Una hora después…
- ¡Ya llegué! Voy a bañarme primero- dice entrando por la puerta del patio, sin esperar respuesta. Sube corriendo las escaleras hacia su cuarto, el cual está al fondo del pasillo hasta llegar al gran ventanal
- «No me canso de esta espectacular vista».
A través del vidrio se observa en el horizonte los grandes gigantes robustecidos por la gran alfombra verde, la luz del sol se filtra a través de las nubes
- «Quién diría que detrás de esas encantadoras montañas… está mi amado mar»
Después de la ducha y lavarse los dientes se coloca: una blusa sencilla color azul claro, pantalones cargo, zapatillas sencillas y una cola de caballo, sin olvidar la crema facial y el brillo de labios.
Una vez que llego a la cocina, se sienta a comer. - ¡Mmm que bien huele! ahora sí, ¡a comer! - frotándose las manos.
Belinda mueve su cabeza de un lado para otro y le sirve el desayuno. Ella sabe que Halia no es del tipo de chica que evita la comida, por el contrario, disfruta mucho de esta.
-Deberías desayunar primero antes de salir a correr, eso te daría más energía. - le dice limpiando la encimera. -Además debes comer más despacio o te caerá mal- dándole una mirada desaprobación.
-Es que hoy debo correr quiero pasar primero a la compañía de los Lombardo para aplicar el examen para pasantes- Dice tragando un poco de comida y tomando un sorbo de su jugo- Sin no me apresuro no voy a llegar a tiempo a ningún lado. Porque después debo llegar a tiempo a la universidad.
-No puedes ser que insistas con eso. No creo que a tu padre le vaya a agradar esa idea tuya- dice Belinda mientras se sienta en la silla de enfrente- En verdad no lo necesitas para ganar experiencia, es simple, deberías hacer la pasantía en la empresa de tu padre.
Poniendo sus manos debajo de su barbilla agrega:
-En la compañía Koyama todos te tratan como una reina, y tienes acceso a todo, en cambio en esa otra estoy segura de que nadie te conoce, con eso que nunca sales ni socializas como las chicas normales.
- ¡Je, je, je! como si Bàba me dejará socializar- la interrumpe.
-Como sea Mija ¿Cómo crees que te pueda ir? Tendrías que comenzar de CERO. - enfatizando esta palabra.
- ¿Y si te maltraten? ¡Imagínate! - Poniendo cara de angustia añade - Pondrías en riesgo la estabilidad de ESA empresa. Sabes cómo es tu padre, cuando se trata de ti.
-Ese es el punto nana- ingiere otro poco del jugo
-Esa empresa es la única que está en el mismo estatus que la nuestra- muestra con sus manos signos de comillas
-Además escuche del mismo Bàba, que conoce bien a los Lombardo, su presidente fue compañero de batalla o algo así; parece que son amigos íntimos, por otra parte, ellos pronto van a tener una colaboración. Al parecer es muy importante.
Belinda espera que continúe, mientras Halia termina de masticar otro poco de comida.
- ¡Piénsalo por un momento! Sin van a colaborar, yo por mi parte no estaría haciendo nada malo- Se lleva el último pedazo de comida a la boca, se levanta para dejar los utensilios en el fregadero.
- ¿Sabes lo que pienso?... Lo que pienso es que es innecesario entrar a una empresa cuando ya sabes que eres la única heredera de la tuya.
-Nana ¡Imagina! - Le expresa llena de esperanza -Si logro entrar sin ayuda, conseguiré demostrarle que estoy lista para ser autosuficiente, que puedo desempeñarme también como él
- ¡Hay mi hijita! Estoy segura de que tu padre está orgulloso de ti y sabe que puedes ser autosuficiente- le dice en un tono suave, colocando detrás de sus orejas unos pequeños flequillos que salen de su cabello amarrado, luego toma sus manos y mirándola a los ojos agrega:
-Lo que realmente creo, es que no es necesario que estés constantemente tratando de probar tu valor a tu padre, él te ama, así como eres.
-Si eso, ¿Es cierto? - menciona con desaprobación. - ¿Porque constantemente me pone nuevos entrenamientos, clases exhaustivas, guardaespaldas que son peores que él y siempre pasa supervisándome?
….
-Ya conoces una de sus tantas frases “siempre debes ser mejor que el mejor”- Halia suspira frustrada.
-Él es el mejor, el desea que lo mejore a… Él. No puedo rendirme. - mira al piso con desolación y las manos entrelazadas
-Tal vez en esa empresa encuentre otras técnicas que me ayuden a superarlo y ganar su verdadera aprobación– Dice dejando caer sus hombros.
-Además Nana, no creo que yo la pupila del gran maestro Atsushi Koyama pueda ser intimada por otras personas.
Belinda conoce bien Halia, ¿Cómo no?, si la ha criado desde los 8 años, sabe bien lo terca que puede ser.
-Creo que no hay más que hablar, ya lo tienes decido- Mira a Halia con ojos de resignación.
–Tienes mi bendición entonces- menciona moviendo su mano.
La alegría se extendió por todo el cuerpo de Halia; para ella es realmente importante que su nana apruebe su decisión.
-Entonces date prisa porque llegarás tarde y he escuchado con son muy estrictos con la puntualidad –entregándole una bolsa con bocadillos caseros
- ¿Ya planeaste como quitarte de encima los guardaespaldas? ¡Por favor! No hagas nada arriesgado- uniendo sus manos en señal de súplica.
-No te preocupes Nana, todo está cubierto. ¡Va a ser divertido! Le dice cerrándole un ojo.
A una hora de distancia.
A una hora de distancia.
Frente a uno de los edificios más sobre saliente de la ciudad, un hombre alto, delgado, guapo de descendencia oriental, baja de su Rolls-Royce blindado color azul oscuro, vistiendo con un traje a la medida vislumbrando un cuerpo esbelto, camina elegantemente a la entrada del edifico, acompañado por dos hombres altos y fornidos vestidos de negro, pasan las puertas de vidrio custodiadas por oficiales de seguridad, que lo saludan con una reverencia, justo cuando estaba punto de llegar a la recepción.
-Tan puntual como siempre – camina hacia él, un hombre de unos 60 años, cabello castaño claro, una sonrisa cautivadora, no tan alto, su traje también confeccionado a la medida, disimulando su abultado abdomen. –tus hábitos jamás cambian, es un placer verte amigo.
-Para mí también es un placer, me disculpo por no haberte visitado estos últimos meses, los proyectos y otros asuntos me ha tendido ocupado, pero hoy soy todo tuyo como lo teníamos acordado, tenemos muchos asuntos que discutir en especial lo mi hija. - iluminando el lobby con su sonrisa.
- ¡ja, ja, ja! si entiendo, ya es momento que se vayan conociendo- colocándole una mano en la espalda, lo guía al ascensor que es exclusivo de la presidencia.
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En el piso 95 del mismo edificio viendo frente a la ventana se encuentra un joven de unos 25 años, ojos penetrantes de color gris azulado, rasgos masculinos bien definidos, un aura amenazadora, frio, alto, viste un traje a la medida con corbata, a través de este se puede ver sus músculos fuertes. Una mano en su bolsillo y la otra con una copa de vino.
-Señor, el señor Koyama, está en el edificio junto con el viejo señor Lombardo- le dice Pablo Quintana su asistente personal, un joven de cabello negro, tez clara, de tipo atlético, utiliza un traje formal y un par de gafas con aro café.
-De acuerdo los atenderé aquí pide café moca sin lactosa, así le gusta al señor Koyama
- ¡Si señor! - sin más sale de la oficina.
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Llegando al piso 95, salen del ascensor dos amigos hablando muy amenamente, son recibidos por una atractiva secretaria que los saluda con respeto.
- ¡Buenos días, señores!, el joven señor Lombardo los está esperando. - abriendo de inmediato la puerta de presidencia y se despide inclinando la cabeza.
Ambos señores le responden el saludo
Dentro de la espaciosa oficina. Sentado detrás de un lujoso escritorio color caoba se encuentra el presidente de la compañía Lombardo.
- ¡Caramba! Marcelo- Atsushi mira a su amigo y luego continua- no puedo creerlo, Kano ya eres todo un hombre, en ti no hay rasgos del niño que conocí- acercándose al escritorio Atsushi extiende sus manos en señal de abrazo, de inmediato el joven se levanta para corresponder el gesto dándose un abrazo fraternal.
Kano en el fondo siente mucha admiración por este hombre, sus palabras le producen calor en su corazón, en el pasado siempre recibió de Atsushi sinceridad, afecto genuino y en sus momentos más difíciles fue su protector, el no tuvo padre, pero si podía escoger. No tendría la menor duda que Atsushi Koyama era su primera opción, incluso ha llegado a creer que es el único que realmente lo ha amado.
-Estoy muy contento de poder verte, estoy un poco resentido, tenemos mucho tiempo sin vernos- señalándole con la mano el sillón que está delante del escritorio para que todos tomen asiento. -Sin mostrar, el más mínimo rastro de frialdad que lo caracteriza.
-No es todo culpa mía, tu abuelo que te ha mandado ¡A! ¿No sé? Cuántas universidades para que lograras ser el hombre que veo ahora, el presidente corporativo más joven que ha habido en este país. Yo por mi parte he estado trabajando duro, siendo padre y madre. Debes conocer a mi hija, no solo es hermosa tiene muchas cualidades que cualquier hombre desearía en una esposa- dirigiéndole una picara mirada.
Toc-toc! Kano respira aliviado. - «Sin duda voy a compensar al que está salvándome la campana» Todo lo que es referente a compromisos matrimoniales lo ponen nervioso, sin esperar que le contestaran entra un joven alto, cabello castaño claro, ondulado y corto, ojos grises, atlético sus rasgos faciales masculinos bien distribuidos, con un tono de voz masculina y una sonrisa agradable refiere: - ¡Disculpe mi intromisión! Pero no podía esperar más para venir a saludarlo señor Koyama –dice con una gran sonrisa. Kano estaba a punto de regañar al intruso cuando Atsushi se levantó tan rápido como un rayo y abrazo al muchacho. - ¡Guau! ¡Muchacho! ¡Cómo has crecido! ¡Míralos, Marcelo! ya son todos unos hombres. ¿Debes tener muchas chicas revoloteando a tu alrededor? - le afirma dando un pequeño toque con el puño en mandíbula del joven.
Los baños más cercanos están ubicados cerca del lobby. Halia agradece la compañía de Brenda, su presencia la ayuda a calmar su agobio. Ambas chicas tratan de abrirse paso en la multitud de gente que están en pequeños grupos conversando sobre distintos temas. Parecía un panal de abejas. - ¡Gracias Brenda! creo que me hubiera tardado un mundo encontrarlos con tanta gente- dice con una sonrisa sincera, su respiración un poco agitada. Tratando de mantener el control. -No te preocupes para eso son las amigas- le dice guiñando un ojo. Por fin las mujeres llegan donde están los servicios sanitarios, entrado al correspondiente de las chicas. En comparación con el ambiente de afuera este era menos aterrador, si había bastante personas, sin embargo, el espacio era ancho y constaba de bastantes módulos para su disposición. Por fortuna para ambas estaba limpi
De camino a la universidad Halia va en su motocicleta pasando por un bullicioso y pintoresco mercado, al lado de la acera, visualiza un familiar cabello pelirrojo acolochado, en unos de los puestos de ventas. Su corazón dio un brinco y no puede evitar dejar de respirar por un instante. - «¿Será ella?» piensa emocionada. Con facilidad encuentra un lugar para estacionar su motocicleta, y con el casco en la mano se acerca al puesto donde cree vio a la pelirroja. Hoy sin duda era un día difícil, estaba bastante concurrido pero el interés de confirmar sus sospechas le ganaba a su fobia. Frente al puesto de bisutería, Halia observa a la joven de tez clara, nariz perfilada, alta, delgada, muy hermosa. Deja escapar el aire de sus pulmones con fuerza. Los rasgos de la niñez ya no se asomaban por ningún lado, en ese instante a Halia le sobreviene el recuerd
Mientras tanto a unos kilómetros de ahí.Kano camina por la compañía Lombardo acompañado por Atsushi y su abuelo. Se podía ver como los tres caballeros andaba con gran gracia y elegancia.Marcus se acerca a Atsushi y le da un mensaje al oído, su rostro se oscureció, dándole una mira a Marcus, el asiente y se retira.-Pasa algo Señor Koyama- se percata Kano al ver su rostro.-No, en realidad es algo fácil de resolver- dice sin dar largas al asunto.-Si es así, entonces creo que este viejo necesita restablecer su energía sino quiere que desvanezca por la hipoglicemia- les sonríe Marcelo a los dos.-Me temo Señor Koyama que será mejor que acompañe a mi abuelo almorzar, su salud no es como la de antes.- ¡Vamos mocoso!, diciéndolo así me hace parecer frágil. – Le regala una mirada de censura.-Eso significa que no planeas comer con nosotros- le confirma
En la universidad Altas cubresHalia de inmediato estaciona su motocicleta recoge sus cosas, sube corriendo hasta el 3er piso, del imponente edificio color café.Al llegar a su salón, entra rápido y silenciosa como un ratón, se sienta junto a Mónica una chica de cabello negro en coleta, utiliza anteojos grandes que ocultan sus ojos marrones, tez blanca.La profesora esta de espalda escribiendo la práctica que van a realizar.Mónica le escribe en un papel “invente que te cayo mal la comida y que estabas en el baño, que pronto te pasaría ¿Por qué tardaste tanto?” la mira enfadada.Halia le contesta por medio del mismo papel: “me desvíe por algo importante. Gracias por ayúdame” sonriendo en agradecimiento.Mónica pone los ojos en blanco &
Viajaron en un silencio incomodo. Halia se sentía arrepentida, nunca pensó que se lo tomaran tan apecho. Detiene el auto en un gran centro comercial.- ¡Llegamos! - Le dice Dunca bajándose del auto.Escolta a Halia hacia el tercer piso, en total silencio. Entran en un amplio complejo de tiendas. Llegando a la zona donde existen innumerables afiches con fotografías de hermosas modelos, un gran rotulo “Estilista Chiqui Dubois”, cruzando la puerta de vidrio son recibidos por una señorita de cabello negro, ojos cafés claro que no apartaba la vista de Duncan.- ¡Buenas tardes! disculpe la inconveniencia, pero hoy no hay espacio, está reservado. -Le informa moviendo sus pestañas de muñeca.Halia se extraña porque desde donde ella se encontraba, podía ver que estaba completamente vacío.-Ella es la señorita Koyama- Le informa Dunca con un tono de voz serio.La chica abre bien los ojos. El
Mientras tanto en la compañía Lombardo en el piso 70.- ¡Toc, toc!- ¡Pase! - Contesta Liam.- ¡Señor! Su hermano lo convoca a presidencia quiere le informe sobre los contractos de Vestock Company- informa Adrián acercándose al escritorio semiele color caoba hecho de madera fina, en su rostro rastro de frustración.Liam que estaba sentado trabajando con su computador levanta la mirada, una mueca de desagrado aparece en su hermoso rostro, respira profundo y a la vez enderezando su tórax. En sus labios aparece una sonrisa sarcástica y moviendo la cabeza de un lado a otro, declara.-Me convoca hasta ahora- se frota las sienes -Esa gente es muy difícil de tratar, pero su alianza difundirá a la compañía Lombardo a niveles inimaginables.-Al señor Kano, no le parece tan importante- opina Adrián con la mano dentro de su bolsillo, de pie frente al escritorio de Liam.- ¡No!
Ha varios kilómetros de distancia en las zonas alejadas de la gran ciudad en una zona montañosa dos Rolls-Royce azul oscuro llegan uno detrás del otro a una empinada colina. En ambos lados de la carretera se aprecia la gran variedad de vegetación. Entre plantas con grandes hojas como las pequeñas con hermosas flores, no faltaba los altos árboles que brindaba una refrescante sombra, muchas zonas parecían ser todavía selva virgen, no se evidenciaba asentamientos cerca por varios kilómetros hasta que llegan a la entrada de la propiedad. El automóvil que conduce Bruno es el primer en encontrarse con dos portones altos que se abren en forma simultánea para dar paso a los automóviles. El auto donde viaja Halia permanecía en silencio. Con su mente en silencio Halia continuaba recostada en el hombro de Atsushi contemplando el paisaje y disfrutando de su presencia. Su esencia varonil la tranquilizaba.