ROSARIO GARCÍA
Mi embarazo avanzó y adoré verme con el vientre abultado. Tomé varias fotos para mostrárselas a mi bebé cuando creciera y que de esa manera supiera cuánto lo amé siempre. Una de las grandes señales que debí notar, tal como lo hago en este momento, es que en la galería de mi teléfono celular no existen fotos donde Ricardo esté junto a mi desde que me enteré de mi embarazo. Comencé a pensar en el cuarto del bebé. Lo decoré de manera sencilla, porque cada vez que le hablaba a Ricardo sobre varias cosas que deseaba comprar, él ponía mala cara. Creí que él no quería que las paredes fueran pintadas con tonos oscuros o que deseaba que todo fuera en tonos pasteles. Una de las cosas que me dolió, aunque evité decirle, fue que no me diera más dinero para todo lo referente al bebé. Simplemente recibí lo que me obsequiaron mis padres y también administré aún mejor lo que él me daba mensualmente para los gastos del hogar. Me dolió, claro que si, pero ahí comprendí que yo no debí renunciar a mis sueños profesionales ni siquiera por él. Mi matrimonio se estaba desmoronando y mi estabilidad emocional también. Por momentos sentí que caería en una profunda depresión, aunque busqué pensar en positivo y ver lo afortunada que era. Tenía un esposo maravilloso que me quería, aunque sus demostraciones de afecto eran cada vez menos frecuentes. Nataly, fue una persona que me apoyó demasiado. Ella compró varias cosas para el bebé y me pidió que le avisara tan pronto como iniciara el trabajo de parto. Ella, de no pertenecer a otra religión hubiese sido la madrina de mi bebé. Pasó el tiempo en lo que me pareció un abrir y cerrar de ojos. Fui a confesarme nuevamente por haber tenido sueños impuros causados por una voz. Me parecía loco y absurdo, descabellado, asumir que en esa voz existía más pasión que en la de Ricardo. No comprendía por qué mi mente me jugaba tan malas pasadas o si lo que sería un profundo resentimiento creciendo en mi interior me obligaba a compararlos en mis sueños. Sentí tanta vergüenza al confesar mi pecado por pensar en otro hombre y fantasear con él, así fuera en mis sueños. También seguro influía en mi que Ricardo no me tocara frecuentemente y cumpliera con saciar mis deseos. Tan rápido como volví a casa comencé a reflexionar sobre todo lo que ocurrió los últimos meses en mi vida, más aún en mi matrimonio. Sospeché que algo estaba muy mal y que Ricardo escondía secretos. Planeé en mi mente mil maneras de abordar una conversación seria, pero temí tanto lo que él pudiese decirme que acabé evitando hablar. Ese fue otro error que cometí por miedo. Llegó el día tan esperado, el del nacimiento de mi bebé. Cuando me internaron al iniciar el proceso de dilatación, en medio de los dolores tan intensos que sentía, imaginaba como sería mi hijo para calmarme. Al cerrar mis ojos creía poder verlo y era una copia exacta de Ricardo cuando era un bebé. Mi esposo me acompañó cuando más lo necesité, en el momento del parto. Él parecía sentirse aún peor que yo cuando entramos a la sala de partos y llegó el momento más difícil. Al dar a luz y escuchar el llanto de mi hijo, pude respirar aliviada y recuperar el aliento. Al verlo finalmente me sorprendí demasiado y se que no fui la única. Mi corazón se rompió cuando miré a Ricardo y lo ví rechazar el contacto con el bebé. Él estaba sospechando de mi fidelidad, pero si tan solo me conociera sabría que yo jamás lo hubiese engañado. Nuestro niño tenía el pelo castaño muy oscuro, casi negro, pero su piel era super blanca. Aunque busqué algo similar a Ricardo no pude hallar parecido. Tampoco encontré mucho parecido conmigo. Ricardo se mantuvo en silencio y cuando se aseguró de que yo pudiese permanecer en la habitación sin necesitarlo, se alejó para hacer algunas llamadas. Nataly se abstuvo de hacer comentarios sobre el comportamiento de mi esposo. Tan solo me dijo que él debería volver al trabajo pronto porque lo necesitaban. Nada de eso era nuevo para mí, aunque se que él debió comportarse de otro modo. Tal vez lo ideal hubiese resultado que solicitara todos los días correspondientes para acompañarme, tal como en todo empleo permiten. Al niño decidí llamarlo Christian, ese era el nombre que yo hubiese llevado de haber nacido niño. Ricardo no hizo comentarios, a él parecía no importarle ni tampoco puso objeciones. Cada día que pasaba comencé a preguntarme con más insistencia de dónde nacía aquel desinterés de mi esposo. Transcurrieron algunas semanas donde la rutina volvió a ser la misma de antes. Ricardo pasaba mucho tiempo en el trabajo mientras yo me quedaba sola con nuestro hijo. Al volver a casa tampoco me ayudaba en los cuidados del bebé porque decía estar muy cansado para hacerlo. Cada día me convencí más sobre que nada de eso era lo que había imaginado cuando ansié tener una familia. ¿Por qué Ricardo no mostraba interés en nosotros? Hubo más situaciones que me entristecieron profundamente y se trataron de mi esposo. Al haber dado a luz él rechazó ser visto con nosotros. No quiso entrar conmigo a comprar lo que debía, tampoco fue con nosotros al médico. Creo que él estaba más preocupado por lo que la gente pudiese decir o especular. Después de que Christian cumpliera seis semanas fue cuando todo se volvió aún peor. Ricardo no me habló en toda una semana, parecía profundamente molesto. También llegó cada noche con comida rápida para no probar lo que yo le cocinaba, ¿De cuántas formas podría rechazarme y despreciarme?DOCTORA CONTRATADA Para cada profesión existe una ética profesional que se debe de seguir y respetar, aún más si de medicina se trata. Para una doctora el respeto hacia sus pacientes y también la confidencialidad debe de ser crucial, además de tomar las medidas de higiene y salubridad pertinentes. Lamentablemente, aunque no sea lo adecuado ni tampoco lo debido, muchas veces los problemas personales son tan serios que cruzan la delgada línea que los incorpora en una labor tan seria como la medicina. En cualquier profesión existe la posibilidad de ganar dinero extra, en algunos casos cometiendo pequeñas ilegalidades. En la medicina existe mucho dinero sin declarar que el personal médico puede recibir. Muchas veces se trata de cuidados especiales, atención personalizada en la internación, análisis y tratamiento urgente evadiendo una lista de espera... pero en algunas de las posibilidades más de una vida puede cambiar. Para la doctora Sanders un día normal sin sobresaltos ni
ROSARIO GARCÍA El dolor de obtener el rechazo de mí esposo fue muy grande, aún más cuando lo hizo también con Christian. Aún así eso solo era el inicio del fin. Ricardo llegó a casa y parecía más estresado que en las últimas semanas. Él apenas si me hablaba y yo ansiaba poder aclarar todo con él, aunque no encontraba el modo de lograrlo. -Ya no puedo esperar más para esto- En su mirada parecía arder la furia y eso era extraño porque jamás lo había visto en ese estado -Finalmente me dirás por qué estás así conmigo. ¿Por qué nos rechazas amor?- Sentía un nudo en la garganta y solo esperaba que todo se solucionara. Así me doliera en el corazón aceptarlo, nuestra relación fue idílica hasta que buscamos un bebé -Deja el cinismo Rosario. Quiero saber como empezó todo- Vi que en su mano tenía un sobre blanco que apretaba con absoluta furia -Voy a acostar a Christian. No quiero que se asuste- Le expliqué y lo escuché maldecir, algo que no era propio de él Al volver a la co
ROSARIO GARCÍA Llamé a mis padres porque no sabía a quién más recurrir. Jamás lloré tanto en mí vida y a causa de mis nervios mis senos parecían estarse secando. ¿Por qué mí estado de ánimo tiene que influir en la producción de leche? Revisé la aplicación bancaria en mí teléfono y descubrí que Ricardo había extraído casi la totalidad del dinero. Apenas si me había dejado para un taxi y una pequeña caja de fórmula para Christian. ¿Que haría sin trabajo y con un bebé que me necesita a tiempo completo? -Estaremos bien amor- Le aseguré a Christian y lo abracé buscando que él me diera la fuerza que necesito para salir adelante- Me siento perdida, ¿Sabes? No sé como haré para darte todo lo que necesitas pero se que lo lograré de alguna manera Acabé de empacar cuando Christian se durmió y miré los cuartos. Donde estaban antes mis pertenencias parecía no haber quedado rastro de mi. ¿Cómo fue que sucedió esto? Fui al cuarto que hice para Christian con tantas ilusiones y me aseguré de habe
ROSARIO GARCÍA Sin dinero, con un pequeño bebé y viviendo nuevamente en casa de mis padres. Ésta no era la vida que soñaba para mi cuando con toda la ilusión de una mujer enamorada contraje matrimonio. Mi habitación se siente vacía aunque está completamente llena de cosas. Tal vez soy yo quien se siente vacía y rota, no estoy segura. Mis padres nos dieron un lugar donde quedarnos hasta que resuelva mi situación y aún así se que no nos dejarían en la calle, pero que no confíen en mi es lo que me hace sentir urgencia por irme. He perdido el rumbo de mi vida y todo por una prueba de ADN a la que no le encuentro lógica. Observo a Christian intentando encontrarle algo parecido a Ricardo para tener la esperanza remota de que ha fallado, pero simplemente no tiene ninguna similitud con él. No comprendo cómo puede ser hijo de otro hombre si no hubo nadie más en mi vida ni en mí cuerpo. Mi madre me ayuda con el cuidado de Christian, pero en cada oportunidad que puede abordar el tem
DANIEL O'HIGGINS - MESES ANTES Ser un sacerdote en una pequeña iglesia me hacía sentir pleno. Mis tareas allí no eran muchas debido a que los bautismos, comuniones y misas destinadas a las nuevas hermanas se realizaban en una capilla que queda alejada de aquí y ubicada cerca del centro de la ciudad. Jamás sentí envidia por ningún otro sacerdote ni ubicación porque mí meta siempre fue servir a Dios y guiar a los creyentes por el camino de la fe. Mi vida cambió tras el fallecimiento de un sacerdote y fue cuando me enviaron a ocupar su lugar, lo cual significó un gran cambio para mi en todos los sentidos. Debí mudarme, debido a que debería ocupar la casa situada detrás de la capilla que es en la que vivía el antiguo sacerdote y además comencé a conocer a gente nueva que asistía a los servicios del antiguo padre. El cambio de sitio fue un poquito abrumador. Tuve nuevos horarios y ocupaciones que cumplir, pero las afronté con alegría y responsabilidad. Algo que me resultó
DANIEL O'HIGGINS Siempre creí que viviendo en paz los problemas no me alcanzarían, pero me queda claro que estaba equivocado. Me siento desorientado ahora mismo, por no saber que hacer con lo que mi hermano me confirmó. Es un secreto demasiado grande para guardarlo solo para mi, pero se que pedirle explicaciones a mi madre solo hará que sea más sigilosa. Ella misma ha tomado precauciones para obrar escondida, lo que menos quiero es que tome aún más recaudos. No sé tampoco como hacer para que ella confiese lo que hizo y tampoco sería capaz de pedirle a la madre del bebé que se practicara un aborto. Los planes de Dios son perfectos y si él cree que esta vida tiene que venir al mundo yo jamás iría contra su voluntad. Al transcurrir dos meses aún ni mi hermano ni yo tenemos novedades y eso me preocupa por demás. No sé que hacer. La incertidumbre de esta duda me carcome. Tampoco se que haría si viniera la madre del niño a buscarme, seguramente la ayudaría pero le haría previamen
DANIEL O'HIGGINS Volví a visitar a la mujer que mi madre contrató para darle vida a la muestra que congelé hace tantos años. Tenía la esperanza de que tal vez ella supiera si había otra muchacha que pudiese ser la receptora de mi muestra, pero ella no sabía ni siquiera quien era el padre de su criatura. Mi hermano no confió ciegamente en sus palabras y creyó que probablemente ella tuviera algún tipo de relación y que de allí surgiera el embarazo, pero algo me obligaba a creer en las palabras de ella. En mi corazón sabía que ella no estaba mintiendo. Con el transcurso de algunas semanas comencé a sentirme paranoico. Sentía un horrible presentimiento en el pecho y temía de verdad por la seguridad de la madre de mi hijo, si es que él llegó al mundo. La gran posibilidad existente era que la mujer haya sido inseminada con una muestra equivocada, pero entonces quien llevaba mi muestra seguramente podría haber sufrido graves consecuencias y más aún si estaba casada. En verdad no q
ROSARIO GARCÍA Muchas cosas han pasado en mi vida desde aquel ADN que jamás olvidaré. El divorcio fue demasiado rápido, al cabo de un mes mi esposo era un hombre felizmente divorciado que me odiaba con toda su alma. Por orgullo como mujer y también como madre yo no lo busqué, mucho menos le supliqué que me escuchara, ¿Que sentido tenía? Aún lo amo, pero la decepción pesa más que el amor que siento por él. Christian es la luz de mi vida y aunque ha sido duro salir adelante jamás me rendí y se que no lo haré. Vendí mi teléfono y con el dinero ganado compré uno usado a un precio muy bajo. También vendí algunas cosas que Ricardo me regaló y eso me ayudó para poder ahorrar y alquilar un pequeño apartamento del cual pagué tres meses por adelantado. Amo a mis padres, pero vivir con ellos se volvió insostenible, aún más luego de saber que mi madre fue a buscar a Ricardo para pedir por mi. ¿Cómo fue capaz de humillarme de esa manera? Christian va a una guardería en la que no p