Las irregularidades que muestran estos documentos son bastantes negativos, a decir verdad, Paula tiene razón, esto empezó años atrás y ahora será todo un reto lograr balancear nuevamente en el mundo empresarial. Nuestra empresa ha perdido gran prestigio por esto, perdiendo socios importantes que invertían en ella. —Esto es grave, demasiado grave, padre —susurro, acomodando algunos papeles sobre el escritorio. —¿Sospechas de alguien? —pregunta, posicionando una de sus manos en su barbilla. —Todos son sospechosos —suelto un suspiro—. ¿En serio no tomaste medidas? Me sorprende viniendo de ti. —No confío en nadie —confiesa con un atisbo de vergüenza. Mi padre es sexy y muy inteligente, siempre fue un hombre de negocios y fundó el imperio Pettersen solo. Esto definitivamente no es algo propio de él. —Entonces la mejor opción era que la empresa caiga en ruinas —afirmo con burla. —No pensé que llegase a este punto, Fabricio decía que eran faltantes pequeños. —¿Fabricio? ¿Es en serio p
Después de los reclamos de mi madre y las recomendaciones de mi padre por salir muy tarde de la empresa, por fin estoy en mi habitación, limpia y curada con un apósito en la ceja. Me acuesto a mi cama, mirando el techo de mi habitación, rememorando lo sucedido y estoy segura que había alguien en mi coche. —¿Me estaré volviendo loca? —susurro a la nada. —No estás loca, mujer —la voz de un hombre llena la habitación. Me pongo de forma firme apresuradamente en la cama y lo veo sentado en una esquina bebiendo lo que parece ser vino—. No grites —pide en el momento exacto cuando planeaba hacerlo—. Y, lo siento por el accidente. Lo observo minuciosamente, intentando detallar cada aspecto de su rostro, gestos, sin embargo, jamás lo he visto en mi vida. ¿O sí? ¡Claro! Es el sujeto del hospital. Pero… ¿Qué mierdas quieren conmigo? —Eres pálido —susurro— ¿Qué es lo que quieren las caras pálidas? —¿Eh? ¿Si? —responde dudando de su respuesta. —Me estoy volviendo loca —murmuro poniéndome de p
GAEL CLAYTON. Ingreso al gran castillo, al que por muchos años llamé hogar, pero en el cual no me siento feliz desde que mi padre no está. Renunció a su legado quedando yo como heredero desde que descubrió que su alma gemela era un licántropo. Más bien, ella lo descubrió por su simple aroma. En fin, solicitó el divorcio a mi madre, quién sin poner ninguna objeción a su pedido, se lo dio, al fin de cuentas no estaban enamorados. Mi madre siempre fue dura con mi crianza y me preparó para asumir el poder, lo mismo pasó con mi padre, quién, pese a no ser visto con buenos ojos ante los integrantes del consejo, estaba para mí y no solo como un maestro, sino como el gran padre que es, el gran hombre, que renunció a todo por el amor de su vida. Diría que yo sería capaz de hacer lo mismo por mi Jezebeth, pero, si yo abandono no habría quien asuma porque no tengo un heredero, no obstante, siempre he demostrado ser capaz y merecido del puesto. Luche por mi gente y daría mi vida por ellos con t
Cruzo la puerta y puedo observar el lugar lleno de viejos que solo están cortados a la antigua, Elena a lado de su padre Iván. Un hombre de unos sesenta y cinco años humanos, pero de unos seiscientos años en vampiro. Menor que yo, pero con un poder inimaginable con el que desea opacarme en este mundo por ser parte del consejo. En muchas ocasiones quiso decidir por mí y como Rey legítimo que soy, nunca se lo permití, dejando en claro cuál es su lugar. Todos se ponen de pie cuando sienten mi presencia, reverenciándose ante mí como lo más sagrado que existe. —Majestad —habla uno de los integrantes—. Es un honor volver a verlo después de estos meses. —Buenas noches —saludo—. Sólo he dejado mi trabajo para venir a cerciorarme si los rumores son ciertos. —Entiendo —responde el sujeto, agachando la cabeza. —¿Que saben de los discípulos de Caine? —pregunto. —Están cumpliendo su parte del trato —avisa Iván, lo cual me resulta extraño. —Boruta es parte de su clan y ha estado matando gent
Descansar. Esa palabra no existía en mi día a día desde que estoy aquí nuevamente. Definitivamente la presión de mi pueblo con tener una reina es desgastadora, por el hecho de que no quiero arriesgar la vida de mi amada en este oscuro universo, sumándole a ello los problemas que me están causando los rebeldes de Caine. Derek se está encargando de todo en la ciudad, se ha presentado con ella en su empresa y ha dispuesto del dinero para ayudarla, aunque no quiso aceptarla en un principio, pero no le quedo de otra. Tambien se está encargando de investigar a Fabricio, vicepresidente de su empresa, para poder ser despedido con las pruebas en su poder, sin embargo, ha sabido hacer su trabajo, pues no hay nada en su contra; lo que me lleva a la idea de presionarlo para que hable, o sea, a mi manera. El padre de ella desea conocerme, como nuevo socio mayoritario debería de presentarme, pero mientras las cosas no se arreglen aquí me será imposible arreglarlos allá. Así tambien, Derek me info
De regreso al castillo, soy retenido en el camino por Iván, quien me hace seña para acompañarlo por un sendero oculto que solo lleva a un lugar. Llegamos hasta donde se suele efectuar las reuniones del consejo y una vez ingresamos visualizo a todos los integrantes están esperándonos allí, incluida mi madre. —Adelante —mascullo, dando la orden de que prosigan a informarme lo acontecido. —Necesitamos que te cases —suelta sin más Iván. Miro al resto y asienten—. Tu pueblo necesita una reina, hace casi mil años que gobiernas solo, necesitas ayuda y un heredero. —Entiendo lo del heredero, sin embargo, díganme… ¿para qué están ustedes sin creen que necesito ayuda? —inquiero burlesco, pero de un momento a otro mi rostro se contrae de seriedad—. No dejaré que decidan por mi vida, que me obliguen con algo tan estúpido como lo es el matrimonio y mucho menos, cuando mi reinado es uno de los mejores. Mi gente es libre de hacer lo que quiera, pero eso no les da el derecho de decirme que hacer a
DAILA PETTERSEN. Estos cinco días, incluido el fin de semana, me pase trabajando. Fabricio ha desaparecido, no sabemos de él, simplemente informó sobre un viaje de negocios y ya. Tengo la impresión de que es el causante de todo esto o, mejor dicho, estoy segura de que es el causante, sin embargo, me falta pruebas. Si no fuese por Derek, que estuvo estos días ayudándome bastante, no descubriríamos nada, pero lo hicimos. El gerente del área contable ya se encuentra detenido, ahora nuestro investigador se hace cargo de la búsqueda del ex vicepresidente de la compañía. Derek demostró ser un buen amigo y pese a no ser igual que nosotros los humanos, me siento en confianza con él. Me ha explicados diversas cuestiones de su vida; especialmente las habilidades que posee. La velocidad, la fuerza, el oído más agudo como tambien el curarse rápido. Su habilidad es lograr borrar la memoria de otras personas. Mientras que la de Gael es la telepatía y otras más, pues al ser el Rey, heredero de san
Una sombra oscura y ojos grises me observan, parecen tristes, preocupados; no obstante, no entiendo que sucede. Me siento perdida. Escucho rumores, mientras intento abrir los ojos, pero el cuerpo me duele, la cabeza siento que va a explotar. Suelto un gruñido de dolor cuando intento ponerme de pie aun con los ojos cerrados y entonces escucho pasos acercarse a mí. Puedo reconocer a Derek y a Gael, mirándome preocupados y no entiendo por qué. Creo que nos estrellamos, no sé, no recuerdo nada. Siento como una laguna, una parte mis recuerdos que se ha desvanecido. —¿Qué me pasó? —pregunto, con la garganta seca—. Necesito agua. —Tuvimos un accidente. Necesito curarte —habla Gael esta vez. Por alguna extraña razón siento que no es verdad, pero no pienso discutir en estos momentos y al parecer él se da cuenta de lo que estoy pensando y no me importa ocultarlo. —Yo puedo curarme sola —explico, mientras intento ponerme de pie, pero el dolor me lo impide. —Te has roto una pierna, y para p