Capítulo 56

Me dejé caer en la cama, presa del dolor y el pánico. Lo había dejado y mi mundo se desplomaba una vez más, pero no podía permitir que siguiera con esa actitud tan condescendiente con respecto a la arpía. Lloré gran parte de la noche, nuevamente mis planes de matrimonio se aplazaban y comencé a preguntarme si realmente el destino quería nuestra unión.

A la mañana siguiente al ver su lado de la cama vacío me sentí morir. Mi despertar era siempre tan romántico, rodeada de sus brazos, con sonrisas y caricias cómplices, que me costaba trabajo respirar al notar su ausencia. ¿Por qué no podía ser feliz? Me acurruqué entre las sábanas, sin más compañía que el llanto y el sufrimiento y allí pasé el día, negándome a comer, sumiéndome en un pesimismo aterrador.

- Debías pensar seriamente en realizar un viajecito y venir a verme, aquí terminas de escribir tu novela y reflexionas - dijo Dunia levantando las cejas.

Encontré tentadora la oferta y en la tarde reservé un vuelo para Cuba, sin in
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