Cuando Areliz se dio cuenta de lo que acababa de pensar respecto a Noah volviendo a ser el hombre del que una vez estuvo enamorada, la Lizzy vengativa en su interior le dio una bofetada por boba y la mandó a concentrar se del tema que la había llevado allí, un tema importante y no una bobería como creer que Noah había cambiado, por que incluso si eso fuera cierto ella no podía ignorar que este hombre le hizo demasiado daño por culpa de su ego y su estupidez. Ella nunca podría perdonar eso. Si Noah cambiaba, bien por él, y eso sería mejor para que pudiera arreglar las cosas con su hijo y ser un buen padre para él, logrando compensarlo por los años que no estuvo a su lado, pero ella debía olvidar por completo el amor que una vez sintió. No podía volver a caer.Areliz pensó cuidadosamente en una excusa médica que pareciera convincente y que llevara a Noah a dar la orden de extraer sangre a Emma para la prueba que ella quería realizar.—Bueno… eh… Oh, lo tengo, he estado revisando el hist
Areliz se paró a un lado de la puerta de Emma, quedando se apoyada allí justo junto a la entrada, lista para invadir la habitación, ya con todo su equipo puesto de ante mano. El Dr. Mordred llegó con paso aletargado, claro, él no tenía prisa alguna, y tampoco le importaba dejarla al borde del colapso nervioso, por que sí, estaba muy nerviosa, pero comprendía que él no la estaba ayudando por bondad, solo porque le era sencillo y porque algo sabía, pero no quería decirlo, solo le haría este pequeño favor y ya era mucho. Mejor no tentarlo a no querer ayudarla reclamando le por algo sin importancia, simplemente esperaría a que hiciera todo a su ritmo. El Dr. Mordred entró a la habitación sin preocupación alguna y dejó la puerta entre abierta, cosa que Areliz le agradeció mentalmente. —¿Y qué haces tú aquí? —Areliz escuchó la voz de Emma llena de cansancio y fastidio. No parecía ser el tono de voz de alguien enferma y sufriendo por varios males. —Vine por orden del jefe, el señor
Todos vieron sorprendidos como Noah empujaba al Dr. Rogers hasta la puerta luego de haberlo despedido, para después de sacarlo decidirse a llamar a alguien de seguridad y pedirle que lo escoltara hasta la salida y que no le permitiera tomar nada que no fuera meramente personal de su oficina. Areliz estaba boquiabierta, pero luego, al ver a Emma y notar su rostro rojo de la rabia, supo que esto iba a estallar y probable mente iba a estallarle en la cara, así que era mejor que se fuera mientras pudiera ahora que tenía la muestra de sangre en sus manos. Al acercarse a la puerta, de pronto se encontró cara a cara con Noah, y los dos se miraron fijamente a los ojos, antes de que Areliz carraspeara y bajara la mirada, evitando ver esos penetrantes ojos marrones. —Será mejor que me vaya a examinar esto… —De acuerdo… —Y gracias, Noah. —No pudo evitar alzar la mirada para verlo con sincera gratitud, antes de marcharse a paso rápido de la habitación. Sin embargo, incluso aun que ya esta
Era casi media noche a este punto, tanto Areliz como Noah estaban muy cansados y se les notaba en las caras, pero los dos ya sabían muy bien lo mucho que ansiaban esa respuesta. Noah podía ver la ansiedad en Areliz, y eso lo hacía preguntarse muchas cosas, ya que ni siquiera estaba seguro de qué creer sobre ella, aunque una parte de él, con solo recordar el rostro de Nick, lo hacía querer creer con todas sus fuerzas que él sí era su hijo. Areliz, por su lado, no estaba segura del resultado que mostraría esa prueba, no por que temiera que Noah no fuera el padre de su hijo, obviamente lo era, lo que en verdad le preocupaba era que Nia de alguna forma hubiera metido las manos allí y hubiera alterado la prueba para decir que Nick en verdad no era hijo de Noah. Los dos estaban muy nerviosos mientras iban en un mismo auto con Teo conduciendo, ya que él había insistido en que por protocolo de seguridad los llevaría el mismo, aunque Areliz no entendía muy bien qué tantos protocolos neces
Allí estaba, justo entre sus manos, una prueba de paternidad entre Noah y Nick que finalmente decía la verdad, que no había sido alterada por más que Nia lo hubiera intentado, gracias a los esfuerzos de Teo, Areliz ahora veía frente a ella la prueba de que nunca fue una mentirosa o estafadora como Noah tanto la acuso. En verdad… ¡la prueba decía positivo! ¡No había sido trucada! ¡Por fin la verdad salía a la luz! Volteó a ver a Noah, que le devolvió la mirada con completa incredulidad, antes de mirar a Teo, que tenía una sonrisa triunfante mientras miraba a Nia. —¡Mira cómo me mira! —Nia lo señaló acusadoramente—. ¡Es obvio que él planeó todo solo para dejarme mal! ¡¿Cómo sabemos cuál es la prueba verdadera si las dos dicen resultados diferentes?! ¡Esto solo es una prueba de la incompetencia de Teo! —Tengo la tercera prueba, la prueba capilar, en caso de que siguieran quedando dudas. —Teo se dirigió a otra persona que tenía otro maletín y de allí sacó otro sobre que le entregó a No
Después de desmayarse al saber la verdad, la verdad que ya sospechaba pero que nunca quiso aceptar, el que ella en realidad era la media hermana biológica de Dylan y que compartían el mismo padre, Areliz se había desmayado, y al despertar Dylan le dió una noticia que la sorprendió mucho, y esa noticia era que Noah estaba allí en ese momento, ¡y resulta que incluso estaba cerca de su hijo!—¡¿Qué quieres decir con que está aquí en la casa y con mi hijo?! —Areliz, ignorando la sensación de seguir mareada que tenía ahora mismo, se levantó de golpe y marchó al cuarto de su hijo, al principio pisando fuerte hasta que se dió cuenta de que su bebé quizás podía estar durmiendo y si seguía pisando así seguro lo iba a despertar como una completa irresponsable, así que pasó a caminar con más normalidad pero no por eso con menos enojo. Bien que Noah ahora debía tener mucho en la mente al darse cuenta de que siempre estuvo equivocado como tanto quisieron advertirle ella, Teo y quién sabe cuántos o
Noah se fue de casa de Areliz a paso rápido y decidido, paso lleno de determinación en que ya había hecho suficiente daño, en que no tenía que obligarla a seguir viendo su traicionero e incompetente rostro. Le fallo. Como esposo, como padre, como hombre… le falló a su familia y de la peor forma posible… Las palabras de Areliz todavía se clavaban en su corazón como feroces puñales:“—No estuviste ahí en los momentos más difíciles… —siguió ella con la voz rota—. Cuando era un recién nacido, cuando yo pasé días sin dormir y sin trabajar para estar con él, limpiando, cocinando, comprando, con frío, con calor, con sueño… tú debías estar ahí… y no estuviste… No estuviste ahí para nosotros, Noah…” Ella tenía razón, siempre tuvo razón, y él siempre estuvo equivocado y no solo eso, ojala fuera cuestión de solo haberse equivocado, pero esto no calificaba como un simple error, esto iba más allá, era lo peor que había hecho en toda su vida… Cuando vio a su bebé recién nacido, cuando vio l
Areliz pasó una noche difícil, una noche en la que apenas pudo dormir, pero estaba tan cansada que de todas maneras tuvo que intentar al menos conciliar unas cuantas horas de sueño. Por suerte tenía a Fabia y a Dylan a su lado, pero su última conversación con Noah había hecho que su ya inestable corazón se pusiera todavía más frenético y lleno de dudas y pesar con pensamientos erráticos de qué le deparaba el futuro ahora que ya se sabía la verdad… Y de que se sabían más verdades de la que ella imaginó… Ya había tenido la duda de si Dylan podría ser su hermano biológico, y la verdad… aun que en parte era lindo saber que su mejor amigo era su hermano de sangre, y que llegaron a conocer se y llevarse tan bien… también era doloroso saber que su madre era una peor madre de lo que había llegado a pensar, y que no solo eso, si no que desde hace años cono cía a su padre biológico y él sabía de ella. El padre de Dylan siempre supo que era su hija biológica, aun que era cierto que no ll