La pelea entre los dos Ulfhednars empezaba a alargarse más de la cuenta.
La espalda desnuda de Gydeon golpeó el grueso tronco de un fresno mientras que los fuertes brazos de Keerd le impedían moverse.
-¿¿SE PUEDE SABER QUE TE PASA??- gritó Gydeon –¡¡ Como has podido…forzarle!! ¡¡Eso no es propio de nosotros!!-
Con un rugido, Keerd cambió, aunque solo fueron unos segundos, el color de sus ojos.
-Le vas a decir a mi esposo que no puede quedarse en tu casa- masculló Keerd.
-¿Por qué le has intentado forzar?- inquirió Gydeon, forcejeando con él.
-Ya le he pedido perdón- gruñó.
-¡Eso no será suficiente Keerd!- reprochó el otro.
Propinándole una patada, Gydeon se lo apartó ganándose una feroz mirada de su Alfa.
-Ha de volver- escupió Keerd, moviéndose en círculos, vigilando al otro.
Tanto Shelly como Adelain junto a los demás, presenciaban la pelea.
-¡¡Por los dioses, se puede saber qué pulga os ha picado??- inquirió la cas
Cuando quiso darse cuenta volvió a encontrarse en el lecho de la casa. Con el azabache sobre él. Devorandolo. Restregándose contra su cuerpo. Ambos desnudos. Ardiendo. Bruscamente, sintió cómo lo colocó bocabajo.-Ke-Keerd no…--Callate- ordenó Keerd que le apresó las manos por las muñecas con una suya. Notaba la boca del moreno recorrerme el cuello. Llenándolo de fieros besos.-Keerd por favor no…--Yo soy el Alfa- gruñó, enfadado.Sus piernas fueron separadas de forma brusca, haciéndole dar un grito ahogado. Pudo sentir el miembro de su esposo pasearse entre sus nalgas y presionarse en su entrada.-Ke-Keerd no…-Removiendose, impedía que ocurriera pero Keerd, ciego de deseo y furia a causa de verle con otra persona, aún sabiendo que estaba casada, no hacía caso. A punto de darle el golpe de gracia, Daylhan gritó:-NOOO-Fue inmediato. Keerd se paró. Consiguiendo salir de debajo de su cuerpo, Daylhan se dio prisa en vestirse. Co
No podía pegar ojo. Oía a las mil maravillas a Neilan y Gydeon demostrándose su amor de manera física.A pesar de que sabía que no era lo correcto eso de verles, sentía una fuerte curiosidad por ver si también lo practicaban como aquella pareja que vio semi oculta tras aquel matorral.Procurando no hacer ni el más mínimo ruido, se incorporó en la cama, gateó hasta los pies de ésta y observando desde detrás de la nítida cortina que lo separaba de ellos, tuvo que taparse la boca para acallar un jadeo de sorpresa.El rubio, encaramado encima de Gydeon, botaba incesantemente. De su garganta brotaban un sinfín de gemidos tenues acompañados por alguna que otra palabra apenas ininteligible para Daylhan.Éste, estupefacto, no perdía ni el menor detalle de como Neilan montaba a su compañero. Y Daylhan em
-Deja de comportarte como un imbécil y ve a hablar con tu esposo, Keerd-Quién dijo aquello no fue otro que Gydeon. Ambos ensayaban todo tipo de ataques. Desde meros puñetazos hasta feroces patadas.-No voy a ir a tu casa- escupió a Gydeon.-Pues él tampoco es que quiera ir a la tuya- desdeñó el castaño oscuro.Keerd lo fulminó con su mirada. Durante la noche de ayer, frustrado y solo, había empezado a darle vueltas a su problema. Aún seguía, poco o nada, convencido. Y tenía que darle una respuesta al joven.-Oye, no es que nos moleste pero anoche tuvo sexo en vivo y en directo- anuncio Gydeon.Al oír tal cosa, Keerd lanzó un descomunal rugido al mismo tiempo que intentó atacar al otro. Por suerte, Gydeon estaba avizor y lo esquivó.-Tal vez podría invitarle a que se uniera a Neilan y a mí para que así supiera lo que es un hombre de verdad- pinchó Gydeon.Eso enfureció al moreno quien volviendo a atacarle, aulló:-NI SE TE OCURRA
Dos semanas después...Gydeon golpeó con todo su cuerpo contra la tierra. Keerd, bufando como los toros, sudaba y le miraba con furia.Los otros, inmóviles, presenciaban la pelea que ambos habían iniciado nada más llegar al lugar donde solían llevar a cabo sus entrenamientos.Levantándose, Gydeon tomó posición de ataque.- ¿Por qué demonios no puedes, simplemente, aceptarlo?- increpó.El moreno, sin abrir la boca para responderle, empezó a dar pasos en círculos. Se mostraba bastante enfadado. Más consigo mismo que con Gydeon. Pero su orgullo le impedía reconocerlo. Shelly junto a Adelain, les miraba atentamente.-Ésta muy mal- murmuró a la morena refiriéndose a Gydeon.-Imagina, dos semanas sin sexo...yo no podría- alegó Adelain.-Es una bomba a punto
Varias veces sufrió náuseas. Estuvo a punto de desmayarse al ver como, entre berridos, arrastraban a aquella gran cabra hacia una especie de altar de piedra, donde entre dos hombres la alzaron y tumbaron.Seth, de pie y tras el altar y el animal, sostenía un pequeño cuchillo. Posando la mano libre en la cabeza de la cabra y ayudado por ambos hombres, recitaba unas palabras en su idioma.De reojo y con cuidado de que no le viera, Daylhan miró a Keerd. Éste, en primera fila, prestaba atención.-Tú también deberías estar ahí con él- susurró Neilan al oído al joven.-¿Y qué me aconsejas que haga?- preguntó Daylhan.-Que vayas y lleves a cabo el papel que te toca- declaró el rubio quien le miró -Aunque sepan que estáis "separados" es mejor que os vean juntos-El castaño tragó saliva. Mirando al moreno, se deslizó entre el tumulto hasta que llegó a su lado. Keerd se dio cuenta de su aparición y vio cómo se le colocaba a un lado.-No tienes que est
-¿Qué... qué haces?--Aceptar lo que me han dicho que debo hacer-Sin pudor alguno, Keerd llevó las manos hacia su propio trasero. Aferrándose los glúteos, los separó, dejando la oscura entrada despejada.Esto era nuevo para él por lo que, sin pensar en si lo hacía bien o no, situó su entrada rozando, nuevamente, la cima del miembro de su joven esposo. Entonces... Se dejó caer contra él.- ¡DIOSESSSS!-El rugido que lanzó Keerd hizo temblar las paredes de la casa. Aunque le molestaba no vaciló y empezó a moverse. De arriba abajo. Sintiendo cómo el pene de su esposo deslizaba a través de su conducto. Frotando sus paredes internas. Notando cómo le estimulaba todo su interior. No le resultaba para nada desagradable. Todo lo contrario. Era realmente grato y le empezaba a gustar. Sin necesidad de dejarle salir, Keerd se giró terminando por darle la
Daylhan llegó a la casa de Neilan y Gydeon. Con cuidado, evitando hacer ruido, abrió la puerta y se adentró de puntillas. Pudo oír la voz del rubio junto con los gruñidos del castaño oscuro. Desencajando los ojos supo lo que estaban haciendo. Goloso por ver si repetían postura, se asomó, sigilosamente, por la entrada de la habitación... Y sus ojos se abrieron de par en par.Neilan, sentado a horcajadas sobre Gydeon, pero dándole la espalda, botaba, eufórico, sobre el erecto miembro del otro. Ojiplático, Daylhan no perdía detalle de ambos hombres.En menos de un mes que llevaba entre ellos, había aprendido más que toda una vida en su pueblo.Escuchando los gemidos de Lyam y los gruñidos de Gideon, decidió que esa noche mejor si dormía en la habitación de sus hijos. Solo por darles intimidad y un rato para únicamente
-¿Cómo te encuentras?- le preguntó Neilan tomando asiento junto a él y sirviéndole un poco de leche.-Bien ¿Por qué lo... preguntas?-Daylhan agarró el vaso con ambas manos y se lo acercó hasta la boca.-No, por nada solo que... hueles a Keerd-El castaño se atragantó con la leche y empezó a toser. Neilan le miraba, con media sonrisa pintada en los labios.-¿Y qué tal te fue?- indagó con tono travieso.Daylhan tragó saliva. Turbado, agachó la mirada, se frotó las manos contra sus muslos y murmuró:-Yo...yo no...ocurrió...ocurrió al...al revés-El rubio abrió los ojos como platos.-¿¿Keerd te montó??- exclamó sorprendido.Fue una suerte que Eren y Kyeran no estuvieran. Coloreándose, el joven asintió.-¿Y...eso...por qué?- se extrañó Neilan.-No...no tengo ni...ni idea solo...solo sé que...él fue quien...-Daylhan se calló y volvió a agachar la cabeza.-Eeh, oye, no pasa nada- tranquilizó Neilan asiend