Noah se fue de casa de Areliz a paso rápido y decidido, paso lleno de determinación en que ya había hecho suficiente daño, en que no tenía que obligarla a seguir viendo su traicionero e incompetente rostro. Le fallo. Como esposo, como padre, como hombre… le falló a su familia y de la peor forma posible… Las palabras de Areliz todavía se clavaban en su corazón como feroces puñales:“—No estuviste ahí en los momentos más difíciles… —siguió ella con la voz rota—. Cuando era un recién nacido, cuando yo pasé días sin dormir y sin trabajar para estar con él, limpiando, cocinando, comprando, con frío, con calor, con sueño… tú debías estar ahí… y no estuviste… No estuviste ahí para nosotros, Noah…” Ella tenía razón, siempre tuvo razón, y él siempre estuvo equivocado y no solo eso, ojala fuera cuestión de solo haberse equivocado, pero esto no calificaba como un simple error, esto iba más allá, era lo peor que había hecho en toda su vida… Cuando vio a su bebé recién nacido, cuando vio l
Areliz pasó una noche difícil, una noche en la que apenas pudo dormir, pero estaba tan cansada que de todas maneras tuvo que intentar al menos conciliar unas cuantas horas de sueño. Por suerte tenía a Fabia y a Dylan a su lado, pero su última conversación con Noah había hecho que su ya inestable corazón se pusiera todavía más frenético y lleno de dudas y pesar con pensamientos erráticos de qué le deparaba el futuro ahora que ya se sabía la verdad… Y de que se sabían más verdades de la que ella imaginó… Ya había tenido la duda de si Dylan podría ser su hermano biológico, y la verdad… aun que en parte era lindo saber que su mejor amigo era su hermano de sangre, y que llegaron a conocer se y llevarse tan bien… también era doloroso saber que su madre era una peor madre de lo que había llegado a pensar, y que no solo eso, si no que desde hace años cono cía a su padre biológico y él sabía de ella. El padre de Dylan siempre supo que era su hija biológica, aun que era cierto que no ll
Cuando Teo despertó a Noah después de solo dejarlo dormir cuatro horas, fue con mucho pesar, pero le aseguró que tenían muchas cosas que hacer. —Antes que nada, creo que deberías enfrentar a Nia y quitarle poder en la clínica y también el poder que tiene en otros de tus negocios —dijo Teo con mucha seriedad—. Ya has visto lo mentirosa y manipuladora que puede ser, no puedes dejar que meta las manos en tus principales fuentes de ingreso. Noah bajó la cabeza, deprimido por recordar que finalmente había confirmado lo que Teo tanto le advirtió y él nunca quiso escuchar. —Entiendo… Debo hablar con mis abogados, porque creo qu e será muy difícil quitarle las acciones a menos que ella quiera vender me las. Y dudo mucho que lo haga. No tiene tantas, tampoco, pero podría perjudicarme de alguna forma si de verdad lo quiere, me imagino.—Yo la creo capaz de todo —aseguró Teo sin duda—. Olvida te de que es tu tierna hermanita menor, eso nunca existió, Noah, tienes que protegerte de ella ahora
Noah sintió todo su rostro palidecer al escuchar la noticia de que Nia había escapado antes de que pudiera llegar a confrontarla, y de inmediato corrió para encarar a su madre él mismo. —¡Mamá, espero que no estés intentando proteger a Nia! —gritó Noah mientras golpeaba con dureza la puerta cerrada de doble macizo de la habitación de su madre —. ¡Si sabes dónde está será mejor que me lo digas! ¡No puedes ponerte de su lado después de ver todo el daño que me ha hecho! ¡Sabes que intento desesperadamente y por todos los medios ocultarme a mi hijo! ¡¿Cómo puedes apoyarla?!—¡No creas que eso es lo que quiero! —le gritó su madre, finalmente saliendo para abrir la puerta y dar la cara de una buena vez—. ¡Soy tu madre y amo a mis dos hijos por igual, y si Nia se equivoca y te lastima entonces claro que no me voy a poner de su lado, sé reconocer cuando uno de mis hijos actúa mal! —¿Y entonces por qué la has encubierto todo este tiempo, mamá? —La miró lleno de frustración—. ¿Acaso no sabías
Cuando Noah llegó a la casa de Areliz, estacionó su auto y vio que Teo venía detrás suyo, aun que claro que ya lo había notado pero no pensó que estaría tan cerca, así que lo esperó hasta que se bajara y se acercara a él para mirarlo ceñudo. —No pienses detenerme, Teo, ya estoy decidido. Tengo que hablar con Areliz. —No quiero detenerte, Noah —le aseguró, sorprendiéndolo—. Solo quiero estar cerca en caso de que no aceptes la realidad, para que no hagas ni digas nada de lo que luego te arrepientas, por que Dios sabe que si yo hubiera estado ahí el día en que nació tu hijo, nunca te habría dejado irte con Emma y arruinar tu vida así. No volveré a tomar ese riesgo.—Hablas como si yo fuera un niño que no puede aprender de sus errores. —Noah lo miró mal, pero luego suspiro—. Sin embargo, me merezco que pienses así de mí, sé que hice muchas cosas mal y sé que si no fuera por ti yo seguiría creyendo en las mentiras de Nia y… en las mentiras que me hacía a mí mismo para no reconocer mis er
Luego de que el pequeño Nick viera a Noah y lo reconociera como el hombre que lo hizo divertirse mucho con los patos en el parque hace unas semanas, lo invitó a jugar con él y Dylan decidió dejarlo pasar aunque Areliz estaba dormida, ya que sabía que su mejor amiga y recién descubierta hermana quería que padre e hijo formaran un vinculo a pesar de los errores que cometió. Fue así que Noah se encontró en la sala, rodeado de juguetes coloridos y peluches que decoraban el lugar. Nick lo miraba con ojos brillantes y llenos de emoción, esperando ansiosamente a que comenzara a jugar. Noah se sentía un poco abrumado, no estaba acostumbrado a interactuar con niños tan pequeños. Recordó la última vez que había tenido contacto cercano con un niño de esta edad, y era cuando su hermana menor Nia… en la que ahora mismo no quería pensar, aún estaba en pañales. Por lo que sí, no tenía casi nada de experiencia en niños tan pequeños. Había leído muchos libros mientras Areliz estuvo embarazada, pe
Los resultados habían llegado, y lo que mostraban impresionó muchísimo tanto a Noah como a Areliz, por que no había signo alguno de la dichosa enfermedad que estuvieron tanto tiempo tratando de curar, solo había leve deficiencia de ciertas vitaminas, pero por lo demás estaba totalmente sana, haciendo que se preguntarán si la enfermedad nunca existió en primer lugar. Pero ¿era eso siquiera posible? Lentamente, Noah se dejó caer sobre el sofá de su ex mujer, llevándose las manos al rostro. —Sana… ¿Dices que Emma está… totalmente sana? —Apartó las manos de su cara y la miró con desesperación—. Pero yo… Yo desde hace meses que la he visto sufrir y pasar la muy mal por esa enfermedad... y de hecho fue por esa enfermedad que ella perdió un embarazo… es por esta enfermedad que aún no nos hemos casado… Y se suponía que eso debía ponerlo triste, ¿verdad? Pero en realidad le provocaba cierta indiferencia, pero… lo que ahora más le estaba molestando era que ella fuera capaz de mentirle de for
Areliz se apresuró a salir de la casa, dejando allí a Noah, sintiendo cómo el nudo en su garganta se aflojaba momentáneamente por la distancia. Aun así, el conflicto en su corazón persistía. Había una parte de ella que aún anhelaba la cercanía y el cariño que compartieron en el pasado, mientras que la otra parte recordaba las heridas que le causó su orgullo y su abandono en momentos difíciles.Mientras se dirigía hacia el hospital para recoger las pruebas, los recuerdos de momentos románticos que compartieron antes del terrible día de la separación inundaron su mente, desencadenando una tormenta de emociones. Recordó aquella noche bajo las estrellas en la que Noah le había prometido amor eterno, el calor de sus abrazos y la ternura de sus palabras. Cada caricia y cada risa compartida se grabaron en su memoria de forma indeleble.Recordó la primera vez que cocinaron juntos, riendo mientras intentaban seguir la receta. Noah había intentado impresionarla con sus habilidades culinarias, p