¿Qué sucederá? No olviden las reseñas.
La mirada de Alejandro parecía traspasarle el alma a María Dolores, el corazón de la mujer, se detuvo por milésimas de segundos, todo su cuerpo temblaba esperando una reacción de él. Alex parpadeó y algunos recuerdos vinieron a su memoria, entonces sin pensar un segundo se aproximó a ella y la abrazó con fuerza.María Dolores dejó salir el aire que contenía en sus pulmones, liberó un suspiro, así como las lágrimas que se amotinaron en sus ojos. Alejandro sintió su corazón bramar con gran fuerza, percibió el calor de su cuerpo, la suavidad de su piel, y entonces ya no tuvo dudas, era ella, la mujer de sus sueños. Sin importarle nada, la besó con desesperación, y Lola correspondió con la misma ansiedad, percibiendo que, de un momento a otro, iba a desfallecer. —¡Eres tú! —exclamó él, y le acarició el rostro, el cabello, la inspeccionó con sus azules ojos, cristalinos. Lola pasó la saliva con dificultad. —¿Me recuerdas? ¿Recuperaste la memoria? —cuestionó ella con inquietud y las me
Alejandro suspiró profundo, no pudo evitar sonreír, y de pronto su móvil sonó, resopló creyendo que era Jacqueline; sin embargo, el contacto era un número desconocido para él. —Hola, tío Alex —se escuchó en la dulce voz de una niña—, dice mi abuelita que ya te acuerdas de nosotros. ¿Es cierto?Él sonrió y su corazón se llenó de alegría. —¿Eres una niña de ojos azules, parlanchina, traviesa y que le encanta robar chocolates? —indagó bromeando. —Soy Norita —respondió ella bufando. Alex carcajeó al escucharla. —Claro que me acuerdo de ti, y de tus papás —comentó. —¿Cómo están? —cuestionó sentándose en la cama. —Estamos bien, no viniste a verme cuando me secuestraron —reclamó—, mi papá me salvó como en las películas —relató—, ya estoy en casa, y quiero que mi hermanito nazca pronto —expuso. Alex parpadeó y sacudió su cabeza. —No sabía que te sucedió eso —comentó sorprendido—, vaya noticia, así que serás la hermana mayor —dijo con ilusión. —Sí tío —respondió Norita—, cuídate mucho
Luego de aquella ceremonia, el sonido del teclado se hizo a escuchar. Lolita notó como Paz se lanzó a los brazos de su esposo y de inmediato el vocalista de la orquesta entonó: «Volví a nacer by Carlos Vives» Alejandro sonrió y recordó que esa canción era muy especial para sus tíos. —Con ese tema, Joaquín le pidió matrimonio a mi tía —relató—, en el estadio de Bogotá, con más de veinte mil personas presentes, y con el propio artista en vivo. Lolita parpadeó y abrió sus ojos, sorprendida. —Debió ser un momento mágico —susurró, y miró como toda la gente coreaba el tema, uniéndose al sonido de los acordeones. «Quiero casarme contigo, quedarme a tu lado, ser el bendecido con tu amor. Por eso yo quiero dejar mi pasado, que vengas conmigo, morirme en tus brazos, dulce amor» Enseguida ellos se unieron a los demás y se pararon frente a la tarima para cantar la melodía. —Alex —dijo la voz dulce de una dama al instante que el tema finalizó. Alejandro dio vuelta, y sus labios esboza
Mientras Alex y Lolita regresaban hacia la casa en medio del bosque, escucharon murmullos, se escondieron porque no sabían con exactitud de quiénes se trataba, entonces sin hacer ruido se quedaron esperando, y sin querer escucharon esa conversación. —¡Sos un cobarde! —clamó la voz agitada de aquella chica—, te vas a casar con la estúpida peliteñida esa, tan solo por no admitir lo que sientes —bramó. Jorge resopló, y tomó las frías y temblorosas manos de María Fernanda. —¡Somos familia! —rebatió él—, desde siempre he tratado de hacerte entender eso. —Pasó la saliva con dificultad y su corazón se estrujó al mirar la tristeza en los ojos de Mafer. —¡No lo somos! —bramó ella—, entiende por nuestras venas, no corre la misma sangre, solo sos un Duque de apellido —refutó—, tu mamá fue adoptada por la tía Lina —sollozó. —¿Acaso no sientes lo mismo que yo? —cuestionó. El corazón de Jorge se estremeció por completo. El joven se debatía entre sus principios morales, y lo que sentía por ella
Lola al notar que nadie la seguía pausó la marcha, giró su rostro y sus ojos se encontraron con la mirada llena de fuego de él, que le pareció que los orbes de Alex le quemaban las entrañas, y también se lo imaginó encima de ella, embistiéndola con fuerza, y con esa pasión tan propia de él. De pronto una intensa lluvia cayó sobre ellos, los dos carcajearon y galoparon hasta las cabañas, los encargados los ayudaron a bajar. Lolita y Alex se adentraron a aquella casita de madera, de inmediato Alejandro encendió la chimenea y comenzaron a despojarse de las prendas mojadas. Ambos se miraron a los ojos, sonrieron. Se aproximaron uno al otro y empezaron a desnudarse, aprovechando la oportunidad para acariciar sus húmedos cuerpos. Lolita contempló el fornido cuerpo de Alejandro, él era grande, imponente, musculoso, y ni hablar de su imponente erección. Alex admiró la desnudez de Lolita, se mojó los labios al ver sus firmes y voluptuosos senos, su cintura estrecha, sus amplias caderas,
—¡Alex, cálmate! —gritó Alba—, estás siendo muy injusto con María Dolores —expresó arrugando el ceño. Por más que Lolita intentaba contener las lágrimas, no podía, se esforzaba mucho para no mostrar que la actitud de Alejandro le dolía en el alma. —Solo digo la verdad —expuso Alex con voz seca—. La señora Beltrán —arrastró las palabras—, es una farsante, es experta en manipular y engatusar a las personas, no entienden que nos engañó a todos —bramó, se llevó las manos al cabello y le dio la espalda a Lolita. Jacqueline aprovechó el instante para acercarse a Alejandro y colocar sus dedos en el hombro del joven. —Tranquilo, cariño —susurró. Lolita se aproximó a Alex y se paró frente a él, su mirada mostraba profunda ira y decepción, tenía el ceño fruncido, y las mejillas enrojecidas. —Dime en la cara todo lo que piensas de mí —vociferó tensando los músculos—, el falso y mentiroso eres tú —reclamó y oprimió sus labios—. Mírame a los ojos y confiesa que solo te estabas burlando
Alejandro bebió otro trago de tequila. —Mi papá me puso vigilancia, y cuando Lolita y yo viajamos a Salento, el escolta se dio cuenta de que nos fotografiaban y seguían, me informó de lo que estaba ocurriendo en privado —explicó la mirada se cristalizó. Suspiró recordando aquel paseo—. Esos días recuperé casi por completo la memoria, entonces le pedí ayuda a mi papá —resopló—. Confirmé mis sospechas cuando Jacqueline apareció en la hacienda. —Pausó y los labios le temblaron—, tuve que tratar mal a Lolita. —Negó con la cabeza—, le dije cosas horribles…—su voz se fragmentó—, solo espero algún día recuperarla. —Presionó sus puños con fuerza, y cerró los ojos. Oliver respingó, y observó con pesar a su amigo. —Lo que importa, es que ahora se encuentra protegida, y está en buenas manos —declaró el joven—. Sam está un poco loca, pero estoy segura de que alegrará a Lolita, y no permitirá que te olvide. —Elevó una de sus cejas. Alex bebió otro trago, intentó sonreír. —Eso espero. **
Sam rascó su frente, inhaló profundo. —Me caes bien, y confío en vos, espero que mi amigo recupere por completo la memoria, y aclare las cosas —expresó, y la miró a los ojos—, quizás las respuestas que buscas, la tengas en tu corazón. María Dolores le brindó una sonrisa a Samantha. —Veo que le eres fiel —dijo Lolita, y pensó en su mejor amiga: Rose, y su mirada se llenó de nostalgia. Samantha no dijo más con respecto al tema y prosiguió dándole indicaciones a Lolita. —En unos días te pasaremos el video promocional del palenque, para la campaña publicitaria —comentó—. Y en una semana me tendrás que acompañar a un tour por Monte Albán —indicó—, es un centro arqueológico, y como verás. —Se puso de pie y acarició su vientre—, hay alguien que crece cada día. —Sonrió—, y mi querido y adorado esposo no va a estar tranquilo si no vienes conmigo. María Dolores esbozó una sonrisa. —Eres una chica afortunada, a leguas se nota que Óscar se muere por ti —aseguró y la mirada se le llen