—Debemos monitorearlo aún, pero la cirugía fue un éxito —mencionó el doctor por horas de la noche—. Aún no es recomendable que sea movido del hospital, pero por la mañana, si su recuperación es la esperada, podríamos realizar una nueva evaluación. Denver estaba atado de manos en eso. Para su desgracia, cuidar de la vida de un criminal era parte de los derechos que no podía romper. Kael por su parte, durmió toda la noche al no tener más opción, ya que Lina tampoco podía estar ahí y tantos analgésicos sólo causaban más sueño. Aunque a media noche percibió la puerta abriéndose, sintiendo el aroma a cereza. Sin embargo, no hizo ni el esfuerzo de averiguar qué quería la sargento, ya que asuntos pendientes tenían solo en los sueños de ella. La mujer de cabello en coleta sin hebras sueltas rodeó la camilla, alzando la mano para rozar la frente del Mayor, el cuál abrió los ojos en ese preciso instante. Una mirada fue suficiente para que desistiera de su idea. —Sorpresa, Capitán ¿o debo d
—Él sabía que no era Boris quién estaba en esta habitación —dijo Kael acomodándose en la camilla—. Me buscaba. Los demás no tengo idea. —Bellucci busca el sello de nombramiento —la demanda de Denver fue acatada por el agente que le abrió el cuello de la camisa al sujeto en el piso. —Lo tiene. Es un cazador—, contestó por medio del teléfono, a la vez que revisaba el otro. —El segundo no lo tiene. —Los cazadores del imperio negro no trabajan con alguien que no sea cazador. —exclamó Kael mirando a Lina, quién negó con una mueca ser la responsable. Tenían monegascos y hasta los Demons trabajando con ellos, y aún cuándo los cazadores no trabajaban con alguien ajeno a su líder, no se le hacía extraño que llegara a suceder. Con todo eso, confiaba en que Lina no sería capaz de mentirle. Por lo que analizaba todo, mientras retiraba la aguja de su brazo. —¿Qué estás haciendo? —Lina lo sostuvo. —No está en condiciones para esto, Mayor. Nos haremos cargo. —dijo Denver al verlo tan apresurad
Sacar a Boris de ahí se estaba volviendo un total infierno para Denver, quién no sabía si quiénes lo estaban atacando eran del imperio negro o los que iban a asesinarlo. Lina sintió la fría presión del cañón del arma contra su cabeza. Su respuesta fue casi imperceptible; en un movimiento fluido, giró de forma inesperada y clavó la aguja en el brazo del soldado. La aguja se rompió, pero no antes de que Lina girara sobre su eje, propinándole una patada contundente en el costado. El soldado se tambaleó, y Lina aprovechó el momento para atrapar su mano, torciéndola con fuerza hasta arrebatarle el arma. Con una precisión letal, disparó directamente a su entrepierna, haciendo que el soldado cayera al suelo con un grito de dolor. Apenas un segundo después, una bala pasó zumbando a un centímetro de su cabeza. Lina reaccionó instintivamente, girando sobre sí misma y apuntando con rapidez. Soltó una ráfaga de proyectiles que impactaron en la cabeza del atacante, derribándolo al instante. Rec
—No puede ser posible que matar a un moribundo les quede grande ¡Maldit@ sea!— la mesa tembló con el golpe de Oleg al saber que del edificio ya habían salido ambos objetivos. —¡Encuéntralos!Creyó que su posibilidad de acabar con ellos sin necesidad de arriesgarse a quedar al descubierto tendría buenos resultados, pero no estaba resultando cómo imaginó. El FBI en lugar de dejar a Boris para salvarse se estaba arriesgando para llevarlo a la cárcel. ¿Qué les importaba sí moría o vivía? Podían facilitarle todo y dejar que lo asesinara de una vez. Llevó a la sargento con el Mayor para que lo matara y ordenó que capturaran a su novia para obligarlo a ni siquiera defenderse, pues estaba seguro que con Boris inconsciente podrían matarlo más fácil, en cambio, ahora tenía tenía veintiséis hombres muertos, dieciocho cazadores que no respondían y cada segundo su puro extinguiéndose como lo hacían sus posibilidades.—Haz que el grupo que los espera a dos minutos de la bendita cárcel no se muevan
Kael sintió el pinchazo en su brazo y cerró los ojos con el mareo que lo tomó luego de la dosis que corría por sus venas. —Va a reducir el dolor en un 40% solamente. No se te ocurra correr o lanzarte del primer edificio que tengas frente a tí— le dijo Lina al alejarse. —Su duración es de 20 minutos. —Eso es suficiente —exclamó masajeando su cabeza. Los minutos que tardó en llegar al punto de encuentro el dolor se redujo a algo más tolerable. Pudo caminar sin apoyarse en nadie y no tendría a Lina en riesgo por su culpa. Descendió del helicóptero con más facilidad, aunque su andar aún era lento y el dolor en su costado era una completa molestia. —Cuidaré tu espalda, Mayor— le aseguró la chica que volvió a subir al helicóptero cuándo él lo hizo al vehículo que conducía Brease. —¡Nos están atacando! —avisó Charlie por llamada, viendo como varios autos los seguían y disparaban por la carretera. Debían responder y eso sólo atraía más atención. Estaban a diez minutos del objetivo,
Los muchos heridos llenaron salas, las desoladoras noticias de agentes caídos dejaron a todos conmocionados por leer cada nombre cuándo las placas de sus cuellos revelaban sus nombres. Todo era un caos, Lina también debía esperar, porque pese a saber en manos de quién estaba el Mayor, lo vio esforzarse mucho y sabía que podía haber graves consecuencias. Natalia no estaba en mejor estado, había visto a Denver bañado de sangre con heridas que contaban la historia de su emboscada. Helena veía a sus compañeros ser atendidos y ella con algunas heridas tampoco había quedado exenta de tales ataques. Anthony no se movía del pasillo donde la seguridad era mucho mayor a la de otros bloques de ese edificio, mientras Izan salía sin camisa y con el torso vendado. Su hermano detrás suyo avanzaba con ese gesto descontento por verlo con una herida. Aunque tampoco estaba intacto, su hermano mayor no veía por él, ya que sus heridas no le dificultaban nada. Mateo se acercó a Anthony y dijo algo por l
—Dile a Eleazar que ni se acostumbre a vivir sin mí, y tú tampoco. Cuando nazca mini Pascal seré una sombra para tí— añadió Lina al bajar del auto. —Usted a veces da miedo— exclamó Pascal. —Me llevas veinte centímetros y pareces luchador de las WWE ¿y yo soy la que da miedo? —se apuntó indignada—. Debería darte vergüenza. —No me ofenda. Yo no doy espectáculos— se defendió. —Avery quería contratarte para un streptease cuándo estuvimos en el retiro —le reveló y Pascal arrugó la cara. —Luego tomamos en cuenta eso y descartamos la idea. —Entre usted y ella no se sabe quién está más loca.—Más respeto que soy tu jefa— recalcó Lina. —Por cierto, dile a Naenia que eres rico, no deja de agradecerme por la inversión en Zenith cuando la hizo el padre de su hijo. —Pascal suspiró. —¿No que confiabas en ella?—Lo hago, ya le dije que me dedico a eliminar basura humana y se enojó por dos días conmigo— mencionó. —¿No me digas que ella paga las cuentas? —Por supuesto que no— contestó enseguida
—Es demasiado tarde—, Lina tomó su abrigo y guardó su móvil. —Volveré pronto, no te puedes mover de la cama, recuérdalo, quiero ser novia, no viuda. —Me acabas de aplicar un sedante, ¿Crees que puedo levantarme con esa cosa en las venas? —Kael no estaba nada contento con recibir dosis cada cierto periodo de tiempo, pero era lo indicado para su recuperación. No podía ir contra eso, ya que su deseo por salir de ese sitio lo hacía cumplir con ello. Aunque hacerlo le estaba costando el tener que soportar esas horas con las energías al mínimo por culpa de tantas cosas indicadas por la mujer con bata que la prima de Lina llamaba mamá. Darek y Cameron lo reemplazaron en la ausencia de Lina, quienes con sus comentarios no dejaban de lado la riña que por lo visto no iba a detenerse. Jamás creyó que podría desear dormirse, pero aún con la debilidad y las ganas de noquearse él mismo, no dejó de escucharlos. —¡Podrían cerrar la maldit@ boca! —se exacerbó luego de dos horas. —Hablan cómo put