Le costaba moverse. Unos fuertes y musculosos brazos lo mantenían firmemente sujeto contra un cuerpo desnudo y que desprendía un grandísimo calor. Lo había hecho. Había sabido controlar al moreno y mantuvo sexo con él de la manera que quería y le gustaba. Una sonrisa bobalicona se dibujó en su rostro. Empezaba a verle el gustillo a eso de mantener relaciones sexuales con otro hombre. Nunca imaginó que podría agradarle y ahí estaba, abrazado por un hombre que ni era completamente humano
-Sientate- pidió Seth amablemente a Keerd señalándole una de las sillas junto a la mesa.-Estoy bien de pie- respondió el moreno.-Keerd, siéntate-De mala gana, éste retiró una de las sillas y tomó asiento. Mirándole con detenimiento, Seth se cruzó de brazos.-¿Cómo va el tema del apareamiento?- indagó.-Excepto por lo que casi ocurre ésta mañana…bien- contestó Keerd.-¿Nada más?- preguntó Seth entornando los ojos.Keerd, con cara de consecuencias, le miró fijamente. Tragando saliva, respondió:-Él…él lleva dos noches siendo quien me…domine--¿Qué?- se extrañó Seth.-¡El maldito de mi…lobo gusta de verlo controlar la situación!- exclamó enervado, Keerd. Una sonrisa apenas perceptible
Más enojado consigo mismo que por lo dicho por Seth, Keerd caminaba dirección a su casa con idea de pedirle perdón al chico.Casi llegando, la puerta de la cabaña se abrió, asomando Daylhan. Ambos, mirándose fijamente, permanecían inmóviles.Keerd se percató de una especie de bulto que el castaño llevaba en una mano y dio unos cuantos pasos hacia delante, con la intención de acercársele cuando, de repente, Daylhan extendió la otra mano gritando:-NO-Quieto. Así se quedó el moreno. Pero se atrevió a preguntar:-¿Dónde vas?--A casa de Neilan--¿A qué hora regresas?-Daylhan tragó saliva.-No…no volveré- contestó, manteniéndole la mirada.-¿Cómo que no volverás?- gruñó Keerd.Sin demostrar ni una pizca de miedo, el castaño respondió:-Si…si quieres que vuelva, tendrás que…ganartelo-Bajando la mirada, se apresuró a irse. Justo al cruzar por al lado del moreno, éste le atrapó de un brazo, deteniendolo.
La pelea entre los dos Ulfhednars empezaba a alargarse más de la cuenta.La espalda desnuda de Gydeon golpeó el grueso tronco de un fresno mientras que los fuertes brazos de Keerd le impedían moverse.-¿¿SE PUEDE SABER QUE TE PASA??- gritó Gydeon –¡¡ Como has podido…forzarle!! ¡¡Eso no es propio de nosotros!!-Con un rugido, Keerd cambió, aunque solo fueron unos segundos, el color de sus ojos.-Le vas a decir a mi esposo que no puede quedarse en tu casa- masculló Keerd.-¿Por qué le has intentado forzar?- inquirió Gydeon, forcejeando con él.-Ya le he pedido perdón- gruñó.-¡Eso no será suficiente Keerd!- reprochó el otro.Propinándole una patada, Gydeon se lo apartó ganándose una feroz mirada de su Alfa.-Ha de volver- escupió Keerd, moviéndose en círculos, vigilando al otro.Tanto Shelly como Adelain junto a los demás, presenciaban la pelea.-¡¡Por los dioses, se puede saber qué pulga os ha picado??- inquirió la cas
Cuando quiso darse cuenta volvió a encontrarse en el lecho de la casa. Con el azabache sobre él. Devorandolo. Restregándose contra su cuerpo. Ambos desnudos. Ardiendo. Bruscamente, sintió cómo lo colocó bocabajo.-Ke-Keerd no…--Callate- ordenó Keerd que le apresó las manos por las muñecas con una suya. Notaba la boca del moreno recorrerme el cuello. Llenándolo de fieros besos.-Keerd por favor no…--Yo soy el Alfa- gruñó, enfadado.Sus piernas fueron separadas de forma brusca, haciéndole dar un grito ahogado. Pudo sentir el miembro de su esposo pasearse entre sus nalgas y presionarse en su entrada.-Ke-Keerd no…-Removiendose, impedía que ocurriera pero Keerd, ciego de deseo y furia a causa de verle con otra persona, aún sabiendo que estaba casada, no hacía caso. A punto de darle el golpe de gracia, Daylhan gritó:-NOOO-Fue inmediato. Keerd se paró. Consiguiendo salir de debajo de su cuerpo, Daylhan se dio prisa en vestirse. Co
No podía pegar ojo. Oía a las mil maravillas a Neilan y Gydeon demostrándose su amor de manera física.A pesar de que sabía que no era lo correcto eso de verles, sentía una fuerte curiosidad por ver si también lo practicaban como aquella pareja que vio semi oculta tras aquel matorral.Procurando no hacer ni el más mínimo ruido, se incorporó en la cama, gateó hasta los pies de ésta y observando desde detrás de la nítida cortina que lo separaba de ellos, tuvo que taparse la boca para acallar un jadeo de sorpresa.El rubio, encaramado encima de Gydeon, botaba incesantemente. De su garganta brotaban un sinfín de gemidos tenues acompañados por alguna que otra palabra apenas ininteligible para Daylhan.Éste, estupefacto, no perdía ni el menor detalle de como Neilan montaba a su compañero. Y Daylhan em
-Deja de comportarte como un imbécil y ve a hablar con tu esposo, Keerd-Quién dijo aquello no fue otro que Gydeon. Ambos ensayaban todo tipo de ataques. Desde meros puñetazos hasta feroces patadas.-No voy a ir a tu casa- escupió a Gydeon.-Pues él tampoco es que quiera ir a la tuya- desdeñó el castaño oscuro.Keerd lo fulminó con su mirada. Durante la noche de ayer, frustrado y solo, había empezado a darle vueltas a su problema. Aún seguía, poco o nada, convencido. Y tenía que darle una respuesta al joven.-Oye, no es que nos moleste pero anoche tuvo sexo en vivo y en directo- anuncio Gydeon.Al oír tal cosa, Keerd lanzó un descomunal rugido al mismo tiempo que intentó atacar al otro. Por suerte, Gydeon estaba avizor y lo esquivó.-Tal vez podría invitarle a que se uniera a Neilan y a mí para que así supiera lo que es un hombre de verdad- pinchó Gydeon.Eso enfureció al moreno quien volviendo a atacarle, aulló:-NI SE TE OCURRA
Dos semanas después...Gydeon golpeó con todo su cuerpo contra la tierra. Keerd, bufando como los toros, sudaba y le miraba con furia.Los otros, inmóviles, presenciaban la pelea que ambos habían iniciado nada más llegar al lugar donde solían llevar a cabo sus entrenamientos.Levantándose, Gydeon tomó posición de ataque.- ¿Por qué demonios no puedes, simplemente, aceptarlo?- increpó.El moreno, sin abrir la boca para responderle, empezó a dar pasos en círculos. Se mostraba bastante enfadado. Más consigo mismo que con Gydeon. Pero su orgullo le impedía reconocerlo. Shelly junto a Adelain, les miraba atentamente.-Ésta muy mal- murmuró a la morena refiriéndose a Gydeon.-Imagina, dos semanas sin sexo...yo no podría- alegó Adelain.-Es una bomba a punto
Varias veces sufrió náuseas. Estuvo a punto de desmayarse al ver como, entre berridos, arrastraban a aquella gran cabra hacia una especie de altar de piedra, donde entre dos hombres la alzaron y tumbaron.Seth, de pie y tras el altar y el animal, sostenía un pequeño cuchillo. Posando la mano libre en la cabeza de la cabra y ayudado por ambos hombres, recitaba unas palabras en su idioma.De reojo y con cuidado de que no le viera, Daylhan miró a Keerd. Éste, en primera fila, prestaba atención.-Tú también deberías estar ahí con él- susurró Neilan al oído al joven.-¿Y qué me aconsejas que haga?- preguntó Daylhan.-Que vayas y lleves a cabo el papel que te toca- declaró el rubio quien le miró -Aunque sepan que estáis "separados" es mejor que os vean juntos-El castaño tragó saliva. Mirando al moreno, se deslizó entre el tumulto hasta que llegó a su lado. Keerd se dio cuenta de su aparición y vio cómo se le colocaba a un lado.-No tienes que est