cap 3

Samantha.

Esta mañana me despierto por el ruido de los caballos, abro los ojos asustada pero recuerda dónde estoy, busco mas ropa limpia en la mochila me las pongo y bajo las escaleras para lavarme la cara en la llave pero cuando pasa por los caballos parecen tenerme miedo supongo que perciben lo que soy en realidad si supieran que soy más inofensiva que un gatito, voy y me siento en los escalones del pórtico a esperar que Wilson salga y me diga qué voy a hacer hoy no tengo que esperar mucho ya que escucho la puerta de maya, lo miro salir con una taza de café en la mano.

-vaya veo que madrugas niño.

-sí hay que empezar el día temprano.

-esa voz me agrada, hoy tengo que sacar a los caballos a pastar para limpiar los estabos y camiarles la paja.

Le doy una sonrisa un poco dudosa al señor Wilson que se ríe un poco.

-no me digas que le tienes miedo a los caballos.

- en realidad es al revés los caballos me tienen miedo a mí.

-descuida ellos se acostumbrarán a ti.

- eso espero.

El señor Wilson me dice a dónde tengo que llevar a los caballos, cuando les pongo el arnés para poder sacarlos estos tiran hacia atrás pero con paciencia y calma logró llevarlos a pastar, limpio los corrales apesar de que la nariz me arde por el aroma que se intensifica para mí, el señor Wilson me dice donde debo dejar la paja sucia y el excremento de los caballos, lo bueno que después de ese trabajo me hablan para desayunar y me estoy dando cuenta que a Estela no le caigo bien. Así pasan los días, días en los que trabajo en la granja y dormir en el establo, tengo que estar lavando mi ropa a mano para así poder tener algo limpio que ponerme aunque señor Wilson ha sido muy amable y me regala ropa de cuando él era joven, esta noche me siento muy inquieta y extraña a pesar de que estoy cansada no puedo conciliar el sueño solo me muevo de un lado hacia el otro en la paja, maldición qué me está pasando, me siento y me miro una de las manos para darme cuenta que mis uñas lentamente se están convirtiendo en garras, diablos creo que mi lobo quiere salir, bajo las escaleras sin hacer mucho ruido pra no asustar mucho a los caballos, me voy hasta la parte trasera de la granja y salto la cerca con facilidad para adentrarme en el bosque, me retiro la ropa para no romperla al transformarme, doy un suspiro de alivio al sentir esta libertad de nuevo, estiro mis patas y sacudo mi pelaje un par de veces, estás es la mejor sensación de mi vida, me siento relajada y cómoda de esta forma, sé que esto sería tentar a mi m*****a suerte pero no he escuchado aullidos de lobos y no percibo aromas de hombres lobos así que supongo que esté lugar sea un territorio neutro decido deambular un poco por el bosque hasta que escucho un sonido, al seguirlo sigilosamente puedo ver un gran venado pastando tranquilamente, mi estómago gruñe sé que nunca he casado pero mi instinto me mueve me acerco siglosamente me agazapo para después abalanzarme sobre de él pero lo que no me percaté es que no estaba sola, al brincar lo hace casi al mismo tiempo un gran lobo marrón, el venado sale huyendo y me quedo agazapada a centímetros del gran lobo que se me queda viendo fijamente y con sorpresa, cuando el aroma del gran lobo invade mi nariz un escalofrío recorre mi cuerpo y por alguna razón sé que él es mi pareja al parecer él siente lo mismo ya que comienza a mover la cola, se acérca a mi de forma lenta, no retrocedo por que no le tengo miedo alguno, sé que no me haría daño, su nariz rosa la mía y es como si tomara algún tipo de droga que me extascía y me llena de emoción.

- mi pareja.

Escucho su gruesa voz en mi mente que solo hace que me emocione aún más pero de pronto salen otros tres lobos que me regresan a la realidad y a la cordura, que diablos estoy haciendo debo de huír tan rápido como puedo doy media vuelta y comienzo a correr, mi loba me pide que me quede pero mi razonamiento me dice itra cosa, escucho sus pasos detrás de mí pero no me pienso detener no sé quién sean los demás lobos tal vez ya sepan quién soy y no dudo que me sigan buscando por lo que hice aunque haya sido un maldito accidente y no haya sido mi culpa Nadie le clera a un lobo de más bajo rango que un Alfa, me detengo en los arboles que rodean la granja y busco con desesperación la ropa que había dejado aquí la encuentro y me la coloco rápidamente para brincarme el cerco y seguir corriendo hasta llegar al granero donde me subo a la parte de arriba y por fin calmo mi mente, me siento muy extraña, me siento inquieta todavía y con deseos de volver al bosque a buscar ese gran lobo pero necesito retomar la cordura no estoy tan demente como para querer buscar mi propia muerte, doy un suspiro e intento dormir pero es en vano.

Han pasado 2 días de mi encuentro con ese lobo y no he tenido el valor de volver a ir al bosque pero lamentablemente hoy tenemos que ir a buscar el ganado que tiene el señor Wilson y para eso tengo que montar a caballo pero es casi imposible en cuanto me intento montar en el animal este se pone nervioso y se aleja de mí, el señor Wilson me mira extrañada.

-que extraño coco es el caballo más manso que tenemos, debes de tener una personalidad muy fuerte para que no quiera ni se quiera que te le acerques.

-debe ser mi magnetismo animal señor pero no se preocupe yo puedo hacerlo a pie.

-pero las vacas son muy peligrosas pueden pasarte por encima.

-no se preocupe señor yo sabré cuidarme.

-Ay muchacho estaría más cómodo si estuvieras arriba de un caballo pero tengo que darles desparasitante a las reses y para eso necesito meterlas de nuevo al corral chico, esta bien chico.

Sigo al señor Wilson a pie y llegamos a una parte que tiene un cerco de tubos de metal entro y siguo las órdenes señor Wilson para mover a la vacas de coral y efectivamente las vacas son algo rudas muchas tienen becerros y son un poco agresivas pero nomás al acercarme un poco ellas huyen de mí, supongo que perciben lo mismo que los caballo, vamos aplicando el medicamento una por una y las dejamos libres en el corral más grande, termino bastante cansada y la hija más pequeña del señor Wilson esta tan gentil al traernos una limonada, se lo agradezco y la niña me mira con una sonrisa grande, el señor Wilson me coloca una mano en el hombro llamando mi atención.

- sabes ocupo algunos materiales vamos al pueblo.

Eso no me gusta mucho, esta granja esta escondida en el bosque y salir al pueblo sería poner en riesgo mi pellejo pero no me queda de otra trabajo es trabajo acepto y acompaño al señor Wilson al pueblo, al llegar a la tienda de suministros agrícolas me percato de que a un lado de ella hay una tienda de ropa y en la ventana de esta hay un lindo vestido color azul cielo de manga corta y largo es sencillo pero a mí se me hace muy lindo.

-te gusta.

Escuchó la voz del señor Wilson detrás de mí y rápidamente le doy una sonrisa nerviosa para negar con la cabeza.

-hay no esas son cosas de viejas.

-pero qué no se supone que eres una chica aunque respeto que quieres vestirte como varón pero no tiene nada malo que te gusten las cosas de mujeres es algo natural.

Me quedo estupefacta pensé que lo había engañado con mi actuación de niño.

-pensé que no lo sabía.

-oye seré un granjero pero no soy estúpido reconozco una mujer desde lejos en su caminar pero yo no te juzgo puedes vestirte como tú placas.

-gracias.

Ayudo al señor Wilson a subir el fetilizante pero cuando me subo al auto siento que alguien me está viendo fijamente, volteo alrededor y me percato de que un hombre alto de tes clara, de cabello negro y de ojos azul cielo me mira fijamente desde el otro lado de la banqueta, no quita la mirada de mí y su mirada es tan penetrante qué ase qué un escalofríos me recorre el cuerpo pero no me da miedo al contrario deseo acercarme a él no sé por qué incluso mi loba se siente atraída hacia él pero niego con la cabeza debo de mantener un perfil bajo para poder pasar desapercibido como un humano más.

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