SantosMiraba la foto de mi pulga... de María Constanza en el escritorio, era inútil concentrarme en el trabajo. Esos ojos grises parecían recriminarme, y algo en el fondo de mi ser me gritaba que estaba cometiendo el peor error de mi vida. ¿Pero qué iba a ofrecerle?, para colmo el almorzar en el casino de la empresa no fue agradable.Todo me recordó que ella lo hacía mejor, —tomé la foto en mis manos, pasé el dedo por su rostro. No era una belleza físicamente como lo era sin duda Nadina o Virginia. Mi Pequeña era divina de adentro hacia afuera, no le dieron estatura, pero si tiene un cuerpo precioso o por lo menos como a mí me gustaba, no…La expresión correcta era que ¡me encantaba! María Constanza fue hecha a mi talla justa. Para compensarla en su baja estatura le dieron personalidad, fuerza y carácter, ese del que sin duda yo carecía, por más que me vieran implacables. Solo era una pila de mentira, una coraza vacía, No le permitía a nadie ingresar, porque no tenía nada por dentro.
María ConstanzaEl avión aterrizó, iban a ser la siete de la noche. Ya estaba sana y salva en tierra firme. Bajé del avión, me dirigí a reclamar mi maleta, mis padres debían de estar esperándome en la salida de la sala del equipaje. Mientras esperaba a que saliera por la banda la preciosa maleta morada, pensé en él, en Brasil deben de ser las nueve de la noche, ya debió de haber llegado al apartamento y leído la carta.Miré el celular para ver si tenía algún mensaje y nada. De Santos no tenía nada. —¿No habrá llegado al apartamento?— Por estar pensando, la maleta se pasó de largo y me tocó correr para tomarla, ¡Dios!, debo de prestar más atención, estaba haciendo un frío descomunal en la capital.Al llegar al área de espera vi a mis progenitores esperándome, y lo pechichona surgió desde el alma, corrí en dirección a ellos, al aferrarme a sus brazos sentí cuatro manos más. Julián y Samuel también habían venido por mí y eso fue la gota que derramó mi fortaleza, me puse a llorar. No me s
SantosDesde que le envié el mensaje me senté en la sala con su carta en la mano y mirando hacia la cocina oscura y vacía… tan vacía como se sentía mi vida. Centenares de momentos llegaron a mí, imágenes en los que ingresamos juntos cuando la recogía en su escuela, o cuando su amigo la traía, al llegar a casa siempre salía a mi encuentro.Sé que… ¡Mierda!, no era esto lo que esperaba que pasara. Por años había amado la soledad, el silencio, el estar solo en mi casa, y ahora… ahora se sentía desagradable la soledad… El apartamento se sintió inmenso y demasiado frío.Volví a mirar el celular, vio el menaje, pero no contestó… me dejó. «Lo habrías hecho tú, si ella te hubiera dicho; ¿seamos amigos?» No, no me hubiera gustado, aún tenía la sensación de la resaca en el cuerpo con la borrachera de anoche, para colmo si fue cierto que llamé a César y a sus hermanos a las dos de la mañana.Hoy decidí llegar tarde porque necesitaba prepararme para verla y enfrentar a ese pequeño cuerpo que me
GuillermoMañana era mi vuelo en la noche, hoy sería mi despedida de la empresa en la que estuve, tan solo unos meses. En la noche será la celebración aquí mismo, terminé de entregarle los planos a Santos, quien en esta semana parecía un zombi, no se había quitado la barba y era evidente que en su soledad se martirizaba.He hablado con mi esposa y me dice que la actitud de Maco era muy diferente, se ha involucrado en todo lo concerniente a la boda, retomó su vida como si nada hubiera pasado, aunque sus ojos en la mañana demostraban rasgos de llanto. Era evidente lo fuerte que era esa pequeña y nos daba un ejemplo de superación admirable. Ella dio todo de su parte y si no fue suficiente, se hizo a un lado y continuó con la frente en alto.Sin embargo, mi amigo era quien llevaba la peor parte por la culpa que tenía. Naty me pidió que hablara, ya que a ella la mantiene alejada. Cuando le preguntó cómo estaba Maco y al decirle que como siempre, no quiso saber nada más y ahora no le contes
NataliaSentía que mi vida se me iba, ¿en qué momento ocurrió el Armagedón para mi existencia? Hace unos minutos veía a mi bebé en el vientre, escuché el corazón fuerte, y una vez más se afianzó esa necesidad de protegerlo con mi vida. Ahora muy seguro, debe de estar asustado, si me pasa algo… no, él depende de mí.Mientras trataban de estabilizarme Emmanuel, me concentré en mantenerme consciente y recordé todo lo que había pasado desde la llamada con Guille, me encontré con los muchachos después de la consulta, me sentía muy feliz, acariciaba mi vientre y miraba las fotos de la ecografía.Salí de la clínica y Emmanuel; ese morenazo que cada día se veía más atractivo, todos ellos eran unos rebeldes muy llamativos, deben de tener a más de una niña a sus pies y algunos ya eran profesionales.—¿Cómo va todo? —Samuel, Egan y Ernesto los vi pasando la calle al lado del carro, parece que esperaban a alguien—. Estamos esperando a Alexey…En ese momento llegó el rubio en su moto la cual aparc
María ConstanzaTodo era un caos en la familia. Decidieron reunirse en mi casa y yo seguía sin dar crédito a lo que había pasado. Me encontraba muy nerviosa y deseaba tanto que Santos me abrazara y me dijera que todo estará bien, no debería de sentir esto, pero no podía engañarme a mí misma.Mi hermano había sido detenido por homicidio junto a mi primo Alexey, a Egan y a Ernesto. Además, mi primo Emmanuel había sido herido, tía Patricia nos comentó que fueron más de cuarenta puntos a lo largo del antebrazo, la cortada fue de la muñeca al codo, y fue admirable su reacción.Nos contó que con una rapidez le quitó la bufanda a Natalia, se envolvió el brazo y no le importó su dolor, en la herida y le dio los primeros auxilios a Naty. Ahora se encontraba con el tío José Eduardo en la clínica, al igual que la familia de Natalia. El resto; papá, y mis tíos Alejo, Vladímir y Carlos se fueron a la fiscalía. El tío David venía en camino. Mi mamá junto con mis tías quedó en hacer turnos, por aho
SantosEsto era de ver y no creer. Hace unos minutos Emmanuel narró a los policías los sucesos, ahora los agentes se encontraban hablando con David y Jaime. Guillermo se encontraba al lado de Blanca quien trataba de consolarlo, aún no sabíamos nada de Natalia y esto era un verdadero martirio.En la otra banca se encontraban los padres de Naty y su hermano. Todos a la espera de noticias. De mi parte me sentaba, levantaba, caminaba de un lado al otro, no sé qué se dice en estas situaciones, me mantengo aquí para darle apoyo a mi amigo y sepa que podía contar conmigo en este trago amargo de su vida.Pero, por otro lado, no dejo de pensar en ¿Cómo estará mi pulga? Ya mañana se cumpliría ocho días de no verla y en esta situación, muy seguro lo haga. Miré por la ventana hacia la parte interna de un pequeño lugar donde había bancas y vegetación, era un jardín muy bonito, paseaban a algunos pacientes.Ya que estoy en Colombia, aprovecharé en viajar a Bucaramanga para hablar con mis hermanas,
Guillermo¿Cómo se tomaba una decisión de esas?, Naty estaba tan ilusionada con nuestro hijo que sería una traición. No podía hablar, no podía soltar una sola palabra después del grito que salió de mí, en ese momento una mano llena de arrugas me tomó del brazo.—Benjamín déjame hablar con Guillermo, estaré en la capilla.—Está bien padre.Me dejé arrastrar, no había llorado, me había mantenido firme desde que recibí esa nota de amenaza, caminaba al paso pausado del padre Castro. Para estar en los ochenta años se veía fuerte, con más vitalidad que un joven universitario. Cruzamos pasillos, bajamos escaleras, pasamos por un largo corredor; de un lado había habitaciones y del otro quedaba unas bancas, era un jardín bonito, con árboles, al fondo se vislumbraba la capilla.—Esto lo construyó Alejo, Benjamín sacó un espacio para que el enfermo encontrara consuelo y los familiares pudieran realizar sus oraciones, luego se fue convertido en una capilla pequeña donde oficializo la misa los sáb