Mientras tenían un agradable desayuno madre e hija, Maggie sintió como si alguien la observará, era una sensación muy extraña, miro hacia todas partes confundida pero no había nadie.
— Pasa algo Maggie?,— dice la madre mirando a todas partes también.— No es nada, de pronto sentí que alguien me miraba, pero debe ser el cansancio.— mejor se mantuvo calmada para no preocupar a su madre.— Pobre de ti cariño.— le toma su mano para animarla.El resto del desayuno es muy alegre, hacia mucho que no sonreía como aquel día, de verdad pensó que había olvidado como hacerlo.Pero por mucho que pareciera feliz, ya nunca sería la misma de antes, hay heridas que ni siquiera el tiempo puede curar, al pensar en eso suspiro con pesar.— Mamá, iré al baño, ahora vuelvo.— su madre asintió con la cabeza y ella se alejo.Mientras se lavaba las manos, no dejaba de pensar en quién podría estarla siguiendo, y si la familia Milton la estaba vigilando y ya sabían sobre su visita al ginecólogo, eso la tenía muy inquieta.De salida se le doblo su pie provocando que tropezar, y justo cuando creyó que iba caer al piso, choco contra algo muy duro y unos brazos la sostuvieron, segundos antes de que ella abriera los ojos, directo a su cerebro llegó el olor más agradable que ella pudiera imaginar, fresco y a la vez cálido.Rápidamente se recompuso y se enderezó para dar las gracias al hombre que estaba frente a ella y quién había sido su salvador.— Muchas gracias, en verdad, y disculpe las molestias.— dijo sin levantar la mirada, para hacerle ver qué estaba apenada.Además de que no le interesaba en lo más mínimo saber cómo se veía, aunque olía delicioso eso sí, pero asta ahí, no podía tener ningún tipo de sentimiento hacia otro hombre jamás.Al ver que aquel hombre no respondió nada y se retiró ella levanto la mirada para entonces ver su espalda alejarse, un pequeño vistazo basto para notar que tenía un cuerpo muy bien trabajado, Maggie desinteresada se dió media vuelta y volvió con su madre.— Cariño tenemos que irnos, tu padre se siente mal, en este momento su asistente lo está llevando al hospital.— dice la madre muy angustiada.— Pero como paso eso.?, vamonos— tomaron sus bolsos y salieron a toda prisa, rumbo al hospital central.—Familiares de Ray Ordóñez?— pregunto una enfermera.— Somos nosotras— dijo Maggie.— Por favor díganos como se encuentra mi padre señorita.—— El señor Ordóñez está estable, fue solo un golpe de calor, le hemos puesto una intravenosa y ahora mismo pueden pasar a verlo.— Con un pesado suspiro le agradecieron mucho a la enfermera y se apresuraron a ver a su padre.— Papá — lo abraza y lo besa — Pero que susto nos has dado — le dice frunciendo el ceño.— Así es cariño, como puedes asustarnos de este modo—— Basta las dos, le dije al inútil de Rubén que no les dijera nada, solo hizo un escándalo, no es como que me este muriendo.— dijo enfurruñado.— Papá sabes que es su obligación informar todo lo referente a tu salud, eres el CEO después de todo, debes estar sano para todos.—— Hum, si quiero enfermarme lo haré.— era muy testarudo. — Mujer, ve y arregla mi alta, quiero irme ya mismo.— De acuerdo, pero de ya te digo que la intravenosa se va con nosotros a casa.—Su madre podía cuidar la salud de su padre, era una doctora jubilada después de todo, el señor Ray quería hablar con Maggie a solas.—Querida, cierra la puerta con seguro por favor, tengo algo que decirte.— esa mirada la conocía, había problemas, así que hizo lo que le pidió y se sentó en un banco junto a el.— Dime papá, te escucho.—— Hija, sabes que serás tú quien herede toda mi fortuna no es así?, te preparamos para manejar la empresa por tu cuenta.— hizo una pausa.— Pero quiero tu opinión, después de todo es tu patrimonio y lo eh formado para ti, dime, deceas tomar el mando tu?, o estás de acuerdo en que pase a manos de tu esposo?— Que pasa papá, acaso hay algo que no me estás diciendo, estás enfermo de verdad!?— estaba aterroriza de pensar que algo malo pudiera pasarle a su padre.— No te hagas ideas que no son, la verdad es que ya no quiero seguir al mando, le eh dado todo lo material posible a tu madre, pero ahora quiero viajar por el mundo como ella siempre soñó.— dijo con una mirada dulce.— Papá pero que dices, me había preocupado, pero si solo es eso, entonces, que tal si me das un tiempo para pensarlo?.—— Desde luego cariño, tomate tu tiempo, avísame cuando tengas una respuesta quieres?.— ella asintió con la cabeza.De camino a casa Maggie no podía dejar de pensar en las palabras de su padre, no creía que que el viaje por el mundo fuera la única razón por la que el quería retirarse, era un adicto al trabajo, tal vez tendría que averiguar por su cuenta, pero hasta no tener los resultados de los exámenes no podía darle una respuesta.Al día siguiente se levantó muy temprano y tal como prometido, comenzó a hacer ejercicio y cuidar su piel, pronto se llegó la hora de ver a la ginecóloga, decidió verla en un restaurante para desayunar y así no levantar sospechas.— Hola señora Ordóñez, está aqui— la saludo desde la última mesa, había decidido usar su nombre de soltera.— Hola, llegó temprano.— enseguida la doctora le entrega una bolsa de regalo como Maggie se lo pidió.— Le traje un pequeño presente, espero le guste.— le guiña el ojo, ahí dentro se encuentran los resultados y Maggie solo asiente.Desayunan y charlan como dos grandes amigos, nadie pensaría que solo es una doctora y su paciente, la verd
Cap.7Mientras llegaba el día de anunciar al nuevo presidente de construcciones COCO, Maggi habia contratado una entrenadora personal y se había dado cuenta que desde hace más de un año tenía la misma ropa.Absolutamente nada de lo que había en su armario era apropiado para su nuevo puesto, necesitaba cambiar todo lo que había ahí, ella quería impresionar a todos ese día, así que puso manos a la obra.Después de algunas llamadas a las marcas más reconocidas de ropa se puso a liberar todo su armario y una hora después ya se estaba probando los atuendos que trajeron para ella, eligió tanto ropa casual, de gala, deportiva y por supuesto lo mejor para la oficina.Justo cuando casi terminaba llegó Daniel, algo que la sorprendió pues era muy temprano y el no solía siquiera venir a casa.Saludó amablemente a todos y se fue al despacho, había que guardar apariencias delante de los demás, Maggi despidió a todos y subió a su habitación a contemplar su nuevo armario.Era agradable comprar ropa
Enseguida se escucharon de nuevo los murmullos que, a diferencia de hace un momento ahora heran de felicidad, claro, todos preferían que la empresa quedará en manos de la hija de su presidente que de un completo extraño.—Veo que la noticia les ah caído bien señores, de ser así por favor hagamos una votación abierta, levanten la mano quienes estén a favor.— indico Ray alzando mano.Seguido de Ray todos excepto tres personas levantaron la mano, entre ellas el mismo Daniel Milton.—Daniel, acaso tienes algo que decir!?— pregunto su suegro frunciendo el ceño.—No, no, por supuesto que no señor, es solo que estoy sorprendido, pero estoy seguro de que mi esposa es perfectamente capaz de liderar la empresa.— respondió Daniel sonriendo mientras se forzaba a salir del shock en el que se encontraba.—Oye espero que no lo tomes a mal hijo, pero no quise darte más responsabilidad, ya tienes suficiente con tu propia empresa.— Ray le sonrío amablemente aunque en sus ojos había un extraño brillo.—
Maggi estaba muy elegante y su belleza no se podía ocultar, el cuidado que le estaba dando a su cuerpo comenzó a dar frutos, ya no era tan delgada como antes, ahora el precioso vestido azul marino brilloso le hormaba perfecto."Vamos a jugar querido" pensó ella al ver a su esposo esperándola al final de las escaleras, se podía notar que el hombre se había quedado sin palabras al verla. Será que le saldría el tiro por la culata?, pensó el al notar lo hermosa que era su esposa.—Te ves hermosa.— a lo que ella le sonrío —Gracias, también te vez bien.——Vamos, reserve un lugar especial para ti.— le ofreció su brazo y ella lo tomó.El restaurante que Daniel eligió se ubicaba en el último piso del hotel Blue, había recervado todo el lugar solo para ellos, su mesa se encontraba en la terraza, desde ahí se podía ver la hermosa noche.La verdad Maggi no disfruto nada de aquello, estaba tan asqueada con aquel comportamiento hipócrita del hombre, no podía creer que después de un año de maltrato
Cap. 10Toc, toc, se escucha desde afuera de la habitación de Maggi y está se está terminando de poner sus aretes y un brazalete a juego.—Un momento, ya casi estoy lista— toma su bolso y sale de la habitación, y ahí está la cara de ese idiota.—Luces hermosa— la mira de pies a cabeza, está vez ella está usando un bestido color dorado sin mangas.—Gracias— el intenta besarla, pero ella se gira y el beso cae sobre su mejilla. —Deberiamos apresurarnos, ya vamos tarde.— quería abofetearlo, pero debía controlarce.—De acuerdo, lo siento, prometí darte tiempo, pero estás tan hermosa que no pude evitarlo.— ella solo sonríe y el le ofrece su brazo.En la mansión Ordóñez.—Estoy tan feliz de que estén aquí, no debiste traer tantos regalos — la madre de Maggi está feliz de tenerla ahí.—No es ninguna molestia suegra, no me atrevería a venir con las manos vacías.— dice el muy hipócrita.—Es bueno verte madre.— ambos hacen una pequeña reverencia y pasan a la sala donde se encuentra el padre de d
Maggi se terminó de instalar en la que sería su oficina temporal mientras su padre se retiraba por completo. Toc, toc, se escucha la puerta.—Adelante— —Presidenta, ella es Luci, será su secretaria a partir de hoy, le envié sus datos por correo.——Gracias Norma, déjanos a solas un momento— y de inmediato ambas mujeres jóvenes quedan a solas.—Mucho gusto, mi nombre es Luci Park, es un placer trabajar para usted.— parecía una chica simple, pero como la mayoría, tenía mucha ambición.—Mucho gusto Luci, y con respecto a mi nombre, prefiero que me llames solo presidenta, y tú cómo prefieres.?— la chica dudo un poco, pero pronto dijo con confianza. —Puede llamarme Luci, presidenta.— Maggie solo asintió sin emoción alguna.—Bienvenida entonces, Norma te mostrará tus obligaciones, puedes irte.— con una pequeña reverencia la chica se retira. Maggi continuo con su trabajo mientras la joven se perdía en sus pensamientos, pensando que era muy injusto que siendo ambas de la misma edad, ella fu
El tiempo paso tan rápido con todo el trabajo que había por hacer que Maggi no se dió cuenta de que ya era demaciado tarde, tampoco noto que Daniel la había estado llamando.Las puertas del elevador se abren y Luci se pone de pie para recibir a quien sea que llegará, levanta la mirada para saludar y por unos segundos no puede evitar sorprenderse, claro, Daniel era un hombre atractivo después de todo.—Hola señorita, veo que eres nueva aquí.— ladea un poco la cabeza para verla mejor — Sin duda lo eres, no olvidaría una cara tan bonita.— termina guiñándole el ojo.—Ho...hola, mi nombre es Luci, puedo ayudarle en algo?— dice sonrojada por la vergüenza.—Podrias ayudar y mucho, pero en este momento solo quiero ver a la señora Ordóñez.— ja, no menciono su apellido a propósito el muy imbécil.—Claro, tiene usted una cita?— responde ya en sus sentidos.—Acaso es hora de que alguien tenga una cita de trabajo??— Daniel está a punto de explotar de ira. —Solo dile que el señor Milton está aquí.—
Les voy a contar una historia mientras estoy aquí, sentada en el balcón de mi penthouse, con una hermosa vista nocturna,tomándome una copa del vino tinto más caro que tenía en mi colección.Había una vez una chica tímida, y muy insegura, quién apenas había dejado de ser una niña cuando sus padres tuvieron que casarla por aquello de la fusión de dos poderosas empresas.La familia que necesitaba el matrimonio era la del novio, hombre a quien ella no amaba, no conocía y que tampoco la amaba.Todo antes y durante la ceremonia de boda transcurrió normal, el joven parecía amable y sincero, ella ingenua como era creyó que quizá podía ser feliz con el, pero luego todo cambio.Al llegar a la habitación de hotel donde pasaron su luna de miel, el chico mostró su verdadero rostro, le regaló la primera de tantas miradas frías acompañada de desprecio.--Quiero que te quede muy claro que yo no te amo y nunca te voy amar, está claro.-- dijo apretando los dientes.-- Entiendo.-- fue todo lo que la jov