Me dejé caer en la cama, presa del dolor y el pánico. Lo había dejado y mi mundo se desplomaba una vez más, pero no podía permitir que siguiera con esa actitud tan condescendiente con respecto a la arpía. Lloré gran parte de la noche, nuevamente mis planes de matrimonio se aplazaban y comencé a preguntarme si realmente el destino quería nuestra unión. A la mañana siguiente al ver su lado de la cama vacío me sentí morir. Mi despertar era siempre tan romántico, rodeada de sus brazos, con sonrisas y caricias cómplices, que me costaba trabajo respirar al notar su ausencia. ¿Por qué no podía ser feliz? Me acurruqué entre las sábanas, sin más compañía que el llanto y el sufrimiento y allí pasé el día, negándome a comer, sumiéndome en un pesimismo aterrador. - Debías pensar seriamente en realizar un viajecito y venir a verme, aquí terminas de escribir tu novela y reflexionas - dijo Dunia levantando las cejas. Encontré tentadora la oferta y en la tarde reservé un vuelo para Cuba, sin in
Parada en la puerta de su casa, correspondí al beso desesperado de mi chico, con el mismo fervor suyo. Inició sutil, casi tímido, pero se fue intensificando con el anhelo de ambos. Nuestras lenguas danzaron en completa sincronía, queriendo más de esa divina caricia que nos invitaba a intimar cada vez con mayor desespero. - Te extrañé - dijo con la respiración agitada. - Yo también. - Disculpa, te juro que... Samira no significa nada. Pasé mis manos por su boca, silenciándolo y delimitando sus labios. - Ahora no, por favor - y volví a besarlo con deseo. - ¿Elizabet? - preguntó Amara extrañada, interrumpiendo el momento romántico, percibiéndonos desde del recibidor. Corrí a abrazarla, contenta de verla, después de casi un mes de ausencia. - ¿Y Adrián? - pregunté ansiosa por abrazar al pequeño. Ella iba a comenzar a hablar cuando dos torbellinos rubios de pronto aparecieron al inicio de la escalera, curiosos por descubrir la identidad de la visitante e interrumpiendo la
Miré cada una de las fotos, leí las cartas y los documentos como evidencia de una realidad difícil de digerir. Jessica había sufrido el desamor de un hombre egoísta, que prefirió desaparecer ante la certeza de que sería padre. Guardaba cada documento, cada evidencia del paso del imbécil desalmado y sentí lástima por la joven que creyó en las mentiras del hombre al que amaba. Hasta podía imaginar su dolor ante la traición y el abandono, me di cuenta que, aquella vida desordenada de la que fui testigo y que tantas veces cuestioné, era una consecuencia de la compleja situación en la que se encontraba. Aceptó la propuesta de Ransés, sumiéndose aún más en el lodo y la desesperanza. Descubrir, en Jessica, a la mujer que amó, sufrió y trajo al mundo, en completa soledad, a una criatura, me llenó de remordimientos, pues se dejó arrastrar por la inexperiencia y por una vorágine aterradora de sentimientos que la convirtieron en la fémina rota y acabada que conocí. Lloré por el rechazo de mi pa
Llegué el auto con el corazón apretado, estaba triste, pero aliviada. Jessica se había redimido ante mis ojos, primero al darme cuenta de su permanente protección en mi niñez y adolescencia y ahora al comprobar que, por traerme al mundo, se había enfrentado sola a la vida, rechazada por los suyos y por su gran amor. - ¿Cómo te sientes? - preguntó Jerry, quien presenció en silencio el intercambio. - Estoy un poco dolida, pero bien. - ¿Te diste cuenta de que, al parecer, tienes una hermana? No había deparado en ello. Recordé a la morena que no parecía ser la misma criatura de la foto. Mientras estaba enfrascada en la conversación con Anthony, recordé que me había impresionado su apariencia. Tenía rasgos parecidos a los míos y me conmovió el hecho de tener a alguien para compartir, además de la sangre, gustos, vivencias y experiencias de vida. Era hermoso tener esa complicidad con una persona que sea fiel en sus acciones y que te demuestre que el lazo de hermandad es fuerte y esp
Cuando finalmente me quedé sola en el recibidor de mi vivienda, el peso de los acontecimientos me golpeó, había visitado la casa de Anthony, buscando respuestas, encontrando además de las aclaraciones pertinentes, una hermana, dispuesta a tener una relación afectiva conmigo. Esa tarde, recibí una llamada de mi padre biológico, fue amable y me informó que estaba dispuesto a recibirme ese mismo día. Acepté el nuevo desafío. Quería comunicarme con aquel hombre completamente extraño para mí y, dos horas más tarde, marché a su encuentro, con el corazón palpitando acelerado y los nervios a flor de piel. - El señor los espera - expresó la empleada cuando, al abrir la puerta principal, nos vio en el umbral. La seguimos por el enorme pasillo, hasta el lado derecho de la mansión y entramos en la estancia, después de obtener el permiso del dueño para ello. - Siéntense - dijo - ¿Algo de tomar? - preguntó, tratando de parecer cortés. Negamos, él se sirvió un licor color ámbar y bebió u
La sobrina de Mirian, angustiada, se acomodó en el sillón y me miró, buscando un respaldo para comenzar su relato. - Todo entre nosotros marchaba bien, hasta dos meses atrás, comenzamos a tener dificultades económicas, por malas inversiones y volvimos al país. Los problemas nos absorbieron y discutíamos con frecuencia, no éramos conscientes de lo complejo que era para ella entender lo que estaba pasando, extrañaba a sus amigos, la escuela, la casa, en fin, su antigua vida, pero nosotros nos alejamos de su dolor y necesidades. Un día presenció una de aquellas discusiones gigantescas y nos amenazó con que se iría. No le hicimos caso y cumplió, llevábamos dos días buscándola, cuando el detective nos contactó - dijo entre sollozos - y llegué a temer lo peor - con los ojos bien abiertos preguntó - ¿Dónde está? - Tamara, llévalos a la habitación donde duerme la pequeña. Ambos siguieron a mi empleada hasta la segunda planta. - ¿Los investigó? -le pregunté al detective cuando nos qued
Estaba exhausta, durante el camino de regreso me recosté en la ventanilla del vehículo, tratando de no sucumbir ante los encantos de Morfeo. Esas reuniones eran cansonas y estresantes y siempre me generaban tensión. - Entonces - comenzó el discurso Jerry, tratando de entretenerme - dentro de 30 días viajamos. - Sí, tengo que decirle a Dunia con tiempo, Danna va con nosotros. - Se van a llevar bien - dijo mi guardián sonriendo - ambas son intensas y dramáticas. Me reí con ganas por su observación, pero era cierto, tanto Danna como la cubana, vivían cada momento con pasión y fuerza y era eso precisamente lo que admiraba de ellas. Intenté mantener los ojos abiertos, porque tenía mucho trabajo por delante, pero la tarea parecía titánica. Antes de partir para Cuba y realizar el lanzamiento del libro, debía terminar la novela a la que aún le faltaba un 10%, por eso intensifiqué mi labor, convirtiendo mis días en verdaderos desafíos de creación. Mi familia se activó, cuidando a Ad
Sentí una oleada de satisfacción cuando el notario finalizó su intervención, ahora estaban unidos con todos los reglamentos correspondientes. James besó a Amara,de forma tierna y suave, mostrando su consideración por aquella hermosa e increíble esposa. Jerry miró a los presentes con alegría. - Que inicie la fiesta - dijo tomándome del brazo. Fue una celebración tranquila, repleta de energía positiva y promesas compartidas. Cuando todo acabó, ya en nuestra habitación, besando a mi guardián en la mejilla, expresé:- Van a ser muy felices juntos. Era una predicción que nacía desde el fondo del corazón y que mostraba esperanza y sentimientos de amor hacia la pareja. Cinco días después, a la misma hora, nos encontramos Danna, Jerry y yo, viajando hacia la isla caribeña, para participar en el evento profesional más esperado por mí. - Estoy nerviosa - dijo Danna - es mi primer viaje a Cuba. - Te va a encantar - comenté - es un país hermoso y sus habitantes son especiales. Al