Una vez estuvo sola con su hijo y sus amigos, Areliz lanzó un gran suspiró y casi se sintió como si pudiera desmayarse, hasta se tambaleó un poco, y de inmediato tuvo a Dylan detrás de ella, con esa sonrisa que le dedicaba cuando quería asegurarle que todo estaría bien. —Ya pasó, mi Lizzy listísima, ya puedes quitar tu porte de leona empoderada y tratar de relajarte un poco, estás con tu manada que te quiere, cuida, ama y protege, tú relax. —Le guiñó un ojo mientras la guiaba a sentarse en uno de sus sillones.—Muchas gracias, Dylan, pero esto no pasó… todavía me queda ver lo que la miserable de Nia está planeando ahora… —Resopló de furia con solo recordar el bochorno que la hizo pasar al llegar a su casa con dos policías. —Si que es descarada esa Nia neo nutria rabiosa. —Dylan frunció muchísimo las cejas—. ¡Ya verá cuando tenga la oportunidad de agarrarla de las extensiones todas falsas que tiene colgándole de sus dos mechones horrorosos de pelo! —Calma, Dylan, guarda tus gritos c
Cuando Areliz llegó a la clínica de los Cobain, la clínica para la que estuvo trabajando obligada por tantas semanas, de inmediato sintió como todo el mundo allí la miraba atentamente. Todos, absoluta mente todos tenían los ojos clavados en ella, como si no tuvieran otras cosas que hacer dentro de su lugar de trabajo. La miraban algunos con sorpresa, otros con incredulidad y otros con nerviosismo, algunos incluso parecían molestos o indignados. Ja, seguramente Emma y Nia ya habían corrido la voz de su supuesta negligencia médica, y eso solo le daba más ganas de averiguar qué era lo que de verdad estaba pasando aquí. Tomó aire y se repitió que no le importaba inclus o si toda la clínica estaba en su contra, necesitaba obtener respuestas, así que continuó con su camino hasta que llegó a la oficina de Noah, que estaba vacía. No había rastros de él, y no estaba atendiendo llamadas (aun que la verdad no le gustaba nada la idea de llamarlo) así que solo podía asumir que estaba habland
Noah al fin parecía haber recuperado la cordura, se estaba poniendo del lado de Areliz, incluso ofreciendo algo tan grande como cederle a sus propios abogados para que se defendiera en caso de que quisieran demandarla, y todo en la cara de su propia prometida, todo mientras su ex esposa lo miraba con esperanza de que por fin pudiera recuperar la cordura y ponerse del lado correcto, de su lado.—¡No me puedes hacer esto! —Y claro, mientras Areliz se preguntaba si podía confiar en él, Emma se estaba preguntando si debía dejar de confiar en su prometido en lo absoluto—. ¡Yo soy tu futura esposa! ¡No me puedes tratar de este modo para apoyar a tu ex! —No tendría que hacer esto si no fueras tan irracional, Emma. —Noah la miró lleno de frustración—. Hay que ayudarte a recuperarte de lo que te está pasando, y la mejor para eso es Are… la Dra. Thatcher, si tú la quieres culpar de todo simple mente por el pasado que tienen en común, negándote a recibir su ayuda por tus caprichos, entonces por
Areliz se quedó a solas con su equipo de médicos, y de inmediato se dio cuenta de que dos de ellos, el Dr. Rogers y el Dr. Gael más específicamente, estaban muy obstinados e insistentes en convencer a todos que efectivamente Emma tenía nefritis a causa de una negligencia de Areliz con los medicamentos de esteroides que le recetó. —Perdóname, guapa, ya sabes que me caes súper bien, pero es la verdad —dijo el Dr. Gael con su tono asquerosa mente coqueto de siempre—. Tus medicamentos le hicieron esto, y todos aquí ya sabíamos que la estábamos exponiendo a un riesgo cuando se le dio esos medicamentos, ahora solo queda aceptar que se cometió un error y enfrentar las consecuencias de dicho error, es parte de ser un médico, no creo que haya mucho más que mirar por aquí. —El Dr. Gael tiene razón, simplemente acepte su error, doctora, por más que el jefe quiera que revisemos todo, lo que pasó fue bastante evidente y habla por sí solo —aseguró el Dr. Rogers con su ton o arrogante de siempre q
Areliz se dirigió casi corriendo a la oficina de Noah, solo para casi desmayarse al ver que él no estaba allí. ¿Acaso había vuelto al cuarto de Emma? Ugh, la verdad que ella no quería volver a ese lugar pero ni de chiste. Bueno, la verdad no le gustaba llamar lo, le traía malos recuerdo de cuando eran un matrimonio y se la pasaba llamando lo todo el tiempo por que estaba tan enamorada de él y quería hablar le todo el tiempo, pero bueno, no había tiempo para viejos traumas, esto era importante. Sacó su celular con una mueca y llamó a Noah, solo para casi aventar el teléfono contra el piso de la rabia cuando no le contestó. ¡Que mala suerte! Apretó su celular con frustración por un minuto, antes de suspirar varias veces para calmar se y luego marcar el número de Teo, esperando de todo corazón que él pudiera saber dónde estaba ese escurridizo jefe suyo.—¿Lizzy? Qué sorpresa que me llames ahora. ¿Necesitas algo? ¿Nia vino a molestarte? Ha estado desaparecida desde que fue a tu cas
Cuando Areliz se dio cuenta de lo que acababa de pensar respecto a Noah volviendo a ser el hombre del que una vez estuvo enamorada, la Lizzy vengativa en su interior le dio una bofetada por boba y la mandó a concentrar se del tema que la había llevado allí, un tema importante y no una bobería como creer que Noah había cambiado, por que incluso si eso fuera cierto ella no podía ignorar que este hombre le hizo demasiado daño por culpa de su ego y su estupidez. Ella nunca podría perdonar eso. Si Noah cambiaba, bien por él, y eso sería mejor para que pudiera arreglar las cosas con su hijo y ser un buen padre para él, logrando compensarlo por los años que no estuvo a su lado, pero ella debía olvidar por completo el amor que una vez sintió. No podía volver a caer.Areliz pensó cuidadosamente en una excusa médica que pareciera convincente y que llevara a Noah a dar la orden de extraer sangre a Emma para la prueba que ella quería realizar.—Bueno… eh… Oh, lo tengo, he estado revisando el hist
Areliz se paró a un lado de la puerta de Emma, quedando se apoyada allí justo junto a la entrada, lista para invadir la habitación, ya con todo su equipo puesto de ante mano. El Dr. Mordred llegó con paso aletargado, claro, él no tenía prisa alguna, y tampoco le importaba dejarla al borde del colapso nervioso, por que sí, estaba muy nerviosa, pero comprendía que él no la estaba ayudando por bondad, solo porque le era sencillo y porque algo sabía, pero no quería decirlo, solo le haría este pequeño favor y ya era mucho. Mejor no tentarlo a no querer ayudarla reclamando le por algo sin importancia, simplemente esperaría a que hiciera todo a su ritmo. El Dr. Mordred entró a la habitación sin preocupación alguna y dejó la puerta entre abierta, cosa que Areliz le agradeció mentalmente. —¿Y qué haces tú aquí? —Areliz escuchó la voz de Emma llena de cansancio y fastidio. No parecía ser el tono de voz de alguien enferma y sufriendo por varios males. —Vine por orden del jefe, el señor
Todos vieron sorprendidos como Noah empujaba al Dr. Rogers hasta la puerta luego de haberlo despedido, para después de sacarlo decidirse a llamar a alguien de seguridad y pedirle que lo escoltara hasta la salida y que no le permitiera tomar nada que no fuera meramente personal de su oficina. Areliz estaba boquiabierta, pero luego, al ver a Emma y notar su rostro rojo de la rabia, supo que esto iba a estallar y probable mente iba a estallarle en la cara, así que era mejor que se fuera mientras pudiera ahora que tenía la muestra de sangre en sus manos. Al acercarse a la puerta, de pronto se encontró cara a cara con Noah, y los dos se miraron fijamente a los ojos, antes de que Areliz carraspeara y bajara la mirada, evitando ver esos penetrantes ojos marrones. —Será mejor que me vaya a examinar esto… —De acuerdo… —Y gracias, Noah. —No pudo evitar alzar la mirada para verlo con sincera gratitud, antes de marcharse a paso rápido de la habitación. Sin embargo, incluso aun que ya esta