Bueno mis amores, en lo personal me ha encantado esta historia. me hizo derramar algunas lagrimas, muchas gracias por su apoyo mis amadas y amados lectores, un beso a todas. nos leemos en mi próxima novela
Comenzaba a caer algunos copos de nieve esa noche, obligando a Hunter Lanzoni apresurar la salida de casa de sus suegros.—Vamos amor, se hace tarde —apresura desde la puerta del coche a su esposa Victoria —. Regresaremos mañana, Vic… —sonríe al ver que esta abrazaba a su madre con fuerza.—Ya lo sé, pero entiende a tu esposa, ando más sensible que antes —le responde la rubia sonriente.Victoria se da la vuelta mostrando su enorme vientre de 8 meses. La rubia ajusta su abrigo mientras que camina hacia el coche que comparte con su esposo.—¿Por qué no se quedan esta noche? —dice el padre de Victoria. Su hija mira su esposo y este le pone cara de que no podían.—Prometo traerla mañana por la tarde —contesta Hunter.—Hunter tiene una reunión muy importante en la compañía mañana, y será muy temprano, por eso debemos irnos. Si nos quedamos tardaremos mucho en regresar a casa.—Entonces, quédate tu hija, hace mucho frío para que andes en la calle. Ya está nevando —insiste su madre.—Estare
Miró fijamente a Riana quien seguía derramando lágrimas, su expresión de dolor era terrorífica para Hunter quien tenía un pálpito muy malo en su corazón.—Riana, ¿Dónde está mi esposa? —insiste, Hunter termina sentándose en la cama esperando una respuesta que parecía no llegar nunca.—Hunter… —ella niega y sigue llorando.—Nosotros, nosotros… un coche perdió el control, ella grito y yo esquive el coche, pero luego —levanta la mirada —. Ella no estaba a mi lado —aquel recuerdo le puso los vellos de punta —. ¿Dónde está? ¿Dónde está?Ella solo negaba y lloraba…—¡¿DÓNDE ESTA?! —Grita frustrado.—Murió, mi hija murió en el accidente—la mujer se derrumba en el sofá y solo llora sin consuelo.Él se queda inmóvil, respiraba con fuerza y luego fue que reacciona, niega y comienza a sacarse las agujas de su cuerpo violetamente.—No, no, eso no…—Riana lo ve haciendo aquello y se pone en pie nuevamente para detenerlo.—No, Hunter no, estas mal herido —lo detiene, pero él no la deja.—Ella no est
—Lo sé —interrumpe al doctor —. Estoy consciente de lo que me estás diciendo.—Abril ha luchado mucho, ha sido una guerrera. Pero creo que es hora de… será mejor que compartas con ella el poco tiempo que le queda.—Si —le dice el hombre con un hilo de voz.Sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas mientras que miraba a su hija en la cama a punto de morir. No era algo fácil con lo debía lidiar, lucho mucho por ella, y ahora tenía que resignarse a perderla a ella también.Primero su esposa, quien perdió la vida dando a su luz a su bebé y 18 años después a su pequeña. La vida no era justa, no estaba siendo nada justa con él. Esas pruebas por las que estaba atravesando eran crueles.—Ya entiendo, está bien…—añade limpiando sus lágrimas con el dorso de la mano.—Jhon…—el médico posa una mano sobre su hombro —. Hubiera dado lo que fuera por ayudarla, sabes que hice lo que pude por registrarla en la lista de espera y que quedará de primera, pero…—Si… —el asiente respirando hondo —. La gen
—¿Eso es necesario? —la voz de Jhon hizo que Abril levantara la mirada del periódico que tenía en sus manos.—Papá, de sobra sabes que yo necesito encontrar un trabajo.—No creo que sea conveniente de que trabajes, Abril. Para eso estoy yo, puedo cubrir todos los gastos sin problemas.La castaña mira seriamente a su padre, él seguía renuente en no dejarla buscar un empleo. Y bien sabía que necesitaban una entrada extra en la casa, los gastos que implico luego de su operación fueron enormes.Su padre se había endeudado hasta más no poder y todo por salvarle la vida. Así que ella no encontraba otra manera de colaborar si no era buscando un trabajo.—Papá, ya han pasado 8 años desde que me operaron y sigues pagando deuda tras deuda. Ya es hora de que yo me ponga a trabajar, entiende, ya estoy bien.—No, no quiero que tengas ningún esfuerzo físico. Eso podría complicarte, y no estoy dispuesto a…Ni siquiera deseaba recordar esos momentos de angustia que paso esperando por el doctor para q
—¿Ya estas lista? Ya se hace tarde, date prisa Jewel ¿porque estas tardando tanto? —la pequeña rubia levanta la mirada para ver a su padre.Hunter recogía su maletín, su saco y sus llaves dirigiéndose directamente a la puerta, lo típico de todas las mañanas. Mientras que su hija luchaba con las trenzas de sus zapatos para atárselas. Su padre era un poco despistado en ciertas cosas referentes a ella.Pero Jewel intentaba ser un poco independiente y no darle tantos problemas a su papá, bueno, ella creía que eso estaba bien.Cuando cree que sus trenzas estaban bien sujetas, la niña se pone en pie y toma su mochila y su abrigo. Luego sigue a su padre, y cuando ambos salen al exterior de la casa el coche de sus abuelos justamente aparca detrás del coche de Hunter.—¡Abuelos! —dice la niña corriendo hacia los señores.—Niña hermosa, que grande estas —contesta Alonzo al mismo tiempo que la carga.Hunter ve a sus ex suegros con su hija mientras mete su maletín y el resto de sus cosas en el c
Hunter salió de una junta mirando la hora en su reloj, ya tenía que ir a buscar a Jewel al colegio. Pasa directo a su oficina para recoger sus cosas, cuando su asistente ingresa en la misma.—Señor Lanzoni, la señora Riana le ha dejado un mensaje. Dice que ella y su esposo recogerán a su hija en el colegio, la llevaran a comer y por la noche volverán con ella a su casa—la mujer con gafas levanta la vista de la libreta en sus manos.El CEO se queda en silencio un momento. —¿Necesita otra cosa, señor Lanzoni?Sabía que era una ayuda, pero ese era su deber ir a por su hija. Pero era un alivio que no tuviera que ir a buscarla al colegio, se podría concentrar en sus próximas reuniones.—Organiza mis reuniones, adelantadas.—Claro señor.Su asiste se marchó y él se quedó mirando su escritorio, luego frota su cara y negó. Tenía que seguir trabajando.[…]Por la noche, Hunter tomó su maletín y se bajó del coche, masajeo un poco su cuello y se encaminó hasta el interior de su casa.Al entrar
Hunter se queda pensando un momento. Pero no dice nada acerca de la sugerencia de sus ex suegros.—Espero que tengan buen viaje.—Gracias —responden al unísono.Alonzo y Riana se marchan dejándolo solo en la sala, el CEO mete las manos en sus bolsillos y se queda en completo silencio, repasando las palabras de Alonzo y sus sugerencias. Luego niega, no necesitaba a una niñera para atender las necesidades de su hija.El rubio camina hasta las escaleras para subir lentamente, al llegar a la primera habitación que pertenece a su hija observa la puerta de la misma. Tenía un pequeño itinerario de toda la semana, hasta los días sábado.Hunter frota su rostro para luego ingresar en la habitación de su hija, Jewel ya estaba dormida en la cama, pero sin arroparse. Se adentra y cubre con cuidado su pequeño cuerpo. El rubio sonríe un poco al verla abrazar un peluche de conejo.Suelta el aliento y se da la vuelta sabiendo que algo más le faltaba por hacer con ella, pero no tenía idea de lo que era
Hunter espera a que su hija saliera de la academia para luego irse a casa, pero mientras espera observaba como muchas madres iban a recoger a sus hijas. De hecho casi no había padres yendo a buscar a sus pequeñas. El CEO baja la mirada y suspira, por más que lo intentara no conseguía manera de no sentirse mal por la ausencia de su esposa. Niega, y levanta la mirada para divisar a su hija saliendo de la academia. Abre la puerta del coche y Jewel se sube de inmediato. —¿Qué tal estuvo tu día? —le pregunta mirando a su hija por el retrovisor. —Bien —contesta fríamente. Hunter pone la vista al frente y no sabe que más preguntar, luego vuelve a mirar a su bebé fijándose que todo su cabello estaba suelto, el moño que le hizo no le sirvió de nada. nota como Jewel intenta llevar sus risos sueltos detrás de la oreja mientras mira por la ventanilla. Era un desastre para esas cosas, en 8 años no había aprendido nada. Pone en marcha el coche sin decir una sola palabra… Al llegar a la casa,