Blake
Cuando abrí los ojos supe dónde estaba al instante al ver una pequeña habitación, con sillones cafesosos, una mesita pequeña en el centro de la sala y un televisor algo maltratado enfrente de esta.
Los volví a cerrar con fuerza y pellizcaba mi brazo como un niño para poder despertar, pero no servía de nada.
Entonces una fuerza inexplicable, me hizo abrir los ojos de golpe y una escena tan conocida se presentó frente a mí:
Eleanor estaba sentada en uno de los viejos sillón de la sala de estar, con su vista fija en un libro. Se veía en paz pero sabía que no duraría mucho.
Intente acercarme a ella para sacarla de ahí, sin embargo, no podía moverme. Intente llamarla, pero tampoco tenía voz. Y en ese momento se oyeron unos pasos provenientes de las escaleras.
Una vez más, intente moverme en su dirección pero mis pies estaban pegados al piso. Eleanor al escuchar los pasos levanto la vista de su libro y se tensó automáticamente al ver a su padre.
El mismo tenía una mirada llena de furia mientras se acercaba a ella con pasos lentos, podía notar que Eleanor temblaba levemente.
—Levántate —ordeno su padre y Eleanor no lo hizo a la primera debido a su miedo—. ¡Levántate!
Intente decirle que no le gritara pero mi voz seguía sin hacerse sonar.
Eleanor, con terror se levantó, y todo se volvió cámara lenta.
Vi como su padre la tomaba con demasiada fuerza del brazo y le tiraba el primer golpe de muchos. Grité mientras veía como seguía golpeando a Eleanor una y otra vez, pero mi grito no se escuchó. Jamás se escuchaba.
Era como si estuviera en una caja de cristal; intentaba moverme: en vano; gritaba que la dejara: en vano; intentaba hacer cualquier cosa: en vano.
La siguió golpeando sin importarle sus suplicas. Fue entonces que le dio un golpe y la soltó del brazo, por la fuerza cayó al suelo y su cabeza impacto con la mesita. Prosiguió a patearla, pero Eleanor ya no intentaba cubrirse más con sus pequeños brazos, solo en ese momento dejo de golpearla. Se hinco a su lado y la tomo del cabello acercando su asqueroso rostro al de ella.
—Siempre serás una maldita perra —soltó su cabeza con demasiado fuerza contra el suelo y salió de la sala en dirección a la cocina.
La cabeza de Eleanor quedo en mi dirección; su bonita cara –llena de sangre– me miraba suplicante, las lágrimas saliendo por sus lindos ojos mientras murmuraba mi nombre. Y como todas las veces, lo hacía pidiéndome ayuda, que la sacara de ahí y la llevara a otro lugar.
Cuando alzó su brazo en mi dirección con la poca fuerza que le quedaba, por milésima vez intente moverme para acercarme a ella, no obstante, seguía en el mismo lugar. Y su padre se hizo presente otra vez, para terminar con lo que había empezado.
Sabía que gritaba que la dejara en paz pero mis gritos seguían sin oírse, lo único que se oían eran sus murmureos pidiendo ayuda. Pidiéndome mi ayuda. Pero yo no podía moverme: no podía alejarlo de ella para que no le hiciera más daño, lo único que pude hacer fue tirarme al piso al ver como ella cerraba los ojos dándose por vencida, lo único que pude hacer fue ver como ella perdía la vida delante de mí.
—¡NO!
Grité en medio de la oscuridad de mi habitación cuando por fin pude despertar de esa pesadilla.
Sentía mis mejillas húmedas por las lágrimas, el sudor por todo mi cuerpo y mi respiración agitada. Me levanté de la cama y camine hacia el baño, abrí el grifo de la llave y me eche agua en la cara. Mire mi reflejo en el espejo y mi aspecto daba miedo: estaba pálido, con los ojos rojos y me respiración seguía irregular.
Salí del baño mirando el desastre de cobijas que era mi cama.
Me pase una mano por el cabello para despegarlo de mi frente. Y me talle los ojos cuando la imagen pareció hacerse presente frente a mí.
Salí de la habitación, y di varias vueltas por la sala –aun pensando en la estúpida y maldita pesadilla–.
No se cuanto más seguí así, pero después de haber ido a la cocina a tomar un vaso con agua, volví a la cama y mire la hora.
5:31 a.m.
Cerré mis ojos con fuerza y una lágrima salió.
Oficialmente se habían cumplido cinco años sin Eleanor, y cada año dolía más.
Volví a pensar que la pesadilla que acababa de tener era la peor de todas, solo se reproducía en mi mente una vez cada año, siempre este día. La primera vez fue tan horrible, que creí que era real.
Hace 5 años, un día después de que tuve esta pesadilla, casi corría hacia Eleanor cuando la vi en la escuela, sentí una inmensa paz al verla bien, al verla viva. Estuve a punto de ir con ella y pedirle disculpas por lo que había pasado, pero al instante me arrepentí, mi orgullo fue más grande.
Aun así, durante los siguientes meses, todos los días antes de entrar en la preparatoria, me quedaba a fuera para asegurarme de que hubiera llegado. Realizaba lo mismo en la salida, esperaba a que saliera para asegurarme que llegara a casa a salvo, aunque tenía la certeza de que en su casa jamás estaría a salvo mientras siguiera viviendo bajo el mismo techo que el idiota de su padre.
Realice lo mismo todos los días hasta que nos graduamos.
Después de nuestra graduación no volví a hacerlo, solo confié en que estaría bien, y hasta el día de hoy sigo esperando que este bien. Que este a salvo y… viva.
EleanorEran las 6:00 p.m. mi hora normal de salida.Mis clases inician a las 7:30 p.m. y terminan hasta las 11:30 de la noche, era agotador tomando en cuenta que al día siguiente tenía que levantarme temprano para tomar el autobús que me deja en la universidad para comenzar mi trabajo, además siempre tengo que estar antes de que llegue la bruja.La susodicha ya se había ido aproximadamente hace una hora y me había dado el resto de la tarde libre, ella no tenía ni la menor idea de que estudiaba por las noches, pero estaba atrasada con unas cosas que no quería dejar para después así que decidí quedarme hasta mi horario normal de salida.Este día había sido más agotador que de costumbre, además del hecho de que no había podido consiliar el sueño en ningun moemento despues de haberme despertado en la madrugada al soñar con el
BlakeSalí de mi departamento en dirección al elevador, con un fuerte dolor de cabeza.No era ningún niño como para no saber que no debía tomar entre semana, menos sabiendo que tengo clases al otro día, y muchos menos cuando tenía conciencia de que tendría pesadillas. No pude cerrar el ojo el resto de la noche, así que me resigne: mire televisión e hice tareas pendientes.Cuando el elevador llego a la recepción, me coloque unas gafas de sol antes de salir para que no se notaran demasiado mis ojeras y que la luz solar no me matara.Al pasar por el escritorio de Joe, el portero, me saludo como todos los días.—¿Noche alocada con el señor Nicolás? —pregunta sin intentar ser entrometido.—Algo así. —de cierta manera envidio su cara tan sonriente, yo no podría ni sonreír sin que me doliera
BlakeMuchas veces fantaseaba con este momento. Imaginaba que ella correría hacia mí, emocionada y me perdonaría todo, que reiríamos y volveríamos a ser amigos; ahora que lo vivo en carne propia, me doy cuenta que mi imaginación estaba muy lejos de la realidad, esto no era como lo imagine para nada.Solo nos mirábamos a los ojos sin saber que hacer o decir, estando aun en la misma posición. Yo con mis manos en su cintura y ella con las suyas en mis brazos.Ella no había hablado, ni soltado el más mínimo sonido. Solo porque la sostenía de la cintura, podía estar seguro de que era real y no un efecto de mi imaginación.Seguía esperando que todo esto tan solo fuera otra de mis pesadillas y que ella se evaporara para siempre en algún momento, pero eso no pasaba, así que cada vez estaba más seguro que esta era la realidad.
Eleanor¿Conocen la sensación de opresión?La opresión está definida como el acto de oprimir, sofocar, presionar, someter, ahogar…Aquella opresión que te oprime el pecho cuando muere algún personaje querido de algún libro que estés leyendo, o cuando te sofocas porque tu mascota escapa de casa y no lo vuelves a ver nunca más, o cuando la vida te somete a pasar por la muerte de algún familiar, es tanta la opresión que te produce dolor. Ese dolor que oprime tanto que sientes como si te dejara sin aire, como si te ahogaras.Esa sensación, esa opresión, ese dolor: oprime, sofoca, presiona, somete y ahoga tanto que te cuesta respirar ya que en el fondo sientes que no tienes salida, pero también sabes que en algún momento pasara y se volverá en un simple recuerdo. Que dejara de ser un
BlakeLa luz del día chocaba con mis parpados, molestándome un poco.Comencé a moverme para desperezarme, y me estire mientras soltaba un bostezo, me sentía tranquilo después de haber pasado una noche sin pesadillas después de tanto tiempo.Sin embargo, mi tranquilidad se vio interrumpida al recordar unos ojos café oscuro.Eleanor…Después de cinco años el destino nos volvía a reencontrar, o quizás fue solo una simple casualidad. Aunque de algo estaba seguro, no sería la última vez que la viera, me aseguraría de ello.Ayer al llegar a casa me prometí que la buscaría e intentaría arreglar las cosas, o tan siquiera buscaría su perdón.No me merecía nada de ella, ni que me mirara. Una parte de mí no dejaba de repetirme eso una y otra vez. Pero por una vez, quiero ser e
EleanorUn nuevo dia, otro seguimiento de la misma rutina.Despertar, desayunar, salir de casa y esperar el autobus. Llegar al campus universitario cuando el sol ni siquiera esta en su punto más alto por lo que los rayos de sol, no se sienten.Suelo ser de las primeras en llegar al edificio donde trabajo, no hablo con el resto de las asistentes de otros profesores pues son señoras grandes de edad que no se muestran muy amigables con la jovencita que en vez de estudiar, trabaja.Que fácil es juzgar aveces, ¿eh?Hoy el día pasa demasiado rapido, la bruja llego de buen humor, asi que no he tenido que soportar sus reclamos cuando cometo un minimo detalle como la falta de un acento en los reportes que le entrego.Esa mujer es demasiado perfeccionista.Al menos se ha ido, y no tengo pendientes.Guardo mis pertenencias laborales en los cajones y verifico que todo este apagado y guardado en m
Blake—Estás loco.—Tú quieres saber más de ella y esta es la única manera, ¿o caso tienes otra idea? —me miró con la ceja alzada, dejando de lado el abrir la puerta del edificio de profesores.No sé cómo deje que me convenciera de hacer esto.Les explico: después de haberle contado a Nico sobre quien era Eleanor y mi plan de buscar su perdón, él aceptó gustoso a ayudarme.El único problema era que prácticamente no sabíamos nada de ella, así que a mi querido amigo se le ocurrió la grandiosa idea de infiltrarnos en el edificio de los profesores justo en la madrugada, para buscar el expediente de Eleanor.Me sentía como en una película de espías, era pasada la una de la mañana y estábamos completamente vestidos de negro.—Continú
BlakeLa conversación se repetía en mi cabeza como un bucle:“Tienes razón. No soy nada en tu vida, perdí ese derecho hace mucho.”Y lo perdí por imbécil.“Pero eso no evita que me sienta como una mierda desde hace 5 años por lo que te hice, por lo que te dije”Por aquellas maldita palabras que me arrepiento tanto de haberle dicho. Y que en realidad, nunca he creído.Unas palabras no cambian lo que sucedió, dijo ella.Y claro que no lo hacían, pero todo lo que le dije a Eleanor, lo dije desde el fondo de mi corazón y eran verdad. Voy a arreglar las cosas con ella aunque me lleve toda la vida; esta vez, no la dejare ir.¿Será egoísta? Tal vez un poco.¿Me merezco su perdón? Para nada.¿Me rendiré solo por eso? No. N