Blake
La luz del día chocaba con mis parpados, molestándome un poco.
Comencé a moverme para desperezarme, y me estire mientras soltaba un bostezo, me sentía tranquilo después de haber pasado una noche sin pesadillas después de tanto tiempo.
Sin embargo, mi tranquilidad se vio interrumpida al recordar unos ojos café oscuro.
Eleanor…
Después de cinco años el destino nos volvía a reencontrar, o quizás fue solo una simple casualidad. Aunque de algo estaba seguro, no sería la última vez que la viera, me aseguraría de ello.
Ayer al llegar a casa me prometí que la buscaría e intentaría arreglar las cosas, o tan siquiera buscaría su perdón.
No me merecía nada de ella, ni que me mirara. Una parte de mí no dejaba de repetirme eso una y otra vez. Pero por una vez, quiero ser e
EleanorUn nuevo dia, otro seguimiento de la misma rutina.Despertar, desayunar, salir de casa y esperar el autobus. Llegar al campus universitario cuando el sol ni siquiera esta en su punto más alto por lo que los rayos de sol, no se sienten.Suelo ser de las primeras en llegar al edificio donde trabajo, no hablo con el resto de las asistentes de otros profesores pues son señoras grandes de edad que no se muestran muy amigables con la jovencita que en vez de estudiar, trabaja.Que fácil es juzgar aveces, ¿eh?Hoy el día pasa demasiado rapido, la bruja llego de buen humor, asi que no he tenido que soportar sus reclamos cuando cometo un minimo detalle como la falta de un acento en los reportes que le entrego.Esa mujer es demasiado perfeccionista.Al menos se ha ido, y no tengo pendientes.Guardo mis pertenencias laborales en los cajones y verifico que todo este apagado y guardado en m
Blake—Estás loco.—Tú quieres saber más de ella y esta es la única manera, ¿o caso tienes otra idea? —me miró con la ceja alzada, dejando de lado el abrir la puerta del edificio de profesores.No sé cómo deje que me convenciera de hacer esto.Les explico: después de haberle contado a Nico sobre quien era Eleanor y mi plan de buscar su perdón, él aceptó gustoso a ayudarme.El único problema era que prácticamente no sabíamos nada de ella, así que a mi querido amigo se le ocurrió la grandiosa idea de infiltrarnos en el edificio de los profesores justo en la madrugada, para buscar el expediente de Eleanor.Me sentía como en una película de espías, era pasada la una de la mañana y estábamos completamente vestidos de negro.—Continú
BlakeLa conversación se repetía en mi cabeza como un bucle:“Tienes razón. No soy nada en tu vida, perdí ese derecho hace mucho.”Y lo perdí por imbécil.“Pero eso no evita que me sienta como una mierda desde hace 5 años por lo que te hice, por lo que te dije”Por aquellas maldita palabras que me arrepiento tanto de haberle dicho. Y que en realidad, nunca he creído.Unas palabras no cambian lo que sucedió, dijo ella.Y claro que no lo hacían, pero todo lo que le dije a Eleanor, lo dije desde el fondo de mi corazón y eran verdad. Voy a arreglar las cosas con ella aunque me lleve toda la vida; esta vez, no la dejare ir.¿Será egoísta? Tal vez un poco.¿Me merezco su perdón? Para nada.¿Me rendiré solo por eso? No. N
Eleanor—¿Dónde tienes metida la cabeza? —me cuestiono mi jefa duramente.—Lo siento, estaba distraída.—Sí ya me di cuenta —comenta sarcástica.—No volverá a pasar.—Eso espero, no quisiera tener que buscar a alguien más que ocupe tu puesto.Me tense por su comentario, no sé qué haría si perdiera el trabajo, a quien engaño; si pierdo el trabajo, no tendré como pagar la otra mitad de los pagos académicos, y por consiguiente, pierdo mi beca. Sentí mis ojos escocer así que me mordí por dentro la mejilla.—No se preocupe por eso, lamento causarle problemas. —me disculpo sin mirarla directamente.—Bien, espero no vuelva a pasar. —se concentra en su ordenador—. Ahora retírate.Y eso hice con la mirada puest
EleanorUn día después de mí pequeña charla con Nico, sus palabras seguían resonando en mi cabeza, distrayéndome aún más de ser posible.—¿Qué te sucede hija? —preguntó mi madre al verme distraída.—Nada mamá —respondí seca.—No te creo. Desde hace semanas estás triste, sé que algo te sucede.—No me sucede nada —le lance una mirada fría— Tengo que irme.—¿A dónde vas siempre durante todo el día? Nunca te veo.—A trabajar ¿a dónde más?—No tienes que hablarme así –—me riñe— No olvides que soy tu madre.—No parecías mi madre cuando permitías que aquel hombre me agrediera.Vi como apretaba la mano en un puño pe
Blake—¡Eres idiota! —gritó Nico—. Solo tú le dices esas cosas para no buscarla durante una semana.Ha pasado una semana desde mi pequeña charla con Eleanor, y me he mantenido alejado. Tal vez no ha sido la mejor de mis ideas.—Si tú no vas tras esa preciosura, yo lo voy a hacer.Lo acribillo con la mirada. —En tu vida vuelvas a decir algo como eso. Jamás dejaría que Eleanor este con alguien como tú.Me miró ofendido. —A alguien como yo te refieres a ¿guapo? ¿carismático? ¿sexy?Le proporcione un golpe detrás de la cabeza cuando termino de hablar.—No. Me refiero a alguien mujeriego.No es que no haya querido hablar con Eleanor, en verdad quiero hacerlo, pero de igual forma no quiero llevar las cosas demasiado lejos. Lo último que deseo es presionarl
Eleanor—Hola preciosa.Aparece de pronto Bruno cerrando mi casillero de un golpe, sobresaltándome. Un poco más y me magulla un dedo.—No estoy de humor Bruno —comunico desganada, volviendo a abrir el casillero.Desde lo que paso con Blake no he podido concentrarme en nada, ni siquiera he podido dormir. Todas las noches sin falta sueño con él en diferentes escenarios, algunos de cuando éramos niños, otros en la preparatoria, y algunos que jamás pasaron pero que mi mente creaba.—¿Sabes que te alegraría? Una salida conmigo —sentí como se acercaba más a mí, por instinto me aleje.No me sentía para nada cómoda con su presencia, mucho menos con su cercanía.—Entiende que no quiero salir contigo Bruno.—¿Es acaso por tu perro guardián? —pregun
BlakeIntroduje la llave en la cerradura de la puerta de mi departamento para abrirla y por fin descansar.Eran pasadas las 12:00 de la noche. Hoy había terminado mi turno en el bar más temprano de lo usual, lo cual agradecía, ya que desde la noche de mi charla con Nico las pesadillas volvieron y no he podido descansar desde entonces.Lo único que quería hacer era recostarme y no despertar hasta mañana, solo esperaba que fuera posible y las pesadillas no hicieran acto de presencia esta noche.Pero al cruzar el umbral de la puerta algo inesperado me recibió.—¡¿Nico?! —exclame al verlo echado en mi sofá con golpes por toda la cara.—Blake —me llama a duras penas antes de contraer el rostro en una mueca de dolor, sujetándose por las costillas.Solté cualquier cosa que tuviera en la mano y me acerque r&aacu