-V-

-Le doy miedo- masculló el azabache al druida. Éste preparaba lo necesario para el enlace entre ellos.

-No le das miedo pero sí que le infundes temor- dijo riendo. Keerd le dio un gruñido.

-Grrrr-

-Deberías cambiar los gruñidos por palabras-le aconsejó Seth -Al menos con él- le miró fijamente.

El moreno no volvió a abrir la boca sino que acercándose hasta el ventanal observó cómo terminaban de preparar el altar para la boda.

-Ya le he explicado lo que tiene que hacer ésta noche, una vez os quedéis solos- respondió Seth.Otro gruñido, aunque más tenue, brotó de los labios del pelinegro.

-Procura que se sienta tranquilo y que no crea que va a perder su pureza forzado- apuntó el druida.                                                                    Keerd asintió con la cabeza.No entraba en sus ideales forzarlo, solo buscaría cortejarlo y después llevar a cabo el apareamiento.

-¿Alguna otra cosa más?- preguntó Seth.

Keerd giró la cabeza hacia él y le miró.

-¿En serio crees que…tiene sangre de alguien de los nuestros?- inquirió con voz grave.

-Completamente- cerrando un tarro, el druida se volvió a su líder y repuso -Se parece mucho-

-¿A quién?- indagó Keerd con el ceño fruncido.

-A una chica Ulfhednar que se llevaron-

-¿Cuándo se la llevaron?-

Cuando tus padres aún estaban vivos y tú tenías cinco años-

Keerd anduvo hacia él.

-¿Por qué se la llevaron y por qué mis padres no hicieron nada?-

Seth le miraba seriamente.

-Porque se fue voluntariamente-

-¿Por qué?-

-Porque se había enamorado de un hombre humano y aceptó seguirle- respondió Seth -Y deja ya de preguntar y ve a prepararte-mandó cruzándose de brazos -¿O quieres que tu Ulfhednar salga antes de tiempo?-

Negando con la cabeza, Keerd abandonó la casa dejando solo al druida.Éste suspiró para sí.

-Tu hijo está con nosotros, puedes descansar tranquila y confiada de que estará a salvo-habló a la nada.                                                          Le habían costado años para averiguar de la existencia del chico hasta que al enterarse de que Iordan tenía un medio hermano más pequeño y nacido de una relación extra marital de su padre con una chica desconocida no dudó ni por un momento y se inventó la excusa de que tenía que pedirle un favor.                                                                        Tras conseguir que Iordan accediera a entregar a su hermano para su líder, puso en conocimiento de Keerd y sus más allegados la razón de porqué lo había hecho.                    Uno; en parte, era cierto que los Ulfhednar iban dejando de lado eso de multiplicarse pero no porque no quisieran sino porque no podían seguir reproduciéndose.                     ¿La razón? Keerd.                                                    Al ostentar el liderazgo, ninguno de los suyos podría tener hijos hasta que él no lo hiciera. Neilan era el último embarazado y una vez tuviera a los bebés, la actividad reproductora pararía hasta que Keerd lo hiciera.                Dos; al ser descendientes de antiguos lobos, era obligación y costumbre que el Alfa fuera el encargado de abrir de nuevo la veda para multiplicarse…por lo que toda la responsabilidad recaía, otra vez, en Keerd.    Él era el Alfa.                                                    Nacido de dos Alfas.                                          Nieto de Alfas.                                                            Y así, sucesivamente.                                              Su familia había sido, desde el principio, la líder entre ellos.Y por eso necesitaban que el chico mestizo y el Ulfhednar principal tuvieran descendencia.                                      Seth esperaba que Daylhan acabara llevando al futuro primogénito del líder en sus entrañas más temprano que tarde pero conociendo al azabache, la tarea iba a ser bastante complicada.                                              El chico temía al moreno.Seth lo había visto cuando Keerd lo llevó a su casa para que lo curara de su desvanecimiento.Solo esperaba que el gruñón del pelinegro dejara a un lado los gruñidos y bufidos y demostrara al humano que no era un témpano de hielo…

*******

Después de una profunda charla con Neilan, llegaron dos mujeres que le resultaron conocidas.Las reconoció cuando se fijó bien en sus caras.Eran las féminas a las cuáles Shelly y Adelain saludaron cariñosamente.    Sus nombres, Kayra y Dyliah.                        Entre las dos y de vez en cuando, con ayuda de Neilan, quitaron las ropas a Daylhan para untarle un líquido algo pringoso por todo el cuerpo.

El chico pudo oler la fragancia que despedía; Lavanda, jazmín, rosas…                                    Era aceite aromático.

Después de embadurnarlo de los pies a la cabeza de aquel aceite Kayra procedió a decorar el torso de Daylhan con hermosos dibujos rúnicos mientras Dyliah le colocaba dos brazaletes en sus brazos.Neilan , por el contrario, tuvo la parte de vestirlo.          Ambas mujeres los dejaron solos cuando ya empezaba a decaer el sol y Neilan casi había terminado.

Finalmente, dando unos cuantos pasos atrás y sosteniéndose el vientre, alabó:

-Estás impresionante-

Daylhan, más nervioso que cuando llegó, se miró a sí mismo.Solo vestía un calzón amplio, de color blanco y calzado de piel también blanco.Los dibujos en su torso eran negros y los brazaletes de un llamativo tono dorado.

-Serás un digno compañero- alabó Neilan que señalándole hacia la puerta, dijo -¿Vamos?-

Daylhan tragó saliva repetidas veces. Temblando, anduvo hacia el rubio, quien abriendo la puerta le indicó que caminara delante de él.

Aspirando profundamente, el castaño echó a andar..                                                                    Todo el pueblo estaba iluminado por miles y miles de grandes antorchas que bordeaban el camino rumbo hacia un altar que vio al fondo.                                                                      Allí, en manada, los Ulfhednars aguardaban al chico.

Éste estaba hecho un flan.Todo él temblaba.Y no sabía si del frío, de miedo o de ambas cosas.De pronto sintió cómo algo casi etéreo cayó sobre sus hombros.Sobresaltado volvió el rostro viendo que Neilan le echaba una especie de…¿Manto? Translúcido.Le miró como preguntando qué era a lo que el otro respondió:

-Si fueras una mujer esto sería el velo pero en tu caso, al ser hombre, lo llevarás como manto-

Arrugando el ceño, Daylhan no entendía la razón de ponérselo a lo que Neilan volvió a contestar:

-No es bonito ni correcto que ellos y ellas vean lo que solo puede ver tu esposo-

-Pe-pero si no me cubre...apenas, los dibujos se ven perfectamente y…-

-Tu cuerpo se ve pero no tu piel- empujándolo suavemente, Neilan le hizo caminar dirección hacia el altar.Daylhan entró en pánico al darse cuenta que el azabache permanecía inmóvil, de pie junto al altar, observándolo fijamente y con su típica expresión feroz.Frente a éste, ataviado con una túnica púrpura, estaba Seth.Sus pies se movían obligados pero su mente estaba en blanco.Cada vez que se aproximaba más, los temblores aumentaron.

-No quiero que me haga daño, no quiero que me haga daño, no quiero que me haga daño…-Por lo bajo, Daylhan repetía, sin cesar, las mismas palabras. Neilan lo escuchó.Poco antes de dejarlo al lado de Keerd, acercó la boca a una de sus orejas y susurró:

-No te hará daño, Daylhan, tú solo déjale hacer a él y no tengas miedo-

Al verle excesivamente próximo al chico, Keerd dejó oír un tenue gruñido, advirtiendo al embarazado que se alejara. Neilan soltó al chico junto al azabache. Rápidamente se reunió con Gydeon y sus hijos.Su pareja acarició su vientre y le obsequió con un beso en la punta de la nariz. Luego se dispusieron a presenciar la ceremonia.

Daylhan no se atrevía a mirar a los ojos al que en breve sería su esposo, cuando entonces notó que las yemas de unos dedos tocaron una de sus mejillas. Éstos asieron con suavidad su mentón y le obligaron a levantar la mirada.                                                            Orbes miel se chocaron con otros verdigrises.

-No me tengas miedo- oyó que le musitó el azabache.

-N-no me hagas...daño- susurró Daylhan.

Keerd solo negó con la cabeza dándole a entender que para nada le dañaría.Seth carraspeó haciéndoles prestarle atención. Mirándoles a uno y otro, comenzó a hablar:

-Buailimid le nádúr na máthar chun beirt anamacha a aontú i gceann amháin. Is lá iontach é dár gcuid daoine inniu, mar go dtógfaidh Keerd, ár gceannaire, an chéim deiridh chun a líne fola Alfa a mhéadú agus go leanfaidh Daylhan, a chompánach sa todhchaí, a oidhreacht-

Daylhan no entendía ni una sola palabra. Estaba perdido, confuso cuando sintió como una mano cálida y grande cogió una de las suyas y entrelazó sus dedos con los suyos.

Mirando hacia abajo, descubrió que el moreno le agarraba con firmeza. Extrañamente, se sintió menos intranquilo y dejó entrever una sonrisa.                                  Seth se dio cuenta de ello y prosiguió con su discurso:

-Keerd, roimh gach duine againn agus roimh Mother Nature, ¿An aontaíonn tú páirt a ghlacadh, banna a bheith agat agus a bheith i do chompánach síoraí Daylhan go dtí go mbeidh sé in am do bhrionglóid deiridh?-

Mirando al druida, Keerd respondió con total seguridad:

- Is féidir-

Seth se giró al chico:

-Y tú Daylhan ¿ Aceptas unirte, enlazarte y ser el compañero eterno de Keerd hasta que llegue vuestro sueño final?-

El castaño miró de soslayo al azabache. Tragando saliva y mordiéndose el labio inferior regresó la mirada al druida y preguntó:

-¿Có-cómo se dice “Sí, acepto” en vuestro idioma?-

El de piel de ébano y Keerd se lo quedaron mirando boquiabiertos, pero cuando Seth ya iba contestarle, el moreno se le adelantó:

- Glacaim leis-

Esbozando una sutil sonrisa, Daylhan respondió:

-Glacaim leis-

Seth se complació de ver tal acto. Nuevamente prosiguió con su discurso:

- Agus os comhair nádúr na máthar, os comhair na ndaoine agus thar aon rud eile, roimh chrann na gceardchumann naofa, dearbhaím gur fir chéile thú.-

Con una señal, pidió a ambos que alzaran las manos y se las cogieran.Keerd apresó las del chico con las suyas y le hizo elevarlas.

El druida rodeó el altar portando en sus manos una especie de cuerda de color indefinido. Enredándola en torno a las muñecas de ambos, empezó a girarla alrededor de ellas mientras recitaba:

- Cad é atá aontaithe, ní bhriseann aon duine é. Ní bhaineann aon duine eile leis an mac tíre. Agus cad é na céilí, ní bheidh ach dóibh siúd.-

Daylhan observaba aquel trozo de cuerda apresarle al moreno.

- Is féidir leat póg-

El chico no supo a lo que se refería cuando Keerd tiró de sus manos atadas. Atrayéndoselo le obsequió con un casto pero cálido beso en los labios.

Aunque solo fue una caricia, a Daylhan le hizo que su piel se erizara.Nunca le habían dado un beso y aquel primero que recibió de su ya esposo, lo puso alterado.

Despacio, Keerd se retiraba.Le gustó ver las mejillas enrojecidas de su ahora esposo.¿También se colorearía cuando lo cortejara y lo hiciera suyo? Si era que sí, estaba impaciente por verlo.

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