-VII-

Oyó el canto de los pájaros procedente del exterior y poco a poco comenzó a abrir los ojos. Se vio solo en el amplio lecho y desnudo. Lentamente se fue incorporando cuando un gruñido le hizo que todo sus vellos se erizaran.

-Grrrrr, grrrraugg-

Temeroso y cubriéndose con la manta, Daylhan levantó la vista hacia donde provenía el gruñido. Descubrió al moreno de pie y vestido. Lo miraba fijamente y con su típico rictus serio.

El chico se estremeció al verle aproximarse hacia la cama para seguidamente sentarse a su lado. Elevando una mano dirección al rostro del joven observó que éste cerró los ojos.Suavemente le acarició la mejilla.

-¿Cómo estás?- susurró.

-Y-yo...es-estoy...bi-bien- titubeó el castaño.

-Ésta noche será distinto- musitó Keerd que paseó el pulgar por los labios de su joven esposo -Haré que te resulte más placentero que anoche-

-No-no es ne-necesario…¡Mmm!-

Daylhan notó cómo el azabache acalló su boca con la suya…y le besó.

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