡Art! ¡Obedece! ¡Soy la mayor!

Me tomó por los hombros, ansioso, desesperado, y me presionó contra la pared. No pude esconder el dolor de mi espalda, así que, después de ver mi gesto retorcido, se alejó.

—No seas dramática… No te azote tan fuerte como para que…

—No fuiste tú —respondí con un suspiro entrecortado y me abracé a mí misma. El dolor aumentaba con cada movimiento y respirar se volvía complicado sin acrecentar mi dolencia. Comencé a sentir lástima por Marcos y su niñez, ya me imaginaba los azotes que recibía siendo tan pequeño. ¿Justificaba el adu
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