MALENTENDIDO

Jamás, ni en mi peor pesadilla, imaginé que él me atraparía. Pero allí estaba, en New York, a medianoche, sujetándome del brazo y clavándome los dedos, sacándome del hotel y empujándome al frio asiento de su camioneta Cadillac. Antes de que cerrará mi puerta de un portazo, apenas alcancé a ver a Chris ser sacado del hotel a empujones y arrojado a otro coche.

Jonathan subió al asiento del copiloto y encendió el motor. Me arrojo mi bolso a las piernas.

—A la próxima, será mejor que revises lo que te llevas.

Mientras salíamos a la autopista, mis manos nerviosas vaciaron el bolso y lo toqué con cuidado. Una parte abultada en la parte de abajo me hizo ponerme fría.

—¿Piensas que no imaginaba que aún tenías la estúpida esperanza de irte? —escupió con rabia, apretando el volante y mirando la saturada carretera con ojos duros—. Por eso hice colocar un rastreador en cada una de las cosas que te compré. Solo para estar seguro.

Apreté el costoso bolso negro de piel y cerré los ojos, sintién
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP