Jussie caminó hacia la salida, pero la madre de Marcos se colocó frente a él. Lo estaba mirando llena de desilusión.—¿Por qué? — dijo la mujer con la voz rota que de alguna manera le afectó. —¿Qué más tienes que quitarle a mi hijo? ¿Él no se merece nada bueno en la vida porque se lo arrebatarás?—Rachel, créeme, no era mi intensión que esto ocurriera. Dejaré que su hijo se lo explique…lo siento.Se apartó de la mujer para continuar su camino, pero no pudo avanzar mucho, Alan y su madre estaban allí de pie esperándole.—Jussie…—por su expresión parecía lamentar la escena que había montado hacía unos minutos.—Prometí que cuidaría de tu prima, y eso pienso hacer—le tranquilizó. Miró a su madre. —Usted debe de ser la tía de Madilyn, un placer—le tendió la mano con educación. La mujer se la estrechó, no dejaba de observarlo.—Es en verdad bello—comentó.—Mamá—le codeó su hijo sintiéndose avergonzado.—Gracias. Si me disculpan iré a ver cómo está Madilyn.Caminó hacia la salida, se subió
Ella se había quedado dormida acurrucada contra su pecho. Se vía tranquila, él quería que lo estuviera realmente. En ningún momento había dejado de observarla, parecía proteger su sueño. Acariciaba suavemente su cabello, su ricitos. Sonrió al acordarse de cómo se conocieron, una loca que soltaba lo primero que se le venía a la cabeza, lo que en un principio lo sacaba de quicio, pero que acabó gustándole de ella. Se preguntaba cuándo fue que empezó a sentirse atraído hacia ella, ¿será aquella noche cuando volvió a verla en la fiesta, o mucho antes cuando decidió recompensarla llevándola a comer a su restaurante? No podía recordar cuándo fue exactamente. Admiraba lo que había conseguido hacerle, había logrado cautivarle fácilmente después de pensar que no iba superar su plantón en el altar, y agradecía que se hubiera metido en su vida justo a tiempo para no tener que lamentar su fracaso matrimonial.—Adonis—murmuró ella todavía en sueños, él le acarició la mejilla. —¡Jussie! —exclamó de
—¿Cenamos? —Alan se encogió de hombros restándole importancia, lo que le gustó a Jussie, y tomó asiento.—¿Esa información no os afectará en ninguna manera verdad? —preguntó la mujer preocupada.—No se preocupe, no es para tanto—procuró tranquilizarla. Cuando se dio la vuelta descubrió que Madilyn estaba allí de pie junto a la puerta, por su mirada pudo descubrir que había estado presente en todo lo que se decía en la tele.Se acercó a ella y le tomó de la mano.—Como te dije, todo está bien—le susurró.—Mady—Alan se puso de pie al verla y se acercó para regañarla. —Esta vez te pasaste, ¿sabes cómo de preocupado estaba? Espero que sea la última vez que me haces…—ella se lanzó a su cuello y lo sorprendió con un abrazó.—Yo también te quiero, hermano. Prometo que esta es la última vez, ya no volveré a preocuparte. —se separó de él.—Más te vale—ella le sonrió. Se acercó a su tía que también se había puesto de pie y la abrazó igualmente.—Lamento haberte hecho pasar por esto, lo siento.
Shane miró la hora en el reloj que llevaba en la mano, era la tercera vez que lo hacía en diez minutos. Miró de nuevo a Jussie que tenía frente a él y le sonrió en un intento de ocultar su preocupación, no quería alarmarle aún más a su amigo. Hacía veinte minutos que debía haber llegado la novia, pero por la puerta no aparecía ninguna mujer envuelta en un precioso y glamuroso vestido de blanco.― ¿Qué es lo que está pasando? —preguntó Jussie en voz baja a su amigo, ― ¿Por qué no llega Lady?― Ya sabes cómo son las mujeres con esas cosas, seguro que llega en cualquier momento —intentó tranquilizarle Shane.―Probablemente se esté secando el pelo, ― añadió Aron, su otro amigo que también lo acompañaba en su boda― a veces les resulta difícil secárselo, por no mencionar el maquillaje y todas esas cosas de las mujeres. Nunca llegaré a entenderlo. Jussie cerró los ojos y soltó aire in
Estaba intentando revivir sus momentos con Lady, ¿dónde había fallado? ¿qué es lo que había hecho mal? Todo había estado bien entre ellos, tan bien que solo recordaba momentos felices. Nunca pensó que contraería matrimonio con alguien hasta que la conoció y decidió que era con ella con quien debía pasar el resto de sus días. ¿Por qué había tenido que estar tan equivocado? ¿Será que lo suyo no era casarse? Siendo sinceros, dolía, le dolía en el fondo del alma, ¿qué estaría pensando ahora toda esa gente que había acudido a su fracasada boda? ¿Y la revista? ¿Qué dirá la revista de ello y qué pensarán sus conocidos cuando se enteren de que uno de los mejores hombres de negocios del país había sido plantado por una actriz reconocida? Deseó enormemente que todo aquello fuera solo una pesadilla, que no estuviera pasando realmente, porque no sabría cómo sobrellevarlo. ¿Cómo iba a enfrentarse al mundo entero ante aquella situación vergonzosa?
Vieron a una mujer junto a una reja, parecía sacar algo de su bolso, debía ser las llaves para abrirla. Decidieron acercarse a ella.—Buenas tardes señora— saludó Jussie. La mujer se detuvo a verlos simultáneamente—¿Podría decirnos si por aquí hay un hotel?—No sois de por aquí, ¿verdad?—Así es.—El mejor hotel de aquí se encuentra a unos dos quilómetros de aquí. —indicó.—¿Tan lejos? —se quejó Madilyn en voz alta consiguiendo que los dos se giraran a mirarla. —Lo siento—de disculpó y cerró la boca.—Pero en la esquina encontrarán un motel si no les importa. — ¿dormir en un motel?, lo suyo eran los lujos, aunque evidentemente ninguna de la gente con la que estaba parecía saberlo.—Está bien&mdas
Eran las once de la noche. Jussie había tendido su chaqueta sobre el frío suelo de la habitación que le había tocado compartir con una mujer que no conocía en aquel motel. La chica le había ofrecido una de las almohadas que tenía la cama. Ahora se encontraba tendido en el duro e incómodo suelo de la habitación con los ojos puestos en el techo que los cubría. Se imaginaba cómo amanecería, con el cuerpo dolorido por aquella experiencia a la que no estaba acostumbrado. A lo que sí estaba acostumbrado era a acostarse sobre los mejores colchones que le proporcionaban desde las agencias dedicadas a ellos y sobre las mejores y más caras sábanas que se podía permitir. Pero ahora su comodidad importaba menos después de todo por lo que estaba pasando. De todos modos, aquella tortura solo iba a durarle una noche.―La querías, ¿verdad?Tuvo que aband
Cuando ya los rayos del sol empezaban a atravesar por la ventana reflejándose sobre su rostro, molestándola, Madilyn abrió los ojos tapándose la cara con la mano. Al incorporarse sobre la cama se acordó del motivo por el que se encontraba allí. Resopló y se desprendió de la sábana, pero entonces se acordó de que no había dormido con ella porque se la había entregado a su acompañante, ¿o será que solo lo había soñado?Miró hacia el suelo donde le había dejado dormido y para su sorpresa el lugar estaba vacío, no había rastro de él. Se bajó inmediatamente de la cama y se dirigió a la puerta del baño, llamó a ella por si su acompañante se encontraba allí, pero nada, nadie contestaba al otro lado. Abrió la puerta y no estaba ¿la había dejado? Se acercó al lavabo a lavarse la cara y enjuagarse la boca con agua. Se recogió de nuevo el cabello y regresó al dormitorio a tomar su chaqueta. Estaba molesta ¿qué clase de persona se iba sin despedir