María ConstanzaMe escabullí, los baños no estaban tan concurridos, ingresaron cada una a un cubículo y yo aproveché para también desocupar la vejiga, pero no imaginé que tuviera tanto líquido para evacuar, ellas salieron y escuché cuando Adara le preguntó a Nadina.—¿Entonces eso de jamás volveré con Eros?... —suspiró.—Nunca he tenido voluntad con él, o tengo demasiada madurez, una de dos. En todo caso hablé con él. Está en periodo de prueba.—Nadina, los dos tienen razón y sin duda uno debe cambiar. Pero sé firme con tus decisiones. El nivel intelectual de tu novio es altísimo, con lo que para él es evidente, no se desgasta ni pierde tiempo.—¿Es perder el tiempo el que le exija darle un nombre a nuestra relación? ¿Qué me diga cuanto me ama?, Adara, lo único que medio lo incomoda a ese hombre es que otro me mire, pero jamás me dice nada a mí. Nunca ha dicho te amo, no te pongas eso, no hagas eso, no vayas a ese lugar… Nada. ¿Es mucho pedir eso o estoy enferma?—Ambos tienen razón,
SantosLo que dijo lo escuché, pero jamás lo creeré. ¿Adara? Dios, pero en que mente cabía esa atrocidad, y no por el tema de si era correcto o no. Cada ser humano era libre de hacer lo que se le dé la regalada gana. Me refiero a que al ser criado en un núcleo donde ese tipo de concepto era tan importante y donde les enseñaron el valor de una vida y para todos ellos era sagrado, no hay cabida para un aborto.Ni yo con lo hijo de puta que he sido, si por alguna razón, hubiera dejado embarazada a una mujer muy a mi pesar la apoyaría para que lo tuviera sin tener que casarme. Eran dos temas diferentes. Pero Adara era un almidón de azúcar. ¿De dónde saca Julián el que ella asesinó a su propio hijo?—Julián… Perdona, pero no creo que Adara tenga corazón para acabar con la vida de su hijo cuando tú eres el padre, hasta si fuera una violación cabría una mínima posibilidad, y, aun así, lo pongo en duda. Quién te llenó la cabeza de cucarachas para que la culpes, ¿le preguntaste directamente?—
NataliaSalí de la cama desnuda, hasta hace unas tres horas fue que nos dormimos Guille y yo, a pesar de que el imbécil de Pablo quiso dañar mi boda, no se lo concedí. Vi a mi esposo, por fin mi esposo dormido profundo en la cama después de tremenda consumación matrimonial, nos cercioramos anoche en que se consumara todo.De solo recordarlo me vuelven a dar muchas ganas de subirme sobre su delicioso pene y cabalgarlo de nuevo. Pero mi bebé tenía hambre, mucha hambre diría yo. Me di un baño rápido, tomé el vestido de baño y un vestido playero para salir con las chicas a la playa como habíamos quedado.Le puse una nota en la mesa de noche a Guille, informándole donde a donde iba, porque su hijo tenía mucha hambre. Al pasar por la cabaña de mis compañeros, todos seguían dormidos o eso parecía. —acaricié mi vientre—. Mi bebé no dio tregua. De reojo vi a Adara sentada a un lado de la cabaña llorando. Me apresuré a ir a su encuentro.—¿Adara?—Se fue, anoche no me dejó decirle la verdad, y
SantosUn mes, había vivido un mes con mi novia y me parecía increíble, miré la foto de María Constanza en el escritorio y cada día me gustaba mucho verla ahí. No iba a negarlo, ella me gustaba mucho. Además, era muy receptiva en la cama; el sexo era alucinante, esa pequeña tenía resistencia y había aguantado mis faenas.Sé lo mucho que disfrutaba, le gusta mucho y para ser honesto sentía lo mismo. Abrazarla después de haberme fundido en su cálido vientre, dormir con su culo pegado a mi verga sin duda alguna era la cereza del pastel. El teléfono de la oficina me sacó de mis pensamientos.—Señor, la gerente de mercadeo necesita hablar con usted.Doña Lolita en las últimas semanas me cuidaba mucho, cree que no me doy cuenta, pero Naty su asistente, la tenía al tanto de mi noviazgo, estaba feliz de la vida, por eso me cuidaba y para variar, mi Pulga le mandaba almuerzo también.—Que pase. ¡Ah!, se me olvidaba, mi novia quedó de venir, cuando llegue que ingrese sin ser anunciada.Mi Peque
SantosAcaricié su mejilla, luego mis dedos comenzaron a delinear su silueta perfecta, la cual parecía un guitalele por lo pequeña, pero con un perfecto cuerpo, en conjunto me gustaba mucho. No era lo que acostumbraba a ver en las mujeres, no era un requisito que fueran altas, esbeltas, de una belleza increíble, no.Mi Pequeña era linda, pero yo la veo de adentro hacia afuera. Primero vi en ella lo radical que era, lo justa y en ocasiones terca, lo mandona, regañona, pero también lo dulce, lo dedicada, lo delicioso que cocinaba y lo receptiva en cuanto a intimidad me refiero.Pellizqué sus pezones y su cuerpo se estremeció, levanté su vestido del piso y caminé con ella de la mano hasta dejarlo en uno de los muebles. Luego procedí a quitarme mi traje, todo ante una hambrienta mirada de unos ojos grises.Me encontraba excitado con la idea de hacerle el amor en la oficina. Se subió al mueble y así quedó en el mismo nivel, mis manos se apoderaron de esa jugosa porción de carne que tiene e
SantosEstaban acribillando el puto timbre del apartamento, y ese debía de ser Guillermo, que solo venía a joder, ¡hoy sábado y eran las cuatro de la mañana!, pero ¿este se la fumó verde? Además, él tenía llaves. Con mi cara de puño le abrí la puerta.—Sabía que no te habías arreglado. Tenemos que estar en el aeropuerto a las ocho.—¿Y cómo para qué? ¡Se te perdieron mis putas llaves!—Te dije que no tomaras tanto anoche.—Guille, tengo un par de horas de haber llegado y quiero dormir.—¡No podemos! ¿Se te olvidó? —Me le quedé mirando…¿De qué carajo debía acordar? Si vino con un bolso de viaje y arreglado para salir era porque algo pasé por alto, peor no recuerdo si tenía un compromiso. Él siempre me ayuda con los recordatorios, parecía el secretario, en ocasiones dejando a un lado su puesto de jefe de ingeniero en la multinacional en donde trabajamos.—¿Qué compromiso tenemos?—Y eso que dices amar a Maju con tu alma. —me puse serio.Ante el nombre de una de las mujeres que más quie
SantosLlegamos al gran patio de la casa de los Abdala. La reunión se llevaría a cabo de manera familiar, pero la gran familia de Maju y César daba para que en total fueran más de cien personas. Ya había saludado a todos los invitados, quien no me agradó mucho fue la actual novia de Julián.¿Qué habrá pasado entre él y Adara? Juraría que iban a casarse, esa jovencita si era una buena mujer. En fin, cada uno se labra su propio camino. Los padres que me otorgó la vida me abrazaron con fuerza, tenía diez años por fuera. —aunque ellos me han visitado cada vez que podían desde hace mucho, no lo hacían en familia.—Sin falta mañana almuerzo en mi casa. —dijo Vladímir, ni modo de decirle, no—. Ya todos están invitados. Queremos darte la bienvenida.—Ni que no nos hubiéramos visto.—No es lo mismo las videollamadas Santos, ¿qué parte de esta es tu familia, no comprendes?—Nos vimos hace tres años en México. —Me excusé, ante Vladímir.Tenía muchos años de no estar en Colombia y a falta de unos
GuillermoSu esposo le puso su mano en los hombros, acaparó su atención, le dio un beso en los labios… Bebí otro trago de licor. ¿Qué carajos me pasaba? La gente aplaudió, nos levantamos, la quinceañera ingresaba de la mano de su padre y comenzó a sonar el vals.—Hagan la fila. —llegó Fernanda—. En orden, primero los integrantes de la familia directa, luego los tíos. Tu Santos ve a hacer la fila como uno más de sus hermanos.—¿Yo? —sonreí, Santos detestaba toda esta parafernalia.—Sí, tú. —Lo encaró Fernanda, Alejo y David se reían—. A ti te criaron como un hijo, César y Maju te ven como tal. —alzó la ceja, se encaminó dónde se encontraba Julián y Samuel esperando para bailar, a ese primer grupo se unieron los abuelos. Los dos hermanos le cedieron el turno a él como si fuera el hermano mayor.—¿Y en qué puesto quedo yo? —dije.—Con el resto de los primos, tú inicias por ser el mayor.Ni modo de refutarle a la quien apodaban Chuky. Santos se acercó a la cumplimentada y solo pude notar