—Lo sé —interrumpe al doctor —. Estoy consciente de lo que me estás diciendo.
—Abril ha luchado mucho, ha sido una guerrera. Pero creo que es hora de… será mejor que compartas con ella el poco tiempo que le queda.
—Si —le dice el hombre con un hilo de voz.
Sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas mientras que miraba a su hija en la cama a punto de morir. No era algo fácil con lo debía lidiar, lucho mucho por ella, y ahora tenía que resignarse a perderla a ella también.
Primero su esposa, quien perdió la vida dando a su luz a su bebé y 18 años después a su pequeña. La vida no era justa, no estaba siendo nada justa con él. Esas pruebas por las que estaba atravesando eran crueles.
—Ya entiendo, está bien…—añade limpiando sus lágrimas con el dorso de la mano.
—Jhon…—el médico posa una mano sobre su hombro —. Hubiera dado lo que fuera por ayudarla, sabes que hice lo que pude por registrarla en la lista de espera y que quedará de primera, pero…
—Si… —el asiente respirando hondo —. La gente de poder es la que tiene más influencias. Lo entiendo —asiente, relame sus labios y se preparara para despedirse de su bebé.
—Jhon…
—Voy a estar bien —contesta un poco tajante—. Voy a estar bien… no se preocupe doctor.
El hombre ingresa en el cuarto de su hija, uno que a duras penas el doctor logro conseguir exclusivamente para ella.
El médico lo ve entrar y siente que su corazón se quiebra, eran muchos años tratando a Abril, siempre mantuvo la esperanza de conseguir un donador aceptable para ella, pero ese caso fue imposible.
El doctor baja la mirada y se da la vuelta, se aleja para darle privacidad a la familia.
Jhon mira a su hija con ternura, no deseaba demostrarle las malas noticias aunque sospechaba que su hija ya lo sabía.
Se sienta en la silla junto a su lado y le sonríe con amor.
—No te has dormido.
—Me has pedido que me quedara despierta —sonríe débilmente.
—Está bien —acaricia su cabello castaño falto de color —. Está bien…
Abril mira a su padre fijamente, sospechaba que pasaba algo, pero sabía que él no le iba a contar nada.
—Papá…
—Dime.
—Te amo, quiero que lo sepas. Quiero que me recuerdes en mis mejores momentos y no en los peores, ¿de acuerdo? —Abril le sonríe con ternura.
Jhon observo como los ojos de su hija brillaban, pero no era de vitalidad, sino porque estaba a punto de llorar cosa que le partía el alma. Sus palabras fueron directas a su corazón, Abril se estaba despidiendo.
El padre no pudo resistirlo y se derrumbó a llorar sobre la mano de su hija, Jhon comenzó a sollozar como un niño. Le dolía tanto que su hija siendo tan joven pasara por eso, no se lo merecía, ella tenía mucho porque vivir.
—Es injusto, es injusto—musitaba entre lágrimas.
—Papá, por favor —él levanta la mirada y ve que su hija lloraba.
—Lo siento, lo siento tanto, hija…
Se inclina y limpia sus lágrimas.
—Discúlpame.
—¿Tienes que despediste de mi verdad?
Abril lo mira fijamente esperando una respuesta, aunque no la necesitaba. Y como ve que su padre vuelve a sentarse en silencio ella sonríe.
—Está bien, papi.
Jhon sonríe también, su hija siempre estaba sonriendo ante cualquier cosa. Pasará lo que pasara abril sonreía incluso cuando su vida se le estaba escapando.
—Sí, bebé, todo estará bien.
Ellos se miraron un momento en silencio, derramando lágrimas ya que no existían palabras para decirse para despedirse. Y quizás era lo mejor, una despedida sería más dolorosa de que lo que estaban atravesando.
Unos minutos después de calmarse un poco, Abril comenzó a complicarse de un momento a otro. La castaña se estaba ahogando, le faltaba el aire, eso quería decir que su corazón se estaba deteniendo.
—¡Abril! —grita su padre poniéndose en pie.
El pitido de los aparatos alertaron a los médicos quienes entraron en seguida en la habitación, Jhon fue sacado de inmediato quedándose en el corredor sin poder ver a su hija.
Su propio corazón estaba a punto de fallar si no le daban noticias de Abril, y de paso, se encontraba solo ya que no tenía más familia que lo acompañara.
Un par de minutos, su hija es retirada de emergencia de la habitación. Iba rodeada de enfermeras y su médico de cabeza.
—¿Qué pasa? —los sigue, pero nadie le dice nada —. ¿Qué está pasando? —vuelve a preguntar al ver que su hija llevaba un respirador artificial.
Sus ojos estaban cerrados y parecía sin vida…
—Abril…
Se detiene justo cuando todos ingresan en una sección del hospital en la que él no tenía permitido ingresar. Las puertas de madera se cerraron y Jhon sintió que no volvería a ver a su hija, al menos no con vida.
Mucho fue la espera que tuvo que esperar sentado para ver por fin al doctor de su hija salir de aquella habitación. Jhon se pone en pie y lo mira impaciente.
—Jhon…
—¿Qué le paso a mi hija? ¿Ella… ella mur…?
—No —Jhon traga saliva —. Tengo una noticia que darte.
—Por todos los cielos, dime que es lo que está pasando.
—Hay un donante para Abril. Ha llegado un corazón compatible para su cuerpo.
—¿Qué dice?
En ese momento siente que el alma le regresa al cuerpo.
—Abril entrara en quirófano en estos momento, yo mismo junto con otro especialista haremos la operación…—Jhon sonríe abiertamente —. Pero debes saber algo Jhon, el corazón de tu hija acaba de fallar, si no se opera de inmediato morirá en cuestión de horas. Por otro lado, si la operación no resulta, abril morirá irremediablemente, ¿estás consciente de eso?
Jhon guarda silencio.
—Opérala —levanta la mirada —. Quiero que la operes y hagas todo lo que está a tu alcance para que le salves la vida. Pero si no, sé que se hizo hasta lo imposible por ella.
—Muy bien, en ese caso nos veremos en algunas horas.
—Suerte doctor.
Jhon mira al doctor alejarse y pone toda su fe en él. Su bebé se iba a salvar, confiaba que sí, ella tenía que…
[…]
En la sala de operaciones todo estaba dispuesto para el traspaso de corazón, Abril ya estaba sedada y lista para obtener una nueva vida. El doctor mira a su colega quien asiente, ambos estaban preparados.
El doctor respira hondo y comienza el complicado procedimiento…
Luego de largas horas de la extracción del viejo corazón de Abril, el doctor toma el corazón de reemplazo y lo coloca en su pecho, sonríe un poco y luego mira el rostro de su paciente.
< Se fuerte Abril, por ti, por tu padre que espera afuera… se valiente niña>
Una vida se iba, pero otra renacía de las cenizas. Abril estaba recibiendo el corazón de un donante cual propósito en la vida había terminado, dándole paso a que otra persona pudiera cumplir con los suyos.
Esa noche fría y nevada y algo triste, Abril Graham estaba recibiendo una nueva oportunidad para vivir. Por la pérdida del ser querido de una familia le daba vida a ella, ¿eso era justo?
[…]
Alonzo y Riana lloraban sin consuelo en el corredor de aquel hospital, la pareja no paraba de lamentar la muerte de su única hija. El hombre abrazaba a su esposa mientras que en su mano sujetaba el documento que su hija había autorizado sin siquiera avisarle a ellos.
En el papel decía que Victoria era donante voluntaria. La joven estaba decidida a salvar la vida de otra persona, el documento era válido, y como ella ya lo había firmado nadie podía impedir que sus órganos más importantes fuesen donados.
Y así fue… sus derechos se hicieron valer en cuanto la rubia perdió la vida, su padre como era su pariente cercano no le quedó más remedio que firmar la voluntad de su hija que para que procedieran en cuanto ella dejo de respirar, Victoria se encargó de que si sus padres o su esposo no estuvieran de acuerdo se hiciera su voluntad a como diera lugar.
Su padre mira el documento en sus manos y sonríe un poco, pensó que fue un acto de bondad el de su hija. Le reconfortaba saber que una parte de ella estaría por el mundo aún con vida.
Su muerte le salvo la vida a otra persona, y aunque no supieran nunca quien sería esa persona, se sentía feliz de saber que ella hizo lo correcto. Abraza más fuerte a su esposa.
—Hizo lo correcto.
—Lo sé…
—Es una buena hija, estoy orgulloso de ella.
—Espero que esa persona que lleve una parte de Victoria lo cuide mucho…
Justo en ese instante, el pecho de abril es cerrado y los doctores ven que todo había sido un éxito, solo quedaba esperar como ella evolucionaba con el trasplante.
El doctor la ve y toca su hombro.
—¡Vive, Abril!
—¿Eso es necesario? —la voz de Jhon hizo que Abril levantara la mirada del periódico que tenía en sus manos.—Papá, de sobra sabes que yo necesito encontrar un trabajo.—No creo que sea conveniente de que trabajes, Abril. Para eso estoy yo, puedo cubrir todos los gastos sin problemas.La castaña mira seriamente a su padre, él seguía renuente en no dejarla buscar un empleo. Y bien sabía que necesitaban una entrada extra en la casa, los gastos que implico luego de su operación fueron enormes.Su padre se había endeudado hasta más no poder y todo por salvarle la vida. Así que ella no encontraba otra manera de colaborar si no era buscando un trabajo.—Papá, ya han pasado 8 años desde que me operaron y sigues pagando deuda tras deuda. Ya es hora de que yo me ponga a trabajar, entiende, ya estoy bien.—No, no quiero que tengas ningún esfuerzo físico. Eso podría complicarte, y no estoy dispuesto a…Ni siquiera deseaba recordar esos momentos de angustia que paso esperando por el doctor para q
—¿Ya estas lista? Ya se hace tarde, date prisa Jewel ¿porque estas tardando tanto? —la pequeña rubia levanta la mirada para ver a su padre.Hunter recogía su maletín, su saco y sus llaves dirigiéndose directamente a la puerta, lo típico de todas las mañanas. Mientras que su hija luchaba con las trenzas de sus zapatos para atárselas. Su padre era un poco despistado en ciertas cosas referentes a ella.Pero Jewel intentaba ser un poco independiente y no darle tantos problemas a su papá, bueno, ella creía que eso estaba bien.Cuando cree que sus trenzas estaban bien sujetas, la niña se pone en pie y toma su mochila y su abrigo. Luego sigue a su padre, y cuando ambos salen al exterior de la casa el coche de sus abuelos justamente aparca detrás del coche de Hunter.—¡Abuelos! —dice la niña corriendo hacia los señores.—Niña hermosa, que grande estas —contesta Alonzo al mismo tiempo que la carga.Hunter ve a sus ex suegros con su hija mientras mete su maletín y el resto de sus cosas en el c
Hunter salió de una junta mirando la hora en su reloj, ya tenía que ir a buscar a Jewel al colegio. Pasa directo a su oficina para recoger sus cosas, cuando su asistente ingresa en la misma.—Señor Lanzoni, la señora Riana le ha dejado un mensaje. Dice que ella y su esposo recogerán a su hija en el colegio, la llevaran a comer y por la noche volverán con ella a su casa—la mujer con gafas levanta la vista de la libreta en sus manos.El CEO se queda en silencio un momento. —¿Necesita otra cosa, señor Lanzoni?Sabía que era una ayuda, pero ese era su deber ir a por su hija. Pero era un alivio que no tuviera que ir a buscarla al colegio, se podría concentrar en sus próximas reuniones.—Organiza mis reuniones, adelantadas.—Claro señor.Su asiste se marchó y él se quedó mirando su escritorio, luego frota su cara y negó. Tenía que seguir trabajando.[…]Por la noche, Hunter tomó su maletín y se bajó del coche, masajeo un poco su cuello y se encaminó hasta el interior de su casa.Al entrar
Hunter se queda pensando un momento. Pero no dice nada acerca de la sugerencia de sus ex suegros.—Espero que tengan buen viaje.—Gracias —responden al unísono.Alonzo y Riana se marchan dejándolo solo en la sala, el CEO mete las manos en sus bolsillos y se queda en completo silencio, repasando las palabras de Alonzo y sus sugerencias. Luego niega, no necesitaba a una niñera para atender las necesidades de su hija.El rubio camina hasta las escaleras para subir lentamente, al llegar a la primera habitación que pertenece a su hija observa la puerta de la misma. Tenía un pequeño itinerario de toda la semana, hasta los días sábado.Hunter frota su rostro para luego ingresar en la habitación de su hija, Jewel ya estaba dormida en la cama, pero sin arroparse. Se adentra y cubre con cuidado su pequeño cuerpo. El rubio sonríe un poco al verla abrazar un peluche de conejo.Suelta el aliento y se da la vuelta sabiendo que algo más le faltaba por hacer con ella, pero no tenía idea de lo que era
Hunter espera a que su hija saliera de la academia para luego irse a casa, pero mientras espera observaba como muchas madres iban a recoger a sus hijas. De hecho casi no había padres yendo a buscar a sus pequeñas. El CEO baja la mirada y suspira, por más que lo intentara no conseguía manera de no sentirse mal por la ausencia de su esposa. Niega, y levanta la mirada para divisar a su hija saliendo de la academia. Abre la puerta del coche y Jewel se sube de inmediato. —¿Qué tal estuvo tu día? —le pregunta mirando a su hija por el retrovisor. —Bien —contesta fríamente. Hunter pone la vista al frente y no sabe que más preguntar, luego vuelve a mirar a su bebé fijándose que todo su cabello estaba suelto, el moño que le hizo no le sirvió de nada. nota como Jewel intenta llevar sus risos sueltos detrás de la oreja mientras mira por la ventanilla. Era un desastre para esas cosas, en 8 años no había aprendido nada. Pone en marcha el coche sin decir una sola palabra… Al llegar a la casa,
Abril espera a que la pequeña Jewel saliera de clases, el chófer llego con bastante puntualidad a la casa por ella y por esa razón eran casi de los primeros que llegaron al colegio.La castaña miraba la puerta observando como varios niños salían corriendo a abrazar a sus padres, levanta un poco la vista y es cuando la ve salir. Pero en ese momento, Abril se percata de que la niña se le quedaba mirando a los niños que corrían hacia sus padres.La joven aplana los labios y siente un latigazo en el pecho, los abuelos de la pequeña le mencionaron que su hija o sea; la madre de la niña había fallecido hace años dejando a su padre a cargo de todo.En ese momento que la castaña observa la expresión de tristeza en el rostro de esa niña siente que ambas compartían algo mutuo, ella también perdió a su madre a muy temprana edad, sabía lo que sentía al no tener a su mamá a su lado.Por suerte, su padre era el hombre más amoroso que existía y le demostraba su amor aun cuando ya era una mujer adult
La niñera estaba plantada en su puerta muy temprano por la mañana, y curiosamente su hija se había despertado sin muchos problemas y no más al ver a su niñera en la entrada se emocionó.—Buenos días señor Lanzoni —ella lo saludo con una enorme sonrisa lo cual lo extraño.—Buenos días —él le devuelve el saludo, pero de manera seria —. Jewel tiene que terminar de alistarse para ir al colegio y en la cocina esta su lonchera.—Muy bien, iré a preparar su desayuno y luego subo a ayudarla.Él asiente mientras las ve marcharse hasta la cocina con una actitud que no poseía ayer. Entonces, se pregunta ¿Qué rayos le paso a esa mujer?, se le queda mirando hasta que se adentra en la cocina en compañía de su hija.El niega, y regresa a lo suyo, necesitaba terminar de arreglarse.Cuando amas chicas estuvieron listas, Hunter las espero en la entrada de la casa. Realizaba una llamada mientras esperaba.Jewel fue la primera en salir corriendo escaleras abajo.—Chao papá —dice la niña saliendo al exter
Hunter la mira abandonar la casa tan rápido que se sorprende un poco por lo apresurada que iba. Frunce la mirada puesto que no había hecho nada para que ella actuara de esa manera.En lo que Abril se sube al coche toca su pecho sintiendo como los fieros latidos de su corazón le retumbaba el pecho. Era extraño aquel sentimiento, era muy parecido a lo que sintió hace días cuando estaba en compañía con su doctor, o mejor dicho era mucho más intenso de lo que experimento con Erick.¿Qué era ese sentimiento tan extraño? Era una novata con respecto a todo eso de romance, quizás solo era producto de su imaginación o los nervios por ser nueva en lo que hace.—Debo estar volviéndome loca —susurra para que el chófer no la escuchara.Ella que sabía de sentimientos románticos, nunca había tenido un novio o haber sentido algo por un chico. Toda su vida se la paso enferma y en cama, jamás le dieron un beso de verdad en los labios, así que para ella era absurdo pensar que podía albergar atracción po