Stephanie Miller.
Salí a toda velocidad desde el departamento, dejando a Matt enfurecido. Lo terrible de nuestra pelea, es que sé que él tiene razón.
Mi hermana siempre intenta arruinar todo lo bueno que puede ocurrir en mi vida. A menudo busca excusas para que nosotros peleemos.
Todas las discusiones que hemos tenido han sido por ella. No sé porque sigo cayendo por sus escusas cada vez que algo pasa y mi confianza hacia Matt se merma aún más.
Siempre quise tener una hermanita. Mi niñez fue muy solitaria. Matt ha sido mi amigo, mi compañero, mi todo. Sé que no debí pelearme con él por ella, ¡lo sé!
Pero una vez que entramos en modo pelea, ya no había vuelta atrás. Ambos somos demasiado testarudos, como para dar nuestro brazo a torcer. Son cosas que amamos el uno del otro.
Camino sin rumbo, inmersa en mis pensamientos, decidiendo que es lo que haré. Podría ir y encarar ahora mismo a Stella, pero me siento muy afectada por mi discusión.
Si la enfrentara ahora, solo permitiría herirme aun más de lo que ya lo ha hecho. Cada día que pasa, me pregunto porque mi hermana me odia.
Creo que el ser una hija nacida fuera del matrimonio, ha hecho que sea resentida.
Cuando supimos que tenía una hermana, yo tenía quince años y ella diez. Fue un gran escándalo en realidad, dado que ella venia de una familia promedio. Iba a la escuela pública, sus calificaciones no eran excelentes y no había nada en lo que ella destacara.
A pesar de todo, mamá la aceptó y cada vez que venía a la casa, nunca hizo diferencias entre las dos. Con los años vine a entender, lo noble que fue mi mamá.
Seguí caminando, hasta que llegué al parque donde conocí por primera vez a Matt. Automáticamente, mi enojo se disipó.
Suspiro mientras coloco mi mano en mi corazón, recordando lo que este lugar significa para nosotros.
Tomo mi celular con la intención de llamarlo y decirle que la pelea fue un error, cuando de repente, alguien me quita el teléfono de las manos. Levanto mi cabeza para observar al ladrón, cuando veo a Matt de pie frente a mí.
Sus ojos brillan de arrepentimiento mientras me dice, “no debí decirte esas cosas cariño. Tienes razón. No me corresponde.”
Yo suspiro, le sonrío y comienzo a llorar sin poder detenerme. Me cubro la cara sin querer que él me vea en ese estado.
Matt reacciona abrazándome, entregándome todo su amor. Me dice, “ya cariño, tranquila. Lo sé, lo sé. Ambos lo arruinamos.”
El llena con palabras el vacío que sentí en mi interior al no tenerlo. Me acaricia la cabeza y besa mi frente.
Logro tranquilizarme, luego de unos momentos de llanto intenso.
Luego le digo, “lo siento Matt. Sé que todo lo que dijiste es cierto. Sé que ella me odia y lo más probable es que este detrás de las llamadas que hemos recibido. Pero me siento obligada a tener que defenderla, sin importar que.”
Matt me mira con su mirada tierna y llena de amor, diciendo, “cariño, tu no estas obligada a nada. Fue tu papá quien tuvo su desliz.”
“Es él el que tiene que lidiar con ella, no tú. Tú has hecho tu parte. Has creado espacios en donde las dos puedan acercarse y es ella la que maliciosamente te aleja. La verdad amor es que no quiero verte sufrir. ¡No quiero que vuelva a herirte!”
Asiento a sus palabras, estando de acuerdo con todo lo que me dice.
Reflexiono por unos momentos cuando replico, “siento como si tuviera una deuda con ella. Me siento privilegiada por la vida que he tenido, en comparación a Stella. Y tienes razón. Mi padre es el que debe lidiar con ella. Debo dejar que tenga injerencia en mi vida.”
Matt me abraza más fuerte mientras dice, “¿Viniste aquí intencionalmente?”
Yo lo miro y le respondo, “No. Sali del departamento, sin rumbo fijo. Cuando volví a mis cabales, me di cuenta de que había venido para acá. Desconozco cuanto tiempo ha pasado, la hora que es. ¿Cómo supiste que estaría aquí?”
“No lo sabía,” me replica.
Luego añade, “una vez que te fuiste del departamento, me tomó diez minutos en calmarme. Después vi la cena que te preparé, las flores que dejaste en el suelo y supe que tenía que venir por ti.”
“A decir verdad, en el momento que te fuiste quise ir detrás de ti, rogando tu perdón. Pero quise calmarme primero, antes de aparecer delante de ti.”
Yo sonrío a sus palabras y le digo, “también yo amor. A penas salí del departamento, supe que lo había arruinado. Pero como estábamos en modo pelea, seguí adelante. Si no sabias que vendría para acá, “¿Por qué estás tú aquí?”
Él me sonríe divertido mientras dice, “supuse que vendrías aquí, dado a la historia de este lugar en nuestra relación.”
Asiento con satisfacción a sus palabras, mientras le digo, “¿Qué haremos con Stella?”
Matt reflexiona por unos momentos, luego responde, “¿de verdad quieres mi opinión?”
Yo lo miro a los ojos fijamente y luego le digo, “siempre quiero tu opinión Matt. Tú me haces ver las cosas desde otra perspectiva.”
Él me sonríe y me besa tiernamente. Coloco mis brazos, alrededor suyo e intensifico mi beso, queriendo sentirlo, añorando poder decirle con mis labios, cuanto lo siento.
Matt se detiene, me sonríe y termina besando mi frente. Luego añade, “no puedo seguir besándote así cariño. De lo contrario, la gente comenzará a mirarme de forma extraña.”
Yo inocentemente le replico, “¿a qué te refieres?”
Él se ríe divertido mientras me dice, “a que tus besos me excitan amor. Si continuamos así, pronto dejará de ser una película para todo público y se convertirá, solo para mayores.”
Instintivamente bajo mi mirada a sus pantalones y comienzo a reírme, entendiendo lo que él intentaba decirme. Asiento a sus palabras y le entrelazo mi mano con la suya.
Comenzamos a caminar, mientras él me dice, “volviendo al tema de Stella, creo que ya es hora de involucrar a tu padre. Las cosas se están saliendo de control y de verdad que no quiero que tengas que hablar con ella. Menos estando sola. Prométeme, cariño que no te enfrentaras a ella sola.”
Yo asiento a sus palabras y luego añado, “te lo prometo. No hablaré con ella estando a solas. Y tienes razón. Es hora de involucrar a papá.”
Stephanie Miller.Luego de que Matt me encontrara en el parque, volvimos al departamento a consumar la reconciliación y debo decir, que estuvo más apasionado que de costumbre. Me hizo acabar cinco veces seguidas y aún él tenía ganas de más.Es algo tan maravilloso saber de qué a pesar del tiempo, aún nos podemos amar de diferentes formas y Matt… es un amante espectacular.Cada vez que me hace el amor, me hace acabar de mil formas posibles, intentando siempre de que yo quede satisfecha antes que él.Abro mis ojos perezosamente y veo la luz tenue que se cuela entre las cortinas. Desconozco la hora que es, pero solo me alegra saber que es fin de semana y no estoy de guardia.Gimo a la realización de tener que levantarme, porque mi estomago suena y comienzo a estirarme en la cama, protestando.Cuando de repente, siento que un par de manos cálidas, comienzan a acariciar mi cadera y continúan viajando hasta llegar a mi centro, en donde es tocado furtivamente.Sonrío a la sensación que me pr
Stephanie Miller.Llegamos al hospital y nos bajamos rápidamente del auto. De inmediato se despliega el operativo de seguridad que siempre nos invade, cuando salimos juntos.Caminamos y nos subimos al ascensor hasta el octavo piso, en donde se encuentra el ala VIP. Mi padre siempre reserva esa zona del hospital, cuando alguien de la familia necesita atención médica.Entramos al ala y veo a papá escribiendo rabiosamente en su celular. Su mirada es fría, la cual hace resaltar las arrugas de su frente. Me aclaro la garganta y digo, “hola, papá.”Él levanta la mirada, nos mira a los dos y dice, “¡finalmente llegaste! ¿Por qué demoraste tanto cariño?” Se levanta de su asiento y nos saluda a ambos.Yo le contesto, “porque mi teléfono estaba en silencio dado que no estoy de guardia durante este fin de semana papá. Solo miré el teléfono cuando fui a la cocina. Pero ya estoy aquí. Iré a examinar a Stella.”“Sí, ve por favor y avísame si algo sucede.” Una voz de preocupación inunda nuestra conv
Stephanie Miller.Corro lo más rápido que puedo en dirección a la habitación de Stella. Cuando llego allí, el equipo de resucitación está haciendo sus labores para traerla de vuelta.Luce pálida, como si fuera una muñeca de trapo, sin vida. Observo a Johnson. Él me mira de vuelta diciendo, “haré todo lo que pueda para traerla de vuelta Steph.”Mi ira se apodera de mí y le grito, “¡quita tus manos de mi hermana Johnson! ¡Por tu culpa esto está pasando esto! ¡Olivia, revisa sus pupilas!”El abre mucho los ojos, mira a su lado y le dice yo lo hago, mientras exclama, “carajo. ¡Tiene una pupila dilatada no reactiva!“Llévala al quirófano, ¡¡PERO YA!!”De repente vemos como a Stella retornan sus signos vitales. Abre los ojos y comienza a vomitar. Olivia la levanta para que no se ahogue. Un segundo después comienza a tener grandes convulsiones en la camilla.Cubro mi cabeza con ambas manos mientras grito, “¡aplica 2 mg de Lorazepam! Olivia, llama al Dr. Brown para que opere a Stella. Que Joh
Stella Miller.Me despierto con un fuerte dolor de cabeza. ¿Qué demonios ocurrió? Abro los ojos lentamente y veo una cara muy familiar que me observa a solo un par de centímetros de mi rostro.Intento hablar, pero me corta en seco. “Jamás me vuelvas a involucrar en algo así de nuevo. ¿Me oíste? Casi pierdo mi trabajo y mi licencia.”Suspiro y digo, “antes de responder a tu pregunta, dime. ¿Qué demonios pasó?”Johnson se rasca la cabeza, exasperado y dice, “cuando idiotamente se te ocurrió golpearte en la cabeza con esa pistola, le diste a un aneurisma. Si, sorpresa. Tenías un aneurisma.”“Con el golpe, explotó y tu cerebro estaba sangrando. Tú me dijiste que solo eran los golpes en el cuerpo y que no necesitarías nada serio y yo como soy un completo imbécil, te creí. ¿Casi mueres, lo entiendes, cierto?Yo me limito a escúchalo, sin demostrar ninguna emoción. Luego le digo, “deja de lloriquear Johnson. ¡Compórtate como un hombre! Sí, sabía que tenía un aneurisma, y no, no quería me hic
Stephanie Miller.Luego de que el Dr. Brown nos dijera que Stella estaba bien y que su sangrado fue producto de un aneurisma cerebral, no pude evitar sentirme mal.Como neurocirujana entiendo los síntomas que provoca la condición. Sin embargo, Stella jamás nos dijo nada. Mantuvo en completo silencio sus síntomas.Matt me dice que su condición, no quita lo que ha hecho antes y que, aunque no se pudo comprobar si estuvo involucrada en el conflicto de la tarjeta de crédito y las llamadas amenazadoras, él si piensa que estaba involucrada.Honestamente, no sé qué hacer. Mi lado racional quiere hablar con papá y dejar que él lidie con toda la situación, pero, por otro lado, mi hermana me da lástima.Luego de verla, con Matt salimos de la habitación, dejándola sola. Cuando estábamos retirándonos del octavo piso, olvidé que dejé mi celular en su habitación.“¡Matt! Debo regresar. Olvidé mi celular en la habitación de Stella. Espérame aquí, no me demoro nada.”“¿Estás segura? Tú sabes que no m
Stephanie Miller.Dos meses después.Después de un largo día de operaciones y procedimientos, solo quiero llegar a dormir. Llego a casa y me dejo caer en la cama, totalmente aturdida por el cansancio.De repente, el sonido incipiente de mi celular molesta mi estado perezoso. A regañadientes miro el teléfono y veo en la pantalla el nombre de Amelia.Cierro los ojos, suspiro y le contesto. “¿Qué pasa? No es como si no me hubieras visto hoy.”“No te atrevas a dormirte Steph. Hoy es ¡Noche de chicas!”“¡Oh no!”“Oh sí, como tu dama de honor es mi deber, darte tu última noche de soltera y tu me obedecerás en todo. ¿Está claro?”“¿Puedo cancelar? No quiero salir hoy Amelia.”“¡Diablos no! Con Emily preparamos todo. La pandilla ya está avisada y nos estarán esperando. La limosina pasará a buscarte a las 21:00. Debes estar lista Steph.”“Está bien. Iré a cambiarme entonces.”“Perfecto. Nos vemos en un rato, reina.”Ambas cortamos, cuando siento la puerta abrirse. Me asomo y veo a Matt entrar
Stephanie Miller.Me desperté con un fuerte dolor de cabeza y me sentí como si me hubiera atropellado un auto. No puedo creer mi suerte.La ocasión que decido salir con las chicas, y nos drogan. Es como si una nube negra me invadiera a donde quiera que vaya.Me siento en la cama, sintiéndome mejor de lo que merezco. Me rasco los ojos cuando veo a Matt sentado a los pies de la cama mirándome seriamente.Ver sus ojos fríos hace que me recorra un escalofrío por la espina. Trago fuerte y pregunto. “¿Qué pasó anoche?”Él levanta una ceja y dice. “Eso mismo te quiero preguntar. ¿Qué pasó anoche, Stephanie?”Frunzo el ceño y replico, “¿A qué parte te refieres? Porque según recuerdo, pasaron varias cosas anoche.”Matt hace una mueca y dice, “¿A sí? Comienza desde el principio entonces. Porque déjame decirte que en el estado en que las recogimos, fue absolutamente deplorable.”Abro mucho los ojos y puedo ver que está enojado. No, raya eso. Esta furioso. Suspiro y digo. “Llegamos al club, nos p
Stephanie Miller. “Qué gusto verte aquí, nena. Ya estaba extrañando tu aroma.” ¿Quién mierda es?Luego de un minuto de confusión extrema, me zafo de su agarre y me levanto de golpe. Abro mucho los ojos, al darme cuenta de que no es otro que Vicenzo.Él, al darse cuenta de que lo reconocí, esboza una sonrisa divertida mientras dice. “Qué gusto que ya estés bien. Me agrada más la versión de Stephanie sin el efecto de las drogas.”“No me malinterpretes, eres bastante candente de esa forma. Aunque en ambas versiones, sigues siendo… luchadora.”Frunzo el ceño mientras le digo. “¿Cómo sabes el asunto de las drogas?”Él abre los ojos y dice. “Y aún no lo recuerdas. Bueno, te lo dejaré de tarea, nena.”Voy a refutar, cuando somos interrumpidos por Matt. Nos mira a ambos y dice. “Veo que ya conociste a mi prometida.”Los miro a ambos, frunzo el ceño y digo. “¿De dónde se conocen?”Matt me dice. “Él es el dueño del bar en el que estaban anoche y también es el dueño de este restaurante.”Me que