María ConstanzaSu lengua jugaba con la mía, se sentó en el mueble sin soltarme, mi corazón latía al máximo, sus manos recorrieron mi espalda y cuando supe sus intenciones lo detuve, no por miedo, sino porque me llegó hace dos horas el periodo y salí a inyectarme. Su boca soltó mis labios, luego llegó a uno de mis senos para morder uno de mis pezones. Esto era delicioso, pero debía decirle que ahora no podemos llegar hasta el final.—Santos.—No me detengas.—Lo siento, pero si debes detenerte, me vino la menstruación hace un par de horas. —pegó su frente en mi pecho.—Tenerte en mi cama se ha convertido en una odisea.—Lo bueno cuesta. —Me besó.—Debes inyectarte.—Ya lo hice, vengo de la farmacia y Jamara me la puso. —Esa pícara mirada me sonrojó.—Lo tenías todo planeado. Pensé que no ibas a aceptar.—Esto solo durará tres meses. —afirmó.Me estaba jugando el todo por el todo, si él no se enamoraba de mí en este tiempo, lo tomaré como una experiencia, y mi sueño de ser solo de un h
GuillermoSonreí al ver a mi hermana correr para abrazarme, Adara siempre me trató como su hermano mayor, y el tenerme en ese papel, le dio una tranquilidad justa para su temor de ser secuestrada de nuevo. El tener a alguien que pudiera cuidarla y defenderla, como nos dijo su psicóloga, fue fundamental.De mi parte, yo estaba feliz de poder ayudar de esa manera. Me daba bienestar, el tener hermanos, el tener una familia, así que la ayuda emocional fue recíproca. La abracé muy fuerte. Mi linda rubia se veía preciosa. Y otra que parece una modelo era Nadina, por ser rubia, las dos parecían hermanas. La descendiente rusa era una elegante y una sencilla mujer.—Hola, Guillermo. —Nadina era pintora, se estaba abriendo camino en ese difícil mundo.—Qué lindas están.—Gracias.No dejé pasar por alto que Eros, desde lejos siempre la miraba en las reuniones y paseos familiares, parecía una reina de belleza.—Adara tengo una noticia que darte.Aún no sabían que nos encontrábamos embarazados, la
SantosEscucharla decir que le hiciera el amor fue estar en tierras inexploradas, pero también fue música instantánea. No me puse a pensar en, sí era correcto o no, solo sé que María Constanza se metió en mi pensamiento. No lograba sacarla, en la oficina solo miro su portarretrato y sonrió como tonto al saber que, al regresar del ajetreado día, mi Pequeña me recibirá en casa. La puse debajo de mí y mis manos se deslizaron cuesta arriba para sacar su bata, me alejé de su deliciosa boca, para observar una vez más sus preciosos senos, al tocarlos y comprobar de nuevo lo firmes que eran… en ese instante comprendí, he sido el único, mis manos eran las primeras en grabarse en su piel y eso me llenó de satisfacción. Introduje uno de sus pezones en mi boca para saborear esa deliciosa sensación y el sabor dulce de su piel. Desde que dormimos juntos solo me acostaba con el bóxer puesto, ahora lo único que me separa de mi objetivo era nuestra ropa interior. Comencé a bajar lo más despacio posi
NataliaNo podía evitar los nervios, y gracias a los ángeles Nadina estaba en mi casa, la gran belleza de ella no era solo su físico, sino su linda alma. Lo calmada y por qué no decirlo, su madurez. Sin duda tenía un alto manejo de las emociones. Gracias a ella me había calmado, porque yo sentía que en cualquier momento mi burbuja de felicidad se explotaría.—¿Cómo lo logras?—Lograr ¿qué?—Mantenerte calmada.—No creas, suelo tener mis arrebatos de pérdida de control y son fuertes, supongo que el tratar de entender a una persona me ha llevado a entender a todo el mundo menos a ese ser. Por qué te juro, es el único que logra sacarme de mis casillas y ante él quedo como insensata.—¿Puedo preguntar?Terminaba de maquillarme, todo será muy sencillo, pero no por eso estaré con mi rostro lavado en mi boda civil.—Preferiría que no.—Nadina, no lo tomes a mal, pero hoy llegaba Eros y muy seguro te lo encontrarás en la notaría, de ahí nos vamos a unas cabañas ya alquiladas a tres horas de a
GuillermoEl juez por fin pronunció lo que mi alma por años anhelaba, desde el mismo día en que le compré el anillo de compromiso en nuestro aniversario, cuando solo éramos unos jóvenes. Ahora, al mirarla en su madurez, a puertas de convertirse en la madre de mis hijos y por fin… Siendo mi esposa.—Los declaro marido y mujer. —Nos casamos en un país diferente, pero estamos casados después de todo—, puede besar a la novia.¿Cuál novia? ¡Es mi esposa! Ocho años después… la besé con hambre, con deseo, con fervor y anhelo.— ¡Dejen algo para la noche! —gritó Santos.— ¡Esto es una notaría! —Era la voz de Julián.—Adara, serás un mal tercio en el carro de los recién casados.Eros dio su aporte para esa relación que en cualquier momento se dirán las verdades que jamás se dijeron. No quisiera presenciar eso, pero ellos deben aclarar y por lo delicado de la situación deben ser solo ellos. En eso Eros tenía razón.» Ven con nosotros, así dejamos a los casados en uno y a los que serán los próxi
María ConstanzaLas nuevas sensaciones y experiencias me tenían a punto de gritar en el carro de Santos, —menos mal íbamos por una autopista a una velocidad considerable, me había acomodado para que le fuera más fácil acariciar mis pliegues y yo poder tocarlo, aunque por la experiencia de él, logró en menos tiempo hacerme gritar y convulsionar. Una vez logró satisfacerme, sacó los dedos y los lamió.—Eres deliciosa,Mis mejillas se sonrojaron más de lo que ya estaban por el orgasmo recibido. Me encontraba completamente mojada y el vestido recibió los estragos de la liberación. Sentí que mis mejillas se calentaron mucho más.» ¿Puedo saber la razón de tu nuevo sonrojo?—El sexo sin duda es increíble.—Es delicioso, —era mi turno, acaricié sobre su pantalón de lino su erecto pene—. Estoy conduciendo jovencita… —soltó un gemido cuando le apreté un poco su grueso falo.—Me dijiste que cuando deseara algo lo hiciera.—Aprendes demasiado rápido y… —volvió a gemir y sonreí con deleite—. Algo
María ConstanzaMe dolía la entrepierna, no hemos tenido tregua, Santos y yo, desde que nos entregaron las llaves de la cabaña, hemos hecho el amor en varios lugares, tomaremos el bañarnos juntos como un hábito, me gustaba mucho sentir sus manos enjabonándome y parece que a él también. Al llegar tanto mi hermano como Adara querían cambiar de cabaña; las querían individuales, pero por la temporada estaban agotadas. Por esa razón se quedaron con la que era doble habitación, así ellos tendrían privacidad, y la que iba a ocuparse con las chicas era de una sola habitación con dos camas individuales, las cuales pagaron para que fueran cambiadas las camas y dejaran una matrimonial para Eros y Nadina.Ese fue el primer paso de parte de ellos ante nosotros, confirmaron ante otros su relación, la cual la mantenían en secreto. Las veces que le pregunté a Eros siempre me dio como respuesta; no se debe preguntar lo que es obvio. No quiero adelantarme a los hechos, iba a analizarlos este largo fin
María ConstanzaMe escabullí, los baños no estaban tan concurridos, ingresaron cada una a un cubículo y yo aproveché para también desocupar la vejiga, pero no imaginé que tuviera tanto líquido para evacuar, ellas salieron y escuché cuando Adara le preguntó a Nadina.—¿Entonces eso de jamás volveré con Eros?... —suspiró.—Nunca he tenido voluntad con él, o tengo demasiada madurez, una de dos. En todo caso hablé con él. Está en periodo de prueba.—Nadina, los dos tienen razón y sin duda uno debe cambiar. Pero sé firme con tus decisiones. El nivel intelectual de tu novio es altísimo, con lo que para él es evidente, no se desgasta ni pierde tiempo.—¿Es perder el tiempo el que le exija darle un nombre a nuestra relación? ¿Qué me diga cuanto me ama?, Adara, lo único que medio lo incomoda a ese hombre es que otro me mire, pero jamás me dice nada a mí. Nunca ha dicho te amo, no te pongas eso, no hagas eso, no vayas a ese lugar… Nada. ¿Es mucho pedir eso o estoy enferma?—Ambos tienen razón,