Cap. 10Toc, toc, se escucha desde afuera de la habitación de Maggi y está se está terminando de poner sus aretes y un brazalete a juego.—Un momento, ya casi estoy lista— toma su bolso y sale de la habitación, y ahí está la cara de ese idiota.—Luces hermosa— la mira de pies a cabeza, está vez ella está usando un bestido color dorado sin mangas.—Gracias— el intenta besarla, pero ella se gira y el beso cae sobre su mejilla. —Deberiamos apresurarnos, ya vamos tarde.— quería abofetearlo, pero debía controlarce.—De acuerdo, lo siento, prometí darte tiempo, pero estás tan hermosa que no pude evitarlo.— ella solo sonríe y el le ofrece su brazo.En la mansión Ordóñez.—Estoy tan feliz de que estén aquí, no debiste traer tantos regalos — la madre de Maggi está feliz de tenerla ahí.—No es ninguna molestia suegra, no me atrevería a venir con las manos vacías.— dice el muy hipócrita.—Es bueno verte madre.— ambos hacen una pequeña reverencia y pasan a la sala donde se encuentra el padre de d
Maggi se terminó de instalar en la que sería su oficina temporal mientras su padre se retiraba por completo. Toc, toc, se escucha la puerta.—Adelante— —Presidenta, ella es Luci, será su secretaria a partir de hoy, le envié sus datos por correo.——Gracias Norma, déjanos a solas un momento— y de inmediato ambas mujeres jóvenes quedan a solas.—Mucho gusto, mi nombre es Luci Park, es un placer trabajar para usted.— parecía una chica simple, pero como la mayoría, tenía mucha ambición.—Mucho gusto Luci, y con respecto a mi nombre, prefiero que me llames solo presidenta, y tú cómo prefieres.?— la chica dudo un poco, pero pronto dijo con confianza. —Puede llamarme Luci, presidenta.— Maggie solo asintió sin emoción alguna.—Bienvenida entonces, Norma te mostrará tus obligaciones, puedes irte.— con una pequeña reverencia la chica se retira. Maggi continuo con su trabajo mientras la joven se perdía en sus pensamientos, pensando que era muy injusto que siendo ambas de la misma edad, ella fu
El tiempo paso tan rápido con todo el trabajo que había por hacer que Maggi no se dió cuenta de que ya era demaciado tarde, tampoco noto que Daniel la había estado llamando.Las puertas del elevador se abren y Luci se pone de pie para recibir a quien sea que llegará, levanta la mirada para saludar y por unos segundos no puede evitar sorprenderse, claro, Daniel era un hombre atractivo después de todo.—Hola señorita, veo que eres nueva aquí.— ladea un poco la cabeza para verla mejor — Sin duda lo eres, no olvidaría una cara tan bonita.— termina guiñándole el ojo.—Ho...hola, mi nombre es Luci, puedo ayudarle en algo?— dice sonrojada por la vergüenza.—Podrias ayudar y mucho, pero en este momento solo quiero ver a la señora Ordóñez.— ja, no menciono su apellido a propósito el muy imbécil.—Claro, tiene usted una cita?— responde ya en sus sentidos.—Acaso es hora de que alguien tenga una cita de trabajo??— Daniel está a punto de explotar de ira. —Solo dile que el señor Milton está aquí.—
Les voy a contar una historia mientras estoy aquí, sentada en el balcón de mi penthouse, con una hermosa vista nocturna,tomándome una copa del vino tinto más caro que tenía en mi colección.Había una vez una chica tímida, y muy insegura, quién apenas había dejado de ser una niña cuando sus padres tuvieron que casarla por aquello de la fusión de dos poderosas empresas.La familia que necesitaba el matrimonio era la del novio, hombre a quien ella no amaba, no conocía y que tampoco la amaba.Todo antes y durante la ceremonia de boda transcurrió normal, el joven parecía amable y sincero, ella ingenua como era creyó que quizá podía ser feliz con el, pero luego todo cambio.Al llegar a la habitación de hotel donde pasaron su luna de miel, el chico mostró su verdadero rostro, le regaló la primera de tantas miradas frías acompañada de desprecio.--Quiero que te quede muy claro que yo no te amo y nunca te voy amar, está claro.-- dijo apretando los dientes.-- Entiendo.-- fue todo lo que la jov
Cada día era igual, le llevaban el desayuno a su cama, y estaban a su cuidado todo el día como si fuese una muñeca de porcelana, ella se sentía en las nubes, pobre chica tonta.Había pasado casi un mes, y no había vuelto a saber nada de aquel miserable con el que se había casado, la familia solo le decía que estaba muy ocupado con su trabajo y la verdad era que a ella no le importaba mucho si el volvia o no.Mientras se cepillaba su larga melena castaña alguien tocó a la puerta y ella dejo que pasará.-- Señora Milton, la señora Margaret dice que se arregle para salir a ver al médico.---- Mi madre se siente mal?-- pregunto confundida y preocupada.-- No me dijo nada más, con su permiso.-- cerró la puerta y Maggie se dio prisa en bajar.Era la primera vez que salía de casa desde que se casó, ni siquiera había ido a ningún evento social con su esposo, pero el si asistía, lo había visto en las revistas, eso la deprimía, como mostraría su educación si solo estaba encerrada.-- Madre esto
Luego de un año sin poder quedar embarazada lejos de llevarla a una revisión para ver qué pasaba con ella la señora Margaret le dijo que tenía que mudarse a casa de su esposo.— Maggie el chófer ya está aquí, date prisa.— casi la sacaron a rastras.— Pero madre aún no empaque nada.— la verdad era que la chica no quería ir a vivir con ese hombre.— La sirvienta lo ara por ti y mañana tendrás todo en casa, anda ya vete.—Y sin más, vio como le cerraron las puertas de aquella mansión dónde había vivido un infierno. Antes de subir al coche contempló aquella casa desde afuera y a esas alturas ya no sentía nada que no fuera odio hacia aquellas personas que solo ignoraron lo que le pasó y juro vengarse.— Vámonos Jasinto — este era su nuevo chófer, quién después le serviría de testigo.Había pasado una semana ya desde que se mudo a la casa de Daniel su esposo y no se había topado con el, ella ya sabía cuando lo vería.Llegaron sus días de ovulación y por primera vez no lo espero, si no que t
Después de haber tenido ese desagradable encuentro con Daniel, no había vuelto a verlo como de costumbre y para ella así estaba mejor, era como si viviera sola en aquella gran casa solo su habitación tenía su toque especial, el resto de la casa permaneció igual.Mientras se miraba al espejo pensando que parecía una mujer de casi treinta cuando apenas estaba por cumplir sus venite años, decidió que desde ese día comenzaría a cuidarse más, la pantalla de su móvil comenzó a brillar mientras ella terminaba de ponerse una mascarilla.— Hola mamá, que gusto que me llames.— se acostó en su sofá para reposar como indicaba el empaque de la mascarilla.— Cariño, tengo lo que me pediste, ven a la dirección que te enviaré mañana por la mañana, nos vemos llegó tu padre, te amo.— y colgó de inmediato,Más tarde llego el mensaje con la dirección y hora del lugar, se sentía muy nerviosa, al fin iba descubrir cuál era la verdad, depende de esos resultados ella sabría cómo actuar.A la mañana siguiente
Mientras tenían un agradable desayuno madre e hija, Maggie sintió como si alguien la observará, era una sensación muy extraña, miro hacia todas partes confundida pero no había nadie.— Pasa algo Maggie?,— dice la madre mirando a todas partes también.— No es nada, de pronto sentí que alguien me miraba, pero debe ser el cansancio.— mejor se mantuvo calmada para no preocupar a su madre.— Pobre de ti cariño.— le toma su mano para animarla.El resto del desayuno es muy alegre, hacia mucho que no sonreía como aquel día, de verdad pensó que había olvidado como hacerlo.Pero por mucho que pareciera feliz, ya nunca sería la misma de antes, hay heridas que ni siquiera el tiempo puede curar, al pensar en eso suspiro con pesar.— Mamá, iré al baño, ahora vuelvo.— su madre asintió con la cabeza y ella se alejo.Mientras se lavaba las manos, no dejaba de pensar en quién podría estarla siguiendo, y si la familia Milton la estaba vigilando y ya sabían sobre su visita al ginecólogo, eso la tenía muy