AURORA DOS SEMANA DESPUÉS. Me despido de todos los que veo mientras avanzo por el pasillo, he estado todo el día trabajando en la clinica y los pies ya me duelen. Ha sido un día agotador, sobre todo porque al parecer todos los cachorros se pusieron de acuerdo para nacer hoy. Estuve en tres partos y dos de ellas primerizas que duraron un par de horas, pero al menos todo salió bien. Llego al mesón de recepción y Lucia se encuentra ahí verificando su agenda. –Adios chicas –me despido con la mano–. Nos vemos mañana. –Adios linda –Lucia me sonrié–. Nos vemos. Sigo caminando acercándome hacia la salida principal con la imagen de mi cama en la cabeza y la idea de solo quitarme las zapatillas cuando ese aroma delicioso de café y bosque llega a mi nariz haciéndome sonreír. La puerta de la clinica se abre cuando me despido del guardia e inmediatamente mis ojos conectan con los verdes intensos de él. Una sonrisa ladeada se forma en sus labios y avanza a paso firme para encontrarme. –Hol
PRÓLOGOEl carraspeo de su garganta me saca de mis pensamientos volviéndome a la realidad, vuelvo a mirarlo conectando mi mirada con sus ojos cielo. – Yo Christopher Müller futuro Alfa de la manada LigthMoon te rechazo a ti Isabella Moon como mi pareja destina, compañera de vida y luna de mi manada. Aquellas palabras logran destruir completamente mi interior en conjunto con su actitud, la manera tan neutra en la que se encuentra y ya no soy capaz de contener las lágrimas que caen sin control por mi rostro. – Por favor –niego mientras intento volver a acercarme a él conteniendo los sollozos que azotan mi garganta. Vuelve a alejarse de mí con una mirada seria dejándome estática en mi posición, bajo mi vista hacia mis dedos mientras juego con ellos momentáneamente, mi labio inferior sufre las consecuencias de querer retener, aunque sea un poco el llanto que me abarca, asiento levemente mientras vuelvo a conectar mi mirada con la suya y respiro un par de veces para controlar las lágrim
6 meses antes Isabella Los rayos de sol chocan con mi cara provocando que poco a poco despierte, froto mis ojos intentando acostumbrarme a la luz de mi habitación mientras los abro lentamente. Me levanto de mala gana dejando mi cálida cama sentándome en la orilla, reviso la hora en mi celular y son las 08.30 de la mañana desperté media hora antes que suene mi despertador, decido levantarme para poder hacer todas las cosas tranquilas antes de irme al instituto, ya que la hora de entrada es a las diez. Me ducho y visto cómodamente con medias transparentes, botas militares negras, un Beatle blanco con cuello y encima un vestido floreado color lila. La verdad me gusta bastante mi estilo, encuentro que puedo llegar a ser bien femenina pero también me gusta vestirme con ropas anchas de vez en cuando. Dejo mi largo pelo cobrizo ondulado caer por mis hombros, mi piel clara y mis pecas l
Isabella Ha pasado una semana desde ese día que Brett me golpeo en el pasillo, los días después de eso transcurrieron normales, los típicos insultos, pero nada más. A veces extraño la vida que tenía antes de que todos supieran sobre mí, pero sé que no es mi culpa, es de ellos, no tengo culpa de nacer como nací, mis padres biológicos murieron cuando era una bebe y mis padres adoptivos nunca me dijeron nada más sobre ellos. Ahora estoy almorzando apoyada en un árbol no muy lejos del instituto, pero lo suficiente para tener este momento de paz, lejos de todos, de las burlas, de los insultos. A la distancia puedo ver como un pequeño conejo blanco se acerca tímidamente hacia mi moviendo su pequeña nariz olfateando el aire, sonrió al notar que el olor de las zanahorias que tengo en mi táper es lo que huele. Agarro una y la acerco con mi mano indicándole que se acerque, duda por unos segundos, pero luego se acerca lo suficiente para agarrar
Isabella Sigo sin entender porque Christopher decidió participar de este proyecto, no es que lo necesite, a mí me gusta trabajar sola o bueno simplemente me acostumbre por el hecho que nunca nadie quiere trabajar conmigo. Quedamos en que hoy vendría a mi casa durante la tarde para comenzar a idea que haríamos, me parece extraño este comportamiento que tiene conmigo, me hace dudar y pensar que quizás algo quiere lograr, si bien antes solía conocerlo, hace tres años que perdí todo tipo de contacto con él, por ende, me genera un grado de desconfianza todo este acercamiento sin explicación. Justo ahora me encuentro sentada en el patio trasero de mi casa, con los ojos cerrados sintiendo como la brisa acaricia mi rostro y mueve mis rizos rojizos, ya que al llegar a casa deshice el hechizo de camuflaje. Acá es el único lugar donde puedo ser yo misma tanto física como espiritualmente ya que nadie además de los alfas y s
IsabellaMe adentro en el auto de Felipe observando como el auto de Christopher sale a toda velocidad derrapando por la calle.– ¿Estaba Christopher aquí? – consulta mirando hacia la misma dirección.– Sí, debemos hacer juntos un proyecto para el instituto – confirmo abrochando mi cinturón.Su mirada recae en mí y una gran sonrisa se forma en sus labios que borra en menos de un segundo de su rostro al verme.– ¿Por qué tu pelo es negro y tus ojos café?– Oh eh... es un cambio de look, pero es un conjuro tranquilo.Asiente dudoso y luego vuelve a sonreír.– Hola corazón – se estira para apretarme en sus brazos sobre los controles de auto – te abrazaré hasta que me devuelvas el abrazo.Una risa sale de mis labios y envuelvo mis brazos lo más que pued
Isabella.Iba a medio camino con las lágrimas corriendo por mis mejillas cuando un auto se posiciono a mi lado avanzando a la misma velocidad de mis pasaos bajando la ventana.Seguí caminando sin mirar hacia él por miedo a que quizás sea un miembro de la manada que quiere molestarme.– Isi – escucho la voz de Christopher probando que me tense– isi sube al auto.Sigo con mi camino agachando la cabeza ignorando lo que dice.– ISI – grita al ver que lo ignoro – Joder.Escucho como el auto se detiene y la puerta es abierta, intento caminar más rápido para alejarme de él, pero corre posicionándose frente mí.– Isi vamos ya e.... – se detiene cuando siento su mirada fija en mi rostro.Sus manos agarran mi mentón elevándolo, provocando que lo mire, su mandíb
ChristopherVuelvo mi vista nuevamente sobre mi hombro como he hecho durante toda la jornada observando ese asiento, el cual lleva vacío tres días.Tres días en los que Isabella no ha aparecido por el instituto, lo cual es extraño porque ella nunca falta.– Algo le paso – informa Zeus mi lobo – hace tres días que te digo que algo malo sucedió con ella y no me quieres hacer caso.– No entiendo cuál es tu obsesión con ella últimamente, me haz hecho andar tras ella como un perrito faldero esta última semana ¿me dirás el por qué?– Vamos a verla, debe estar en su hogar.bufo ante como ignora mi pregunta.– No, debe estar bien, quizás solo es un resfrío.– Con mayor razón – gruñe – hay que cuidarla.Ruedo los ojos ignor&aacut