LO QUE FUE…
Eleanor Soto, la madre de Eleanor. Murió sacrificándose por aquella persona que había cuidado de su hija desde niña porque aunque Eleanor nunca le hablo de él, ella lo conoció cuando ninguno de los dos observaba. Murió arrepintiéndose pero con la idea de que su hija algún día la perdonaría.
Eric, el abusivo padre de Eleanor. Él no perduro mucho tras las rejas, pues años después murió tras meterse con las personas que no debía.
‘La Bruja’, es decir, la jefa de Eleanor. Nunca dejo de comportarse como una bruja, pero en el fondo, siempre le deseo lo mejor a Eleanor así que fue de gran ayuda para impulsar a Eleanor a sus metas. Tiempo después se retiró de la universidad para solo atender a sus pacientes.
Julieta, la mujer detrás de B
Eleanor—¡Ya estoy harta Blake! —le grité llamando la atención de los que estaban a nuestro alrededor.Las ganas de querer gritarles a ellos también que se metieran en sus propios asuntos fue tentador, pude hacerlo, pero no planeaba perder la batalla de mirada que sostenía con Blake.No suelo gritarle, de hecho, yo no grito. Normalmente es él quien grita, pero estábamos teniendo una discusión demasiado acalorada que no pude resistirlo.Tiene meses estando insoportable e irritable. Se molesta por todo. Grita por todo. Reclama por todo. Encuentra cualquier pretexto para pelear en todo. Y ya estaba cansada de su estúpida actitud.—No grites —me riñe con los dientes apretados. Me regodee un poco al ver su gesto.Conseguí mi objetivo de hastiarlo, pues solo hace eso cada vez que está intentando controlarse, y apostarí
Eleanor5 AÑOS DESPUÉS—Quiero ese informe listo para mañana ¿entendiste? —me preguntó mi jefa.—Sí señora —le respondí con la cabeza agachada comenzando a salir de su despacho.Enserio como detesto a esa mujer.Y henos aquí de nuevo, tal vez se pregunten qué fue de mí durante estos 5 años así que se los resumiré: mi vida en estos cinco años no ha sido la mejor de todas.Ahora les explico.Deje la universidad en donde estaba estudiando Psicología al año y medio porque mi padre se fue de la casa con una mujer muchísimo más joven que mi madre, dejando así abandonada a su esposa y única hija, aunque en el fondo me alegre por ello.Prefería tenerlo lo más lejos posible de mí.Debido a eso, mi mamá no po
Blake5 AÑOS DESPUÉSMe despierto sentándome agitadamente por la típica pesadilla que tengo unas dos o tres veces por semana.Respiré profundo varias veces intentando calmar mi respiración que aún seguía agitada. Miré a mí alrededor y pude ver que afuera aún seguía oscuro, así que volví a recostarme.Las malditas pesadillas siempre me dejaban un sabor amargo en la boca, y una fuerte migraña. Estas mismas me han atormentado desde hace casi 5 años, desde esa estúpida pelea con Eleanor. Les contaré:Todo comenzó el mismo día de mi pelea con Eleanor. Esa noche tuve por primera vez un sueño en donde a Eleanor le sucedían cosas horribles debido a mí, por no haber estado para ella por mi idiotez.No parecía ser la gran cosa, sin embargo, cada vez que la veo en mis s
Eleanor—Tranquila, ya pasara —susurró levemente mientras me acariciaba la espalda con gentiliza.Seguía sollozando, recargada en su hombro, después de que unas niñas me tiraran al piso y me dijeran cosas malas.—Yo… solo quería ser… su amiga —le digo entrecortadamente por los sollozos.—Ellas no te merecen como amiga, Elle.Elle. Un diminutivo de mi nombre que Blake no suele usar, las únicas ocasiones son cuando estamos en situación como estas, el resto de tiempo me llama Eleanor. Dice que le gusta más.—Pero casi no tengo amigas, solo te tengo a ti…—¿Y no es suficiente? —cuestiona, frunciendo levemente los labios en un puchero.—Sí, pero aun así quiero amigas —me separe de él al escuchar
Blake—Amigo, te juro que era la chica más guapa que he visto en esta universidad —siguió repitiendo mi amigo Nicolás, o como suelo llamarlo, Nico. Era mi único amigo en la universidad, de hecho lo consideraba como mi mejor amigo.Lo que tanto parlotea desde que nos encontramos esta tarde, es sobre una chica que conoció el día de ayer.—Esos ojos —su cara denotaba admiración—. Que ojazos tenía. Tan oscuros como la noche.Reí ante sus comentarios. —¿Y cómo se llama la chica?—No tengo idea —lo miro confundido— Hablamos un momento, nos disculpamos por haber chocado. Me parecía que estaba distraída, llegue a pensar que eras tú, tenían ligero parecido en su aura.—¿Aura? —cuestiono alzando una ceja.—Sí, esa aura distante, fría, extra&
BlakeCuando abrí los ojos supe dónde estaba al instante al ver una pequeña habitación, con sillones cafesosos, una mesita pequeña en el centro de la sala y un televisor algo maltratado enfrente de esta.Los volví a cerrar con fuerza y pellizcaba mi brazo como un niño para poder despertar, pero no servía de nada.Entonces una fuerza inexplicable, me hizo abrir los ojos de golpe y una escena tan conocida se presentó frente a mí:Eleanor estaba sentada en uno de los viejos sillón de la sala de estar, con su vista fija en un libro. Se veía en paz pero sabía que no duraría mucho.Intente acercarme a ella para sacarla de ahí, sin embargo, no podía moverme. Intente llamarla, pero tampoco tenía voz. Y en ese momento se oyeron unos pasos provenientes de las escaleras.Una vez
EleanorEran las 6:00 p.m. mi hora normal de salida.Mis clases inician a las 7:30 p.m. y terminan hasta las 11:30 de la noche, era agotador tomando en cuenta que al día siguiente tenía que levantarme temprano para tomar el autobús que me deja en la universidad para comenzar mi trabajo, además siempre tengo que estar antes de que llegue la bruja.La susodicha ya se había ido aproximadamente hace una hora y me había dado el resto de la tarde libre, ella no tenía ni la menor idea de que estudiaba por las noches, pero estaba atrasada con unas cosas que no quería dejar para después así que decidí quedarme hasta mi horario normal de salida.Este día había sido más agotador que de costumbre, además del hecho de que no había podido consiliar el sueño en ningun moemento despues de haberme despertado en la madrugada al soñar con el
BlakeSalí de mi departamento en dirección al elevador, con un fuerte dolor de cabeza.No era ningún niño como para no saber que no debía tomar entre semana, menos sabiendo que tengo clases al otro día, y muchos menos cuando tenía conciencia de que tendría pesadillas. No pude cerrar el ojo el resto de la noche, así que me resigne: mire televisión e hice tareas pendientes.Cuando el elevador llego a la recepción, me coloque unas gafas de sol antes de salir para que no se notaran demasiado mis ojeras y que la luz solar no me matara.Al pasar por el escritorio de Joe, el portero, me saludo como todos los días.—¿Noche alocada con el señor Nicolás? —pregunta sin intentar ser entrometido.—Algo así. —de cierta manera envidio su cara tan sonriente, yo no podría ni sonreír sin que me doliera