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— ¿Creíste que podías huir con mi cachorro? —su voz masculina surgió de la oscuridad logrando que me estremeciera.Alcé la vista de inmediato.Las cadenas alrededor de mis muñecas tintinearon por el movimiento. Algo se agitó en mi pecho haciéndome sentir indefensa.Asustada.— ¿Qué no podría rastrearte?Me tensé cuando sus ojos se clavaron a los míos y de repente lo vi acercándose paso a paso en mi dirección antes de rodearme como si estuviera percatándose de algo.— ¿Qué no podía olerte?Parecía estarme cazando como un lobo a su presa.Sin embargo, aunque yo estaba en desventaja ahora, no soy fácil de vencer.No cuando tengo tanto que perder.No obstante, podía sentir algo mucho más intenso e inquietante dentro de mí. Algo que yo misma sabía qué era pero que al mismo tiempo me daba vergüenza de admitir.— ¿Qué yo te dejaría ir? Él murmuró justo detrás de mí pegando su pecho a mi espalda y su boca a mi oreja, incendiando mi cuerpo aunque de manera involuntaria. Sus manos cubrieron
UN AÑO ANTES: De un momento a otro lo había perdido todo.Ya no era nadie.Su título se fue con su padre quien cobardemente había huido de su propia patria.Mientras aún no pudiera ir al Tercer Reino en busca de aliados para recuperar su trono debía permanecer bajo perfil pero esa tarde había olvidado todo.—¡Paren! ¡Por favor! ¡Van a matarle!La Thalassi corrió en dirección de los guardias que golpeaban a un hombre mayor brutalmente mientras que su señor los observaba con mesura.Ella no se giró para mirarlo, solo quería ayudar al hombre.—¡Basta!—¡No recibimos ordenes de una puta! —rugió uno de lo guardias empujando a Livana al suelo.Acto seguido su túnica cayó revelando la larga cabellera hermosa de la mujer.Pero no solo su cabellera era hermosa sino que toda ella también.Un jadeo a coro fue escuchado a su alrededor y el Alfa tuvo que contenerse para quedarse donde estaba."—Es preciosa." Su lobo gruñó posesivamente en su interior.Pero el hombre se negaba a admitirlo, no obs
Livana miró por la ventada impresionada al ver al cuerpo semihumano que se alejaba de la casa y se estremeció.—Él ha estado a punto de tomarme así.—Y seguramente algún día lo hará, niña.Solo es cuestión de tiempo.El Alfa no tiene otra esclava sexual, las demás mujeres a su alrededor son las del Harem, pero creo que ya se a aburrido de ellas.—¿Por qué lo crees?Ella se giró a mirar a la mujer con quien compartía habitación pero esta se limitó a encogerse en hombros restándole importancia.—Cuando te trajo aquí, sus ojos ardían en deseo.Sonrojada Livana dejó se mirar por la ventana y negó con la cabeza.Si hubiera sido de ese modo entonces él la habría tomado de todas formas pero la había apartado como si le molestara si inexperiencia.—No lo creo. Mucho mejor así.Ella se cubrió con la sábana y cerró los ojos.Pronto dejaría de ser su esclava y recuperaría su trono.Livana se quedó dormida pero no lo hizo por mucho tiempo pues repentinamente unas manos estuvieron sobre ella, ancl
—¡No la conozco Alfa, perdóneme por acogerla! ¡No sabía que era una fugitiva!A Livana la despertaron los gritos de un hombre pero cuando escuchó su masculina voz sus ojos se abrieron con sobresalto.Incluso aunque estaba rodeada de lobos se levantó ignorando un súbito dolor que golpeó sus costillas dejándola sin aliento.—¡Déjenme! —chilló cuando intentó huir siendo sostenida por un par de guardias mientras los lobos le gruñían.—Suéltenla —ordenó el Alfa con voz legalmente suave y ellos lo obedecieron en el acto.Livana tembló ligeramente sintiéndose desprotegida mientras que él se acercaba a ella como si estuviera a punto de cazarla y se abrazó a sí misma abriendo la boca horrorizada al darse cuenta de que estaba completamente desnuda.—Mátenlo.—¡No, no tiene la culpa de haberme abierto la puerta!Ellos no la escucharon.El Alfa no dio otra orden.Sus ojos se mantenían mortalmente fijos sobre ella antes de que la sostuviera del pelo acercándola a él.—Esa boca tuya te dará grandes
Cuando Livana despertó enseguida entendió que nada estaba bien. Su intento de huida había resultado ser un fracaso y ahora sentía todos sus músculos tensos por el dolor. —Haz despertado al fin. Ya era hora. De inmediato se tensó descubriendo al hombre que la había puesto en esta situación tan vergonzosa. Ahora mismo unas cadenas estaban atadas a sus muñecas siendo levantadas por encima de su cabeza. Y no solo eso. Ella estaba completamente desnuda frente a él, sintiendo un frío atroz que la hacía estremecer. —¡¿Por qué me haces esto?! Sus mejillas se arrebolaron en el momento que vio la mirada con la que la recorrió el Alfa hasta detenerse sobre sus pechos endurecidos. Parecía estarla estudiando sin perderse en la lujuria. De un momento a otro se acercó a ella acortando la distancia entre ellos, tomándola por la barbilla forzándola a encontrarse con sus ojos. —¿Quién demonios ha dicho que hables? —la demandante pregunta fue abrupta. Pero había algo en su voz que era atray
Cada parte del cuerpo de Livana temblaba de tensión por lo que pasaría.Sin embargo, antes de que pudiera tranquilizarse después de entrar a la sala imperial del Ayax Alfa, este clavó sus ojos depredadores en ella observando su exquisito cuerpo con aquel vestido casi transparente que se amoldaba a sus curvas como una segunda piel.—Pueden retirarse.Su voz aunque dominante era letalmente suave.Lo que lo hacía más peligroso.El corazón de la Thalassi saltó al verse sola siendo devorada por sus orbes inquietantes.Si algo sabía hacer Valerio era intimidarla.Desde que lo había conocido siempre había sido así... solo que él no lo recordaba.—Ven aquí —demandó.Livana se mordió el labio inferior.Le costó un montón que sus piernas no se tambalearan, pero aún así lo obedeció para la complacencia del Ayax malicioso.Valerio se levantó de su trono justo cuando ella se detuvo.Rozó intencionalmente su brazo al pasar por su lado hasta que estuvo justo detrás de ella.Livana se tensó mucho más
La respiración de Livana estaba acelerada para cuando Valerio se inclinó sobre ella intimidándola.Su mano fuerte se ancló en su cintura para tirar de ella haciendo que sus pechos se empujaran contra el del Ayax.—Por favor...Su aliento golpeó el torso del Alfa.—¿Sabes por qué sigues viva, esclava?La Thalassi apoyó sus manos en la piel cálida de él lista para apartarlo pero no fue posible.Valerio tomó un puñado de su cabello y tiró de él sin llegar a lastimarla, para que Livana lo mirara a los ojos como hizo. Sin embargo, el gemido que dejó escapar de sus labios entreabiertos, definitivamente fue un plus.Su pulgar acarició sus carnosos labios con la mirada ardiente sobre ella.Su belleza era inusual para cualquier mujer, su pelo rubio era largo, ligeramente ondulado cayendo hasta más abajo de sus nalgas. Su cara era perfecta, nariz respingada, pestañas largas, labios carnosos. Pero lo que lo había dejado sin habla por un segundo cuando la conoció fueron sus ojos violetas.—Estoy v
Valerio arrojó al suelo las cosas de su escritorio en un acto de cólera.La mujer era como las otras.Incluso a pesar de su belleza excepcional, no había logrado disipar los malditos fantasmas de su pasado.No había podido sentir placer como llevaba tanto tiempo anhelando.Lo único que le daba placer era la conexión con el deseo de su compañera de sexo al momento de morder su cuello mientras la penetraba y esta llegaba al orgasmo. La seducción lo excitaba pero lamentablemente nunca podía llegar a la cúspide del orgasmo desde lo que le había sucedido en el pasado.Con esa mujer había estado tan abrumado al no conseguir lo que deseaba que fue demasiado tarde para absorber su propio placer por medio de la mordida.Sin embargo, había algo en ella... él había sentido un deje de algo que no sabía cómo identificar.—Ella fue inútil, ¿No es cierto?—Largo.Había percibido la presencia de Gabriela, pero ciertamente había esperado que se fuera ante la explosión de su furia.Ni siquiera se giró