La respiración de Livana estaba acelerada para cuando Valerio se inclinó sobre ella intimidándola.Su mano fuerte se ancló en su cintura para tirar de ella haciendo que sus pechos se empujaran contra el del Ayax.—Por favor...Su aliento golpeó el torso del Alfa.—¿Sabes por qué sigues viva, esclava?La Thalassi apoyó sus manos en la piel cálida de él lista para apartarlo pero no fue posible.Valerio tomó un puñado de su cabello y tiró de él sin llegar a lastimarla, para que Livana lo mirara a los ojos como hizo. Sin embargo, el gemido que dejó escapar de sus labios entreabiertos, definitivamente fue un plus.Su pulgar acarició sus carnosos labios con la mirada ardiente sobre ella.Su belleza era inusual para cualquier mujer, su pelo rubio era largo, ligeramente ondulado cayendo hasta más abajo de sus nalgas. Su cara era perfecta, nariz respingada, pestañas largas, labios carnosos. Pero lo que lo había dejado sin habla por un segundo cuando la conoció fueron sus ojos violetas.—Estoy v
Valerio arrojó al suelo las cosas de su escritorio en un acto de cólera.La mujer era como las otras.Incluso a pesar de su belleza excepcional, no había logrado disipar los malditos fantasmas de su pasado.No había podido sentir placer como llevaba tanto tiempo anhelando.Lo único que le daba placer era la conexión con el deseo de su compañera de sexo al momento de morder su cuello mientras la penetraba y esta llegaba al orgasmo. La seducción lo excitaba pero lamentablemente nunca podía llegar a la cúspide del orgasmo desde lo que le había sucedido en el pasado.Con esa mujer había estado tan abrumado al no conseguir lo que deseaba que fue demasiado tarde para absorber su propio placer por medio de la mordida.Sin embargo, había algo en ella... él había sentido un deje de algo que no sabía cómo identificar.—Ella fue inútil, ¿No es cierto?—Largo.Había percibido la presencia de Gabriela, pero ciertamente había esperado que se fuera ante la explosión de su furia.Ni siquiera se giró
—Áyax Valerio, vine tan rápido como pude...El hombre no terminó de hablar cuando el Áyax hizo una señal a uno de sus guardias. Este de inmediato lo interceptó golpeando al hombre mientras que Valerio los miraba tan impasible como siempre.—¡Señor!—Sabes que no me gusta la desobediencia, Kailan.Solo te pedí una cosa hace unos días atrás, ¿Y qué hiciste?El guardia jaló el cabello de Kailan con fuerza para que mirara en dirección de su gobernante quien a duras penas estaba controlando su furia.Kailan al recordar de lo que le hablaban abrió los ojos con estrépito y horror.—Pe-pero señor...—¡Áyax!Valerio gruñó molesto posando sus orbes en la recién llegada que lo miraba con espanto.—¿Quién dijo que tenías derecho a entrar aquí, Katya?Ella se arrodilló ante él asustada.—Yo lo siento muchísimo Áyax, pero yo...—Vete de aquí Katya.Este no es tu lugar. —Áyax...Valerio sintió su mandíbula palpitar por la molestia.—Ahora.Valerio miró a Kailan notando que este parecía más temeroso
Cuando Livana se había ofrecido a llevarle comida a los guardias, no solo había sido porque quería ayudar, sino también porque quería ver el exterior. Necesitaba conocerlo para su plan de escape. Se había acostado con Valerio y eso la estaba torturando cada vez que lo recordaba. Pero no había contado con que ese hombre apareciera de repente apartándola de todos y la encerrara entre su cuerpo y la pared, así que ahora solo podía sentir latiendo su corazón rápidamente bajo su mirada inquietantemente masculina. Cada vez que la miraba de esa forma, la Thalassi sentía que iba a recordarla en cualquier momento y eso solo sería peor. Valerio la odiaba demasiado, odiaba a la hija de quien lo había hecho sufrir tanto. —¿Qué es lo que crees, mujer? Había preguntado, pero Liv estaba demasiado nerviosa para responder su pregunta. El tono de su voz hizo que un escalofríos baja por su espina dorsal. Su enorme presencia la intimidaba por completo. Todo lo que quería era salir corriendo de
Cuando Livana entró al comedor, definitivamente no se esperó ver a tantas mujeres sentadas.Isadora le había dado una bandeja con el desayuno de la líder del Harem, su nombre era Gabriela. Y también el plato de otra, a la cual llamó Katya.Por su descripción física, Livana asumió de quien era cada plato.Sin embargo, no se perdió de las miradas penetrantes y a la vez fulminantes de ellas.Excepto por una, la líder, quien mantenía su rostro impasible, casi como una réplica de Valerio.Quizás por eso ella era la líder después de todo.—¿Quién eres tú? —gruñó Katya mirándola con evidente molestia.—Soy la esclava del Áyax, señora.Livana tuvo que forzarse a decir esas palabras por más que le molestaran.—¿Cuál es tu nombre? —preguntó otra de ellas.—Soy Liv.—¿Acaso nadie te dijo que las esclavas no llevan el pelo tan largo? Solo nosotras podemos hacerlo, tú no eres nada.Era obvio que Katya era la más maliciosa de todas pero Livana se dijo que no iba a caer en sus provocaciones. No que
Livana se congeló por un momento tras escuchar la voz de Valerio.Tiempo atrás aquella voz le había atraído demasiado.Era tan inocente que se dejó enredar por sus mentiras y terminó finalmente a su merced.Por eso no debía caer ante él otra vez.No volvería a ser utilizada por este hombre nunca más.La Thalassi enderezó los hombros y alzó la barbilla para después quitar de sus mejillas el resto de lágrimas que había caído por su rostro.No quería mostrar debilidad ante él.De repente se giró a mirarlo y apretó la mandíbula ansiosa al encontrarse con su mirada inquietantemente oscura sobre ella.Lucía tan gélido e inexpresivo como siempre, pero eso no debería ser una sorpresa para ella.Aunque en el pasado no lo hubiera parecido tanto.Ni siquiera sabía cómo anteriormente lo había..."¿Qué acabo de pensar?"Livana se negó incluso a volver a pensarlo, sintiendo como su corazón latía de prisa, avergonzándola.Los recuerdos nublaron su mente por un momento dejándola absorta de todo. * U
La Thalassi intentó ignorar el aroma masculino que penetraba sus fosas nasales como un maldito llamado a la loba atrapada en su interior.Apretó los dientes furiosa así que se deshizo de sus pensamientos cuando tuvo que hacer lo que el Áyax de Arkalla le pedía.Sin poder evitarlo se acercó a su cuerpo, sintiendo como los latidos de su corazón se incrementaban con su cercanía. Aunque una vez más lo ignoró deliberadamente. "No necesito esto."Se dijo a sí misma y alzando la mirada conectó sus ojos a los de Valerio solo como método de protesta.No muchos podían ver a los ojos del Alfa, mucho menos a los de un hombre tan imponente como él. Y por más que Livana se mintiera diciendo que Valerio no le daba miedo, mentía.Eso no quería decir que se dejara intimidar por él.—De prisa, esclava.El macho enredó su mano grande alrededor de su cintura para atraerla a su cuerpo con brusquedad.Entonces llevó la otra a los labios entreabiertos de Livana quien aún lo miraba atontada, maldiciéndose po
Automáticamente ella se llevó los dedos hasta sus dientes para comprobar que aún tuviera los colmillos.—¿Acaso lo imaginé?Pero ella sabía la verdad.Por más que los colmillos ahora mismo parecieran los de un humano, Livana había penetrando la piel del Alfa sin pensarlo, y en ese momento había surgido una conexión entre ambos que los había incendiado.—Justo como hace años —susurró Livana de vuelta intentando calmar los latidos de su corazón.Necesitaba calmar lo que estaba sintiendo por Valerio.Una vez había cometido ese error y sería estupido volver a hacerlo.Y sería mucho peor si él se enteraba de quién era hija.Casi corrió a refugiarse en su habitación, sin embargo, fue inteceptada abruptamente por el cuerpo femenino de alguien y al alzar la mirada se encontró con la furia de Katya ardiendo en sus ojos verdes.—¿Cómo te atreves, maldita? ¿Acaso no conoces tu lugar?La mujer apretó el cuello de Livana mientras que esta apretó la mandíbula empezando a enfurecerse.Si bien era ci