Sigue manejando con cuidado hasta que ve a alguien caminando bajo aquel aguacero. Acelera el coche para alcanzarla y hacerla entrar el auto. No tenía dudas de que era ella, pero de pronto varios carros salen de nada.Ya que iba a perder el tiempo, aparta la camioneta para bajarse de la misma hasta alcanzarla corriendo. Le iba a resultar más fácil.Abril hace amago de cruzar la calle mientras está sumergida en sus pensamientos sin darse cuenta de que un coche se aproximaba por la misma vía por la que ella cruzaba, y es cuando de la nada ella siente que alguien la sujeta para jalarla hacia atrás, seguido de eso escucha el claxon de un carro que la saca de su ensoñación.—¿Pero qué intentas hacer?—¿Hunter? —ella lo ve como si estuviera viendo a un fantasma.—Abril, ¿Qué haces? —el CEO acuna sus mejillas para verla a esos ojos enrojecidos —¿Por qué te has ido de casa?—¿Qué haces aquí?—¡Ya se toda la verdad! ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no te quedaste a explicarme lo que estaba pasando
Un mes después Abril volvía a ver el avión de Hunter en la pista, a pesar de haber subido hace un tiempo atrás, nuevamente estaba allí dispuesta a abordar. —¿Qué pasa? ¿Asustada? —susurra Hunter contra su oído. —¿Por qué se te ocurren están cosas tan locas? —Mi hija y mi prometida hacen que piense de esta manera, ¿Qué te digo? —Vamos Abril, rápido, nos dejaran con los peores puestos. Jewel corre al avión pasando a un lado de Alonso, Riana y Jhon. La niña sube al avión perdiéndose en el interior del mismo. —Mi papá debe estar aterrado —dice la castaña. —Se acostumbrara…—Hunter le responde apretando su cintura. —¿De verdad quieres hacer esto? —Ya estamos aquí. Ambos se encaminan hasta el avión subiendo después de sus familiares. Abril le hecha un ojo a su padre quien estaba siendo guiado por Jewel, la niña le mostraba como debía abrocharse el cinturón. El hombre la ve y medio sonríe, pero ella sabía que estaba muy nervioso. Todo eso era nuevo para él. Sin embargo acepto hacer
Comenzaba a caer algunos copos de nieve esa noche, obligando a Hunter Lanzoni apresurar la salida de casa de sus suegros.—Vamos amor, se hace tarde —apresura desde la puerta del coche a su esposa Victoria —. Regresaremos mañana, Vic… —sonríe al ver que esta abrazaba a su madre con fuerza.—Ya lo sé, pero entiende a tu esposa, ando más sensible que antes —le responde la rubia sonriente.Victoria se da la vuelta mostrando su enorme vientre de 8 meses. La rubia ajusta su abrigo mientras que camina hacia el coche que comparte con su esposo.—¿Por qué no se quedan esta noche? —dice el padre de Victoria. Su hija mira su esposo y este le pone cara de que no podían.—Prometo traerla mañana por la tarde —contesta Hunter.—Hunter tiene una reunión muy importante en la compañía mañana, y será muy temprano, por eso debemos irnos. Si nos quedamos tardaremos mucho en regresar a casa.—Entonces, quédate tu hija, hace mucho frío para que andes en la calle. Ya está nevando —insiste su madre.—Estare
Miró fijamente a Riana quien seguía derramando lágrimas, su expresión de dolor era terrorífica para Hunter quien tenía un pálpito muy malo en su corazón.—Riana, ¿Dónde está mi esposa? —insiste, Hunter termina sentándose en la cama esperando una respuesta que parecía no llegar nunca.—Hunter… —ella niega y sigue llorando.—Nosotros, nosotros… un coche perdió el control, ella grito y yo esquive el coche, pero luego —levanta la mirada —. Ella no estaba a mi lado —aquel recuerdo le puso los vellos de punta —. ¿Dónde está? ¿Dónde está?Ella solo negaba y lloraba…—¡¿DÓNDE ESTA?! —Grita frustrado.—Murió, mi hija murió en el accidente—la mujer se derrumba en el sofá y solo llora sin consuelo.Él se queda inmóvil, respiraba con fuerza y luego fue que reacciona, niega y comienza a sacarse las agujas de su cuerpo violetamente.—No, no, eso no…—Riana lo ve haciendo aquello y se pone en pie nuevamente para detenerlo.—No, Hunter no, estas mal herido —lo detiene, pero él no la deja.—Ella no est
—Lo sé —interrumpe al doctor —. Estoy consciente de lo que me estás diciendo.—Abril ha luchado mucho, ha sido una guerrera. Pero creo que es hora de… será mejor que compartas con ella el poco tiempo que le queda.—Si —le dice el hombre con un hilo de voz.Sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas mientras que miraba a su hija en la cama a punto de morir. No era algo fácil con lo debía lidiar, lucho mucho por ella, y ahora tenía que resignarse a perderla a ella también.Primero su esposa, quien perdió la vida dando a su luz a su bebé y 18 años después a su pequeña. La vida no era justa, no estaba siendo nada justa con él. Esas pruebas por las que estaba atravesando eran crueles.—Ya entiendo, está bien…—añade limpiando sus lágrimas con el dorso de la mano.—Jhon…—el médico posa una mano sobre su hombro —. Hubiera dado lo que fuera por ayudarla, sabes que hice lo que pude por registrarla en la lista de espera y que quedará de primera, pero…—Si… —el asiente respirando hondo —. La gen
—¿Eso es necesario? —la voz de Jhon hizo que Abril levantara la mirada del periódico que tenía en sus manos.—Papá, de sobra sabes que yo necesito encontrar un trabajo.—No creo que sea conveniente de que trabajes, Abril. Para eso estoy yo, puedo cubrir todos los gastos sin problemas.La castaña mira seriamente a su padre, él seguía renuente en no dejarla buscar un empleo. Y bien sabía que necesitaban una entrada extra en la casa, los gastos que implico luego de su operación fueron enormes.Su padre se había endeudado hasta más no poder y todo por salvarle la vida. Así que ella no encontraba otra manera de colaborar si no era buscando un trabajo.—Papá, ya han pasado 8 años desde que me operaron y sigues pagando deuda tras deuda. Ya es hora de que yo me ponga a trabajar, entiende, ya estoy bien.—No, no quiero que tengas ningún esfuerzo físico. Eso podría complicarte, y no estoy dispuesto a…Ni siquiera deseaba recordar esos momentos de angustia que paso esperando por el doctor para q
—¿Ya estas lista? Ya se hace tarde, date prisa Jewel ¿porque estas tardando tanto? —la pequeña rubia levanta la mirada para ver a su padre.Hunter recogía su maletín, su saco y sus llaves dirigiéndose directamente a la puerta, lo típico de todas las mañanas. Mientras que su hija luchaba con las trenzas de sus zapatos para atárselas. Su padre era un poco despistado en ciertas cosas referentes a ella.Pero Jewel intentaba ser un poco independiente y no darle tantos problemas a su papá, bueno, ella creía que eso estaba bien.Cuando cree que sus trenzas estaban bien sujetas, la niña se pone en pie y toma su mochila y su abrigo. Luego sigue a su padre, y cuando ambos salen al exterior de la casa el coche de sus abuelos justamente aparca detrás del coche de Hunter.—¡Abuelos! —dice la niña corriendo hacia los señores.—Niña hermosa, que grande estas —contesta Alonzo al mismo tiempo que la carga.Hunter ve a sus ex suegros con su hija mientras mete su maletín y el resto de sus cosas en el c
Hunter salió de una junta mirando la hora en su reloj, ya tenía que ir a buscar a Jewel al colegio. Pasa directo a su oficina para recoger sus cosas, cuando su asistente ingresa en la misma.—Señor Lanzoni, la señora Riana le ha dejado un mensaje. Dice que ella y su esposo recogerán a su hija en el colegio, la llevaran a comer y por la noche volverán con ella a su casa—la mujer con gafas levanta la vista de la libreta en sus manos.El CEO se queda en silencio un momento. —¿Necesita otra cosa, señor Lanzoni?Sabía que era una ayuda, pero ese era su deber ir a por su hija. Pero era un alivio que no tuviera que ir a buscarla al colegio, se podría concentrar en sus próximas reuniones.—Organiza mis reuniones, adelantadas.—Claro señor.Su asiste se marchó y él se quedó mirando su escritorio, luego frota su cara y negó. Tenía que seguir trabajando.[…]Por la noche, Hunter tomó su maletín y se bajó del coche, masajeo un poco su cuello y se encaminó hasta el interior de su casa.Al entrar