Matthew Anderson.
Luego de que Liam me dijera que Stella está de alguna forma involucrada en las llamadas misteriosas recibidas, tanto por Steph como por mí, sentí mi sangre hervir. ¡Me puse lívido!
Pero debo reconocer que no me sorprende en lo absoluto. Siempre ha envidiado a Stephanie, tanto por su familia, por sus calificaciones y por mí.
Después de incidente del beso, Steph me tuvo vetado por una semana. Habló con Stella y al final escogió no creerle. Steph la amenazó y le advirtió que, si se volvía a meter en nuestra vida, hablaría con su padre.
Es cierto que jamás he engañado a Steph, menos con ella, excepto por el incidente de hace dos años cuando Stella se metió a mi cama. Al final decidí no decirle nada a Steph, ya que no quería lastimarla. A pesar de haber hecho cosas con Stella yo no sabía que era ella a quien estaba tocando.
Creo que la advertencia dada en esa oportunidad no surtió efecto. Eso quiere decir, que yo deberé ser más drástico, y ahora, está el lío de la tarjeta de crédito. No quiero que Steph tenga que lidiar con esto sola.
¡Diablos, la amo tanto que no quiero que nada la importune! Si ella lidia con su hermana sola, estoy seguro de que la engañará y le dirá cualquier tontería, con tal de salir del problema. Es una serpiente venenosa que siempre está causando problemas, donde sea que vaya.
Aún recuerdo a la pequeña Stephanie sentada al costado de la laguna, con su mirada perdida y con sus ojos de melancolía.
Pensé en ese momento: “Wow, ¡qué bella niña!” Y tuve que detenerme para recuperar mi aliento. Veinte años han pasado y me siento de la misma forma, cada vez que la miro.
¡Tengo tanta suerte de que esta bellísima mujer, me haya correspondido! Me encantaría poder colocarla en papel film y envolverla de modo que no tenga contacto con nadie, excepto conmigo, pero sé que no puedo.
Es demasiado brillante como para tenerla cautiva. El mundo necesita de su brillantez. Es de aquellas mujeres que no solo te encienden por su belleza, sino que también por su intelecto.
Stella es todo lo contrario. No fue dotada de gran inteligencia y dudo que haya heredado el coeficiente intelectual del padre.
El hombre es supremo para los negocios, a pesar de su edad. Ella ha sido expulsada de todas las escuelas de prestigio dentro de la ciudad. Es la oveja negra de la familia.
Se ha expuesto a múltiples situaciones vergonzosas, con el fin de llamar la atención o de inspirar lástima. Y ahí ha estado Steph, para sacarla de los problemas, antes de que su padre se entere.
¿Cómo esta mujer no es capaz de entender que no provoca absolutamente nada en mí? No, eso no es correcto. Si provoca muchas cosas en mí: repudio, asco, desdén.
Lo que, escapa completamente de mi conocimiento, es como hacerle algo así a tu propia hermana. Nunca lo entenderé. Con todo esto, siempre doy las gracias de que mis padres no tuvieran más hijos.
Respiro profundamente, intentando calmar mi ira burbujeante. Mi mandíbula se tensa y mi vista se oscurece.
Steph me mira, se muerde el labio, y me dice calmadamente, “cariño, yo lidiaré con mi hermana. No volverá a importunarte en el futuro, te lo prometo. Estoy segura de que debe haber una explicación lógica para todo esto. No te enojes con ella, por favor, amor.”
La miro, indignado por lo que me acaba de pedir. “No Steph. Estoy cansado de que seas tú la que siempre tiene que lidiar con las estupideces que hace tu hermana.”
“No me interesa cuáles sean sus dramas, sus penas o inseguridades. No soy psiquiatra para tener que estar lidiando con eso. Entiende, que no la quiero cerca de ti. ¿Me escuchaste? Por muy familia tuya que sea, ¡NO PERMITIRÉ QUE SE TE ACERQUE!”
Observo como Steph endurece su mirada. Eso quiere decir, que está lista para discutir, y yo también. “No me interesa lo que tú quieras Matt. Es mi hermana. Sea como sea, soy yo la que tiene que lidiar con ella. ¡No tú! ¡No es tu lugar! ¡Mi hermana, mi problema! ¿Me oíste? ¡Deja de querer ser el héroe!”
“¡Ja! Pensé que compartíamos una vida juntos, Steph, eso quiere decir, ¡que tus problemas también son los míos! Gracias por iluminarme diciéndome que no me meta en tus asuntos.”
Stephanie se toca la frente de modo de poder calmarse, pero ya es muy tarde. Ella entró en modo pelea, y yo también. Estoy muy molesto, no, ¡ESTOY ENFURECIDO!
“Esto no es negociable, Matthew.” Luego, alza la voz diciendo, “¡MANTENTE ALEJADO DE MI HERMANA! ¡No quiero ejercer ninguna opinión al respecto sin antes hablar con ella!”
A lo que yo le grito, “¡NO DEJARÉ QUE TE HAGA DAÑO DE NUEVO! ¿Cómo no lo entiendes? ¿Cómo no puedes verlo? ¡ELLA ES PURO VENENO!”
Luego añado, “¿Qué pasó hace dos semanas? ¿No recuerdas lo afectada que quedaste? ¿No te acuerdas de que casi nos costó nuestra relación? ¡Casi no crees en mi inocencia! ¡Eso es lo que hace siempre! Tergiversa la verdad y tú caes por eso en cada ocasión. ¡TE TIENE ENVIDIA! ¡Por todo lo excepcional que eres!”
Ella respira pesadamente, intentando contener su ira, mientras me dice, “Sí, ella tiene problemas, tuvo una niñez dura. No tuvo las mismas oportunidades que nosotros. Pero a ti no te corresponde juzgarla, Matt. ¡NO ES TU SANGRE!”
Me río sarcásticamente mientras le replico, “Ahora, ¿a eso se reduce todo? ¿A la sangre? Bien, doctora, dime entonces, ¿es la sangre la responsable de que tu hermana sea una zorra?”
Stephanie me mira enfurecida mientras me azota la cara de una bofetada, luego grita, “¡Vete a la m****a, Matt!”
Se marcha del departamento, dando un portazo en la puerta principal, dejándome cabreado y emputecido, con unas impetuosas ganas de ir tras ella e implorarle perdón. Pero no lo haré. Ella debe reaccionar y darse cuenta de que Stella es mala hierba. Crece sin control, ahogando y matando a todo lo que se cuele a su alrededor.
Hola queridos lectores. Si les gusta mi historia, no olviden agregarla a su libreria para que les avise cuando hayan actualizaciones de los capítulos. Y si me quieren dejar un comentario en la portada del libro, estaré muy agradecida. ¡Amor a todos! ♥
Stephanie Miller.Salí a toda velocidad desde el departamento, dejando a Matt enfurecido. Lo terrible de nuestra pelea, es que sé que él tiene razón.Mi hermana siempre intenta arruinar todo lo bueno que puede ocurrir en mi vida. A menudo busca excusas para que nosotros peleemos.Todas las discusiones que hemos tenido han sido por ella. No sé porque sigo cayendo por sus escusas cada vez que algo pasa y mi confianza hacia Matt se merma aún más.Siempre quise tener una hermanita. Mi niñez fue muy solitaria. Matt ha sido mi amigo, mi compañero, mi todo. Sé que no debí pelearme con él por ella, ¡lo sé!Pero una vez que entramos en modo pelea, ya no había vuelta atrás. Ambos somos demasiado testarudos, como para dar nuestro brazo a torcer. Son cosas que amamos el uno del otro.Camino sin rumbo, inmersa en mis pensamientos, decidiendo que es lo que haré. Podría ir y encarar ahora mismo a Stella, pero me siento muy afectada por mi discusión.Si la enfrentara ahora, solo permitiría herirme au
Stephanie Miller.Luego de que Matt me encontrara en el parque, volvimos al departamento a consumar la reconciliación y debo decir, que estuvo más apasionado que de costumbre. Me hizo acabar cinco veces seguidas y aún él tenía ganas de más.Es algo tan maravilloso saber de qué a pesar del tiempo, aún nos podemos amar de diferentes formas y Matt… es un amante espectacular.Cada vez que me hace el amor, me hace acabar de mil formas posibles, intentando siempre de que yo quede satisfecha antes que él.Abro mis ojos perezosamente y veo la luz tenue que se cuela entre las cortinas. Desconozco la hora que es, pero solo me alegra saber que es fin de semana y no estoy de guardia.Gimo a la realización de tener que levantarme, porque mi estomago suena y comienzo a estirarme en la cama, protestando.Cuando de repente, siento que un par de manos cálidas, comienzan a acariciar mi cadera y continúan viajando hasta llegar a mi centro, en donde es tocado furtivamente.Sonrío a la sensación que me pr
Stephanie Miller.Llegamos al hospital y nos bajamos rápidamente del auto. De inmediato se despliega el operativo de seguridad que siempre nos invade, cuando salimos juntos.Caminamos y nos subimos al ascensor hasta el octavo piso, en donde se encuentra el ala VIP. Mi padre siempre reserva esa zona del hospital, cuando alguien de la familia necesita atención médica.Entramos al ala y veo a papá escribiendo rabiosamente en su celular. Su mirada es fría, la cual hace resaltar las arrugas de su frente. Me aclaro la garganta y digo, “hola, papá.”Él levanta la mirada, nos mira a los dos y dice, “¡finalmente llegaste! ¿Por qué demoraste tanto cariño?” Se levanta de su asiento y nos saluda a ambos.Yo le contesto, “porque mi teléfono estaba en silencio dado que no estoy de guardia durante este fin de semana papá. Solo miré el teléfono cuando fui a la cocina. Pero ya estoy aquí. Iré a examinar a Stella.”“Sí, ve por favor y avísame si algo sucede.” Una voz de preocupación inunda nuestra conv
Stephanie Miller.Corro lo más rápido que puedo en dirección a la habitación de Stella. Cuando llego allí, el equipo de resucitación está haciendo sus labores para traerla de vuelta.Luce pálida, como si fuera una muñeca de trapo, sin vida. Observo a Johnson. Él me mira de vuelta diciendo, “haré todo lo que pueda para traerla de vuelta Steph.”Mi ira se apodera de mí y le grito, “¡quita tus manos de mi hermana Johnson! ¡Por tu culpa esto está pasando esto! ¡Olivia, revisa sus pupilas!”El abre mucho los ojos, mira a su lado y le dice yo lo hago, mientras exclama, “carajo. ¡Tiene una pupila dilatada no reactiva!“Llévala al quirófano, ¡¡PERO YA!!”De repente vemos como a Stella retornan sus signos vitales. Abre los ojos y comienza a vomitar. Olivia la levanta para que no se ahogue. Un segundo después comienza a tener grandes convulsiones en la camilla.Cubro mi cabeza con ambas manos mientras grito, “¡aplica 2 mg de Lorazepam! Olivia, llama al Dr. Brown para que opere a Stella. Que Joh
Stella Miller.Me despierto con un fuerte dolor de cabeza. ¿Qué demonios ocurrió? Abro los ojos lentamente y veo una cara muy familiar que me observa a solo un par de centímetros de mi rostro.Intento hablar, pero me corta en seco. “Jamás me vuelvas a involucrar en algo así de nuevo. ¿Me oíste? Casi pierdo mi trabajo y mi licencia.”Suspiro y digo, “antes de responder a tu pregunta, dime. ¿Qué demonios pasó?”Johnson se rasca la cabeza, exasperado y dice, “cuando idiotamente se te ocurrió golpearte en la cabeza con esa pistola, le diste a un aneurisma. Si, sorpresa. Tenías un aneurisma.”“Con el golpe, explotó y tu cerebro estaba sangrando. Tú me dijiste que solo eran los golpes en el cuerpo y que no necesitarías nada serio y yo como soy un completo imbécil, te creí. ¿Casi mueres, lo entiendes, cierto?Yo me limito a escúchalo, sin demostrar ninguna emoción. Luego le digo, “deja de lloriquear Johnson. ¡Compórtate como un hombre! Sí, sabía que tenía un aneurisma, y no, no quería me hic
Stephanie Miller.Luego de que el Dr. Brown nos dijera que Stella estaba bien y que su sangrado fue producto de un aneurisma cerebral, no pude evitar sentirme mal.Como neurocirujana entiendo los síntomas que provoca la condición. Sin embargo, Stella jamás nos dijo nada. Mantuvo en completo silencio sus síntomas.Matt me dice que su condición, no quita lo que ha hecho antes y que, aunque no se pudo comprobar si estuvo involucrada en el conflicto de la tarjeta de crédito y las llamadas amenazadoras, él si piensa que estaba involucrada.Honestamente, no sé qué hacer. Mi lado racional quiere hablar con papá y dejar que él lidie con toda la situación, pero, por otro lado, mi hermana me da lástima.Luego de verla, con Matt salimos de la habitación, dejándola sola. Cuando estábamos retirándonos del octavo piso, olvidé que dejé mi celular en su habitación.“¡Matt! Debo regresar. Olvidé mi celular en la habitación de Stella. Espérame aquí, no me demoro nada.”“¿Estás segura? Tú sabes que no m
Stephanie Miller.Dos meses después.Después de un largo día de operaciones y procedimientos, solo quiero llegar a dormir. Llego a casa y me dejo caer en la cama, totalmente aturdida por el cansancio.De repente, el sonido incipiente de mi celular molesta mi estado perezoso. A regañadientes miro el teléfono y veo en la pantalla el nombre de Amelia.Cierro los ojos, suspiro y le contesto. “¿Qué pasa? No es como si no me hubieras visto hoy.”“No te atrevas a dormirte Steph. Hoy es ¡Noche de chicas!”“¡Oh no!”“Oh sí, como tu dama de honor es mi deber, darte tu última noche de soltera y tu me obedecerás en todo. ¿Está claro?”“¿Puedo cancelar? No quiero salir hoy Amelia.”“¡Diablos no! Con Emily preparamos todo. La pandilla ya está avisada y nos estarán esperando. La limosina pasará a buscarte a las 21:00. Debes estar lista Steph.”“Está bien. Iré a cambiarme entonces.”“Perfecto. Nos vemos en un rato, reina.”Ambas cortamos, cuando siento la puerta abrirse. Me asomo y veo a Matt entrar
Stephanie Miller.Me desperté con un fuerte dolor de cabeza y me sentí como si me hubiera atropellado un auto. No puedo creer mi suerte.La ocasión que decido salir con las chicas, y nos drogan. Es como si una nube negra me invadiera a donde quiera que vaya.Me siento en la cama, sintiéndome mejor de lo que merezco. Me rasco los ojos cuando veo a Matt sentado a los pies de la cama mirándome seriamente.Ver sus ojos fríos hace que me recorra un escalofrío por la espina. Trago fuerte y pregunto. “¿Qué pasó anoche?”Él levanta una ceja y dice. “Eso mismo te quiero preguntar. ¿Qué pasó anoche, Stephanie?”Frunzo el ceño y replico, “¿A qué parte te refieres? Porque según recuerdo, pasaron varias cosas anoche.”Matt hace una mueca y dice, “¿A sí? Comienza desde el principio entonces. Porque déjame decirte que en el estado en que las recogimos, fue absolutamente deplorable.”Abro mucho los ojos y puedo ver que está enojado. No, raya eso. Esta furioso. Suspiro y digo. “Llegamos al club, nos p