Aunque quería ser la adulta que se esperaba, no emocionarse por ver cada detalle le era imposible. Todo había sido calculado perfectamente para ella y no podía evitar sonreír al darse cuenta de todo ello. Los brindis no faltaron a cada nada. Lina olvidó porque dejaron de gustarle tantas fiestas a medida que los minutos continuaban pasando. Creyó que 24 habían sido suficientes, pero esa tenía algo que las anteriores no. Sus padres estaban desde el inicio. Pronto sería tía y Johan podía bailar con ella sin limitarse a que su corazón le exigiera sentarse a los dos minutos. Era dueña de su Crew por derecho. Tenía mucho con sólo girar el cuello. Tanto como para no necesitar nada en la vida, ni siquiera moverse de ese lugar para obtener lo que solo pasara por su cabeza. Su familia estaba en la mesa y ella solo disfrutaba de la música que resonaba por lo alto. Notas suaves que muchos disfrutaban con sus parejas, pero en ese momento solo era la espectadora que no quiso serlo por un
—¿Tanto quieren proteger al hijo de perra que esconden todo de él? —por más que lo buscaban en sitios que iban descubriendo poco a poco, no lograban dar con el Mayor. La agencia no era fácil de burlar hasta para el mismo gobierno y Bora sabía eso perfectamente. —Sí, Terry Calderón era incorruptible, Denver Bonanno es aún más implacable. Lo peor es que este no tiene familia para presionar. —le hizo saber Ylsen. —Solo dice que se iba a casar hace dieciocho meses, pero que todo se canceló repentinamente. Después de eso nada. Bora asintió, sus ojos claros brillando al ver las fotos que lograron obtener. —¿Quién es ella? —Natalia Ryese. Subdirectora de la división de operaciones Black Ops. Padre Inglés, madre Nicaragüense. Graduada en Stanford de economía. No tiene hermanos…No se puede usar el chantaje con ella. Está limpia. —la miró por un instante, siendo esa piel bronceada muy llamativa. Voluptuosa, con lentes y el cabello castaño oscuro resaltando los labios delgados. —¿Está casa
Los cristales oscuros eran cómo una magia que no permitía ver el interior desde ahí, pero le daba un toque sofisticado al edificio de diez niveles, en donde tres de ellos resaltaban por las enredaderas de flores que colgaban majestuosamente. Lina se quedó impactada cuando el auto rodeó el edificio hasta llegar a la entrada. Rodeado de vegetación, el edificio era una fascinante creación que no podía dejar de ver. Moon Castle era hermosamente impactante. Kael le abrió la puerta del vehículo a la rottweiler que salió disparada a perseguir una mariposa que la hizo dar vueltas, mientras Lina elevaba el rostro. —¿Esto es tuyo? —comenzó a subir los escalones. —Creí que eras pobre. Mintió. Había visto sus cuentas, aunque no sabía de qué tanto era dueño. —Sí fuera pobre yo mismo me clavara una bala en la cabeza. —dictaminó Kael pasando al frente. —Lo único que me ha detenido es que compruebo cada día que el dinero te da privilegios que no pienso perder. —¿Cómo construir edificacion
La preocupación de Asli porque Atila fuera violenta se fue al verla saltando en el jardín, persiguiendo un grupo de mariposas, decidiendo intentar jugar a lanzar el frisbee y que la rottweiler sí fuera por ella. Todo lo que creyó de ella era anulado al verla así. Cameron con su esposa, su hijo y Lina seguían en la mesa. Kael comía sin mencionar una sola palabra, mientras la neoyorquina convertía la mesa en un sitio en el cuál, cualquier tema de conversación era interesante. No importaba si era su aplicación exprés para conjuntos de ropa o haber saltado de un acantilado en Ellenville el día anterior. La comida se la pasó demasiado bien para no tener idea de la existencia de ellos cuando subió al avión. La noche llegó. Lina fue acomodada en el piso superior, con una habitación que cubría la mitad de ese nivel. Un piso que nadie tenía permiso de tocar, excepto el Mayor y ella. Moon Castle era enteramente de Kael, pero tuvo que llevar a Moira y Asli a ese lugar luego de lo ocurrido co
Cuando Lina despertó la noche había caído. Kael seguía dormido, optando por hacer lo mismo quedándose en la misma posición por más tiempo. No quería irse jamás y eso sí que era muy peligroso, porque así como él se había vuelto dependiente de esas palabras, ella lo hacía de ese aroma que debilitaba su fortaleza. Él era su más profundo deseo. Para alguien que siempre obtenía lo que deseaba, eso era un alivio y un peso a que podría haber encontrado su punto frágil, porque ahora algo más, fuera de su familia, le importaba demasiado como para pensar en no dejarlo. En quererlo con ella. Se levantó desde temprano, para ir al desayuno que olía realmente bien. Kael comía más desinhibido, como si confiara en la preparación de esa comida al cien por ciento.Atila tenía su propio plato, lo cuál sorprendió a Lina, pero prefirió no preguntar, dejando a su rottweiler disfrutar del manjar que le habían preparado.—¿Y cómo se conocieron? —cuestionó Asli, curiosa. Lina se amarró la lengua para no so
—¿Pasamos de lo momentáneo a lo permanente o sigues negándole que estás perdida por él? —le preguntó su prima. —Hay formas más sutiles de decirlo. Pero con este tipo no se sabe. —exclamó Lina. —Aunque ahora eso es lo de menos. Seré modelo para una artista, tacha eso de nuestra lista de cosas por hacer antes de los treinta. Avery se rió del otro lado, ya que ni ella recordaba eso. —¿Quién es la artista en este caso? —preguntó masticando una rodaja de pepino. Las presentó en cuanto estuvieron en la misma habitación. Mientras Asli preparaba los materiales y ubicaba el mueble donde quería que posara al iniciar. Lina hablaba con su prima, quien esta vez confesaba lo abrumada que estaba con sus clases. Su deseo por seguir los pasos de su madre y ser buena en ello, no evitaba que se estresara con algunos asuntos de su universidad, menos cuando de chicos se trataba. —No es muy de tus gustos. Que sea una mente prodigio no le resta a su arrogancia —dijo Lina, cruzando los brazos mien
—Necesito algo fuerte. —Lina dio media vuelta, pero luego se volvió hacia él con brusquedad. —¿Sí entiendes que una propuesta de matrimonio es algo más serio? Kael enarcó una ceja. —Es que contigo nunca se sabe. Además…Estoy hiperventilando. —sacudió el tablero para echarse aire en la cara. ¡Por todos los cielos! ¿Ella estaba nerviosa? —Dame un segundo….Es que…Ni siquiera su divorcio era oficial, y él le daba…—Hasta donde recuerdo estas propuestas se hacen de rodillas. —acotó mirando el tentador anillo que estaba dentro de la caja de terciopelo. —¿Por qué me arrodillaría? —sacó el anillo de la caja que dejó sobre la mesa. —Lo simple no se me da y lo que quieres ver en mí no lo harás. —Entonces, ¿qué quieres? —Quiero una tregua. —le tomó la mano para dejar el anillo en el centro de ella. Kael la miró con esos ojos fríos que siempre parecían juzgarla. Se acercó lentamente, como si cada paso fuera una lucha interna.—¿Otras 48 horas? —rió aunque sus ojos no dejaban de ver la pie
Lina no quería moverse más cuando su espalda tocó las sábanas. Solo deseaba dormir y olvidarse del mundo por lo que restaba de la noche. Kael la había dejado exhausta totalmente, por lo que al llevarla a la ducha solo se encargó de lavar su cuerpo por varios minutos, envolverla en una bata y dejarla sobre la cama, en donde secó la herida de su mano y la envolvió con una venda. Regresó al baño, buscó una jeringa y recogió la sangre de los trozos de cerámica, la cual se aseguró que fuera útil aún. Al menos eso le ahorró tener que pedirla directamente y escuchar sus negativas como solía hacerlo. La colocó dentro de un dispositivo que metió dentro de un maletín que sacó de su caja fuerte y salió con ropa para dormir hacia el elevador en donde llamó al capitán Hayes. Hacía frío, pero no cargaba ningún abrigo, por lo que Atila se lanzó sobre él en cuanto lo vio. Tuvo que controlarla al ser tan efusiva. Le quitó el collar y la llevó con él, mientras continuó su camino. Llegó al