SantosUn mes, había vivido un mes con mi novia y me parecía increíble, miré la foto de María Constanza en el escritorio y cada día me gustaba mucho verla ahí. No iba a negarlo, ella me gustaba mucho. Además, era muy receptiva en la cama; el sexo era alucinante, esa pequeña tenía resistencia y había aguantado mis faenas.Sé lo mucho que disfrutaba, le gusta mucho y para ser honesto sentía lo mismo. Abrazarla después de haberme fundido en su cálido vientre, dormir con su culo pegado a mi verga sin duda alguna era la cereza del pastel. El teléfono de la oficina me sacó de mis pensamientos.—Señor, la gerente de mercadeo necesita hablar con usted.Doña Lolita en las últimas semanas me cuidaba mucho, cree que no me doy cuenta, pero Naty su asistente, la tenía al tanto de mi noviazgo, estaba feliz de la vida, por eso me cuidaba y para variar, mi Pulga le mandaba almuerzo también.—Que pase. ¡Ah!, se me olvidaba, mi novia quedó de venir, cuando llegue que ingrese sin ser anunciada.Mi Peque
SantosAcaricié su mejilla, luego mis dedos comenzaron a delinear su silueta perfecta, la cual parecía un guitalele por lo pequeña, pero con un perfecto cuerpo, en conjunto me gustaba mucho. No era lo que acostumbraba a ver en las mujeres, no era un requisito que fueran altas, esbeltas, de una belleza increíble, no.Mi Pequeña era linda, pero yo la veo de adentro hacia afuera. Primero vi en ella lo radical que era, lo justa y en ocasiones terca, lo mandona, regañona, pero también lo dulce, lo dedicada, lo delicioso que cocinaba y lo receptiva en cuanto a intimidad me refiero.Pellizqué sus pezones y su cuerpo se estremeció, levanté su vestido del piso y caminé con ella de la mano hasta dejarlo en uno de los muebles. Luego procedí a quitarme mi traje, todo ante una hambrienta mirada de unos ojos grises.Me encontraba excitado con la idea de hacerle el amor en la oficina. Se subió al mueble y así quedó en el mismo nivel, mis manos se apoderaron de esa jugosa porción de carne que tiene e
GuillermoDos meses habían pasado, mi hijo ya tenía diez semanas, estábamos a un mes para casarme por la iglesia con el amor de mi vida. Hoy quedamos de hablar con el padre Castro para acordar las fechas en las que podemos conectarnos para iniciar el curso matrimonial, lo empezaremos virtual y terminará presencial. A las tres de la tarde, y será aquí en la oficina.Todo este tiempo hemos creado en un cuento de hadas, he de suponer que el amor era así, y sobre todo porque experimentamos el vivir lejos el uno del otro. Caminamos por rumbos diferentes y nada reconfortantes. En cambio, ahora, cuando nos preparamos para dar el paso ante Dios, con la seguridad de nuestros sentimientos es gratificante.Estos dos meses de matrimonio han sido maravillosos. Cuando uno se casa con amor y se tiene la convicción de que funciona con el compromiso; ese es el enlace, el amor en sí no es suficiente, se requiere el estar comprometidos a sacar este barco a como dé lugar y no hacernos a un lado ante un p
NataliaEstos tres meses de estar viviendo con Guille y dos y medio de ser su esposa me tiene volando por las nubes, aún me costaba aceptar el ser tratada de manera decente, sin tener miedo a que me golpearan, que, en vez de ofensas, recibo halagos. Todo eso lo sigo asimilando.He intensificado mi relación con mis padres, aunque a distancia. Pero ver a mamá tan feliz me llena de alegrías y al regresar a Colombia volveré a estar con ellos, ya no los evitaré para que no se dieran cuenta de mis falencias y mis hermanos no bajan a Guille del pedestal.Necesitaba tanto el poder estar en contacto con mis padres. Ahora era consciente de todo lo que perdí por una mala decisión. Mi hermano es el único enterado de los conflictos que enfrento con Pedro. Fue Guillermo quien en una charla por videollamada lo puso al tanto. A mamá la hemos dejado a un lado. Porque papá hace dos días llamó a mi marido para decirle que ya estaba al tanto de mi problema legal.Su llamado de atención fue más una retahí
María ConstanzaMe removí entre los brazos de Santos, tenía molestia menstrual, no demorará en llegarme el periodo y con ello el fin de mi acuerdo con el hombre que me tenía en sus brazos o el inicio de una relación formal y duradera. —fueron tres meses de ensueño, por momentos pensaba que no había trato entre nosotros, ha sido una relación preciosa.Hoy decidimos quedarnos en casa una vez más, sin salir a ninguna parte. De hecho, tenemos tres semanas pasando los fines de semana en casa, él trabajando en las empresas de Colombia, y yo encargándome de la casa, parecemos una pareja de esposos. Y no lo iba a negar que eso me tenía encantada.No había un lugar del apartamento que no tuviera el recuerdo de nuestros cuerpos sudorosos y jadeantes. Me encantaba verlo con sus lentes para el computador y sentado frente a su portátil, vestido con ropa deportiva mientras analizaba los balances de las empresas de marroquinería, las acciones que tenía, como las ganancias de la finca que tenía.Mien
SantosDesde que inició el fin de semana la tensión se fue formando entre nosotros y era sin duda el fin de nuestro convenio. Y lo quería proponerle a mi pulga algo, pero no sé si le agrade. Sin embargo, era de la manera en como yo me sentía cómodo. Le había dado vueltas y vueltas a la situación y no podía animarme a decirle a María Constanza mi sentir.—Vaya, te veo peor que yo, y eso que tienes a tu mujer a tu lado.—No es mi mujer, hasta ayer fue mi novia.Le respondí a Guillermo, quien cerró la puerta de la oficina. Puso a un lado su portacomidas, al no estar Natalia mi pulga le envió el almuerzo hoy.—Dile a Maco que cocina como los dioses.Al mediodía me había escrito para decirme que su amigo la había dejado en el apartamento, ya terminó clases y eso solo significa que se quedará en Colombia ahora que viajemos para la boda de Guille.—Se lo diré. ¿Cómo se encuentra Naty? —Su sonrisa fue genuina—. Natalia siempre fue para ti.—Como Maco lo es para ti, Santos, ten cuidado con lo
María ConstanzaNo iba a negarlo mi corazón quería salirse del pecho, por lo dicho todo se fue al fregadero. Su actitud me dio a entender que el acuerdo se mantenía, él quería seguir, solo que no era como lo había esperado. Desde que salió de la habitación no puedo controlar mis nervios, la piel no dejaba de enviarme corrientes nada placenteras, sino todo lo contrario, por temor, era evidente que volveré a esta recámara desde hoy mismo, —respiré profundo antes de salir del cuarto para reunirme con él.—Cálmate, él te lo advirtió. Eran dos opciones; una deseada y la que no.Tenía un fuerte nudo en la garganta. Ahora debía aclararle lo de la apuesta, como pudo escucharla daba a entender como si fuera un juego o una burla. Bajé las escaleras y parecía que caminaba hacia mi propia horca. Él estaba sin su saco, se subía las mangas de su camisa, caminaba de un lado al otro. Ver sus brazos con las mangas hasta la mitad de su antebrazo dejando ver sus vellos negros me encantaba, todo él me fa
SantosNo pude quedarme en ese apartamento, no soporté escucharla llorar y se sentía feo ser el causante de verla sufrir, pero no quería seguir haciéndole daño, en tres meses uno no se enamora. Tal vez ella dice que sí lo está desde antes, pero muy seguro era un enamoramiento de niña. Por Dios, cumplió diecinueve años y yo en dos meses cumplo treinta y cinco.Tengo horas dando vueltas y vueltas en la ciudad sin saber a dónde llegar, la verdad era que me dieron ganas de regresar… pero yo estaba dañado por dentro, no sería justo que la arrastrara con mis miedos. Detuve el auto en un bar… iba a bajar cuando ingresó la llamada de Guillermo.—Dime.—Mierda, estás más arruinado de lo que me imaginé. Maco me acaba de llamar, se preocupó por la hora y tiene rato esperándote.—Estoy bien y por ahora no puedo llegar a ese apartamento.—Hasta cuando vas a cagarla. ¿Dónde andas?—Voy a meterme a un bar.—Ven al apartamento, acá en mi casa, bebes hasta que quedes muerto. Estás conduciendo, no seas