Mientras tanto a unos kilómetros de ahí.
Kano camina por la compañía Lombardo acompañado por Atsushi y su abuelo. Se podía ver como los tres caballeros andaba con gran gracia y elegancia.
Marcus se acerca a Atsushi y le da un mensaje al oído, su rostro se oscureció, dándole una mira a Marcus, el asiente y se retira.
-Pasa algo Señor Koyama- se percata Kano al ver su rostro.
-No, en realidad es algo fácil de resolver- dice sin dar largas al asunto.
-Si es así, entonces creo que este viejo necesita restablecer su energía sino quiere que desvanezca por la hipoglicemia- les sonríe Marcelo a los dos.
-Me temo Señor Koyama que será mejor que acompañe a mi abuelo almorzar, su salud no es como la de antes.
- ¡Vamos mocoso!, diciéndolo así me hace parecer frágil. – Le regala una mirada de censura.
-Eso significa que no planeas comer con nosotros- le confirma Atsushi.
-Me temo que no; hoy llega varios proveedores importantes, necesito coordinar otros asuntos con el departamento de logística- menciona Kano.
- ¿Cómo no sentirme orgulloso? ¡Todo un hombre de negocio! Te entiendo muchacho, espero verte en la cena que este hombre me ofreció- Señalando a Marcelo.
- ¡Claro Señor!, estaré puntual como a usted le gusta- le dice con gran sonrisa.
-Recuerda el lanzamiento de la línea blanca, eso tampoco se puede descuidar, deberías dárselo a tu hermano.
- Lo pensare Abuelo, no te preocupes lo tengo todo agendado.
Marcelo le da una mirada de aprobación y se dirige a Atsushi.
-Amigo hoy yo invito, tengo una reservación en unos de los restaurantes más exclusivo de esta ciudad, que por cierto está cerca de aquí, ¡te va a encantar!
- ¡Excelente! ya no recuerdo que es comer fuera de casa o de la Empresa.
En el Restaurante
- ¡Buenas Tardes! Señor Lombardo- lo recibe la recepcionista, joven, atractiva con el cabello negro, usando un uniforme pulcro y elegante. Mira a Atsushi con un brillo en sus ojos.
-Buenas tardes, Mirna- observando su gafete- Tengo una reservación- le menciona Marcelo sin dejar de observar a la enamorada recepcionista.
-Por supuesto, síganme ¡por favor! - Los guía a una sala privada, equipada con varios aparatos de entretenimiento, mesa de billar, juegos y muebles cómodos. Los ventanales cubren la parte exterior de la sala, permitiendo ver todo el parqueo, la ciudad y a lo lejos las imponentes montañas. Los hombres de colocan de pie al ventanal como dos Reyes mirando su imperio.
- ¿Te gusta?
- ¡Hermoso! Ahora ver ¿Como esta la comida? - le dice con una sonrisa
Ambos hombres se sientan y de inmediato se acerca el sommeller1 un hombre de mediana edad, con un traje con chaleco gris, trae el carrito con varios tipos de vino
- ¡Buenas tardes, señores! Hoy les ofrezco Cheval Blac o Chàteau d’yquem nuevas adquisiciones del restaurante o los tradicionales que tampoco baja de calidad.
- ¡Mmm! Hoy se me apetece algo dulce ¿Qué te parece Atsushi?
-Por mí, está bien. ¡Por Favor! danos Chàteau d’yquem
El sommeller asiente con la cabeza y sirve dos copas, y les deja cerca el vino de inmediato llega el camarero con la carta. Saluda y espera indicaciones.
- ¡Atsushi! usted es el invitado, escoge yo pediré los mismo.
-De acuerdo, como siempre que me aventure yo primero- lo mira con una sonrisa- algunas costumbres jamás se van- ambos se ríen en complicidad- se me apetece la corvina.
- ¿Cuál señor? ¿En salsa, rellena o Tonkatsu?
- La rellena con Torsan de camarón, vamos a ver si son tan buenos como los de Belinda.
-Amigo te recomiendo como postre “Panna Cotto”, en este lugar les queda riquísimo.
-Ok, si voy a confiarte la parte más importante de mi vida, como no un postre.
Atsushi le entrega la carta al camarero, despidiéndose de él con una leve inclinación de cabeza, este se retira con las órdenes.
Atsushi se afloja la corbata y se desabrocha el primer botón de su camisa, dejando mostrar su marcada clavícula, con un tono serio y tranquilo comenta:
- ¡Dime Marcelo! ¿Kano está interesado en alguna mujer? - Lo observa para ver sus reacciones.
-No para Nada. No voy a negar que es muy cotizado- lo dice con una sonrisa- que puedes esperar de un Lombardo.
-Lo digo porque lo vi tenso cuando mencionamos esposa y matrimonio en una misma frase.
-Vamos Atsushi en esta época, que joven de 25 años no se va a poner nervioso con la palabra responsabilidad, pero no te preocupes, conozco bien a Kano, él sabe bien como asumirla. Es valiente, dedicado y jamás se rinde, característica que necesita nuestra fusión y futuro líder de nuestras familias.
Marcelo se recuesta cómodamente sobre la silla. Y reflexionando adhiere.
-Tengo muy presente lo que hablamos hace unos años, ¿no quedamos en unir nuestras familias con un lazo más fuerte que la amistad? Por fortuna el karma te dio una segunda oportunidad. Y yo en lo personal no pienso desaprovecharla.
-Muy bien, que pienses eso, no quisiera que nuestros negocios y en especial nuestra amistad se vea afectada por malentendidos- luego toma un sorbo del vino
– Halia es mi hija con todas las de la ley, mi otra oportunidad, ella me saco de la oscuridad y ahora es mi única luz- Lo voltea ver con rasgo de tristeza y mirando la copa.
-Atsushi, no se me ha olvido la cantidad de veces que me has salvado la vida, lo que soy hoy, lo soy por ti amigo. Yo te garantizo que haré todo lo que este en mi alcance para pagarte este favor. – le dice mientras baja su copa.
-Incluso durante todos estos años he creado, cultivado y preparado a los Gyámok e incluso prepare a mis nietos en las mismas técnicas, confiando en tu paranoilla. Ellos están en capacidad de proteger a nuestras familias.
-Créeme cuando te digo que no los hemos acabamos a todos, es mejor ser precavidos, nadie los conocía como yo, además no sabes que otros enemigos puedan surgir. Por otra parte, en mi vida lo más importante es Halia. Ella ha sufrido mucho, me prometí a mí mismo que le daría lo mejor.
-Amigo los tiempos han cambiado estamos en la cima, y unidos no podrán hacernos daños- tomando un poco de vino añade -lo que debemos hacer es concentrarnos en crecer nuestros negocios y en especial nuestras familias. -Le contesta con una sonrisa.
-En la hipotética situación que tu sobresaliente nieto no muestre interés en Halia. ¿Qué? ¿Lo vamos a obligar?
-Hombre no te preocupes, eso no pasará. Ellos se acoplarán. Esos muchachos son filiales
-Eso espero Marcelo, el tiempo corre- Atsushi toma otro sorbo de vino «y el mío se acaba» -sabes que no creo en los matrimonios arreglados.
-Mi amigo no puedes opinar, tu no lo aceptaste y por eso tu familia te desheredo.
-Y no me arrepiento ni un segundo, fue la época más feliz de mi vida- dice cerrando los ojos en un gesto de profunda tristeza.
-Mi plan es que hoy en la cena se conozcan de manera formal- lo interrumpe para lograr cambiar el tema y sacar a su amigo de sus pensamientos.
- Y a partir de ahí Laura y yo propiciaremos los encuentros necesarios para que nazca entre ellos el amor- se toca el pecho con las manos entrelazadas -La paciencia y convivencia son buenos consejeros matrimoniales. Mirarnos a nosotros, somos el mejor ejemplo. A pesar de que Laura sea mi segunda esposa.
-Eso es cierto, aún no sé cómo Laura te ha aguantado por tantos años- lo dice sonriendo.
-Tal vez porque parte de los primeros años, estuve durmiendo contigo- expresa subiendo una ceja.
- ¡Para, para! Diciéndolo así, podrían pensar algo equivocado- menciona abriendo bien los ojos.
- ¡Ja, ja, ja!, cualquiera que haya estado en el ejercito sabría lo que hablamos
Atsushi asiente con la cabeza.
En ese momento llega el camarero con las entradas. Los hombres continua con remembranzas, para luego continuar con el plato principal.
Cuando terminaron de comer se acerca el camarero para retiras sus platos y le colocan el dichoso postre que Marcelo recomendó
- ¿Que te pareció la comida?
-Mucho mejor que la de Belinda, no te atrevas a decirle, porque me dejara en ayuno de resto de mi vida.
- ¡Ja, ja, ja! a veces ¿Me pregunto quién es el jefe ahí?
-Si no fuera por ella nunca hubiera podido con Halia, le estoy muy agradecido. Ella siempre ha dado más de lo que se le pide. Y vaya que ama a Halia.
- ¡Vaya, Vaya! que pequeño es el mundo interrumpe Chiara del brazo de Enrique Ortega su esposo actual un hombre alto, grueso, cabello castaño con una coleta baja, ojos marrones, con inicios de una barba -Los vi a través del vidrio y Enrique quería saludarlos.
- ¡Hola! ¿Cómo esta? ¿Señor Lombardo, ser Koyama? -le dice inclinado su cabeza.
Atsushi se levanta y le estrecha la mano, para corresponder el saludo, se dispone a invitarlos a sentarse con ellos cuando Chiara los interrumpe.
- ¡Oh no! Tenemos una reservación en la sala continua con los tíos de Enrique- mirando a los ojos le pregunta
- ¿Atsushi quién es la estilista que ayudara a tu hija a arreglarse para esta noche- Chiara sabía bien como eran estos hombres, los cuales solo pasaban preocupados por negocios, tecnología y que para variar no frecuentaba actividades sociales, por lo que sentía pena de su hija.
¡Heee! - Atsushi hizo una cara de bobo.
- ¡Lo Sabia! -moviendo la cabeza de lado para otro -para las mujeres es importante lucir hermosas en las actividades sociales, no creo que tu hija sea la excepción- sacando una de sus tarjetas de presentación escribe un número y una dirección y se la da a Atsushi. –solo dile quién eres y los atenderá de inmediato es un fiel admirador tuyo
- ¿Admirador? - la mira con desconcierto.
- ¡Tranquilo es inofensivo!
Sin más Chiara se despide y deja solos a los amigos.
En la universidad Altas cubresHalia de inmediato estaciona su motocicleta recoge sus cosas, sube corriendo hasta el 3er piso, del imponente edificio color café.Al llegar a su salón, entra rápido y silenciosa como un ratón, se sienta junto a Mónica una chica de cabello negro en coleta, utiliza anteojos grandes que ocultan sus ojos marrones, tez blanca.La profesora esta de espalda escribiendo la práctica que van a realizar.Mónica le escribe en un papel “invente que te cayo mal la comida y que estabas en el baño, que pronto te pasaría ¿Por qué tardaste tanto?” la mira enfadada.Halia le contesta por medio del mismo papel: “me desvíe por algo importante. Gracias por ayúdame” sonriendo en agradecimiento.Mónica pone los ojos en blanco &
Viajaron en un silencio incomodo. Halia se sentía arrepentida, nunca pensó que se lo tomaran tan apecho. Detiene el auto en un gran centro comercial.- ¡Llegamos! - Le dice Dunca bajándose del auto.Escolta a Halia hacia el tercer piso, en total silencio. Entran en un amplio complejo de tiendas. Llegando a la zona donde existen innumerables afiches con fotografías de hermosas modelos, un gran rotulo “Estilista Chiqui Dubois”, cruzando la puerta de vidrio son recibidos por una señorita de cabello negro, ojos cafés claro que no apartaba la vista de Duncan.- ¡Buenas tardes! disculpe la inconveniencia, pero hoy no hay espacio, está reservado. -Le informa moviendo sus pestañas de muñeca.Halia se extraña porque desde donde ella se encontraba, podía ver que estaba completamente vacío.-Ella es la señorita Koyama- Le informa Dunca con un tono de voz serio.La chica abre bien los ojos. El
Mientras tanto en la compañía Lombardo en el piso 70.- ¡Toc, toc!- ¡Pase! - Contesta Liam.- ¡Señor! Su hermano lo convoca a presidencia quiere le informe sobre los contractos de Vestock Company- informa Adrián acercándose al escritorio semiele color caoba hecho de madera fina, en su rostro rastro de frustración.Liam que estaba sentado trabajando con su computador levanta la mirada, una mueca de desagrado aparece en su hermoso rostro, respira profundo y a la vez enderezando su tórax. En sus labios aparece una sonrisa sarcástica y moviendo la cabeza de un lado a otro, declara.-Me convoca hasta ahora- se frota las sienes -Esa gente es muy difícil de tratar, pero su alianza difundirá a la compañía Lombardo a niveles inimaginables.-Al señor Kano, no le parece tan importante- opina Adrián con la mano dentro de su bolsillo, de pie frente al escritorio de Liam.- ¡No!
Ha varios kilómetros de distancia en las zonas alejadas de la gran ciudad en una zona montañosa dos Rolls-Royce azul oscuro llegan uno detrás del otro a una empinada colina. En ambos lados de la carretera se aprecia la gran variedad de vegetación. Entre plantas con grandes hojas como las pequeñas con hermosas flores, no faltaba los altos árboles que brindaba una refrescante sombra, muchas zonas parecían ser todavía selva virgen, no se evidenciaba asentamientos cerca por varios kilómetros hasta que llegan a la entrada de la propiedad. El automóvil que conduce Bruno es el primer en encontrarse con dos portones altos que se abren en forma simultánea para dar paso a los automóviles. El auto donde viaja Halia permanecía en silencio. Con su mente en silencio Halia continuaba recostada en el hombro de Atsushi contemplando el paisaje y disfrutando de su presencia. Su esencia varonil la tranquilizaba.
A muchos kilómetros de distancia, las concurridas voces de mujeres llena el espacioso camerino del Night Club La Rosa Dorada, la mayoría concentradas en arreglarse para iniciar sus laborares, otras se encontraban aseándose para continuar con sus jornadas, las más afortunadas y ajenas del mundo vil que viven las chicas de la organización se prepararan para presentaciones artísticas.El ambiente de este Night Club es muy variado en la primera planta se encuentra un restaurante- bar de estilo moderno su barra es larga, del lado de los Bartender están en exhibición una gran variedad de licores en la parte más alta están las pantallas planas.En la parte externa cuenta con inmensos ventanales justo a su lado, se encuentra las mesa para los comensales y en el exterior un hermoso balcón que cuenta con otras mesas para los que gustan del aire fresco, además poseen un
Regresando a la mansión Lombardo.¡Mmm!, Pero no puedes negar que tu madre ha sido una excelente administradora, no hemos tenido perdidas- Le dice con una fuerte mirada.¡Je, Je! Si tu lo dices abuelo, pero en realidad no hemos tenido ganancias sustanciales- Menciona con su imponente presencia.¡Bueno, bueno corazones hoy es un día especial! No quiero que hable más de trabajo- Ordena Laura en un tono firme.Ambos se miran y sonríe a la señora de la casa.Esta sin disimular su alegría le muestra una sonrisa, mira hacia el recibidor. Laura anhelada poder gozar pronto de pequeños niños en su casa, estaba fascinada con Halia, de primera entrada la juzgo como una chica prudente y educada.-Ven querido Atsushi y su hija están por acá- Tomándolo del brazo lo guía frente a la pare
En la autopista principal un Aston Martín DB11 color negro viaja a alta velocidad. Imágenes del día pasan por su cabeza, mira el reloj del auto.- «¡Diablos!, ¡Lo hizo a propósito!, tal vez me hizo un favor» - Iba muy tarde cortesía de su hermano. No era que estuviera deseoso de estar en la dichosa fiesta. Lo que pasaba era que no tenía permitido bajar la guardia con ellos.Los Ortega fingía ser gentiles amables, y sobre todo desinteresados, pero él ya había visto a través de ellos hace mucho tiempo. Si quería mantener su supuesta posición, debía estar al tanto de todo sobre su familia.Liam sabía que lo toleraban por los aportes que recibían en la mayor parte de la compañía Lombardo a través de Chiara.Gracias a la influenza de Atsushi restructuro su v
Volviendo a los jardines de la mansión Lombardo Los jóvenes caminaron un largo trayecto hasta alcanzar un mirador equipado de varias mesas para jardín, la brisa nocturna le producía escalofríos a Halia. Kano pudo observar cómo los pequeños bellos de sus brazos se levantaban. Se detiene por un momento y quitando su saco se lo coloca en sus hombros. Esta acción dejo a Halia sin habla, «¿Y eso porque fue?» No obstante, la sensación de calor que traía el saco, la lleno de calidez. - ¡Gracias Señor! - Mirándole a la cara. Marcelo y Laura se encuentran sentados tomando vino hablando tranquilos. Atsushi de pie recostado en la baranda viendo el horizonte, con una copa en la mano. Laura es la primera en ver a la pareja. - ¡Oh corazones! ¿Quién ganó la partida? Todos volvieron a ver. Atsushi cuando vio la escena tan íntima, un agujero creció en su interior y el fuego