Entramos a la etapa que estábamos esperando. No será lo que esperan, solo eso diré. Tampoco serán pocos capítulos, (sí, faltan muchos aún) pero sí habrán maratones seguido.
—Entraron al país hace tres meses, con tres días de diferencia entre ambos. —dijo Helena con los dedos moviéndose en el teclado. —El rubio es sueco. El pelinegro es español. Al menos es lo que arroja su pasaporte. —¿De donde viajaron? —Kael seguía moviéndose por el pasillo, mientras los agentes se veían entre ellos y se hacían a un lado, entendiendo la expresión del Mayor al no hacer alboroto. —Lisboa, —contestó Helena pegada al computador. —Revisa cada vuelo desde Lisboa en esa fechas. Busca el perfil de ellos. Hombres de 30 a 40 años, solteros, que miden entre 6 y 7 pies de altura y comparalo con visitantes a este edificio. Para encontrar a Handez tuvieron que monitorearlo. Helena se dispuso a hacer lo que su jefe demandó, mientras Denver tomaba el siguiente pasillo. —Bellucci aún no te escucho—, Kael apresuró el paso, tratando de no alertar a tantos o hacerlo de otra forma que no fuera a gritos. —Ellos tienen cuatro horas de haber entrado. Deme unos segundos más, Mayor. Las
Brease estaba aturdido y Walls luchaba por respirar, recibiendo otra carga del extintor que lo ahogó y lo dejó en el piso. Bellucci sentía su garganta cerrarse al inhalar el gas, pero aun así se levantó sosteniendo su cabeza. El arma le fue arrebatada con un puñetazo que lo lanzó sobre la mesa, donde escupió la sangre de su boca. Al sentirlo cerca, usó la figura de cerámica que le rompió el la cabeza, obligándolo a dar un traspié que usó a su favor para clavarle un rodillazo, aunque el cazador alcanzó a atrapar su extremidad, lanzándolo al suelo, donde le clavó la bota contra la garganta. “No debían morir tan rápido” la orden de Bora lo hizo soltarlo, pero Bellucci no podía respirar nuevamente y apenas enfocaba con tantos fragmentos en el aire. Escuchó dos disparos que lo hicieron girar para ver a Walls llevándose la mano al hombro, antes de recibir tres disparos, dos en el chaleco y uno cerca del hombro al apenas esquivar los dos primeros. Bellucci se retorció en el suelo, mientra
—No está siendo coherente, Mayor. No puede ir solo. Eso es suicidio. —lo detuvo la subdirectora, sin soltar al director que sostenía su abdomen con cada paso. —No le estoy pidiendo que me siga. Ni siquiera es un asunto que le compete a la agencia—, determinó Kael saliendo del elevador. Tenía prisa y en ese momento, ellos solo estorbaban. —Lo es, porque es a un agente a quién están atacando, Mayor, —Denver se liberó de Natalia. —Lo es porque hay un acuerdo y mientras esté bajo mi cargo, se va a cumplir. —No puedes ni caminar, el equipo está herido y agentes disponibles no hay, ¿qué crees que vas a hacer? ¿Estorbar? —¿Vas a ir sólo? ¿Le darás tu cabeza? —¿Me viste la cara del nazareno? —buscó su auto. —No soy tan idiota de arrodillarme frente a él. —Te recuerdo que Terminator no eres tampoco, —alegó Denver rodeando el auto. —Natalia gestiona el apoyo de la agencia con Bishop. Dile que no cobro favores, pero que me debe muchos y a esto no puede negarse, —abrió la puerta. —Los a
—¿En serio crees que Kael vendrá por mí? —Cameron había despertado recientemente, reconociendo de inmediato al hombre que comía tranquilamente, cómo si el olor a sangre no fuera tan repulsivo para él. —Soy el culpable de que su padre muriera. Jamás me lo perdonó y ¿piensas que se va a arriesgar por mí? Boris lo observó a través de sus pestañas. —Lo entendí cuándo le llamé de tu número a la agencia y se negó a contestar—Bora dejó de masticar, soltando los cubiertos, mientras veía a Cameron obtener una reacción poco legible en su rostro. Ahí descubrió una nueva cosa de él sin tanto esfuerzo. —No obstante, hay algo que no entiendes del principiante aún, —limpió su boca con una servilleta. —Va a venir y lo hará acompañado. Quiere recuperar al único padre que le queda, porque perdió a dos y no quiere quedarse sin el último. Es un poco sentimental aunque no lo quiera. Cameron observó al sujeto levantarse de su silla, tomando el cuchillo con el que sacó trozos de una pera que colocó sob
Las noticias que aparecían en la pantalla del móvil de Bora mostraban el edificio en llamas de la agencia, que estaba siendo evacuada rápidamente. Varios helicópteros sobrevolaban la zona, difundiendo la noticia del ataque hacia el FBI que ahora era el tema más hablado por toda la ciudad. —La ayuda va para allá —dijo uno de los cazadores hacia su jefe. —Acaba con sus posibilidades —le entregó el celular. Miró hacia abajo, dándose cuenta de la impresionante altura en la que se encontraba—. Asegúrate de debilitar la estructura personalmente. Saca a mi mujer del país y haz que Yslen se lleve a Zoya de Sintra.—¿Cree que nos va a atacar?—Está buscando hacerlo. Cassian Kavanagh no ve solo lo que sus ojos alcanzan, busca posibilidades; si no las hay, las inventa. Y ahora que tengo a su familia, querrá encontrar a la mía.Cameron no pudo evitar reprocharse haber aceptado asistir a esa exposición de arte de su hija con su esposa, pero jamás hubiera imaginado que el portugués era el comprad
Cada disparo resonó como un trueno con los cazadores cayendo al suelo antes de poder reaccionar. Sin perder un segundo, Kael giró sobre sus talones, disparando en ráfagas controladas que derribaban a los enemigos uno tras otro.Cada bala era una extensión de su voluntad, cada disparo una declaración de su furia contenida. El Mayor se movía de cobertura en cobertura, su cuerpo en constante movimiento, nunca permaneciendo en un lugar el tiempo suficiente para ser un blanco fácil. Sus disparos eran precisos, cada uno encontrando su marca con una eficiencia brutal.Un cazador apareció a su izquierda, pero Kael ya lo había visto. Con un giro rápido, disparó dos veces, las balas perforandole el pecho y enviándolo al suelo. Otro cazador intentó flanquearlo, pero el irlandés, anticipando el movimiento, se lanzó hacia adelante, rodando sobre el suelo y disparando en pleno movimiento. El cazador cayó, con su arma resbalando de sus manos.La nube de humo y fuego se levantó cuando le disparó a lo
Una serie de disparos se escucharon del otro lado, logrando que Kael se abalanzara con una furia animal contra el líder del imperio negro, quien se estrelló contra el suelo. El cuchillo se enterró en su brazo, pero Bora se lo quitó con una fuerza brutal, estampando el puño contra su cabeza. El impacto resonó como un trueno, y Kael sintió una explosión de dolor que lo dejó aturdido. Kael sacudió la cabeza, tratando de despejar la niebla que nublaba su visión. Apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de recibir una patada en el estómago que lo hizo doblarse, expulsando sangre de su boca. El dolor era insoportable, pero la furia que ardía en su interior lo mantenía en pie. Bora no le dio tregua. Con una sonrisa sádica, lanzó una puñalada hacia el costado de Kael. El Mayor sintió la hoja penetrar su carne, un dolor agudo que casi lo hizo caer. Pero en lugar de rendirse, usó el dolor como combustible. Con un grito de rabia y dolor, se desquitó, arrancando el cuchillo de su costado y se la
El mar había dejado de azotar contra una de las bases que quedaba en pie, pero la oscuridad aún no se disipaba del todo. Lina tenía la ropa mojada, los ojos le ardían y los pulmones comenzaban a quemar debido al aire frío que congelaba sus articulaciones.Pero no se había movido de ese sitio. Tornado se mantenía en el aire desde hacía dos horas, en las que llamó a todos los pilotos de su Crew para unirse a la búsqueda. Aunque de nada había servido, porque apenas estaban por llegar y ella no había dado con ellos, luego de que el FBI comenzara a abandonar la zona. Esfuerzos que no daban frutos, porque…No encontraba a Kael por ningún lado.Trataba de serenar su cabeza con cada segundo que pasaba. Respirar le era difícil. Mantener sus dedos estables era imposible y con cada segundo que transcurría sólo podía pensar en lo último que escuchó de él.El sonido aún le imposibilitaba controlar mi cabeza, porque la tortura sólo crecía dentro de ella al escuchar reportes de que las búsquedas no