Muchas horas después… Pablo entra con el policía a cargo de las celdas, caminan por un pasadizo que posee en ambos lados celdas, la mayoría están vacías. A Kano lo tenían en la comisaria, en esta zona donde los reclusos están de paso, ya sea, para ser trasladados a una cárcel o darles libertad. El oficial se detiene con las llaves en las manos, Pablo puede ver en su interior, al ganador del premio al mejor empresario de la península. El hombre está recostado en la pared, sobre una butaca desgastada, una de sus piernas sobre la banca, su codo sobre la rodilla de la pierna que esta sobre la butaca, a pesar de su aire de derrota, parecía un modelo de apariencia rebelde. Pablo nunca en la vida, se imaginó ver a su jefe en tal condición. No puede evitar sentir pesar por él. -Señor Lombardo, vienen por usted- Le dice el oficial abriendo la celda- Ya puede salir Kano se levanta con su acostumbrada aura de imponencia, a pesar de haber estado encerrado no cambio su actitud en lo absoluto.
Volviendo a los vehículos Blindados en dirección al muelle, la pareja de amigos se fija en todos los que están a su alrededor, observa la forma de expresarse de Halia a través del teléfono, el brillo de su ojos, para ellos no había duda de lo enamorada que esta, ambos no pueden evitar escapar un suspiro de enamorados, reconociendo sus propios sentimientos. Recostados cerca de la puerta del vehículo Dunca observa con cara de pocos amigos a Halia, en cuanto Alonso que está a su lado, Sergio lo pesca mirando a Mónica de vez en cuando. O Alonso está enamorado de mi piensa Sergio algo divertido o definitivamente está viendo a Mónica. En cuanto a Bruno se encuentra concentrado con el general Ivanov y otros hombres, por otro lado, Bárbara se encuentra sentada con la espalda recostada al metal con los ojos cerrados. La mujer se ve abatida en cierta medida agotada, Bárbara nunca imagino encontrarse atrapada en la vida de Atsushi, el no saber si está bien o no, la está matando, no se dio en q
Volviendo al carro blindado… La mirada de Bárbara es de desaprobación para los jóvenes, que no pueden evitar cohibirse ante su presencia. -Señora Bárbara- Interrumpe la voz ronca de Bruno -Perdone que intervenga, pero conozco perfectamente al señor Salinas, estoy seguro de que él le explicará con lujos y detalles; el porque de su actuar- Bruno trata de ayudar a Mónica, sentía que era su deber protegerla mientras Marcus no este cerca. Bárbara que le ha tomado aprecio a Bruno decide dejar la fiesta en paz por el momento. -Espero que así sea Señor Montenegro- Mónica no puede evitar encogerse al ver la mirada de su madre. En el fondo siente un gran alivio por la intervención. Pero a la vez un gran pesar, se sentía egoísta, ya que, por su deseo de sentirse amada violó todas las enseñanzas que le había dado su madre sobre la decencia, ahora no tenía idea de cómo contárselo sin desilusionarla. -Halia tenemos que ponernos de acuerdo quienes se quedarán a frente de la compañía- Interviene D
Capítulo 223 Resoluciones difícilesPara ese momento Kano ya está en la cubierta, al lado de Halia está Liam que obvio no iba a ceder para nada su posición. Dunca y Alonso cada uno al lado de la pareja.-Tomo las atribuciones que me corresponde, nosotros siempre hemos estado a cargo de la seguridad de la Señorita Koyama en especial en la ausencia del señor Koyama- Le responde con firmeza Dunca.-Para ser un ex te tomadas demasiados atribuciones- Interrumpe Liam molesto.- ¿Y a ti quien te metió? Crees que por despreciar tus raíces ahora eres un gran señor ¡Liam Lombardo! - Le dice con cinismo. Metiendo el dedo en la llaga.-De los dos, soy quien tengo más derecho de usar este apellido. Me he esmerado por proteger a la familia Lombardo En cambio tu ¿Que has hecho? Solo desprestigiarla con tus acciones, y por una mujer que no vale la pena- Le dice con sorna -O vas a negar que llevaste a tu amante a la supuesta fiesta de compromiso- Remata Liam dando en el clavo. Kano de inmediato vuelve
Muchos kilómetros de ahí…. - ¿Lo encontraron? - Dice Hakim sentado en una terraza con un coctel en la mano. -Si señor, ese hombre es inmortal- Deja escapar el comentario el secretario de Hakim un hombre de mediana edad, se ve algo agotado y ansioso. - ¿Dónde está? - Dice mientras mueve el coctel. -En la embarcación que está a dos horas de aquí, Hay otro problema señor- Hakim lo vuelve a ver con los ojos sombríos. El secretario traga grueso antes de continuar - Señor, inteligencia cree… cree que… nos están siguiendo- Dice el secretario entrecortado. Hakim se levanta de inmediato dejando caer el coctel, empuja al secretario que está en su camino, los hombres armados que están en el pasillo lo vuelven a ver, con una mirada entiende de inmediato su mensaje. Todos bajan a las celdas donde están Marcus y Atsushi. Ambos hombres están en silencio, el ruido que el provoca la puerta al entrar hace que ambos fijen su mirada en él, Hakim los inspecciona primero a Marcus de arriba abajo, el
Mientras tanto en el puente de mando. -Señorita Koyama, comunicaciones informa, que perdieron el rastro del señor Koyama- Le informa el joven oficial de cubierta. ¿Y el de Marcus? - Le pregunta de inmediato. ¿El otro rastro? - Pregunta por el intercomunicador mirando a Halia. -Si señorita todavía tienen su rastro- Le dice aliviado al igual que Halia. -Señorita Koyama, los buzos de reconocimiento encontraron a un hombre suyo- Le informa el otro oficial que está sentado en la cabina con auriculares. ¿Dónde lo tienen? – Su corazón se llena de esperanza. Halia desea que sea, el hombre al que estaba esperando y que había dejado atrás. Cuando eran más jóvenes, Justin siempre fue el hombre indicado para tomar el papel de vigía, ya que cuenta con la figura adecuada, posee una gran velocidad y ni hablar de su habilidad sobre humana para escabullirse. -En la cubierta inferior, al parecer tiene signos de hipotermia y deshidratación- Le dice el cadete abriéndole paso por la cubierta, los do
- ¡AYUDA! ¡Alguien que me ayude- Vocifera a todo pulmón! No pudiendo contener el dolor y la angustia. La pequeña niña grita entre sollozos y lágrimas. Todo su cuerpo endurecido por la tensión. En una oscura noche, sola la pequeña habitación parece ser testigo de la desgracia que se avecina. Se vislumbran decoraciones infantiles una cama tan estrecha que solo permitía una persona. En el interior de la habitación apenas se puede escuchar el grito ahogado de un cuerpo pequeño, estaba aterrada viendo frente a ella un destino despiadado. «No lo podía aceptar. ¿Porque también a ella? acaso ¿Ya estaba en edad?, pero no tenía ni pechos como sus hermanas, ¿Qué fue lo que hizo para que le pasara?» -Todavía soy pequeña --¡Por favoooor, no! - Grita entre balbuceo y lágrimas. Negándose a rendirse. Arrinconada en la esquina de cama. Cubriéndose son las sabana no puede evitar que se acerca más y más. <
Una hora después… - ¡Ya llegué! Voy a bañarme primero- dice entrando por la puerta del patio, sin esperar respuesta. Sube corriendo las escaleras hacia su cuarto, el cual está al fondo del pasillo hasta llegar al gran ventanal - «No me canso de esta espectacular vista». A través del vidrio se observa en el horizonte los grandes gigantes robustecidos por la gran alfombra verde, la luz del sol se filtra a través de las nubes - «Quién diría que detrás de esas encantadoras montañas… está mi amado mar» Después de la ducha y lavarse los dientes se coloca: una blusa sencilla color azul claro, pantalones cargo, zapatillas sencillas y una cola de caballo, sin olvidar la crema facial y el brillo de labios. Una vez que llego a la cocina, se sienta a comer. - ¡Mmm que bien huele! ahora sí, ¡a comer! - frotándose las manos. Belinda mueve