Eleanor
5 AÑOS DESPUÉS
—Quiero ese informe listo para mañana ¿entendiste? —me preguntó mi jefa.
—Sí señora —le respondí con la cabeza agachada comenzando a salir de su despacho.
Enserio como detesto a esa mujer.
Y henos aquí de nuevo, tal vez se pregunten qué fue de mí durante estos 5 años así que se los resumiré: mi vida en estos cinco años no ha sido la mejor de todas.
Ahora les explico.
Deje la universidad en donde estaba estudiando Psicología al año y medio porque mi padre se fue de la casa con una mujer muchísimo más joven que mi madre, dejando así abandonada a su esposa y única hija, aunque en el fondo me alegre por ello.
Prefería tenerlo lo más lejos posible de mí.
Debido a eso, mi mamá no podía seguir pagándome la universidad sin la ayuda económica del quien se dice ser mi padre, así que tuve que dejarla y ponerme a buscar un empleo para trabajar. Pero lo que mi madre no sabe es que seguí estudiando al año de dejarla con ayuda de una beca que solicite, solo que ahora por las noches.
Voy a la universidad en el horario nocturno de lunes a viernes, al igual que trabajo los mismos días para la odiosa de mi jefa que ni siquiera es capaz de decir un gracias o un por favor.
Debo admitir que es agotador, pero no me quedaba de otra, si quiero dejar de trabajar para ella es primordial terminar mi carrera, para así, iniciar en el ámbito laboral como siempre he querido; ser una psicóloga reconocida, tener mis consultorios propios y quizás enseñar de la manera correcta a aquellos que aspirarán lo mismo que yo, ser un ejemplo a seguir.
Eso quiero y algún día lo seré.
Sin embargo, ya no soy la misma Eleanor Jones de antes.
He cambiado, y el que mi inepto padre nos abandonara a mí y a mi madre me hizo madurar de golpe, tomando en cuenta que tuve que empezar a trabajar a los 19 para poder costearme la universidad y ayudar en algo a mi madre, y ahora me encontraba a punto cumplir los 21 dentro de un par de meses.
Respecto al trabajo: es simple. Consiste en ser secretaria de una reconocida maestra de psicología en la Universidad donde estudio.
Es horrible. Tanto el trabajo como ella, pero la paga es buena; además ella no es ninguna de mis profesores en mis clases nocturnas, es lo único bueno.
Y aquí sigo, a punto de cumplir 2 años trabajando con la bruja y odiosa de mi jefa.
De igual forma, pensar que en unos días cumplo dos años trabajando, también me hace recordar que se cumplirán 5 años desde que no sé nada de Blake.
Desde nuestra pelea no volvimos a hablar, no supe que fue de él al salir de la preparatoria, supongo que habrá estudiado lo que siempre deseó que fue Comunicación.
Es tan extraño que incluso ha habido veces en las que creía ver sus rizos por la universidad al caminar en dirección a mis clases, pero era imposible. Yo sé que en esta universidad también se puede ejercer esa carrera, e incluso sonara patético, pero las veces que creía verlo lo seguía… aunque al final lo perdía de vista o a veces simplemente era una persona parecida a él.
Como sea, me sentía un 99.99% segura de que no se trataba de él.
Además, existen alrededor de otras 3 universidades con esa carrera, y dudo mucho que sea específicamente esta porque, estoy aquí casi todo el día (desde la mañana hasta la tarde) y nunca lo he visto tal cual.
Y tomando en cuenta otro dato importante: el edificio de Comunicación y Psicología están continuos. Es muy poco probable, junto a que se me hace algo obvio porque curso mi tercer año y jamás lo he visto, ni una sola vez. Ni siquiera cuando cursaba mi primer año.
No puedo negar que, aunque ya hayan pasado casi 5 años, aun lo extraño.
Extraño a aquel patán que solía ser mi mejor amigo, a pesar de que la mayor parte del tiempo fuera un completo imbécil conmigo, o al menos ese último año que estuvimos juntos.
De todas formas, tampoco puedo negar que cuando lo necesitaba, siempre estuvo ahí para mí, para ser mi paño de lágrimas o solo para escucharme.
Algunas veces en las noches suelo recordar todo lo que vivimos juntos, desde un simple gesto de cariño hasta las más horribles peleas que llegamos a tener, pero después recuerdo que él fue quien provocó aquello. Quizás lo hubiera perdonado si me hubiera pedido una simple disculpa, aunque al parecer su nivel de orgullo y de ser un patán era más grande que la posibilidad de pedirme una disculpa.
Sentí ardor en mis ojos así que negué con la cabeza para alejar todos esos pensamientos que me hacen sentir mal.
A pesar del tiempo, los recuerdos que tienen que ver con ese imbécil patán prepotente me siguen afectando, y más cuando pienso que quizás para él, deje de vagar por su cabeza hace mucho tiempo. Y ojala yo pudiera hacer lo mismo.
Con esa idea, mis ganas de llorar aumentaron y no pude evitar que una lágrima traicionera resbalara por mi mejilla.
Me la retiré rápidamente para no llamar la atención de los estudiantes y docentes que pasaban por fuera del despacho de la bruja.
Di unas cuentas respiraciones y exhalaciones para calmarme, y poder continuar con lo que me pidió la bruja para evitar que me regañara por estar en la luna.
Y por unos momentos me pude olvidar de Blake Stone.
Blake5 AÑOS DESPUÉSMe despierto sentándome agitadamente por la típica pesadilla que tengo unas dos o tres veces por semana.Respiré profundo varias veces intentando calmar mi respiración que aún seguía agitada. Miré a mí alrededor y pude ver que afuera aún seguía oscuro, así que volví a recostarme.Las malditas pesadillas siempre me dejaban un sabor amargo en la boca, y una fuerte migraña. Estas mismas me han atormentado desde hace casi 5 años, desde esa estúpida pelea con Eleanor. Les contaré:Todo comenzó el mismo día de mi pelea con Eleanor. Esa noche tuve por primera vez un sueño en donde a Eleanor le sucedían cosas horribles debido a mí, por no haber estado para ella por mi idiotez.No parecía ser la gran cosa, sin embargo, cada vez que la veo en mis s
Eleanor—Tranquila, ya pasara —susurró levemente mientras me acariciaba la espalda con gentiliza.Seguía sollozando, recargada en su hombro, después de que unas niñas me tiraran al piso y me dijeran cosas malas.—Yo… solo quería ser… su amiga —le digo entrecortadamente por los sollozos.—Ellas no te merecen como amiga, Elle.Elle. Un diminutivo de mi nombre que Blake no suele usar, las únicas ocasiones son cuando estamos en situación como estas, el resto de tiempo me llama Eleanor. Dice que le gusta más.—Pero casi no tengo amigas, solo te tengo a ti…—¿Y no es suficiente? —cuestiona, frunciendo levemente los labios en un puchero.—Sí, pero aun así quiero amigas —me separe de él al escuchar
Blake—Amigo, te juro que era la chica más guapa que he visto en esta universidad —siguió repitiendo mi amigo Nicolás, o como suelo llamarlo, Nico. Era mi único amigo en la universidad, de hecho lo consideraba como mi mejor amigo.Lo que tanto parlotea desde que nos encontramos esta tarde, es sobre una chica que conoció el día de ayer.—Esos ojos —su cara denotaba admiración—. Que ojazos tenía. Tan oscuros como la noche.Reí ante sus comentarios. —¿Y cómo se llama la chica?—No tengo idea —lo miro confundido— Hablamos un momento, nos disculpamos por haber chocado. Me parecía que estaba distraída, llegue a pensar que eras tú, tenían ligero parecido en su aura.—¿Aura? —cuestiono alzando una ceja.—Sí, esa aura distante, fría, extra&
BlakeCuando abrí los ojos supe dónde estaba al instante al ver una pequeña habitación, con sillones cafesosos, una mesita pequeña en el centro de la sala y un televisor algo maltratado enfrente de esta.Los volví a cerrar con fuerza y pellizcaba mi brazo como un niño para poder despertar, pero no servía de nada.Entonces una fuerza inexplicable, me hizo abrir los ojos de golpe y una escena tan conocida se presentó frente a mí:Eleanor estaba sentada en uno de los viejos sillón de la sala de estar, con su vista fija en un libro. Se veía en paz pero sabía que no duraría mucho.Intente acercarme a ella para sacarla de ahí, sin embargo, no podía moverme. Intente llamarla, pero tampoco tenía voz. Y en ese momento se oyeron unos pasos provenientes de las escaleras.Una vez
EleanorEran las 6:00 p.m. mi hora normal de salida.Mis clases inician a las 7:30 p.m. y terminan hasta las 11:30 de la noche, era agotador tomando en cuenta que al día siguiente tenía que levantarme temprano para tomar el autobús que me deja en la universidad para comenzar mi trabajo, además siempre tengo que estar antes de que llegue la bruja.La susodicha ya se había ido aproximadamente hace una hora y me había dado el resto de la tarde libre, ella no tenía ni la menor idea de que estudiaba por las noches, pero estaba atrasada con unas cosas que no quería dejar para después así que decidí quedarme hasta mi horario normal de salida.Este día había sido más agotador que de costumbre, además del hecho de que no había podido consiliar el sueño en ningun moemento despues de haberme despertado en la madrugada al soñar con el
BlakeSalí de mi departamento en dirección al elevador, con un fuerte dolor de cabeza.No era ningún niño como para no saber que no debía tomar entre semana, menos sabiendo que tengo clases al otro día, y muchos menos cuando tenía conciencia de que tendría pesadillas. No pude cerrar el ojo el resto de la noche, así que me resigne: mire televisión e hice tareas pendientes.Cuando el elevador llego a la recepción, me coloque unas gafas de sol antes de salir para que no se notaran demasiado mis ojeras y que la luz solar no me matara.Al pasar por el escritorio de Joe, el portero, me saludo como todos los días.—¿Noche alocada con el señor Nicolás? —pregunta sin intentar ser entrometido.—Algo así. —de cierta manera envidio su cara tan sonriente, yo no podría ni sonreír sin que me doliera
BlakeMuchas veces fantaseaba con este momento. Imaginaba que ella correría hacia mí, emocionada y me perdonaría todo, que reiríamos y volveríamos a ser amigos; ahora que lo vivo en carne propia, me doy cuenta que mi imaginación estaba muy lejos de la realidad, esto no era como lo imagine para nada.Solo nos mirábamos a los ojos sin saber que hacer o decir, estando aun en la misma posición. Yo con mis manos en su cintura y ella con las suyas en mis brazos.Ella no había hablado, ni soltado el más mínimo sonido. Solo porque la sostenía de la cintura, podía estar seguro de que era real y no un efecto de mi imaginación.Seguía esperando que todo esto tan solo fuera otra de mis pesadillas y que ella se evaporara para siempre en algún momento, pero eso no pasaba, así que cada vez estaba más seguro que esta era la realidad.
Eleanor¿Conocen la sensación de opresión?La opresión está definida como el acto de oprimir, sofocar, presionar, someter, ahogar…Aquella opresión que te oprime el pecho cuando muere algún personaje querido de algún libro que estés leyendo, o cuando te sofocas porque tu mascota escapa de casa y no lo vuelves a ver nunca más, o cuando la vida te somete a pasar por la muerte de algún familiar, es tanta la opresión que te produce dolor. Ese dolor que oprime tanto que sientes como si te dejara sin aire, como si te ahogaras.Esa sensación, esa opresión, ese dolor: oprime, sofoca, presiona, somete y ahoga tanto que te cuesta respirar ya que en el fondo sientes que no tienes salida, pero también sabes que en algún momento pasara y se volverá en un simple recuerdo. Que dejara de ser un