DAILA PETTERSEN
Coloco la almohada sobre mi rostro, quisiera poder dormir un poco más, sin embargo, eso es imposible. La universidad consume mi tiempo, y las quejas de mi familia ni hablar.
Desde que me decidí por la carrera de medicina, lo único que han hecho es decirme que es una pérdida de tiempo; pues, el objetivo principal de mi padre es que estudie alguna carrera que esté acorde a la familia, y me sirva como cimiento para heredar la empresa familiar. Cabe destacar, que somos una familia adinerada que se dedica a la fabricación de tecnología avanzada, de alta gama, teniendo sucursales por toda Latinoamérica.
Sin embargo, la medicina es una carrera que anhelé desde muy pequeña. Fue difícil lograr convencer a mis tutores la oportunidad de poder estudiar dicha carrera; no obstante, me pusieron como única condición, estudiar una carrera más sobre ella, y al terminarla, asistir a la empresa para empezar a familiarizarme con ella.
Soy médica en uno de los mejores hospitales y en una hora empieza mi turno. Anhelo ser una de las mejores cirujanas del país, especialmente como neurocirujana.
Me levanto perezosamente de la cama, apenas he dormido tres horas, ya que llegue de madrugada. Fui castigada cumpliendo horas extras por mi superior al faltar el respeto a otro superior. En mi defensa, él lo hizo primero. No obstante, no me libré del castigo.
Me visto con ropa cómoda, tomando mi bata del closet y bajo hasta el comedor, donde se encuentran ya mis padres, desayunando.
—Buenos días —saludo, sonriente como siempre.
Mamá solía decirme de niña que siempre debíamos mantener las comisuras del labio arriba para espantar la negatividad, pero con el tiempo de ser el ejemplo y se ha vuelto muy reservada y poco feliz.
—Llegaste de madrugada nuevamente —expone mi padre, regañándome con la mirada.
¿Por qué simplemente no pueden aceptar que amo la profesión que elegí? Y pese a todo esto, estudié la carrera que querían, y participé en múltiples reuniones de la empresa solo para darles el gusto de que me vean allí.
Con lo difícil que es la medicina, el cargo de horario que tiene, me las ingenié para poder hacer todo lo que ellos deseaban, y en parte eso se lo agradezco a Dr. Murphy, quien me entendió en todo momento, y lo compense siendo la mejor en mi área. Con la especialización fue más difícil, sin embargo, lo logré.
Pero ahora me siento cada vez más presionada, pues mi padre insiste en que me haga responsable de la empresa a su lado, que necesita mi apoyo, pero eso implicaría dejar lo que amo hacer y eso, efectivamente no está en discusión.
—Fuí sancionada. En ese hospital no soy nueva y sabes que no uso mi apellido para salvar situaciones.
—¿Cuándo acabaras? Son más de ocho años estudiando, capacitándote, especializándote o lo que sea —se queja.
Le había dicho a padre que seguía capacitándome y no le mentí, si quiero ser la mejor debo aprende de los mejores y capacitarme con ellos es la mejor opción.
—Pronto —respondo decaída.
—Esa profesión no te llevará lejos —explica.
—Me llevará hasta donde yo lo permita padre —digo frustrada ante la negatividad con mi profesión.
Me pongo de pie, y me retiro. Voy directo a tomar un taxi para ir al trabajo que tanto amo. Literalmente en el hospital soy más feliz. Dejo un beso en la frente de mamá quien en ningún momento a dicho algo a respecto y mucho menos ha sonreído.
Llego al hospital, y sin perder tiempo ingreso al vestidor para colocarme el uniforme que tengo en el casillero. Salgo para toparme con mis compañeros de trabajo en el camino.
—Te ves tensa —habla Mauricio justo cuando llego a donde se encuentra.
—Pienso lo mismo. ¿Nuevo problema familiar o lo de siempre? —Lizzie, mi amiga desde que empezó la universidad.
—Lo de siempre, amigos —suspiro.
—Hoy hay cirugía. Quiero asistir a esa cirugía —habla Camilo, emocionado. El nerd del grupo y el comunicativo tambien.
—Todos queremos participar Camilo, pero en ésta ocasión te cedo el paso —confiesa Lizzie—. Hoy solo quiero dormir.
—¿Mala noche? —pregunta Mauri.
—Muy buena, pero la falta de sueño repercute en mi mañana.
—¿Fue duro? —pregunto. Estamos caminando por el pasillo.
—Eres asquerosa para preguntar eso —dice Camilo detrás de nosotros y todos detenemos nuestro andar.
—¿Qué crees que le pregunté? —inquiero.
—Nada, morbosas. —responde y desaparece como un espectro.
Y así empieza mi día laboral, con doce horas de guardia, muchos pacientes. Me toco emergencias, y juro que fue desesperante atenderlos a todos, pero la parte divertida fue cuando asistí en dos cirugías de bala.
Cada una de esas asistencias la disfruto como el primer día, sin embargo, el cuerpo de estos hombres baleados me sorprendió. Según informes estaban en sus casas, y fueron interceptados por varios sujetos quienes empezaron a disparar sin control.
El tiroteo se produjo dentro de la ciudad, a varias cuadras del hospital, en un callejón oscuro. No me preguntaré quien lo hizo, porque está claro que fueron malvivientes dedicados a la vida fácil.
Faltan varias horas para mi retiro, por lo que me siento en unas de las bancas para descansar un rato, bebo de una botella de agua mientras pienso en mi futuro, que será de mí, más bien de mi familia, ellos no saben hacer otra cosa que estar sentados detrás de un escritorio, vivir de lujos y mandar, pero la situación de la empresa no es tan alentadora que digamos, y, aunque confío en sus capacidades no logro entender como una empresa como la de mi padre puede sufrir un desfalco de esa magnitud y espero logren solucionarlos, que de alguna forma u otra también me afecta como única hija.
Dejo de pensar y vuelvo a hacer mi recorrido habitual, observo a todos los pacientes de mi área, y los familiares que agobiados piensan que serán de sus seres queridos. Algunos en estados lamentables y otros a punto de recibir sus altas, en verdad amo mi profesión, sin embargo, no me veo postrada en una cama de hospital, aunque este lugar sea considerado mi hogar.
—¿Pensando mucho nuevamente? —la voz del Dr. Murphy llega a mis oídos. No me percaté que quedé sumida a la nada con la vista en algún punto fijo de la pared. —Es lo que he hecho desde que descubrí las millonarias pérdidas que sufre la empresa de mi padre. —Estoy seguro que eso no te importa, pues tienes un empleo asegurado aquí —dice. —No debería pensarlo, pero me preocupa —suspiro—. Pienso en las necesidades que sufrirán si no se soluciona. ¿Crees que soy mala hija? —Eres una excelente persona, una buenísima hija, sin embargo, creo que deberías tomarte unas vacaciones y ayudar a tu familia a investigar. Al menos para que no te presionen. —Tienes razón, no lo había visto de esa forma —respondo, dándome cuenta que he sido muy egoísta con respecto a la reliquia familiar—. Como familia debemos cuidar lo que nos da de comer. Aunque no lo quiera admitir, y a pesar de la presión constante de ellos, hoy día soy lo que soy porque no me privaron del dinero. —Tu eres dueña de tu vida, de
Siento su respiración en mi cuello, y mi cuerpo automáticamente empieza a temblar y el corazón a palpitar a toda velocidad. —Calma tus latidos —pide susurrando, mientras mordisquea mí piel. Una sensación puntiaguda me sobresalta e intento zafarme, pero soy una simple presa a merced del cazador—. Tu aroma es fascinante. La forma susurrante, suave y atrayente me sorprende un poco. Mi ceño se frunce al imaginar el olor a hospital que tengo, me da una mirada y puedo observar sus ojos enrojecidos lo cual me alerta aún más y me obliga a gritar. Ya no estoy en posición de hacerme la fuerte cuando esto no es normal, forcejeo, pero nada. Estoy aterrada y atrapada. —Ya suéltala —ordena otra voz, mucho más gruesa y más seductora. El hombre afloja su agarre lo que me permite apartarme a toda velocidad de él. Gracias al cielo que este hombre apareció, sentí que sería alimento de un loco. Suelto un suspiro y seco las lágrimas que salieron de mis ojos sin percatarme. Levanto la mirada para obse
GAEL CLAYTON Siempre la observaba desde las sombras, la cuidaba, la protegía sin que ella supiese de mi existencia. Tuve idealizadas todas mis vidas, siguiendo la aburrida rutina al pie de la letra por casi mil años, la vi reencarnar en varios cuerpos y sin duda, esta es su mejor versión. Enérgica, inteligente e independiente en su área; como profesional médico es fabulosa, meticulosa, preparada, honesta y sobre todo feliz. También amorosa, cuidadosa, tan gentil y dulce con los necesitados y tan valiente al enfrentar adversidades. La vi afrontar múltiples conflictos familiares, tan positiva y tan pacientemente, leal a su familia, aunque no la apoyen, cordial con todos esos parásitos de su empresa que solo se quieren aprovechar. Se de primera mano que su empresa está pasando por una crisis, y se con seguridad que ella lo solucionará, porque siempre lo hace. No entiendo cómo es que su padre no ve la audacia e inteligencia de su niña. Porque, aunque parezca una mujer hecha y derecha,
—¿Qué haces aquí? —pregunto al verla apoyada en la pared. —Pues, no te apareces por la casa, entonces he decidido venir a buscarte. —Mala decisión —contesto. Mi peor error fue mantener una relación amorosa creyendo que opacaría a mi Jeze, pero jamás ha funcionado, por lo que se terminó. He tenido mujeres, miles para ser honesto, pero nunca me sentí satisfecho, nunca he mordido la piel de una mujer, por lo que solo se los arrebato como donación y lo bebo en mi copa cual vino fuese. En cambio, Elena siempre ha querido que la mordiera y bebiera desde su piel, pero nunca me ha apetecido hacerlo. Ese acto es algo muy íntimo, solo ocurre con tu pareja, tu alma gemela, y así es como seguirá siendo, porque, aunque no esté con ella, la respeto. No bebería otra sangre que no fuese la de ella. Para los humanos la infidelidad abarca de muchas maneras, especialmente el contacto físico y mental, manteniendo relaciones íntimas con otras personas que no sea tu pareja. Sin embargo, en mi mundo, la
Estuvimos conversando un par de horas más, informándome los problemas en el Reino, las decisiones tomadas en las reuniones por el consejo, en el cual la traidora de Elena se encuentra. La que considere amiga, consuelo y me llenaba de placer cuando estaba estresado me ha traicionado por el poder. Querer ser Reina es algo que siempre anheló, y poco a poco fue demostrando su verdadero rostro. En mi hogar todos somos familias, nos cuidamos mutuamente, pero ella… ella ha traicionado esa confianza que le habíamos brindado. Todos tienen la libertad de vivir como deseen, de cazar sin matar, de pasear en su forma animal. Sin embargo, muchos no aceptaron esa ley y se marcharon con los rebeldes, mismos que han hecho cosas espantosas en la ciudad sin importarles los sueños que aquellos humanos poseen. Elena fue más inteligente y quiso trabajar desde adentro por obvias razones, y para su mala suerte, aunque el consejo este a su favor, también existe seres en contra de esas decisiones. Era una muj
DAILA PETERSEN. Sentía que me daría algún infarto en aquel lugar. Esos hombres no eran normales, definitivamente no lo eran. Ingresé como quien huyera de algún depredador a mi habitación, cerrando la puerta con pestillo, para sentirme más segura, corrí para cerrar también las ventanas. Incluso el viento me atemorizaba. Intenté en todo momento ser fuerte, no demostrar lo intimidada que me sentía estar envuelta en situaciones como esa. Destaco que al principio me sentí agradecida con el sujeto que me salvó del maniático extraterrestre veloz, sin embargo, todo se fue a la basura cuando me di cuenta que eran lo mismo, veloz. Algún súper poder en especial tenían porque podían sentir o escuchar el latir de mi corazón, a pesar de que trataba de controlarlo. Y eso no es todo, sentía que podían leer mi mente, por lo que decidí pensar en nada para corroborar, y ¡bingo! No descubrió nada. Por eso, en estos momentos estoy temblando de miedo, tras estas paredes puedo ser la niña asustadiza que s
—Emocionada con esta cirugía, Doctora —habla mi tutor. Muevo la cabeza en afirmación, de un modo muy feliz, como en todas las cirugías que participé. Ya no somos simples médicos cirujanos, somos profesionales aprendiendo cada día. Una de las enfermeras me ayuda con el traje y luego me coloco los guantes y así, con la sonrisa en mi rostro ingreso al quirófano. La cirugía da inicio, el profesional a cargo es uno de los mejores en el área y por ello es considerado el mejor del país y no solo aquí, sino que también es reconocido por sus mágicas manos y su inteligencia en casi todas partes del mundo. Entre los compañeros nos cuidamos y ayudamos entre sí, a excepción de Camilo, él es de esos que siempre está queriendo acaparar todo; no obstante, siempre sale en segundo lugar en las pruebas implantadas por los supervisores, pues su falta de compañerismo en momentos críticos le ha jugado en contra. Pues aquí todos somos iguales y todos necesitamos de todos para salvar una vida. Pasada casi
Las irregularidades que muestran estos documentos son bastantes negativos, a decir verdad, Paula tiene razón, esto empezó años atrás y ahora será todo un reto lograr balancear nuevamente en el mundo empresarial. Nuestra empresa ha perdido gran prestigio por esto, perdiendo socios importantes que invertían en ella. —Esto es grave, demasiado grave, padre —susurro, acomodando algunos papeles sobre el escritorio. —¿Sospechas de alguien? —pregunta, posicionando una de sus manos en su barbilla. —Todos son sospechosos —suelto un suspiro—. ¿En serio no tomaste medidas? Me sorprende viniendo de ti. —No confío en nadie —confiesa con un atisbo de vergüenza. Mi padre es sexy y muy inteligente, siempre fue un hombre de negocios y fundó el imperio Pettersen solo. Esto definitivamente no es algo propio de él. —Entonces la mejor opción era que la empresa caiga en ruinas —afirmo con burla. —No pensé que llegase a este punto, Fabricio decía que eran faltantes pequeños. —¿Fabricio? ¿Es en serio p