Les voy a contar una historia mientras estoy aquí, sentada en el balcón de mi penthouse, con una hermosa vista nocturna,tomándome una copa del vino tinto más caro que tenía en mi colección.
Había una vez una chica tímida, y muy insegura, quién apenas había dejado de ser una niña cuando sus padres tuvieron que casarla por aquello de la fusión de dos poderosas empresas.La familia que necesitaba el matrimonio era la del novio, hombre a quien ella no amaba, no conocía y que tampoco la amaba.Todo antes y durante la ceremonia de boda transcurrió normal, el joven parecía amable y sincero, ella ingenua como era creyó que quizá podía ser feliz con el, pero luego todo cambio.Al llegar a la habitación de hotel donde pasaron su luna de miel, el chico mostró su verdadero rostro, le regaló la primera de tantas miradas frías acompañada de desprecio.--Quiero que te quede muy claro que yo no te amo y nunca te voy amar, está claro.-- dijo apretando los dientes.-- Entiendo.-- fue todo lo que la joven pudo decir.-- Bien, quítate la ropa, vamos a cumplir con nuestra obligación.-- Ella no sabía de qué estaba hablando el chico.-- Que quieres decir?-- Pregunto muy confundida, nadie nunca le hablo de cuales eran sus obligaciones. Además de comportarse como una dama de sociedad y estudiar finanzas, su madre no le dijo nada más, así que ella no sabía de qué obligaciones hablaba.Sin mencionar que nunca asistió a una escuela, toda su vida tuvo clases personales en casa, nunca salió sola a ningún lado, ni siquiera tenía amigas, solo sus primos.-- Estás colmando mi paciencia, tu ya deberías saber de qué hablo-- dijo alzando la voz y rascando su nuca.-- Yo, yo...lo siento, no lo sé.--desvió su mirada a sus dedos y de pronto el la tomo de su brazo con fuerza.-- Tendré que enseñarte entonces!?, bien será a mi modo.-- y así comenzó el infierno de aquella chica, el hombre hizo lo que quiso con ella sin importarle que ella fuera virgen, la hizo suya asta que casi salió el sol, parecía que nunca iba parar.Al día siguiente era medio día cuando la joven llena de dolor físico y emocional, se puso de pie como pudo para ir a darse un baño, el verse al espejo abrió los ojos con asombro ante aquel cuerpos que antes era blanco y ahora estaba lleno de moretones.Eso sí, no fue estúpido, pues no dejo ni un golpe donde se pudiera ver, ella solo pudo llorar en silencio bajo el agua, se quedó ahí asta que ya no tuvo más lágrimas.Se puso unos jeans y una playera de manga larga y cuello alto color negro, y se sentó un largo rato en la cama perdida en sus pensamientos.No podía decirle nada de esto a su familia, pues no quería arruinar los negocios de su padre, ni mucho menos mortificar a su madre.Alguien tocó la puerta haciendo que ella diera un salto y se escondiera bajo las sábanas, y si venía aquel demonio de nuevo? no creía poder soportar otra noche así.-- Señora Milton, está despierta?.-- la chica suspiro al escuchar la voz del guarda espaldas, salió de las sábanas y como pudo camino hacia la puerta.-- Si, que pasa?-- dijo asomando solo la cabeza, el Joven de negro la miró de reojo y solo eso le basto para ver qué había llorado mucho, aunque se sintió mal no podía hacer mucho por ella.-- Tengo órdenes de llevarla de vuelta a la mansión Milton-- y aunque la joven estaba confundida asintió.Pidió que la esperara un momento, empaco lo poco que saco para darse la ducha y antes de salir vio el hermoso vestido con el que se casó y los recuerdos desagradables de la noche anterior aparecieron, ella piso y pataleo sobre aquel maldito vestido y se fue.Todos en la mansión la trataron bien en ese momento, pero pronto se daría cuenta de que solo era una máscara, la primera en salir a su encuentro fue la madre de su esposo la señora Margaret Milton.-- Que bueno que ya estás aquí querida pasa por favor.-- la saludo cálidamente-- Gracias por recibirme en su familia madre.-- respondio con una pequeña reverencia.-- Prometo que me esforzare mucho,---- Pero de que estás hablando niña, no tienes que esforzarte para nada, todo lo que tienes que hacer es descansar, vamos te llevaré a conocer tu habitación.--La guio escaleras arriba y le mostró su habitación, cuando estuvo sola pudo notar que solo había pertenencias de ella y no había rastro alguno de su esposo, esto la hizo sentir pena y a su vez un gran alivio, no quería que la tratara así cada noche.Cada día era igual, le llevaban el desayuno a su cama, y estaban a su cuidado todo el día como si fuese una muñeca de porcelana, ella se sentía en las nubes, pobre chica tonta.Había pasado casi un mes, y no había vuelto a saber nada de aquel miserable con el que se había casado, la familia solo le decía que estaba muy ocupado con su trabajo y la verdad era que a ella no le importaba mucho si el volvia o no.Mientras se cepillaba su larga melena castaña alguien tocó a la puerta y ella dejo que pasará.-- Señora Milton, la señora Margaret dice que se arregle para salir a ver al médico.---- Mi madre se siente mal?-- pregunto confundida y preocupada.-- No me dijo nada más, con su permiso.-- cerró la puerta y Maggie se dio prisa en bajar.Era la primera vez que salía de casa desde que se casó, ni siquiera había ido a ningún evento social con su esposo, pero el si asistía, lo había visto en las revistas, eso la deprimía, como mostraría su educación si solo estaba encerrada.-- Madre esto
Luego de un año sin poder quedar embarazada lejos de llevarla a una revisión para ver qué pasaba con ella la señora Margaret le dijo que tenía que mudarse a casa de su esposo.— Maggie el chófer ya está aquí, date prisa.— casi la sacaron a rastras.— Pero madre aún no empaque nada.— la verdad era que la chica no quería ir a vivir con ese hombre.— La sirvienta lo ara por ti y mañana tendrás todo en casa, anda ya vete.—Y sin más, vio como le cerraron las puertas de aquella mansión dónde había vivido un infierno. Antes de subir al coche contempló aquella casa desde afuera y a esas alturas ya no sentía nada que no fuera odio hacia aquellas personas que solo ignoraron lo que le pasó y juro vengarse.— Vámonos Jasinto — este era su nuevo chófer, quién después le serviría de testigo.Había pasado una semana ya desde que se mudo a la casa de Daniel su esposo y no se había topado con el, ella ya sabía cuando lo vería.Llegaron sus días de ovulación y por primera vez no lo espero, si no que t
Después de haber tenido ese desagradable encuentro con Daniel, no había vuelto a verlo como de costumbre y para ella así estaba mejor, era como si viviera sola en aquella gran casa solo su habitación tenía su toque especial, el resto de la casa permaneció igual.Mientras se miraba al espejo pensando que parecía una mujer de casi treinta cuando apenas estaba por cumplir sus venite años, decidió que desde ese día comenzaría a cuidarse más, la pantalla de su móvil comenzó a brillar mientras ella terminaba de ponerse una mascarilla.— Hola mamá, que gusto que me llames.— se acostó en su sofá para reposar como indicaba el empaque de la mascarilla.— Cariño, tengo lo que me pediste, ven a la dirección que te enviaré mañana por la mañana, nos vemos llegó tu padre, te amo.— y colgó de inmediato,Más tarde llego el mensaje con la dirección y hora del lugar, se sentía muy nerviosa, al fin iba descubrir cuál era la verdad, depende de esos resultados ella sabría cómo actuar.A la mañana siguiente
Mientras tenían un agradable desayuno madre e hija, Maggie sintió como si alguien la observará, era una sensación muy extraña, miro hacia todas partes confundida pero no había nadie.— Pasa algo Maggie?,— dice la madre mirando a todas partes también.— No es nada, de pronto sentí que alguien me miraba, pero debe ser el cansancio.— mejor se mantuvo calmada para no preocupar a su madre.— Pobre de ti cariño.— le toma su mano para animarla.El resto del desayuno es muy alegre, hacia mucho que no sonreía como aquel día, de verdad pensó que había olvidado como hacerlo.Pero por mucho que pareciera feliz, ya nunca sería la misma de antes, hay heridas que ni siquiera el tiempo puede curar, al pensar en eso suspiro con pesar.— Mamá, iré al baño, ahora vuelvo.— su madre asintió con la cabeza y ella se alejo.Mientras se lavaba las manos, no dejaba de pensar en quién podría estarla siguiendo, y si la familia Milton la estaba vigilando y ya sabían sobre su visita al ginecólogo, eso la tenía muy
De camino a casa Maggie no podía dejar de pensar en las palabras de su padre, no creía que que el viaje por el mundo fuera la única razón por la que el quería retirarse, era un adicto al trabajo, tal vez tendría que averiguar por su cuenta, pero hasta no tener los resultados de los exámenes no podía darle una respuesta.Al día siguiente se levantó muy temprano y tal como prometido, comenzó a hacer ejercicio y cuidar su piel, pronto se llegó la hora de ver a la ginecóloga, decidió verla en un restaurante para desayunar y así no levantar sospechas.— Hola señora Ordóñez, está aqui— la saludo desde la última mesa, había decidido usar su nombre de soltera.— Hola, llegó temprano.— enseguida la doctora le entrega una bolsa de regalo como Maggie se lo pidió.— Le traje un pequeño presente, espero le guste.— le guiña el ojo, ahí dentro se encuentran los resultados y Maggie solo asiente.Desayunan y charlan como dos grandes amigos, nadie pensaría que solo es una doctora y su paciente, la verd
Cap.7Mientras llegaba el día de anunciar al nuevo presidente de construcciones COCO, Maggi habia contratado una entrenadora personal y se había dado cuenta que desde hace más de un año tenía la misma ropa.Absolutamente nada de lo que había en su armario era apropiado para su nuevo puesto, necesitaba cambiar todo lo que había ahí, ella quería impresionar a todos ese día, así que puso manos a la obra.Después de algunas llamadas a las marcas más reconocidas de ropa se puso a liberar todo su armario y una hora después ya se estaba probando los atuendos que trajeron para ella, eligió tanto ropa casual, de gala, deportiva y por supuesto lo mejor para la oficina.Justo cuando casi terminaba llegó Daniel, algo que la sorprendió pues era muy temprano y el no solía siquiera venir a casa.Saludó amablemente a todos y se fue al despacho, había que guardar apariencias delante de los demás, Maggi despidió a todos y subió a su habitación a contemplar su nuevo armario.Era agradable comprar ropa
Enseguida se escucharon de nuevo los murmullos que, a diferencia de hace un momento ahora heran de felicidad, claro, todos preferían que la empresa quedará en manos de la hija de su presidente que de un completo extraño.—Veo que la noticia les ah caído bien señores, de ser así por favor hagamos una votación abierta, levanten la mano quienes estén a favor.— indico Ray alzando mano.Seguido de Ray todos excepto tres personas levantaron la mano, entre ellas el mismo Daniel Milton.—Daniel, acaso tienes algo que decir!?— pregunto su suegro frunciendo el ceño.—No, no, por supuesto que no señor, es solo que estoy sorprendido, pero estoy seguro de que mi esposa es perfectamente capaz de liderar la empresa.— respondió Daniel sonriendo mientras se forzaba a salir del shock en el que se encontraba.—Oye espero que no lo tomes a mal hijo, pero no quise darte más responsabilidad, ya tienes suficiente con tu propia empresa.— Ray le sonrío amablemente aunque en sus ojos había un extraño brillo.—
Maggi estaba muy elegante y su belleza no se podía ocultar, el cuidado que le estaba dando a su cuerpo comenzó a dar frutos, ya no era tan delgada como antes, ahora el precioso vestido azul marino brilloso le hormaba perfecto."Vamos a jugar querido" pensó ella al ver a su esposo esperándola al final de las escaleras, se podía notar que el hombre se había quedado sin palabras al verla. Será que le saldría el tiro por la culata?, pensó el al notar lo hermosa que era su esposa.—Te ves hermosa.— a lo que ella le sonrío —Gracias, también te vez bien.——Vamos, reserve un lugar especial para ti.— le ofreció su brazo y ella lo tomó.El restaurante que Daniel eligió se ubicaba en el último piso del hotel Blue, había recervado todo el lugar solo para ellos, su mesa se encontraba en la terraza, desde ahí se podía ver la hermosa noche.La verdad Maggi no disfruto nada de aquello, estaba tan asqueada con aquel comportamiento hipócrita del hombre, no podía creer que después de un año de maltrato