Hunter noto que Abril estaba muy extraña esa noche, después de hacer el amor por la mañana ella comenzó a actuar muy extraño para con él. Sentía que lo estaba esquivando y no entendía porque.No creyó haber hecho nada equivocado por la mañana, incluso ella no hizo mención de nada. Lo extraño es que se puso así luego de que hablaran sobre su operación. Pensó que quizás ese tema la ponía sensible.Sin embargo decidió darle espacio, abrumarla no era bueno cuando todo aquello era nuevo para ella. Durante la cena ella hablo muy poco con él, siempre lo hizo con Jewel.—Abril, ¿te quedaras esta noche verdad? —ella levanta la mirada de su plato, mira a Jewel y luego a Hunter.—Creo que no podre hoy, mi padre… yo… tengo que hacer algo con él muy temprano.—¿No vendrás mañana? —fue Hunter quien hizo la pregunta en ese momento.—Yo… bueno —relame sus labios resecos, era mucha presión la que estaba sintiendo —. No creo que pueda mañana —Hunter frunce la mirada.—Pero ¿Por qué no? ¿Qué pasa?Jewel
La pregunta tan directa de Abril hizo que Riana tambaleara su vaso con jugo. Derramo un poco sobre la alfombra lo que erizo los bellos del cuerpo de Abril. Algo le decía que la respuesta no le iba a gustar.—¿De dónde sacas eso?—Necesito saberlo.—Abril, ¿Por qué nos preguntas eso? ¿A quién se lo has oído hablar?Cada pregunta de ellos la ponía más nerviosa que antes, estaba a punto de vomitar. Así que para agilizar las cosas, empieza a desabotonar su blusa hasta la altura de su cicatriz.—¿Qué haces, niña? —pregunta Alonzo.Ella muestra su marca sin sentir pena, pero eso no le importo tanto como los rostros de esas dos personas que estaban delante de ella. De manera inmediata su corazón se rompió en miles de pedazos.—¿Fue donadora?—¿Cuándo te hicieron esa cirugía?—Hace 8 años, en el mismo hospital donde su hija falleció. Mi donante quedo en anónimo, pero supe que murió por un accidente de coche, como su hija. Ahora, por favor, les pido que me digan que ella no fue donante, que no
Sigue manejando con cuidado hasta que ve a alguien caminando bajo aquel aguacero. Acelera el coche para alcanzarla y hacerla entrar el auto. No tenía dudas de que era ella, pero de pronto varios carros salen de nada.Ya que iba a perder el tiempo, aparta la camioneta para bajarse de la misma hasta alcanzarla corriendo. Le iba a resultar más fácil.Abril hace amago de cruzar la calle mientras está sumergida en sus pensamientos sin darse cuenta de que un coche se aproximaba por la misma vía por la que ella cruzaba, y es cuando de la nada ella siente que alguien la sujeta para jalarla hacia atrás, seguido de eso escucha el claxon de un carro que la saca de su ensoñación.—¿Pero qué intentas hacer?—¿Hunter? —ella lo ve como si estuviera viendo a un fantasma.—Abril, ¿Qué haces? —el CEO acuna sus mejillas para verla a esos ojos enrojecidos —¿Por qué te has ido de casa?—¿Qué haces aquí?—¡Ya se toda la verdad! ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no te quedaste a explicarme lo que estaba pasando
Un mes después Abril volvía a ver el avión de Hunter en la pista, a pesar de haber subido hace un tiempo atrás, nuevamente estaba allí dispuesta a abordar. —¿Qué pasa? ¿Asustada? —susurra Hunter contra su oído. —¿Por qué se te ocurren están cosas tan locas? —Mi hija y mi prometida hacen que piense de esta manera, ¿Qué te digo? —Vamos Abril, rápido, nos dejaran con los peores puestos. Jewel corre al avión pasando a un lado de Alonso, Riana y Jhon. La niña sube al avión perdiéndose en el interior del mismo. —Mi papá debe estar aterrado —dice la castaña. —Se acostumbrara…—Hunter le responde apretando su cintura. —¿De verdad quieres hacer esto? —Ya estamos aquí. Ambos se encaminan hasta el avión subiendo después de sus familiares. Abril le hecha un ojo a su padre quien estaba siendo guiado por Jewel, la niña le mostraba como debía abrocharse el cinturón. El hombre la ve y medio sonríe, pero ella sabía que estaba muy nervioso. Todo eso era nuevo para él. Sin embargo acepto hacer
Comenzaba a caer algunos copos de nieve esa noche, obligando a Hunter Lanzoni apresurar la salida de casa de sus suegros.—Vamos amor, se hace tarde —apresura desde la puerta del coche a su esposa Victoria —. Regresaremos mañana, Vic… —sonríe al ver que esta abrazaba a su madre con fuerza.—Ya lo sé, pero entiende a tu esposa, ando más sensible que antes —le responde la rubia sonriente.Victoria se da la vuelta mostrando su enorme vientre de 8 meses. La rubia ajusta su abrigo mientras que camina hacia el coche que comparte con su esposo.—¿Por qué no se quedan esta noche? —dice el padre de Victoria. Su hija mira su esposo y este le pone cara de que no podían.—Prometo traerla mañana por la tarde —contesta Hunter.—Hunter tiene una reunión muy importante en la compañía mañana, y será muy temprano, por eso debemos irnos. Si nos quedamos tardaremos mucho en regresar a casa.—Entonces, quédate tu hija, hace mucho frío para que andes en la calle. Ya está nevando —insiste su madre.—Estare
Miró fijamente a Riana quien seguía derramando lágrimas, su expresión de dolor era terrorífica para Hunter quien tenía un pálpito muy malo en su corazón.—Riana, ¿Dónde está mi esposa? —insiste, Hunter termina sentándose en la cama esperando una respuesta que parecía no llegar nunca.—Hunter… —ella niega y sigue llorando.—Nosotros, nosotros… un coche perdió el control, ella grito y yo esquive el coche, pero luego —levanta la mirada —. Ella no estaba a mi lado —aquel recuerdo le puso los vellos de punta —. ¿Dónde está? ¿Dónde está?Ella solo negaba y lloraba…—¡¿DÓNDE ESTA?! —Grita frustrado.—Murió, mi hija murió en el accidente—la mujer se derrumba en el sofá y solo llora sin consuelo.Él se queda inmóvil, respiraba con fuerza y luego fue que reacciona, niega y comienza a sacarse las agujas de su cuerpo violetamente.—No, no, eso no…—Riana lo ve haciendo aquello y se pone en pie nuevamente para detenerlo.—No, Hunter no, estas mal herido —lo detiene, pero él no la deja.—Ella no est
—Lo sé —interrumpe al doctor —. Estoy consciente de lo que me estás diciendo.—Abril ha luchado mucho, ha sido una guerrera. Pero creo que es hora de… será mejor que compartas con ella el poco tiempo que le queda.—Si —le dice el hombre con un hilo de voz.Sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas mientras que miraba a su hija en la cama a punto de morir. No era algo fácil con lo debía lidiar, lucho mucho por ella, y ahora tenía que resignarse a perderla a ella también.Primero su esposa, quien perdió la vida dando a su luz a su bebé y 18 años después a su pequeña. La vida no era justa, no estaba siendo nada justa con él. Esas pruebas por las que estaba atravesando eran crueles.—Ya entiendo, está bien…—añade limpiando sus lágrimas con el dorso de la mano.—Jhon…—el médico posa una mano sobre su hombro —. Hubiera dado lo que fuera por ayudarla, sabes que hice lo que pude por registrarla en la lista de espera y que quedará de primera, pero…—Si… —el asiente respirando hondo —. La gen
—¿Eso es necesario? —la voz de Jhon hizo que Abril levantara la mirada del periódico que tenía en sus manos.—Papá, de sobra sabes que yo necesito encontrar un trabajo.—No creo que sea conveniente de que trabajes, Abril. Para eso estoy yo, puedo cubrir todos los gastos sin problemas.La castaña mira seriamente a su padre, él seguía renuente en no dejarla buscar un empleo. Y bien sabía que necesitaban una entrada extra en la casa, los gastos que implico luego de su operación fueron enormes.Su padre se había endeudado hasta más no poder y todo por salvarle la vida. Así que ella no encontraba otra manera de colaborar si no era buscando un trabajo.—Papá, ya han pasado 8 años desde que me operaron y sigues pagando deuda tras deuda. Ya es hora de que yo me ponga a trabajar, entiende, ya estoy bien.—No, no quiero que tengas ningún esfuerzo físico. Eso podría complicarte, y no estoy dispuesto a…Ni siquiera deseaba recordar esos momentos de angustia que paso esperando por el doctor para q