—¿Eso es necesario? —la voz de Jhon hizo que Abril levantara la mirada del periódico que tenía en sus manos.
—Papá, de sobra sabes que yo necesito encontrar un trabajo.
—No creo que sea conveniente de que trabajes, Abril. Para eso estoy yo, puedo cubrir todos los gastos sin problemas.
La castaña mira seriamente a su padre, él seguía renuente en no dejarla buscar un empleo. Y bien sabía que necesitaban una entrada extra en la casa, los gastos que implico luego de su operación fueron enormes.
Su padre se había endeudado hasta más no poder y todo por salvarle la vida. Así que ella no encontraba otra manera de colaborar si no era buscando un trabajo.
—Papá, ya han pasado 8 años desde que me operaron y sigues pagando deuda tras deuda. Ya es hora de que yo me ponga a trabajar, entiende, ya estoy bien.
—No, no quiero que tengas ningún esfuerzo físico. Eso podría complicarte, y no estoy dispuesto a…
Ni siquiera deseaba recordar esos momentos de angustia que paso esperando por el doctor para que le dijera si todo salió bien o no. El corazón de su hija era un precioso regalo, uno que debían atesorar.
Y si ella se ponía a estar buscando empleo la podría desgastar, cansar y hasta complicar. No, no toleraría perder a su hija.
—No me pasara nada, el doctor ha dicho que mi corazón se adaptó perfectamente a mi cuerpo. Papi, ya no hay nada que temer —contesta, poniéndose en pie para acariciar su mejilla.
—Abril… —él toma su mano con dulzura —. Tengo miedo de perderte, hija. No sabes lo que viví todas esas horas que estuviste en quirófano, fue una agonía para mí.
—Voy a estar bien, ya soy una mujer que necesita hacer su vida papá. Y necesito ayudarte con los gastos.
La castaña observa a su padre, en su rostro se le veía reflejado el cansancio. Sus ojos ya no eran los mismos de antes, y esas enormes bolsas oscuras debajo de los mismos le decía que esas largas horas de pérdida de sueño algún día le iban a cobrar factura al hombre.
Se sacrificó por ella 18 años y aun seguía haciéndolo, ya era momento de que fuese ella quien diera la cara por él y la casa.
—Buscaré un empleo donde no tenga que esforzarme tanto, te lo prometo papá. Pero entiende que debo trabajar. El doctor dijo que puedo hacer mi vida, y es lo que deseo. Tengo una nueva oportunidad para hacerlo, por favor.
Jhon rememoro los años pasados durante la recuperación de Abril, no le permitía hacer nada. Únicamente lo que el médico le ordenaba, ella no salía, y sus medicamentos los tomaba al día aunque ella los odiara.
Por desgracia, ella tendría que seguir tomando un medicamento de por vida. Pero al menos no eran 10 a la vez. El doctor lo recomendó, puesto que no quería correr riesgo de que ella presentara un cuadro complicado, así que su hija no salía de casa sin ese tratamiento.
Sin embargo, lo que más temía Jhon era que el doctor Erick le dijera que su hija ya podía comenzar a retomar su vida. El año pasado le informo que podía dejar de tomar todos los tratamientos y tener una vida normal como la de cualquier persona.
Y desde entonces, Abril ha estado empeñada en buscar un trabajo. Si, tenía muchas deudas, la casa hipotecada, y le debía a su jefe una fortuna, pero poco a poco iba solucionando los problemas financieros.
No obstante, su hija era muy terca.
—Abril, no quiero que nada malo te pase.
—Y no me pasara —sonríe abiertamente, mostrándole esa sonrisa tan preciosa que la caracterizaba.
—Está bien —baja la mirada —. Busca empleo, pero que no sea tan consumidor. No puedes exagerar, nada de trabajos con largas jornadas, ¿eso si lo sabes no?
—Lo sé, papi… buscare algo tranquilo, pero que me paguen bien.
Jhon pone una expresión de orgullo, esa niña había luchado tanto por vivir. Y allí estaba, después de pasar tantos años de agonía, al fin volvía a ser la misma de siempre. Ya no tenía que llevarla al hospital a mitad de madrugada y vivir en la zozobra de si sobreviviría para el siguiente día.
Abril había agarrado masa muscular, atrás dejo aquella chica esquelita que a duras penas lograba moverse. Se dejó crecer el cabello y ahora era increíblemente largo y hermoso, muy brillante y sedoso.
—Tu cabello ha crecido mucho, te sienta bien tenerlo así.
—Odiaba llevarlo tan corto en aquellos tiempos—le responde mientras miraba anuncios en el periódico —. Papá, ¿no tienes que irte a trabajar? —lo mira de soslayo.
—Sí, ya me voy… me llamas si piensas salir de casa y te llevas tu…
—Ya lo sé, mi medicamento y mi inhalador. Sabes que no me hace falta.
Su padre pone los ojos en blanco y luego asiente, sabía que exageraba de vez en cuando, pero es que era precavido… besa la frente de Abril y luego se marcha.
La castaña niega y sigue buscando algún trabajo que pudiera servirle, lo que fuese que consiguiera lo tomaría, era imperiosa la entrada de dinero a la casa. Esperaba encontrar algo esa mañana, ya que llevaba meses buscando.
Al principio escondido de su padre, pero ahora ya no tenía por qué seguir ocultando sus intenciones. Y la verdad es que resultaba más fácil salir a las entrevistas sin que su padre estuviera respirando en su nuca.
Ya tenía 26 años, necesitaba que entendiera que ahora que se sentía bien podía valerse por sí sola. Era una lección para ambos, el de él era aprender a darle libertad y el de ella bueno, conocer el mundo tal cual como era, cruel y bueno.
Nunca tuvo ese privilegio, siempre estuvo en casa y ahora tenía que aprender por si sola que tan feroz, doloroso y bello era.
Sonríe y toca su pecho, todos los días agradecía a esa persona que decidió donar una parte de su cuerpo para dar vida a otra. Gracias a ese ser humano ella pudo tener una nueva oportunidad, luego su sonrisa de apaga y piensa que alguien tuvo que morir para que ella pudiera vivir.
A veces cuando pensaba eso la ponía triste, puesto que ella no deseaba un trasplante porque ya sabía cómo funcionaba eso… rememoro cuando despertó luego de la operación, su padre lloraba sin parar y Erick estaba a su lado.
Ella se sentía tan confundida, porque recordaba que se estaba despidiendo de su padre y luego lo volvía a ver. Hasta que el doctor le explico que le habían practicado un trasplante de corazón.
La noticia le cayó como una jarra de agua helada, eso la llevo a pensar que alguien había muerto, que llevaba el corazón de otra persona en su cuerpo. Tanto fue su conmoción que tuvieron que sedarla. Al principio le costó mucho aceptar que llevaba algo de alguien más.
Unos días después, Erick hablo con ella en compañía de su padre y le explico lo que había pasado. Esa persona que se mantenía anónima sufrió un accidente en el que perdió la vida, y como había firmado para ser donante, el corazón fue lo que pudieron salvar.
Por suerte, Abril era la primera en la lista gracias al doctor, y como el órgano estaba en el mismo hospital donde estaba ella tuvo suerte que nadie más intercediera. Sin embargo se demoró varios días en hablar con alguien, le dolía el alma por pensar que alguien tuvo que morir para que ella pudiera vivir.
La joven aplana los labios, sentía mucha tristeza por la familia de esa persona. Todos los días se preguntaban quiénes eran, donde vivían… pero Erick le notifico que no podía dar ese tipo de información, puesto que la familia prefirió quedar en el anonimato.
Aunque la persona que dono prefería que se supiera, pero como ya no estaba físicamente todo se rigió por la decisión de la familia.
Ella suspira y se reclina en la silla, tuvo mucha suerte.
—Ahora debo seguir con mi vida, encontrar un trabajo y recuperar el tiempo perdido.
Le da la vuelta a la hoja del periódico y de inmediato pilla un anuncio que llama su atención, no parecía un trabajo en el que tuviera que matarse trabajando, posiblemente podría funcionar.
Sonríe y lo remarca en rojo, probaría con ese para ver cómo le iba. Muerde sus labios y en ese momento se siente un poco inquieta, su corazón comenzó a retumbar su pecho, pero no se asustó.
—Lo sé, estás muy vivo y dispuestos a cualquier aventura.
Suaviza su pecho, luego arranca la hoja y la guarda en su bolsillo. Aplicaría para ese empleo y esperaría para ver si tenía suerte y la llamaban.
Mientras, seguiría buscando. Era mejor tener varias opciones, si una no le funcionaba le quedaban otras. Pero algo debia encontrar para poder salir adelante, ya era hora de que se valiera por si misma. Su padre no podia seguir manteniendola por siempre.
No era justo que sacrificara tanto por ella...
—¿Ya estas lista? Ya se hace tarde, date prisa Jewel ¿porque estas tardando tanto? —la pequeña rubia levanta la mirada para ver a su padre.Hunter recogía su maletín, su saco y sus llaves dirigiéndose directamente a la puerta, lo típico de todas las mañanas. Mientras que su hija luchaba con las trenzas de sus zapatos para atárselas. Su padre era un poco despistado en ciertas cosas referentes a ella.Pero Jewel intentaba ser un poco independiente y no darle tantos problemas a su papá, bueno, ella creía que eso estaba bien.Cuando cree que sus trenzas estaban bien sujetas, la niña se pone en pie y toma su mochila y su abrigo. Luego sigue a su padre, y cuando ambos salen al exterior de la casa el coche de sus abuelos justamente aparca detrás del coche de Hunter.—¡Abuelos! —dice la niña corriendo hacia los señores.—Niña hermosa, que grande estas —contesta Alonzo al mismo tiempo que la carga.Hunter ve a sus ex suegros con su hija mientras mete su maletín y el resto de sus cosas en el c
Hunter salió de una junta mirando la hora en su reloj, ya tenía que ir a buscar a Jewel al colegio. Pasa directo a su oficina para recoger sus cosas, cuando su asistente ingresa en la misma.—Señor Lanzoni, la señora Riana le ha dejado un mensaje. Dice que ella y su esposo recogerán a su hija en el colegio, la llevaran a comer y por la noche volverán con ella a su casa—la mujer con gafas levanta la vista de la libreta en sus manos.El CEO se queda en silencio un momento. —¿Necesita otra cosa, señor Lanzoni?Sabía que era una ayuda, pero ese era su deber ir a por su hija. Pero era un alivio que no tuviera que ir a buscarla al colegio, se podría concentrar en sus próximas reuniones.—Organiza mis reuniones, adelantadas.—Claro señor.Su asiste se marchó y él se quedó mirando su escritorio, luego frota su cara y negó. Tenía que seguir trabajando.[…]Por la noche, Hunter tomó su maletín y se bajó del coche, masajeo un poco su cuello y se encaminó hasta el interior de su casa.Al entrar
Hunter se queda pensando un momento. Pero no dice nada acerca de la sugerencia de sus ex suegros.—Espero que tengan buen viaje.—Gracias —responden al unísono.Alonzo y Riana se marchan dejándolo solo en la sala, el CEO mete las manos en sus bolsillos y se queda en completo silencio, repasando las palabras de Alonzo y sus sugerencias. Luego niega, no necesitaba a una niñera para atender las necesidades de su hija.El rubio camina hasta las escaleras para subir lentamente, al llegar a la primera habitación que pertenece a su hija observa la puerta de la misma. Tenía un pequeño itinerario de toda la semana, hasta los días sábado.Hunter frota su rostro para luego ingresar en la habitación de su hija, Jewel ya estaba dormida en la cama, pero sin arroparse. Se adentra y cubre con cuidado su pequeño cuerpo. El rubio sonríe un poco al verla abrazar un peluche de conejo.Suelta el aliento y se da la vuelta sabiendo que algo más le faltaba por hacer con ella, pero no tenía idea de lo que era
Hunter espera a que su hija saliera de la academia para luego irse a casa, pero mientras espera observaba como muchas madres iban a recoger a sus hijas. De hecho casi no había padres yendo a buscar a sus pequeñas. El CEO baja la mirada y suspira, por más que lo intentara no conseguía manera de no sentirse mal por la ausencia de su esposa. Niega, y levanta la mirada para divisar a su hija saliendo de la academia. Abre la puerta del coche y Jewel se sube de inmediato. —¿Qué tal estuvo tu día? —le pregunta mirando a su hija por el retrovisor. —Bien —contesta fríamente. Hunter pone la vista al frente y no sabe que más preguntar, luego vuelve a mirar a su bebé fijándose que todo su cabello estaba suelto, el moño que le hizo no le sirvió de nada. nota como Jewel intenta llevar sus risos sueltos detrás de la oreja mientras mira por la ventanilla. Era un desastre para esas cosas, en 8 años no había aprendido nada. Pone en marcha el coche sin decir una sola palabra… Al llegar a la casa,
Abril espera a que la pequeña Jewel saliera de clases, el chófer llego con bastante puntualidad a la casa por ella y por esa razón eran casi de los primeros que llegaron al colegio.La castaña miraba la puerta observando como varios niños salían corriendo a abrazar a sus padres, levanta un poco la vista y es cuando la ve salir. Pero en ese momento, Abril se percata de que la niña se le quedaba mirando a los niños que corrían hacia sus padres.La joven aplana los labios y siente un latigazo en el pecho, los abuelos de la pequeña le mencionaron que su hija o sea; la madre de la niña había fallecido hace años dejando a su padre a cargo de todo.En ese momento que la castaña observa la expresión de tristeza en el rostro de esa niña siente que ambas compartían algo mutuo, ella también perdió a su madre a muy temprana edad, sabía lo que sentía al no tener a su mamá a su lado.Por suerte, su padre era el hombre más amoroso que existía y le demostraba su amor aun cuando ya era una mujer adult
La niñera estaba plantada en su puerta muy temprano por la mañana, y curiosamente su hija se había despertado sin muchos problemas y no más al ver a su niñera en la entrada se emocionó.—Buenos días señor Lanzoni —ella lo saludo con una enorme sonrisa lo cual lo extraño.—Buenos días —él le devuelve el saludo, pero de manera seria —. Jewel tiene que terminar de alistarse para ir al colegio y en la cocina esta su lonchera.—Muy bien, iré a preparar su desayuno y luego subo a ayudarla.Él asiente mientras las ve marcharse hasta la cocina con una actitud que no poseía ayer. Entonces, se pregunta ¿Qué rayos le paso a esa mujer?, se le queda mirando hasta que se adentra en la cocina en compañía de su hija.El niega, y regresa a lo suyo, necesitaba terminar de arreglarse.Cuando amas chicas estuvieron listas, Hunter las espero en la entrada de la casa. Realizaba una llamada mientras esperaba.Jewel fue la primera en salir corriendo escaleras abajo.—Chao papá —dice la niña saliendo al exter
Hunter la mira abandonar la casa tan rápido que se sorprende un poco por lo apresurada que iba. Frunce la mirada puesto que no había hecho nada para que ella actuara de esa manera.En lo que Abril se sube al coche toca su pecho sintiendo como los fieros latidos de su corazón le retumbaba el pecho. Era extraño aquel sentimiento, era muy parecido a lo que sintió hace días cuando estaba en compañía con su doctor, o mejor dicho era mucho más intenso de lo que experimento con Erick.¿Qué era ese sentimiento tan extraño? Era una novata con respecto a todo eso de romance, quizás solo era producto de su imaginación o los nervios por ser nueva en lo que hace.—Debo estar volviéndome loca —susurra para que el chófer no la escuchara.Ella que sabía de sentimientos románticos, nunca había tenido un novio o haber sentido algo por un chico. Toda su vida se la paso enferma y en cama, jamás le dieron un beso de verdad en los labios, así que para ella era absurdo pensar que podía albergar atracción po
—¿Dice que yo vele por las necesidades de su hija? —ella se da la vuelta a lo que él se detiene —. ¿De verdad me está diciendo eso? Sé que me ha contratado como su niñera, pero, ¿de verdad? —Abril lo enfrenta con la mirada.—¿Qué es lo que me está queriendo decir? —Hunter mira fijamente esos ojos grises.—Que se dé cuenta de lo que está haciendo con su hija Jewel.La mención de su hija en la conversación lo puso en alerta, el CEO se cruza de brazos pareciendo más intimidante de lo que ya era.—¿Qué está diciendo? —Abril se atreve a dar un paso hacia él.—Yo no tengo porque decirle algo que usted mismo puede ver, sin embargo, pretendo decírselo porque esa pequeña no se merece sentirse como se siente.En ese momento él traga saliva en seco. Y aunque parecía tranquilo, por dentro estaba muy intranquilo.—Su hija cree que usted no la quiere, señor Lanzoni. En eso debería estar pensando, y en vez de estar reclamándole a la niñera por algo que ya sabe que debe hacer, debería estar pensando