Stephanie Miller.Dos meses después.Después de un largo día de operaciones y procedimientos, solo quiero llegar a dormir. Llego a casa y me dejo caer en la cama, totalmente aturdida por el cansancio.De repente, el sonido incipiente de mi celular molesta mi estado perezoso. A regañadientes miro el teléfono y veo en la pantalla el nombre de Amelia.Cierro los ojos, suspiro y le contesto. “¿Qué pasa? No es como si no me hubieras visto hoy.”“No te atrevas a dormirte Steph. Hoy es ¡Noche de chicas!”“¡Oh no!”“Oh sí, como tu dama de honor es mi deber, darte tu última noche de soltera y tu me obedecerás en todo. ¿Está claro?”“¿Puedo cancelar? No quiero salir hoy Amelia.”“¡Diablos no! Con Emily preparamos todo. La pandilla ya está avisada y nos estarán esperando. La limosina pasará a buscarte a las 21:00. Debes estar lista Steph.”“Está bien. Iré a cambiarme entonces.”“Perfecto. Nos vemos en un rato, reina.”Ambas cortamos, cuando siento la puerta abrirse. Me asomo y veo a Matt entrar
Stephanie Miller.Me desperté con un fuerte dolor de cabeza y me sentí como si me hubiera atropellado un auto. No puedo creer mi suerte.La ocasión que decido salir con las chicas, y nos drogan. Es como si una nube negra me invadiera a donde quiera que vaya.Me siento en la cama, sintiéndome mejor de lo que merezco. Me rasco los ojos cuando veo a Matt sentado a los pies de la cama mirándome seriamente.Ver sus ojos fríos hace que me recorra un escalofrío por la espina. Trago fuerte y pregunto. “¿Qué pasó anoche?”Él levanta una ceja y dice. “Eso mismo te quiero preguntar. ¿Qué pasó anoche, Stephanie?”Frunzo el ceño y replico, “¿A qué parte te refieres? Porque según recuerdo, pasaron varias cosas anoche.”Matt hace una mueca y dice, “¿A sí? Comienza desde el principio entonces. Porque déjame decirte que en el estado en que las recogimos, fue absolutamente deplorable.”Abro mucho los ojos y puedo ver que está enojado. No, raya eso. Esta furioso. Suspiro y digo. “Llegamos al club, nos p
Stephanie Miller. “Qué gusto verte aquí, nena. Ya estaba extrañando tu aroma.” ¿Quién mierda es?Luego de un minuto de confusión extrema, me zafo de su agarre y me levanto de golpe. Abro mucho los ojos, al darme cuenta de que no es otro que Vicenzo.Él, al darse cuenta de que lo reconocí, esboza una sonrisa divertida mientras dice. “Qué gusto que ya estés bien. Me agrada más la versión de Stephanie sin el efecto de las drogas.”“No me malinterpretes, eres bastante candente de esa forma. Aunque en ambas versiones, sigues siendo… luchadora.”Frunzo el ceño mientras le digo. “¿Cómo sabes el asunto de las drogas?”Él abre los ojos y dice. “Y aún no lo recuerdas. Bueno, te lo dejaré de tarea, nena.”Voy a refutar, cuando somos interrumpidos por Matt. Nos mira a ambos y dice. “Veo que ya conociste a mi prometida.”Los miro a ambos, frunzo el ceño y digo. “¿De dónde se conocen?”Matt me dice. “Él es el dueño del bar en el que estaban anoche y también es el dueño de este restaurante.”Me que
Stephanie Miller. ¡El día llegó! Jamás creí que el día de la boda llegaría. Veinte años en compañía del mismo hombre, parece un sueño. No pude dormir en toda la noche, ansiosa por lo que sucedería hoy. Me siento en la cama y a mi lado me está esperando una bandeja con desayuno. En ella, una rosa blanca y una tarjeta. La abro y leo lo que dice. “Te amo querida. No puedo esperar a ser tu esposo. Nos vemos en un rato. Un beso, Matt.” Sonrío a lo que leo y guardo la tarjeta en el sobre. Como mi desayuno, cuando el sonido del celular interrumpe mis pensamientos. “¿Aló?” “Buenos días, futura señora Anderson. ¿Durmió bien?” Sonrío a su saludo y le digo. “Me encantaría decir que dormí excelente, pero de verdad no dormí mucho. Estuve inquieta, ansiosa. “¿Me extrañaste?” Sonrío coqueta y respondo. “Siempre.” Escucho como suspira mientras me dice. “Soñé contigo. Y se sintió tan real. Aún puedo sentir la suavidad tu piel.” Me muerdo el labio mientras le digo. “Falta muy poco para que pod
Stephanie Miller.Vicenzo toma mi mano y me lleva rápidamente a su auto. Él comienza a conducir a toda velocidad. Mis lágrimas corren por mis mejillas y no puedo evitar sentir que mi pecho se rompió en mil pedazos.Miro por la ventana hacia la vida que tenía, y que ha sido destruida en un instante. Mi amado, el que fue mi compañero por veinte años, me engañó. Destruyo nuestro vínculo, se burló de mi confianza y de mi amor.Vicenzo no dice nada, solo se limita a mirarme y en ocasiones me da apretones cariñosos en mi mano.Después de lo que parece una eternidad, escucho que se aclara la garganta y me dice. “Nena, no sé qué es lo que ocurrió y no te presionaré para que me digas, pero por lo que veo, saliste sin celular y tus amigas y tu padre, estarán preocupados por ti.”Suspiro a lo que me dice, y sé que tiene razón. Le digo, “tienes razón. ¿Me prestas tu celular?”Veo que lo saca desde su bolsillo interno de la chaqueta. Me lo entrega. Observo la pantalla, por unos minutos. Respiro y
Stephanie Miller.Abro mucho los ojos, al ver los sesenta mensajes de texto provenientes de Matt. Trago fuerte y siento como la bilis se me sube a la garganta.Vicenzo levanta una ceja y me dice. “¿Qué es lo que pasa, nena?”En un susurro, le digo. “Es Matt.”Él frunce el ceño mientras pregunta. “¿Qué sucede con Matt?”Le muestro el celular y él se dirige a verlo. Frunce más el ceño y dice. “¿Quieres leerlos? ¿Quieres que los borre? ¿Quieres que yo los lea? Lo que desees, lo haré. Pero debes decirme qué es lo que quieres, nena.”Siento que las lágrimas amenazan con salir, pero otra cosa también amenaza con salir. Corro al baño y vacío mi estómago completamente.Como no he comido nada, lo único que vomité fue bilis. Los tres me siguen al baño, mientras es Vicenzo quien me acaricia la espalda.Me dice. “Ya, ya, nena. Déjalo salir.”Le empujo el brazo mientras le digo. “Déjame sola, soy asquerosa.”Su enojo es absoluto al tomarme la cara con ambas manos fuertemente, mientras ambos estamo
Stephanie Miller.Desbloqueo lentamente mi celular mientras siento como mi corazón late enloquecido. Respiro profundo e ingreso a la aplicación de mensajes. La abro y puedo leer:Domingo, 22:30 p.m.Matt: Steph, necesito hablar contigo. ¿Dónde estás?Matt: Por favor querida, déjame explicarte. Ese sí soy yo, pero no soy yo.Matt: Stephanie, contesta el teléfono.Matt: Estoy preocupado por ti. Dime, ¿Dónde estás? Solo dime que estás bien y no te molesto otra vez.Matt: Steph, ambos nos equivocamos. Recuerda que también tengo las fotos en las que apareces con un tipo. Eso no puede ser inventado.Matt: Vamos, querida. Podemos vencer esto. Hemos estado toda una vida juntos. ¿Permitirás que esto nos separe?Lunes, 2.33 a.m.Matt: Stephanie, estoy muy preocupado por ti. Te hemos buscado por todos lados y tu padre se niega a decirme donde estás. Por favor solo dime que estás bien. Necesito saber de ti, necesito escuchar tu voz. Necesito…Lunes, 10:52 a.m.Matt: Stephanie, ¿dónde mierda estás
Stephanie Miller.Luego de ver como las tres se marchaban a realizar lo necesario, nos quedamos solos con Vicenzo, en la oficina de Marie.Él, al intuir mi incomodidad, me pregunta. “¿Qué pasa, nena?”Lo observo nerviosa por unos momentos y luego le digo. “Me inquieta que Matt esté aquí. Honestamente, Vicenzo, no quiero verlo.”Él asiente mientras dice. “Pues no lo veas. Nadie te puede obligar a hacer lo que no quieras hacer.”Asiento en silencio. Luego suspiro y le digo. “Tengo una pregunta hipotética.”Él me mira serio, mientras dice. “Te escucho.”“Si quisiera desaparecer, es decir, irme fuera del país, sin que nadie lo sepa, ¿Cómo lo hago?”Veo como sonríe ante mis preguntas, luego dice. “Veo que ya tomaste tu decisión, nena. No hace falta de que sea hipotético.”Me muerdo el labio y no puedo evitar colocar mi cara de culpable. Él añade. “Es fácil. Si quieres desaparecer y que solo algunas personas estén en conocimiento, se puede realizar.”“Ahora, tu nombre es conocido por toda l