Stephanie Miller.
Salí a toda velocidad de ahí. Me escondí detrás de la casa, de modo que nadie me viera, para poder calmar todas las emociones que me abrumaban. ¿Qué m****a ha sido eso?
¿Con mi hermana? ¿Me está engañando con mi hermana? ¿No se supone que la odiaba o era toda una mentira?
Suspiro al millón de preguntas que se forman en mi cabeza. Respiro profundamente e intento guardar mi compostura. No haré una escena.
Aunque mi corazón se está quebrando en mil pedazos, me niego a darles la satisfacción.
Trago el nudo en mi garganta, me arreglo la ropa y camino lentamente, erguida, como siempre lo hecho, orgullosa de mí, pero mi cara denota ninguna emoción. Llego donde están todos y me dirijo hacia papá.
“Papá, me tengo que ir. Estoy muy cansada. Fue un día muy largo y tuve muchas operaciones.”
"Querida, no deberías trabajar tanto. ¡No lo necesitas!" —dice mi padre con preocupación en sus ojos.
Sonrío tenuemente, mientras lo tomo de las manos. “Papá, has criado a una hija profesional, la cual es brillante en su campo. No dejaré de hacer lo que estoy destinada a hacer. Y eso es definitivo.”
“Siempre olvido que eres la viva imagen de tu madre. Te quiero, mi pequeña Steph.”
“Y yo a ti papá.”
Giro mi cara y veo que Matt se reincorpora a nosotros. Me mira y dice, “¿Ya te quieres ir?”
“Sí, es por eso por lo que me estoy despidiendo de todos.”
Papá, lo mira y como intuyendo que algo pasa, le dice, “cuida a mi hija. Recuerda que es mi heredera y no dudaré en romperte las piernas si alguna vez la haces sufrir.”
Él lo mira, sin ninguna emoción en su cara. Luego replica, calmadamente, “Moriría antes de hacerla sufrir.”
Yo blanqueo los ojos y me muerdo la lengua, sin poder evitarlo. Afortunadamente, nadie capta mi reacción. Luego añado, “¿vamos?”
“Sí, vamos querida.”
Matt me toma de la cintura mientras caminamos hacia el auto. Cuando llegamos ahí, Stella nos intercepta diciendo, “lo siento hermana, yo no quería, fue Matt el que me obligó.”
La miro y veo como sus lágrimas se derraman por su cara.
Matt nos mira boquiabierto y planea decir algo, pero alzo mi mano, deteniéndolo. Le digo fríamente, “aquí no. Stella, sécate esas lágrimas y regresa a la finca.”
Ella me abre los ojos y quiere rebatir, pero me acerco y con una voz fría y amenazadora le digo, “He dicho que te seques esas lágrimas y regreses a la finca. Ya hablaré contigo.”
Veo como sale corriendo. Miro a Matt y le señalo que se suba al auto.
Una vez ahí, se sienta a mi lado y me dice, “Stephanie, puedo explicarlo.”
Taylor enciende el motor y comienza el camino a casa. Yo solo me limito a mirar por la ventana, ocultando mi dolor. No, no le daré la satisfacción de ver cómo me rompió el corazón.
Sin ninguna emoción le digo, “no me interesa oírte Matthew. Ahora no.”
Él asiente a mis palabras y se queda en silencio, durante el transcurso del viaje.
Al llegar al departamento, me quito los zapatos en la entrada y sin decir nada, camino al baño para poder desvestirme.
Matthew se sienta en la cama, mientras me dice, “Querida, ¿podemos hablar? Puedo explicarlo. No es lo que parece.”
Me desvisto y me coloco mi pijama de satín negro. Salgo del baño, me detengo enfrente de él y digo, “Bien, Explícate.”
Él abre mucho sus ojos, traga saliva y dice, “ella fue la que me besó. No fue al revés. Jamás podría engañarte, Steph.”
Ira instantánea me azota y amenaza con arrasar todo a su paso. Le grito, “¿Y tú crees que yo soy idiota? Claramente, tú querías estar con ella. ¿Hace cuánto que me están engañando?
Matthew me mira asustado y me dice, “Steph, te repito. No te he engañado. Ella me siguió al baño. Por favor déjame explicarlo.”
“¡Habla!”
FLASHBACK.
“Querida, disculpa, debo ir al baño.”
“Si anda cariño.”
Me dirijo al baño de visitas en el primer piso. Cuando voy a cerrar la puerta, una mano evita que la cierre. Observo que está pasando, cuando Stella ingresa, diciendo “Matt, tengo que hablar contigo, es importante.”
Frunzo el ceño y digo, ¿no podías escoger un lugar más apropiado?”
“No puedo hablar contigo allá, porque mi hermana está encima de ti durante todo el tiempo.”
“¿Qué demonios quieres?”
“Stephanie no es lo que pretende ser. Ella te está engañando.”
“Stella, córtala con tu basura de mentiras. Steph sería incapaz de hacer algo así. A no ser que me muestres evidencia concreta de eso, no te creeré. Ahora sal de aquí.”
Luego me giro hacia el lavabo. Ella se coloca delante y se sube al lavabo, me atrapa con sus piernas y me besa. Por unos segundos, quedo completamente en shock.
Luego reacciono empujándola. Después le digo, “no vuelvas a acercarte a mí. Me das asco. ¡Mantente alejada de nosotros!”
Posterior a eso, salí rápidamente y regresé a la terraza.
FIN DE FLASHBACK.
Yo lo observo sin saber qué pensar. Es cierto que Stella tiene problemas y que es particularmente envidiosa con todo lo que respecta a mi vida. ¿Pero de ahí a que ella le robe un beso y que él no haya hecho nada? No lo creo.
“No te creo Matt. Sé que Stella es problemática. ¿Pero de ahí a encerrarte y que te robe un beso sin que hayas reaccionado? Con lo que detestas que te toquen si no son personas en las que confías. Te demoraste en rechazarla.”
Matt frunce el ceño y dice, “¿A qué te refieres, querida?”
Suspiro y grito, “¡yo los vi, Matt! Vi cómo te besabas con ella. Y créeme, que no parecía, en lo absoluto, que la ibas a rechazar. Parecía que lo estabas disfrutando.”
Él niega rotundamente diciendo, “No, querida, tienes que creerme, por favor. Yo no quería, nunca podría hacerte daño.”
Suspiro y digo, “pues felicidades, Matt. Hoy me hiciste daño. No quiero verte y tengo mucho que pensar. Vete de aquí.”
El abre los ojos y dice, “¿Me estás echando de nuestro hogar?”
“Sí, Matt. No puedo estar en el mismo lugar que tú en estos momentos. O te vas, o yo me voy.”
Él suspira resignado mientras dice, “No, querida, no es necesario. Iré a dormir al hotel.”
Luego observo como toma sus llaves y se detiene en la puerta. Se gira y dice, “Eres y siempre serás la mujer de mi vida, Steph. Solo espero que puedas creerme. Te amo siempre y para siempre.”
Yo lo veo como se marcha de nuestro hogar. Cuando escucho que la puerta se cierra, caigo rendida en la cama y todo lo que puedo hacer es llorar.
Stephanie Miller. Dos semanas después… Volví a mi hogar, luego de tener un turno largo y agotador en el hospital. Fue un día muy duro, en el cual ni siquiera tuve tiempo para almorzar. Mi último paciente murió durante la operación, debido a un paro cardiorrespiratorio. Para el tiempo en que Amelia llegó a la sala de operaciones, era demasiado tarde. Por lo tanto, de verdad que necesito un baño tibio en la bañera, una copa de vino y a dormir por el resto de la noche. Cuando entro al departamento, me esperan las luces apagadas y muchas velas iluminan el lugar. De pie, junto al pasillo, Matt me espera con un gran ramo de rosas blancas, mis favoritas. “¿Qué es esto amor? ¿Tú lo preparaste?” “Pues, sí, aunque debo reconocer que recibí un poco de ayuda. Recuérdame decirle gracias a Emily.” “¡Ah! Por eso no estuvo en el hospital a eso de las tres.” Matt me sonríe felizmente, mientras se acerca a mí. Me toma de la cintura mientras me dice con su ronca y seductora voz “Felices veinte
Matthew Anderson. Luego de que Liam me dijera que Stella está de alguna forma involucrada en las llamadas misteriosas recibidas, tanto por Steph como por mí, sentí mi sangre hervir. ¡Me puse lívido! Pero debo reconocer que no me sorprende en lo absoluto. Siempre ha envidiado a Stephanie, tanto por su familia, por sus calificaciones y por mí. Después de incidente del beso, Steph me tuvo vetado por una semana. Habló con Stella y al final escogió no creerle. Steph la amenazó y le advirtió que, si se volvía a meter en nuestra vida, hablaría con su padre. Es cierto que jamás he engañado a Steph, menos con ella, excepto por el incidente de hace dos años cuando Stella se metió a mi cama. Al final decidí no decirle nada a Steph, ya que no quería lastimarla. A pesar de haber hecho cosas con Stella yo no sabía que era ella a quien estaba tocando. Creo que la advertencia dada en esa oportunidad no surtió efecto. Eso quiere decir, que yo deberé ser más drástico, y ahora, está el lío de la tar
Stephanie Miller.Salí a toda velocidad desde el departamento, dejando a Matt enfurecido. Lo terrible de nuestra pelea, es que sé que él tiene razón.Mi hermana siempre intenta arruinar todo lo bueno que puede ocurrir en mi vida. A menudo busca excusas para que nosotros peleemos.Todas las discusiones que hemos tenido han sido por ella. No sé porque sigo cayendo por sus escusas cada vez que algo pasa y mi confianza hacia Matt se merma aún más.Siempre quise tener una hermanita. Mi niñez fue muy solitaria. Matt ha sido mi amigo, mi compañero, mi todo. Sé que no debí pelearme con él por ella, ¡lo sé!Pero una vez que entramos en modo pelea, ya no había vuelta atrás. Ambos somos demasiado testarudos, como para dar nuestro brazo a torcer. Son cosas que amamos el uno del otro.Camino sin rumbo, inmersa en mis pensamientos, decidiendo que es lo que haré. Podría ir y encarar ahora mismo a Stella, pero me siento muy afectada por mi discusión.Si la enfrentara ahora, solo permitiría herirme au
Stephanie Miller.Luego de que Matt me encontrara en el parque, volvimos al departamento a consumar la reconciliación y debo decir, que estuvo más apasionado que de costumbre. Me hizo acabar cinco veces seguidas y aún él tenía ganas de más.Es algo tan maravilloso saber de qué a pesar del tiempo, aún nos podemos amar de diferentes formas y Matt… es un amante espectacular.Cada vez que me hace el amor, me hace acabar de mil formas posibles, intentando siempre de que yo quede satisfecha antes que él.Abro mis ojos perezosamente y veo la luz tenue que se cuela entre las cortinas. Desconozco la hora que es, pero solo me alegra saber que es fin de semana y no estoy de guardia.Gimo a la realización de tener que levantarme, porque mi estomago suena y comienzo a estirarme en la cama, protestando.Cuando de repente, siento que un par de manos cálidas, comienzan a acariciar mi cadera y continúan viajando hasta llegar a mi centro, en donde es tocado furtivamente.Sonrío a la sensación que me pr
Stephanie Miller.Llegamos al hospital y nos bajamos rápidamente del auto. De inmediato se despliega el operativo de seguridad que siempre nos invade, cuando salimos juntos.Caminamos y nos subimos al ascensor hasta el octavo piso, en donde se encuentra el ala VIP. Mi padre siempre reserva esa zona del hospital, cuando alguien de la familia necesita atención médica.Entramos al ala y veo a papá escribiendo rabiosamente en su celular. Su mirada es fría, la cual hace resaltar las arrugas de su frente. Me aclaro la garganta y digo, “hola, papá.”Él levanta la mirada, nos mira a los dos y dice, “¡finalmente llegaste! ¿Por qué demoraste tanto cariño?” Se levanta de su asiento y nos saluda a ambos.Yo le contesto, “porque mi teléfono estaba en silencio dado que no estoy de guardia durante este fin de semana papá. Solo miré el teléfono cuando fui a la cocina. Pero ya estoy aquí. Iré a examinar a Stella.”“Sí, ve por favor y avísame si algo sucede.” Una voz de preocupación inunda nuestra conv
Stephanie Miller.Corro lo más rápido que puedo en dirección a la habitación de Stella. Cuando llego allí, el equipo de resucitación está haciendo sus labores para traerla de vuelta.Luce pálida, como si fuera una muñeca de trapo, sin vida. Observo a Johnson. Él me mira de vuelta diciendo, “haré todo lo que pueda para traerla de vuelta Steph.”Mi ira se apodera de mí y le grito, “¡quita tus manos de mi hermana Johnson! ¡Por tu culpa esto está pasando esto! ¡Olivia, revisa sus pupilas!”El abre mucho los ojos, mira a su lado y le dice yo lo hago, mientras exclama, “carajo. ¡Tiene una pupila dilatada no reactiva!“Llévala al quirófano, ¡¡PERO YA!!”De repente vemos como a Stella retornan sus signos vitales. Abre los ojos y comienza a vomitar. Olivia la levanta para que no se ahogue. Un segundo después comienza a tener grandes convulsiones en la camilla.Cubro mi cabeza con ambas manos mientras grito, “¡aplica 2 mg de Lorazepam! Olivia, llama al Dr. Brown para que opere a Stella. Que Joh
Stella Miller.Me despierto con un fuerte dolor de cabeza. ¿Qué demonios ocurrió? Abro los ojos lentamente y veo una cara muy familiar que me observa a solo un par de centímetros de mi rostro.Intento hablar, pero me corta en seco. “Jamás me vuelvas a involucrar en algo así de nuevo. ¿Me oíste? Casi pierdo mi trabajo y mi licencia.”Suspiro y digo, “antes de responder a tu pregunta, dime. ¿Qué demonios pasó?”Johnson se rasca la cabeza, exasperado y dice, “cuando idiotamente se te ocurrió golpearte en la cabeza con esa pistola, le diste a un aneurisma. Si, sorpresa. Tenías un aneurisma.”“Con el golpe, explotó y tu cerebro estaba sangrando. Tú me dijiste que solo eran los golpes en el cuerpo y que no necesitarías nada serio y yo como soy un completo imbécil, te creí. ¿Casi mueres, lo entiendes, cierto?Yo me limito a escúchalo, sin demostrar ninguna emoción. Luego le digo, “deja de lloriquear Johnson. ¡Compórtate como un hombre! Sí, sabía que tenía un aneurisma, y no, no quería me hic
Stephanie Miller.Luego de que el Dr. Brown nos dijera que Stella estaba bien y que su sangrado fue producto de un aneurisma cerebral, no pude evitar sentirme mal.Como neurocirujana entiendo los síntomas que provoca la condición. Sin embargo, Stella jamás nos dijo nada. Mantuvo en completo silencio sus síntomas.Matt me dice que su condición, no quita lo que ha hecho antes y que, aunque no se pudo comprobar si estuvo involucrada en el conflicto de la tarjeta de crédito y las llamadas amenazadoras, él si piensa que estaba involucrada.Honestamente, no sé qué hacer. Mi lado racional quiere hablar con papá y dejar que él lidie con toda la situación, pero, por otro lado, mi hermana me da lástima.Luego de verla, con Matt salimos de la habitación, dejándola sola. Cuando estábamos retirándonos del octavo piso, olvidé que dejé mi celular en su habitación.“¡Matt! Debo regresar. Olvidé mi celular en la habitación de Stella. Espérame aquí, no me demoro nada.”“¿Estás segura? Tú sabes que no m