Un momento muy difícil para los dos. Indudablemente tienen mucho que hablar y que resolver. ¿Que hagan los dos cuando el resultado llegue?
DANIEL O'HIGGINS Es una situación difícil la de Rosario y la mía, pero aunque yo sepa cómo un hijo mío puede llegar al mundo, ella no tiene idea de que o quién la pusieron en su situación actual. Se que la prueba ya fue realizada y también el resultado que tendrá. No será sencillo tener que estar con Rosario siempre porque ella es una mujer de carácter y también está herida por la situación que le ha tocado vivir. Han transcurrido apenas seis días desde que realizamos la muestra y aunque he ido a visitar a Rosario, aún es difícil que podamos hablar sin que ella se exalte. La entiendo y he sido paciente con ella, pero es muy difícil mantener la calma cuando intento estar con él niño y ella no parece estar de acuerdo con eso. Me he encariñado con el bebé en poco tiempo y no pasa un día en el que no lo tenga en mis pensamientos. Lo extraño si no lo veo y deseo cargarlo en mis brazos, darle mí calor y brindarle mí cariño. Voy a ver a Rosario con el fin solo de visitar a quie
RICARDO FONTANA Le pedí a Rosario que abandonara nuestra casa junto al fruto de su infidelidad y posteriormente inicié los tramites de divorcio. No fue para nada fácil saber que al regresar a casa ella no estaría porque pese a mi decepción seguía amándola. Nataly tan solo fue mi desahogo en algunas ocasiones y también mi consuelo. Ella misma también opinaba que Christian no era mi hijo porque conoce mi infertilidad, pero le parecía extraño que ella pudiese engañarme. El día que le pedí a Rosario que se fuera busqué a Nataly para hablar y dejar que las horas pasaran. No tuvimos sexo, solamente hablamos. -¿Qué harás con tu vida ahora?- Me sirvió una taza de café -La amo. Sin esa estúpida obsesión por ser madre aún estaríamos juntos- Me quejé -No creo que ella sea capaz de engañarte. Lo habría sabido yo que soy su amiga. Ella siempre me lo contó todo- Sabía que eso era cierto y creo que ella fue demasiado discreta al tener una aventura -Lo entiendo, pero no hay manera
ROSARIO GARCÍA Nací en Colombia, pero desde pequeña vivo en Estados Unidos. Mi familia decidió mudarse en búsqueda del sueño americano y gracias al arduo trabajo pudieron conseguirlo. Tengo 27 años y aunque estudié en la universidad no ejerzo mi profesión. Soy chef, pero aunque amo cocinar, cambié mis sueños profesionales por el amor de un hombre. Conocí a Ricardo Fontana a la salida de la universidad por amigos en común. Al verlo, comprobé que el amor a primera vista si existe. Él, es un hombre guapísimo de piel canela apenas un poquito más oscura que la mía. Es alto, atlético, fuerte. Todo en el me gustaba y así lo quisiera me era imposible encontrarle defectos. Claramente, con él también aprendí que el amor es ciego. Después de un año de novios, Ricardo me pidió ser su esposa y ese día me sentí la mujer más dichosa que habitaba en este mundo. Apenas dos meses después caminé al altar vestida de blanco. Mi cabello castaño estaba semi recogido y adornado con pequeñas flores blanca
ROSARIO GARCÍA Aún lo recuerdo tal como si hubiese sido ayer. La felicidad se vuelve un recuerdo pasado en mí vida mientras pienso en todo lo que perdí. No se con exactitud cuando lo que era un matrimonio perfecto e ideal cambió para siempre, pero lo hizo y fue camino a la destrucción sin escalas. Solo se que miré a Ricardo y no pude identificar a la persona de la cual me enamoré. Todo comenzó cuando comenzamos a buscar un hijo. Lo tenía todo a su lado, una vida feliz, teníamos una economía estable, jamás discutíamos e íbamos juntos a cada sitio demostrando el inmenso amor que juramos ante Dios sentir. Dejé de protegerme un día, tal como lo habíamos decidido. La felicidad que sentía era incompleta por no ser madre. Era mí sueño desde muy pequeña darle vida a un bebé y más aún cuando amaba tanto a mí esposo. En mí corazón sabía que era improbable quedar embarazada en el primer mes de búsqueda, pero aún así mí ilusión estaba latente y mí esperanza intacta de que sucediera. Los pri
RICARDO FONTANAJamás creí amar tanto a una mujer como a Rosario. Se que ella es incomparable, totalmente virtuosa, la mujer y esposa perfecta. Mis padres, así como toda mí familia, amaron a Rosario. Ellos se alegraron tanto como yo cuando les dije que había aceptado ser mí esposa. Ahora, cuando miro a mí esposa habiendo sucedido tantas cosas es que se que ya no puedo seguirle mintiendo, aunque también se que es imposible que me atreva a decirle la verdad que con tanto cuidado escondí. El deseo de Rosario por ser madre siempre fue aún más grande que el amor que por mí sentía. La entiendo y se que sacrificó cosas por estar conmigo, pero yo también hice demasiado por ella y no sé si lo pueda reconocer o valorar dadas las circunstancias. Ahora mismo casi no hablamos y la que antes fue una cama en la que sentía el calor de su cuerpo ahora no hay más que soledad porque ella duerme en el cuarto que diseñó, pero no para nosotros. Se que estoy perdiendo a mí esposa, pero mí orgullo no me
ROSARIO GARCÍA Aún después de lo que fue lo que me pareció un tiempo interminable de búsqueda, aún creía que mi matrimonio tenía esperanzas. Yo sabía que cuando llegara nuestro primer hijo, estaríamos incluso mejor que al inicio. Hoy cuando pienso en aquellos meses es cuando comprendo que las señales siempre estuvieron frente a mis ojos, pero que yo decidí ignorarlas por el amor que sentía. Después de varios meses de búsqueda fue que comencé a evaluar varias alternativas y posibilidades. Consulte a un especialista en fertilización asistida y llevé los múltiples análisis que me había realizado. También llevé anotados todos mis períodos. El doctor me dijo que era un proceso largo y que no había éxito en la primera prueba sino que varias parejas se sometían a varios tratamientos hasta conseguir ser padres. Las cifras me asustaron y me hicieron desistir. Consideré comenzar a trabajar y ahorrar el dinero pero demoraría años, aún así estaría fallándole a Ricardo, porque él no quería que
ROSARIO GARCÍA Mi embarazo avanzó y adoré verme con el vientre abultado. Tomé varias fotos para mostrárselas a mi bebé cuando creciera y que de esa manera supiera cuánto lo amé siempre. Una de las grandes señales que debí notar, tal como lo hago en este momento, es que en la galería de mi teléfono celular no existen fotos donde Ricardo esté junto a mi desde que me enteré de mi embarazo. Comencé a pensar en el cuarto del bebé. Lo decoré de manera sencilla, porque cada vez que le hablaba a Ricardo sobre varias cosas que deseaba comprar, él ponía mala cara. Creí que él no quería que las paredes fueran pintadas con tonos oscuros o que deseaba que todo fuera en tonos pasteles. Una de las cosas que me dolió, aunque evité decirle, fue que no me diera más dinero para todo lo referente al bebé. Simplemente recibí lo que me obsequiaron mis padres y también administré aún mejor lo que él me daba mensualmente para los gastos del hogar. Me dolió, claro que si, pero ahí comprendí que yo no debí
DOCTORA CONTRATADA Para cada profesión existe una ética profesional que se debe de seguir y respetar, aún más si de medicina se trata. Para una doctora el respeto hacia sus pacientes y también la confidencialidad debe de ser crucial, además de tomar las medidas de higiene y salubridad pertinentes. Lamentablemente, aunque no sea lo adecuado ni tampoco lo debido, muchas veces los problemas personales son tan serios que cruzan la delgada línea que los incorpora en una labor tan seria como la medicina. En cualquier profesión existe la posibilidad de ganar dinero extra, en algunos casos cometiendo pequeñas ilegalidades. En la medicina existe mucho dinero sin declarar que el personal médico puede recibir. Muchas veces se trata de cuidados especiales, atención personalizada en la internación, análisis y tratamiento urgente evadiendo una lista de espera... pero en algunas de las posibilidades más de una vida puede cambiar. Para la doctora Sanders un día normal sin sobresaltos ni