No podía pegar ojo. Oía a las mil maravillas a Neilan y Gydeon demostrándose su amor de manera física.
A pesar de que sabía que no era lo correcto eso de verles, sentía una fuerte curiosidad por ver si también lo practicaban como aquella pareja que vio semi oculta tras aquel matorral.
Procurando no hacer ni el más mínimo ruido, se incorporó en la cama, gateó hasta los pies de ésta y observando desde detrás de la nítida cortina que lo separaba de ellos, tuvo que taparse la boca para acallar un jadeo de sorpresa.
El rubio, encaramado encima de Gydeon, botaba incesantemente. De su garganta brotaban un sinfín de gemidos tenues acompañados por alguna que otra palabra apenas ininteligible para Daylhan.
Éste, estupefacto, no perdía ni el menor detalle de como Neilan montaba a su compañero. Y Daylhan em
-Deja de comportarte como un imbécil y ve a hablar con tu esposo, Keerd-Quién dijo aquello no fue otro que Gydeon. Ambos ensayaban todo tipo de ataques. Desde meros puñetazos hasta feroces patadas.-No voy a ir a tu casa- escupió a Gydeon.-Pues él tampoco es que quiera ir a la tuya- desdeñó el castaño oscuro.Keerd lo fulminó con su mirada. Durante la noche de ayer, frustrado y solo, había empezado a darle vueltas a su problema. Aún seguía, poco o nada, convencido. Y tenía que darle una respuesta al joven.-Oye, no es que nos moleste pero anoche tuvo sexo en vivo y en directo- anuncio Gydeon.Al oír tal cosa, Keerd lanzó un descomunal rugido al mismo tiempo que intentó atacar al otro. Por suerte, Gydeon estaba avizor y lo esquivó.-Tal vez podría invitarle a que se uniera a Neilan y a mí para que así supiera lo que es un hombre de verdad- pinchó Gydeon.Eso enfureció al moreno quien volviendo a atacarle, aulló:-NI SE TE OCURRA
Dos semanas después...Gydeon golpeó con todo su cuerpo contra la tierra. Keerd, bufando como los toros, sudaba y le miraba con furia.Los otros, inmóviles, presenciaban la pelea que ambos habían iniciado nada más llegar al lugar donde solían llevar a cabo sus entrenamientos.Levantándose, Gydeon tomó posición de ataque.- ¿Por qué demonios no puedes, simplemente, aceptarlo?- increpó.El moreno, sin abrir la boca para responderle, empezó a dar pasos en círculos. Se mostraba bastante enfadado. Más consigo mismo que con Gydeon. Pero su orgullo le impedía reconocerlo. Shelly junto a Adelain, les miraba atentamente.-Ésta muy mal- murmuró a la morena refiriéndose a Gydeon.-Imagina, dos semanas sin sexo...yo no podría- alegó Adelain.-Es una bomba a punto
Varias veces sufrió náuseas. Estuvo a punto de desmayarse al ver como, entre berridos, arrastraban a aquella gran cabra hacia una especie de altar de piedra, donde entre dos hombres la alzaron y tumbaron.Seth, de pie y tras el altar y el animal, sostenía un pequeño cuchillo. Posando la mano libre en la cabeza de la cabra y ayudado por ambos hombres, recitaba unas palabras en su idioma.De reojo y con cuidado de que no le viera, Daylhan miró a Keerd. Éste, en primera fila, prestaba atención.-Tú también deberías estar ahí con él- susurró Neilan al oído al joven.-¿Y qué me aconsejas que haga?- preguntó Daylhan.-Que vayas y lleves a cabo el papel que te toca- declaró el rubio quien le miró -Aunque sepan que estáis "separados" es mejor que os vean juntos-El castaño tragó saliva. Mirando al moreno, se deslizó entre el tumulto hasta que llegó a su lado. Keerd se dio cuenta de su aparición y vio cómo se le colocaba a un lado.-No tienes que est
-¿Qué... qué haces?--Aceptar lo que me han dicho que debo hacer-Sin pudor alguno, Keerd llevó las manos hacia su propio trasero. Aferrándose los glúteos, los separó, dejando la oscura entrada despejada.Esto era nuevo para él por lo que, sin pensar en si lo hacía bien o no, situó su entrada rozando, nuevamente, la cima del miembro de su joven esposo. Entonces... Se dejó caer contra él.- ¡DIOSESSSS!-El rugido que lanzó Keerd hizo temblar las paredes de la casa. Aunque le molestaba no vaciló y empezó a moverse. De arriba abajo. Sintiendo cómo el pene de su esposo deslizaba a través de su conducto. Frotando sus paredes internas. Notando cómo le estimulaba todo su interior. No le resultaba para nada desagradable. Todo lo contrario. Era realmente grato y le empezaba a gustar. Sin necesidad de dejarle salir, Keerd se giró terminando por darle la
Daylhan llegó a la casa de Neilan y Gydeon. Con cuidado, evitando hacer ruido, abrió la puerta y se adentró de puntillas. Pudo oír la voz del rubio junto con los gruñidos del castaño oscuro. Desencajando los ojos supo lo que estaban haciendo. Goloso por ver si repetían postura, se asomó, sigilosamente, por la entrada de la habitación... Y sus ojos se abrieron de par en par.Neilan, sentado a horcajadas sobre Gydeon, pero dándole la espalda, botaba, eufórico, sobre el erecto miembro del otro. Ojiplático, Daylhan no perdía detalle de ambos hombres.En menos de un mes que llevaba entre ellos, había aprendido más que toda una vida en su pueblo.Escuchando los gemidos de Lyam y los gruñidos de Gideon, decidió que esa noche mejor si dormía en la habitación de sus hijos. Solo por darles intimidad y un rato para únicamente
-¿Cómo te encuentras?- le preguntó Neilan tomando asiento junto a él y sirviéndole un poco de leche.-Bien ¿Por qué lo... preguntas?-Daylhan agarró el vaso con ambas manos y se lo acercó hasta la boca.-No, por nada solo que... hueles a Keerd-El castaño se atragantó con la leche y empezó a toser. Neilan le miraba, con media sonrisa pintada en los labios.-¿Y qué tal te fue?- indagó con tono travieso.Daylhan tragó saliva. Turbado, agachó la mirada, se frotó las manos contra sus muslos y murmuró:-Yo...yo no...ocurrió...ocurrió al...al revés-El rubio abrió los ojos como platos.-¿¿Keerd te montó??- exclamó sorprendido.Fue una suerte que Eren y Kyeran no estuvieran. Coloreándose, el joven asintió.-¿Y...eso...por qué?- se extrañó Neilan.-No...no tengo ni...ni idea solo...solo sé que...él fue quien...-Daylhan se calló y volvió a agachar la cabeza.-Eeh, oye, no pasa nada- tranquilizó Neilan asiend
-Señores, caballeros, les he hecho venir para tratar un asunto de gran...importancia- El viejo daba paseos de un lado a otro. Iordan, de pie y a unos cuantos pasos más atrás de su abuelo, se mantenía erguido, observando a todos aquellos jefes, caudillos o cabecillas de cada uno de los pueblos vecinos -Uno de mis nietos, ha sido enttegado a esa... manada de salvajes más conocidos como... ULFHEDNARS-En la sala se oyó un murmullo y exclamaciones de temor.-¿Cuándo ocurrió?- preguntó uno de los allí presentes.-Durante mi ausencia, vino uno de ellos, el...druida y pidió que se les entregara a un chico virgen para...desposarlo con el...Líder de ellos- explicó el hombre-Espera, espera un momento Gerrick- interrumpió el mismo de antes -¿Un...chico?-Gerrick se apoyó en la mesa con ambas manos y miró al hombre.-Oo claro, vosotros no... sabéis cierta... información acerca de ésos..
La calidez del astro rey le daba de pleno provocándole seguir en una especie de estado de letargo pero con consciencia a lo que le rodeaba. Y fue entonces cuando notó su caricia. Una tímida y dulce caricia hecha por unas suaves yemas que se deslizaron, sutilmente, hacia sus labios...y que los acarició con ternura. Despacio, Keerd comenzó a abrir los ojos hasta que se topó con el rostro del castaño.-Mo ghrà- fue lo primero que dijo al mismo tiempo que asió de la mejilla, lentamente, a Daylhan. Éste, esbozando una tenue sonrisa, acarició la mano que notaba en su rostro para, despacio, ir deslizando sus dedos por los suyos...Hasta terminar entrelazandolos.-¿Te...te quedas?-Keerd sonó a desesperación. La cuál se convirtió en felicidad al oír a Daylhan contestar:-Para siempre-Las bocas de ambos se estrellaron entre ellas, besándose como nunca antes lo habían hecho. Keerd no quería parar. Temía que todo fuera un sueño y que en cuanto lo dejara alejarse,