Los llantos hicieron sobresaltar a todos los que permanecían en el exterior.
Entre ellos, Peter, Shelly, Izan y Adelain, quienes entre los tres últimos, se miraron entre ellos con una enorme sonrisa en sus rostros.
Peter, anonadado, no apartaba los ojos de la puerta de la casa.
¿Cómo podían haberle engañado sobre esa... gente?
En el tiempo que llevaba con ellos había podido constatar que en absoluto eran salvajes, bueno, a excepción de sus bacanales y fiestas paganas, sino que podía corroborar que eran aún más humanos que los propios humanos.
Sí, se convertían en lobos.
Sí, eran criaturas sobrenaturales.
Pero el sentido de la familia, de la camaradería, de la protección y todo lo relacionado con el vínculo entre parejas superaba, con creces, a los matrimonios entre los humanos.
Volvió a dar gracias por haber ido a parar allí...
Y por fin, haber conseguido lo que tantos años deseó.
Amar sin esconderse.
Amar de verdad.<
Cuatro años más tarde...Los tres pequeños corrían fuera de casa mientras otros dos de tres y dos años intentaban imitarles.Con pasitos torpes y no sintiéndose seguro, un sexto niño de un año apareció en la puerta.-'o tamben, 'o tamben--Daidííí-Daylhan asomó nervioso al oír el llamado de uno de sus hijos.-¿¿Por qué gritas Alek??--Owen quiere jugar pero se puede caer-Rodando los ojos, el castaño cogió al de un año.-Aún no puedes jugar con ellos Owen, eres muy pequeño y te puedes hacer daño-Owen hizo un puchero al mismo tiempo que fruncía el ceñito.Daylhan vio entonces el enorme parecido con Derek y besó la cabecita del niño.-Le echas de menos ¿Verdad?--Atha cando vene--Pronto, vendrá... pronto-Realmente mentía.Su esposo se había ido.Tuvo que irse...Porque los inútiles de su antiguo pueblo no tenían ni líder ni nadie quien quisiera el cargo.Así que,como K
Once años después...-No sé qué hacer, por eso quería su sabio consejo mi Alfa...--¿Has visto a Alek?-Preguntó un adulto Daylhan al rubio que permanecía de pie a su lado.El Ulfhednar de avanzada edad, miraba al castaño y cómo le ignoraba.-¿Alfa?--Un segundito que primero es mi hijo-Neilan, quien era el que estaba de pie junto al sillón donde por norma estaría sentado Keerd, y que en ese momento estaba ocupado por el castaño, miró al Ulfhednar.-Eerr, creo que está con mis...dos mayores- respondió Neilan-Oomm, últimamente pasa mucho tiempo con Eren y Kyeran-Neilan forzó una sonrisa.-Jee, siii-"Aunque es más correcto decir que lo pasa muuucho más con...Kyeran"Se dijo.El viejo Ulfhednar, perplejo, no perdía detalle del castaño y el rubio.-Si...si prefiere vuelvo mañana y...--¡No!- exclamaron, a dúo, el rubio y el casta
Mantenía la vista gacha. Protegido por cinco guerreros y a lomos de un caballo, Daylhan iba al encuentro del que sería su futuro esposo. Aún no lograba entender cómo podía casarse con otro hombre. ¿No se suponía que el matrimonio era para aumentar la estirpe? ¿Cómo diablos harían para eso?De oídas había escuchado que Los Ulfhednar, pueblo y clan al que se dirigía, no miraban el género. Que, incluso, entre ellos mismos, existía tal variedad de matrimonios y que, extrañamente, tenían hijos.Pero entonces ¿Por qué lo habían elegido a él?Según las habladurías de los suyos, Los Ulfhednar no eran humanos comunes.Los de su pueblo contab
Notaba la proximidad del cuerpo del azabache con el suyo. Sentía muchísima calor provenir de éste.Un calor excesivamente elevado y poco común. Evitando moverse demasiado, Daylhan se atrevió a girar la cabeza para mirar al hombre. Su rostro no mostraba ningún signo de expresión facial. Parecía enfadado o molesto, no sabría deducirlo exactamente. Tragando saliva, Daylhan preguntó:-¿Tú...ti-tienes nombre?-El moreno le miró frunciendo el ceño. No contestó pero sí dio un gruñido. Un gruñido seco, hosco y de pocos amigos.-Y-yo...me…me lla-llamo Day-Daylhan--Bfff- bufó el pelinegro como dando a entender que no le interesaba. Los cascos de más caballos se oyeron acercarse para súbitamente aparecer los dos hombres y las dos mujeres a ambos lados de ellos.-Keerd es de pocas palabras-dijo una de las mujeres-Tendrás que ser paciente con él cuando…os caséis-Daylhan miró, perplejo, al azabache.  
Poco a poco, Daylhan iba volviendo en sí. Abriendo los ojos muy lentamente comprobó que se encontraba en un lugar cerrado y con toda la pinta de tratarse de una casa.Con rapidez se incorporó topándose con un hombre de tez morena y que le miraba con una sonrisa amable. -¿Cómo te encuentras?-le preguntó.Daylhan titubeó y respondió:-Bi-bien, ¿Qui-quién es…us-usted?--Mi nombre es Seth y soy el consejero y druida del clan--¿Cla-clan? Que-querrá decir del pueblo-El moreno de piel unió las manos y miró fijamente al chico.-Los Ulfhednar no viven en pueblos, sino en clanes o, mejor dicho, en manadas--¿Ma-manadas? ¿Eso…eso no es para…designar grupos de…animales?-El druida sonrió ampliamente.-Si traducimos la raíz ulfh nos da el nombre lobo-
Esa noche, Daylhan oía el ruido procedente del exterior.Asomándose por la ventana vio a hombres y mujeres desnudos y danzando al ritmo de música de gaitas y tambores de cuero.En su pueblo habían dejado de lado aquellos rituales paganos para adorar a un tal Dios Todopoderoso y Padre De Todos. En pocas palabras, habían abrazado el cristianismo.De ahí que el idioma celta fuera algo desconocido para Daylhan.Desde pequeño había oído el latín y otro dialecto entre los suyos pero su madre, antes de morir, le enseñó algunas palabras como Athair, padre, o Daidí, papá en sentido coloquial. Por eso entendió a aquellos niños cuando dijeron “Atha” diminutivo de padre en celta.Atraído por dicho rito pagano, Daylhan caminó hacia la puerta y la abrió.-Wouf-Un ladrido poco amable le hizo quedarse inmóvil. Delante de él vio a un cánido más grande de lo habitual.Fijándose mejor la sangre de sus venas se congeló.N
-Le doy miedo- masculló el azabache al druida. Éste preparaba lo necesario para el enlace entre ellos.-No le das miedo pero sí que le infundes temor- dijo riendo. Keerd le dio un gruñido.-Grrrr--Deberías cambiar los gruñidos por palabras-le aconsejó Seth -Al menos con él- le miró fijamente.El moreno no volvió a abrir la boca sino que acercándose hasta el ventanal observó cómo terminaban de preparar el altar para la boda.-Ya le he explicado lo que tiene que hacer ésta noche, una vez os quedéis solos- respondió Seth.Otro gruñido, aunque más tenue, brotó de los labios del pelinegro.-Procura que se sienta tranquilo y que no crea que va a perder su pureza forzado- apuntó el druida.  
Como no, tras la ceremonia, vino el banquete de celebración.Más relajado y presenciando las danzas que ejecutaban los hombres y las mujeres, Daylhan se acomodaba junto a su esposo.Keerd, sin hablar, se encargaba de que al chico no le faltara ni bebida ni comida.-No, no, ya no puedo más- detuvo Daylhan a éste al ver que le volvía a llenar el vaso. Enarcando una ceja, el moreno le miró seriamente.-Es-estoy bien, de verdad- se excusó Daylhan con su mano sobre la del otro.-Grrrphfmm--No…no quiero pasarme con la…bebida- se explicó el castaño.-¿Por qué?--Pu-pues por-porque…será mi…primera vez con alguien y…no quiero parecer aún más…torpe de lo seré-Las mejillas de Daylhan se tornaron rojas como las amapolas al mismo tiempo que agachaba la mirada.Rápidamente, Keerd se puso en pie y sin decir nada obligó al chico a levantarse.Acto seguido y con una agilidad increíble lo agarró por la cintura y alzándolo del suelo se lo echó al hombro como si